Z El Señor De Los Zombis (Lib...

By FacundoCaivano

4.5M 200K 48.1K

Tras despertarse en un callejón baldío, cubierto de sangre y sin ser capaz de recordar su identidad, un solit... More

0. Lo muerto, debe quedarse muerto. (I)
0. Lo muerto, debe quedarse muerto. (II)
1. Mi nombre es... (I)
1. Mi nombre es... (II)
2. ¡¡Corre!! (I)
2. ¡¡Corre!! (II)
3. ¿Asociación libre? (I)
3. ¿Asociación libre? (II)
3. ¿Asociación libre? (III)
4. El día "Rojo" de Rex. (I)
4. El día "Rojo" de Rex. (II)
4. El día "Rojo" de Rex. (III)
4. El día "Rojo" de Rex. (IV)
5. Bienvenidos a la Nacion Escarlata (I)
5. Bienvenidos a la Nacion Escarlata (II)
5. Bienvenidos a la Nacion Escarlata (III)
5. Bienvenidos a la Nacion Escarlata (IV)
5. Bienvenidos a la Nacion Escarlata (V)
6. Acuerdo de paz. (I)
6. Acuerdo de paz. (III)
6. Acuerdo de paz (IV)
6. Acuerdo de paz (V)
6. Acuerdo de paz (VI)
6. Acuerdo de paz. (VII)
7. La puerta Zeta. (I)
7. La puerta Zeta. (II)
7. La puerta Zeta. (III)
7. La puerta Zeta (IV)
7. La puerta Zeta (V)
8. Esto no es un adiós (I)
8. Esto no es un adiós. (II)
8. Esto no es un adiós. (III)
8. Esto no es un adiós. (IV)
9. El pequeño Zeta (I)
9. El pequeño Zeta (II)
9. El pequeño Zeta (III)
9. El pequeño Zeta (IV)
10. El Señor De Los Zombis (I)
10. El Señor de Los Zombis (II)
10. El Señor De Los Zombis (III)
10. El Señor De Los Zombis (IV)
10. El Señor De Los Zombis (V)
10. El Señor De Los Zombis (VI)
10. El Señor De Los Zombis (VII)
11. Somos Los Escarlata (I)
11. Somos Los Escarlata (II)
11. Somos los escarlata (III)
11. Somos Los Escarlata (IV)
12. Cuenta Regresiva (I)
12. Cuenta Regresiva (II)
12. Cuenta Regresiva (III)
12. Cuenta Regresiva (IV)
12. Cuenta Regresiva (V)
12. Cuenta Regresiva (VI)
13. No Eres Un Héroe (I)
13. No Eres Un Héroe (II)
13. No Eres Un Héroe (III)
13. No eres un héroe (IV)
13. No eres un héroe (V)
13. No eres un héroe (VI)
13. No Eres Un Héroe (VII)
Final: No eres un héroe.
¡Gracias!
¡Reboot ya disponible!

6. Acuerdo de paz. (II)

51K 2.9K 805
By FacundoCaivano

— ¡Ay! Casi lo olvido—dijo en un tono burlesco—. Ya tengo novio, y es Franco.

*****

—Papi, ¿falta mucho para llegar?

—Tranquila, nena. Estamos cerca. ¿Lo ves? Ahí mismo hay un cartel con el símbolo de la nación Escarlata.

La dulce niña de cabellos rizados observó con atención la señal de transito, luego adoptó un semblante dubitativo. — ¿Qué significa ese círculo con ese punto en medio?

—Seguramente es el símbolo que adoptaron para que gente ambulante como nosotros, podamos reconocerlos —contestó el padre con un atisbo de esperanza al saber que se encontraban cerca de su objetivo luego de una larga caminata y de evadir centenares de peligros—. Pero tengo entendido también que ese símbolo, antes, significaba oro.

— ¿Oro? —preguntó la niña con un brillo especial en sus pequeños ojos, su imaginación comenzó a volar por los territorios más inhóspitos de su mente, maquinando fantasías de todo tipo— ¡Papi! ¿Será una nación de oro? Con casas de oro, ropa de oro, juguetes de oro —sus ojos se abrieron en par, mientras esbozaba una gran sonrisa—. ¿También habrá zombies de oro? ¡Así ya no me darían miedo papi!

Raúl la miró con sosiego, eran muy pocas las veces que veía sonreír a su nena de apenas nueve años. La verdad, es que luego de ese día en que todo cambió, nunca volvió a verla sonreír. Disfrutó ese momento guardándolo en su mente, escuchando y aprobando cada alocada acotación que su dulce hija le relataba. Una lágrima surcó su mejilla; y un extraño y casi olvidado sentimiento se asomó desde lo más profundo de su ser... Felicidad.

La emoción de saber que estaba cerca de una nación prestigiosa por su buen trato con los de afuera; le provocaba una sensación que hacía meses no sentía, ahora su vida cambiaria nuevamente, pero esta vez, para bien. Podría darle a su hija la protección y la seguridad de un futuro prospero; aunque sea mínimo, pero indudablemente mejor que el que ya le venía ofreciendo. Y entonces, sonrió. No pudo evitarlo, no quería evitarlo. Y ambos, padre e hija, caminaron de la mano hacia su nuevo destino, hacia su nueva vida.

Hasta que de repente, en ese momento, Raúl escuchó un sonido peculiar a sus espaldas, el sonido que produce un vehículo a toda marcha. Se giró buscando cerciorarse de que sus oídos no le fallaban y su diagnostico había sido certero, y si lo fue, divisó a lo lejos el color del vehículo, era color rojo. Inmediatamente, comenzó a agitar los brazos y pedir ayuda gritando tanto como su garganta podía.

— ¡Eva tu también grita! —dijo su padre mientras la alzaba de la cintura para que la niña ganara más altura y ella procedía a agitar los brazos—. Seguramente son de la nación escarlata, nos llevaran a nuestra nueva casa cariño. ¡Vamos grita!

La jovencita accedió a cumplir los deseos de su padre y gritó con fuerza al vehículo que se acercaba a toda velocidad a su dirección.

—Está funcionando cariño. ¿Qué te dije? Son de la nación escarlata, ¡estamos salvados! — dijo su padre entusiasmado, pero su semblante cambió drásticamente al ver mejor, a las personas dentro del auto.

El vehículo se detuvo a poca distancia de ambos, era un jeep deportivo sin techo y con unos gruesos barrotes color azabache; del cual cinco hombres se encontraban dentro, dos en los asientos delanteros y tres en la parte trasera, todos completamente armados. Solo uno bajó del vehículo, usaba ropa oscura, con una chaqueta de cuero negra, con las mangas arrancadas; la usaba desprendida, dejando ver sus marcados abdominales y un tatuaje en forma de una calavera de tribales, que se dejaba notar en la parte inferior izquierda de su abdomen.

Su rostro no inspiraba para nada confianza en el padre de la jovencita; le dio una agria sensación, al ver una cicatriz que surcaba lateralmente el ojo derecho del sujeto, el cual estaba protegido por un parche negro. Utilizaba un corte estilo mohicano corto; rapado a los costados, con una cresta negra en medio, seguramente, para incitar aún más miedo al que se le cruzase.

— ¡Dios! Mira tu cara, ¿Dónde están mis modales? —comenzó a decir el sujeto que había bajado del jeep—. Mi nombre es Baltazar, "calavera" para los amigos. ¡Y lo siento mucho! Muchachos por favor, guarden sus armas, es solo un hombre con su pequeña y bonita hija —se perfiló un poco para ver mejor a la niña, quien se escondía detrás su padre sujetándolo con fuerza—. No era nuestra intención asustarte, de verdad, lo siento con el corazón.

Raúl, quien seguía desconfiando del misterioso sujeto, se limitó a callarse mientras observaba de reojo el arsenal de armas que llevaban consigo estos extraños, entre ellos, había un lanza cohetes.

— ¡Oh! no, no, no... No nos malinterpretes por favor. Solo lo usamos contra los monstruos, nunca lo usaría contra un humano —dijo calavera sonriendo, refiriéndose al lanzacohetes.

— ¿Qué quieren? —preguntó finalmente el padre alzando la voz—. No tengo nada para darles.

—Oh ¿Asi qué era eso? No amigo, tranquilo. No venimos a robarte ni nada parecido. Solo quiero hacerte un par de preguntas, porque estamos un poco desorientados— dijo volviendo a sonreír.

— ¿Qué cosa?

—Bueno, verás. Estamos buscando una nación en particular, nos queremos unir ahí. Se llama nación escarlata ¿han oído hablar de ella?

— ¡La nación de oro!—dijo la niña enérgicamente, desprendiéndose un poco de su padre y dejándose ver—. Nosotros también la estamos...—pero fue interrumpida por su padre quien le tapó rápidamente su boca.

— ¡Je! Pero que niña tan dulce. Los niños me causan tanta ternura, son tan... explosivos—dijo, agachándose un poco para acercarse a Eva, pero inmediatamente su padre la aparto hacia atrás interponiéndose.

—Si te digo donde queda, ¿Nos dejarás en paz?

—Por supuesto. Te prometo que te dejare con tu hija... en paz.

—Hacia aquella dirección, es la siguiente ciudad. Ahora les pido que se vayan y nos dejen continuar.

Calavera volvió a sonreír mostrando sus dientes. —No hay problema, pero antes debo preguntarte una cosa más. Si no te molesta.

— ¿Ahora qué? —preguntó el padre con rabia, deseando que todo terminara rápido y se marcharan.

—Tranquilo, solo te quería preguntar si no has visto por ahí a un sujeto, probablemente vestido de negro, con una cicatriz en su brazo en forma de "Z".

— ¿Qué?— preguntó desorientado—. No, no tengo idea de quién me hablas.  

—Está bien, lo supuse —dijo con una mueca de resignación—. En ese caso, no te molestaré más— subió nuevamente al jeep—. ¡Hasta luego niñita!

El jeep se alejó quemando llantas, Raúl volvió a respirar. Había tenido suerte esta vez, o quizás se apresuró demasiado en juzgar a esas personas, no parecieron tan malos después de todos; pero se convenció a sí mismo de que como están las cosas ahora, es muy difícil confiar en alguien extraño, menos aún si se llama a sí mismo "calavera". Tomó la mano de su hija nuevamente y la miró dedicándole una sonrisa amorosa.  Ahora podría continuar su camino a la nación escarlata para comenzar una nueva vida sin miedos.

—Sigamos cari...

—¡¡Papa!! —gritó Eva interrumpiendo a su padre y señalando hacia delante.

Raúl no tuvo tiempo de girar su cabeza para observar, un zumbido ensordecedor los invadió, y todo se volvió blanco, pudo sentir como su cuerpo se quemaba en un segundo, y luego no vio ni escuchó nada más, nunca más.

La explosión destrozó por completo a ambos, una gran bola de fuego, humo y sangre se expandió por todo el lugar, dejando un pequeño cráter en el suelo.

— ¿Qué les dije?—dijo calavera sonriendo, mientras guardaba el lanza cohetes—. Los niños son tan... explosivos.

*****

— ¿Todo listo Samantha? —preguntó el presidente, quien se erguía de brazos cruzados a pocos metros del portón de salida.

A su espalda se encontraba Franco recostado en la puerta, y a unos pocos pasos estaban Rex y Anna en un intento de aprendizaje del lenguaje de señas, quien la muchacha le enseñaba a Rex, sin que este pudiese comprender del todo sus instrucciones.

—Sí, lo llevé a enfermería —contestó Sam, con un tono neutro de voz—. Podemos salir ahora.

—Perfecto... pero ¿Qué le ocurre al nuevo? —preguntó el presidente observando a Zeta, quien caminaba a paso lento hacia ellos, cabizbajo y con una mirada desorientada—. ¡Eh chico! ¿Estás bien?

Zeta alzó la vista, sin mover su cabeza de su posición. Su rostro era pálido, como de haber visto un fantasma. Se limitó a forzar una sonrisa mostrando sus dientes y asentir, mas no podía mencionar palabra alguna ante el acontecimiento de hace un momento.

—Bien, no podemos perder más tiempo —comenzó a hablar Max en un tono serio y pausado—. La misión es clara, deben lograr sacar de ese edificio a Matías y a Noelia con vida. En cuanto a los planos que te pedí Sam, déjalo para otra ocasión, no es necesario que los traigas. Ahora la prioridad es la vida de tus amigos. No podemos permitirnos más bajas. Y en cuanto a ustedes —se dirigió a Zeta y a Rex—. Demuestren que quieren pertenecer a la nación escarlata; cualquier actitud sospechosa, Franco tendrá luz verde para quitar el seguro de su arma ¿Fui lo suficientemente claro?

—Yo esclareceré por si hubo alguna duda —alegó Franco—. Si alguno se pasa de listo, los mataré sin dudarlo.

—Está bien, no habrá problemas por nuestra parte —contestó Rex mirando desconfiadamente, de reojo a Franco.

Zeta solamente asintió.

—Perfecto —dijo Max, mientras ordenaba mediante una seña a los centinelas para proceder a abrir el portón y comenzar la misión. 

Continue Reading

You'll Also Like

4.9K 226 7
Luego de una fiesta, un tipo totalmente drogado piensa que lo que vio esa noche es producto de sus alucinaciones. Un hombre totalmente ebrio no da cr...
24.7K 713 30
P.D: No leas este fic sino has leido primero la versión de Bella. El fic con la versión de Bella lo puedes encontrar en mi perfil.
5.4K 684 16
¿Qué hace un adulto con un niño que no sabe como cuidar? Improvisa ☆Los niños son problemáticos, los niñeros débiles a sus encantos. ☆Relatos sobre t...
4.2M 259K 200
Sigue día a día la historia de amor de una pequeña angelita y un diablo. Veamos que pasa con un supuesto amor imposible. ¿Se complementarán perfect...