Aclaro, el título está en Italiano.
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—Hola Layra ¿Qué haces aquí? –le dice Sandra con un todo de superioridad.
—Nada, mmm, vine a visitar a Carlota es prima de una amiga de mamá y me pidió que viniera por unos libros -<<no entiendo porque le dio explicaciones>> —Si pero me voy...
—Layra, por favor, Layra, ¡LAYRA! –grito saliendo del departamento pero no la alcanzo. Entro al departamento enfurecido.
— ¡Vete de aquí!, ¡ahora!, no quiero volver a verte, no entiendes, no te amo, no me gustas, ni me atraes –la voy dirigiendo del brazo a la puerta.
—No me arrastres como un perro, si vine fue para darte un regalo que te va a gustar.
—Es que solo así entenderás, como quieres que no te corten, o te tomen como una puta si así te comportas.
—Te vas a arrepentir de lo que acabas de decir.
—Si lo que quieras –cuando ella está afuera, doy el portazo más fuerte — ¿Quién se cree esta?
—Sabes Alex, sé que a la que quieres es a Layra, pero vamos, esta chica no es fea y no tenías por qué tratarla así.
— ¿Sabes que trato de hacerme? ¡Me beso! Cuando le dije que no quería nada con ella, lo que vino a proponerme me lo propuso en el campamento ¡EL SEGUNDO DÍA!
—Creo que hiciste bien en correrla -se arrepintió de lo que dijo. Ella le da un sorbo a su té que se acababa de preparar —No es por nada pero creo que debes ir por Layra.
—No sé a dónde fue.
-—Pues del edificio no ha salido, no la he visto –me dice asomándose más por la ventana. No necesito saber más, me pongo mi chaqueta que deje en el sillón y salgo dispuesto a encontrarla.
**LAYRA**
<< ¡Cómo es posible! Sé que es mentira, esto no es real >> recuerdo la primera vez que hizo eso, lo beso y él la aparto, así que no sacaré conclusiones idiotas. Me dispongo a subir al elevador, pero cuando marca el segundo piso reconozco la voz y me oculto en donde me escondí antes, creo que no volveré al departamento de Alex, es muy peligroso. Sandra sale del departamento con celular en mano y oreja.
—Tenía razón, esta con ella, ¿Qué tengo que hacer? -Espera respuesta del otro lado del teléfono —De seguro ya se enteró de todo, señor. No veo por qué eliminarla cuando podríamos reclutarla... sí señor, eso haré.
<< ¿Porque me quieren reclutar? ¿Quién? ¿Me eliminarán?>> ella sale del edificio y me recargo en el elevador, me quedo pensando un largo tiempo en lo que ella se va. De tanto pensar se me olvido donde estaba recargada, así que se abrieron las puertas del elevador y me caigo para atrás, pero unas fuertes manos me sostienen, alzo la mirada y es Alex.
—Gracias –contesto seriamente.
—No de que, oye sonaré muy novela pero te juro que no es lo que crees, ¡ella está loca!..
—Lo sé y no me digas nada más.
—Te lo juro que cuando... espera ¿Qué? ¿Cómo que lo sabes?
—Esa mujer no está para conquistarte, ella oculta algo, hizo una llamada y dijo que o me eliminaran o me reclutaran, lo cual no quiero, ¿Qué está pasando?
—No lo sé –lo veo a sus ojos y me ve de una forma sincera pero también aterrada, sé que oculta algo. Dejaré que todo siga su curso y que Alex no recuerde esto, pero averiguaré para que me quieren y quien me quiere.
Nos subimos al elevador, en silencio, ahora estará pensando en que hacer o que decir lo cual no quiero. Así que sujeto su mano, de un momento donde tenía mucha fuerza en mano ha pasado a estar más débil que un enfermo, el me ve y yo sonrió.
—Estamos en tu departamento no hay nadie de quien ocultarnos, excepto Paola pero ya pasamos el cuarto piso –Alex me abraza de inmediato.
—Layra sé que no te gusta que lo diga pero, te amo, y hare cualquier cosa para protegerte, de todo y de todos. Quiero estar contigo.
—Lo sé Alex, lo sé -me besa de una forma en que nunca lo había hecho, tocar esos hermosos labios hace que mi cuerpo reaccione como una adolescente primitiva. Me hace sentir mucho calosfrió y ¿tentaciones? Se abre el elevador y vemos a Carlota recargada en la puerta del departamento.
—Valla sí que hacen bonita pareja, pero lo bueno es que ¡TE IBAS A CONTROLAR VERDAD ALEXANDER LEGUINA! -lo regaña como vil madre desesperada.
—Ni me reclames, inundaste mi departamento, así que si no quieres que te cobre, guardarás el secreto.
—Está bien.
—Por cierto ¿qué haces aquí afuera?
—Ah, vinieron ya a limpiar el departamento y me pidieron que saliera, son del edificio entonces no creo que te falte nada.
—Por supuesto que no me faltará nada, es hermano de Max.
— ¡Max! ¿Regreso a la ciudad?
—No Carlota, no ha regresado.
—Ah ok, bueno. Layra debes de tener hambre ¿Qué quieres cenar? ¿Comida china, coreana, pizza?
—La verdad lo que quieran, digo Alex acaba de llegar no creo que sea muy bonito que cenemos lo que yo quiera si llegamos los dos después de una alimentación de comida empaquetada.
—Se a lo que te refieres. Y ya sé dónde llevarte –me dice Alex extendiéndome su brazo, pidiendo el mío. Damos la vuelta y nos subimos al elevador y él marca el piso 12.
— ¿Por qué subimos? ¿No deberíamos bajar?
— ¡Ay! Layra, sí que te quiere Alex, yo comí una vez ahí y nunca volví, me lo prohibió. –Carlota estaba más que entusiasmada.
— ¿Tan malo es? -hago un mirada de confundida.
—Jajaja, no es malo, todo lo contrario, por eso no la dejo volver –me dice Alex con media sonrisa y un risa un poco particular en el cuándo quiere reírse de algo pero no lo hace ya que no es tan gracioso. Tocamos el departamento M4 y sale un señor de cabello negro azabache y despeinado.
— ¡Alexander, amigo, hace cuánto tiempo no subías por aquí! –por su acento distingo que es italiano.
— ¡Hola Bendetto! –dice Alex con una enorme sonrisa. Lo saluda con un apretón de manos y un abrazo. Se dirige a nosotras
— ¿Cómo has estado amigo?, veo que trajiste unas bellezze.
—Sí, ya conocías a mi hermana Carlota –le contesta Alex
— ¡Carlota, cara bella! Se i fiori potessero parlare, direbbero che sei la sua Regina.
—Ok... ¿Qué dijiste? –ella ríe un poco.
—Si las flores pudieran hablar, dirían que tú eres su reina –le contesto mientras ella voltea a verme.
—Oh, ¿Lei parla italiano? –ahora se dirige hacia mí.
—Jajaja, no, Conosco un po ' –sonrió de igual forma.
—Cara bella! piacere di conoscerti, Come ti chiami? –me dice que es un placer conóceme y me pregunta mi nombre.
—Mi chiamo Layra.
—Layra, bel nome. Passaggio Spot, passaggio. Sono i benvenuti -entonces pasamos.
—Grazie -dice Carlota. Avanzamos hacia una mesa disponible, tiene apenas 5 mesas pero tres están ocupadas. Nos da una a lado de la ventana, y tiene una hermosa vista.
—Lascio il menu in un paio di minuti e sarò di nuovo –nos deja la carta y se retira.
—Sigo sin entenderle. -dice Carlota.
—Dijo que nos deja el menú y que vuelve en unos minutos. -le contesto.
—No sabía que hablaras italiano -me dice Alex.
—No porque nunca hablo en italiano, lo practiqué solo un tiempo.
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Canción: Vicentico - Creo que me enamoré
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