Impure© | Shawn Mendes

By respectstyles

105K 7.6K 3.2K

❝¿Quién diría que el hombre más severo e imperturbable de la empresa Fairchild podría llegar a ser el castiga... More

IMPURE©
CAST + PLAYLIST
IMPURE'S VIDEOEDIT
01. "Shawn Mendes"
02. "Bienvenido a la empresa"
03. "Manzana mordida"
04. "Invitado"
05. "Ruth Gallagar"
06. "Mentir y alejarse"
07. "El viaje" (parte I)
08. "El viaje" (parte II)
09. "¿Aceptas entonces?"
10. "Poco hombre"
11. "Demasiada imaginación"
12. "El tipo de hombres"
13. "Un cambio"
14. "Débil orgullo"
15. "Gran potencial"
17. "Alterego"
18. "Desconfianza"
19. "Niñerías"
20. "Sospechas"
21. "Pequeñas heridas"
22. "Demasiado"
23. "Terriblemente placentero"
24. "Ajeno"
25. "Gélido"
26. "Bomba de tiempo"
27. "Caos"
28. "Bésame" (parte I)
28. "Bésame" (parte II)
29. "Decisiones personales"
30. "Verdades"
31. "Niñita"

16. "El amor es una tontería"

2.6K 159 44
By respectstyles

No podía evitar reírme al recordar el suceso de anoche.

Yo, saltando terrazas de personas ajenas, tropezándome con cosas que no eran de mi pertenencia, sólo para que el idiota de mi padre no me viera.

No debería reírme porque la situación era seria, estamos hablando de Joshua Fairchild y su trabajador más importante, estamos hablando de contratos y mucho dinero de por medio, muchas cosas importantes podrían ser arruinadas por dos personas que no deberían mantener sentimientos mutuos. Pero los hay.

Estábamos en el aeropuerto, terminando de admirar las pocas bellezas de Hawaii desde los grandes ventanales en una sala de espera, que parecía ser más aburrida de lo normal. Cada minuto que pasaba era un infierno, y estos pasaban como si pesaran.

Traté de dormir varias veces, pero era imposible en estas incómodas sillas, sin almohada y sin algo para cubrirme.

Shawn había ido al baño hace unos minutos, y mis padres fueron a almorzar. No quise ir porque supuse que podría dormir un poco, pero no, era imposible en un sitio tan incómodo y ruidoso. Esto me provocaba un estrés interno, que causaba que la molestia se hiciese grande y presente en mi sistema, haciéndose visible para cualquiera.

Cuando casi lograba cerrar los ojos por completo, y dejarme llevar por el sueño, una voz se hace presente, logrando que me despertase de una vez. No pude escuchar bien su voz, puesto que estaba medio dormida.

Maldito seas.

—¿Qué? —respondí de mala gana —¿qué dices? ¿qué quieres?

La persona rió, y supe al instante quien era.

Abrí mis ojos y pude verlo. Rodé los ojos —Te detesto.

—Eres tan inmadura —se sentó a mi lado—. Puedes utilizar mi hombro... Si quieres, estas demasiado incómoda y puedes despertar con un fuerte dolor de cabeza, gracias al brazo de esa silla.

Rodé los ojos de nuevo, ¿se cree muy inteligente por advertirme de tal estupidez, que ya sabía, o eso es lo que pienso gracias a mi amargura?

Cuando estoy de mal humor, todo lo tomo de mala forma, veo las mejores situaciones como las peores y saco lo peor de las personas. No es que quiera, simplemente por el humor me nace y es lo peor de mí.

—Como sea —me acerqué más a él, coloqué mi cabeza sobre su hombro y me dejé ir.

Su perfume era... Dioses, era tan delicioso.

Sentía la frescura en el ambiente, podía sentir la paz y la comodidad, ahora todo era diferente. La zona era cómoda gracias a su sudadera, era demasiado suave para ser real, y pude alcanzar su hombro gracias a que él se encorvó un poco para que yo pudiese colocar mi cabeza con más comodidad.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —habló él, de repente. Asentí con los ojos cerrados —¿Cómo harás en el resto de los viajes? ¿Dormirás en el suelo?

—Quizás —respondí —, pero lo más probable es que estés incluido en el resto de los viajes de mi padre por mucho tiempo más. Eres su más grande socio, para él no es cualquier cosa.

Lo oí suspirar. —Tal vez.

Me moví un poco en su hombro y fruncí el ceño. —¿Por qué dices eso?

—¿Tal vez?

—Sí.

—Porque tal vez pude haber hecho algo que a tu padre no le gustaría saber —lo dijo simple, sin pelos en la lengua y con seguridad.

Sentí una presión en mi pecho y me levanté, mirándolo con pesadez. Él miraba los aviones a través de los ventanales llegar e irse.

—Él no sabrá esto que pasó, ¿me oyes? —aún no me miraba —Shawn, no lo sabrá.

Me miró y sonrió de medio lado. —¿Pasó? —se acercó un poco más a mí y miró mis labios, para luego volver su vista a mis ojos —¿O me negarás que todavía sigue pasando?

—No es momento de juegos, Shawn, esto es serio —lo miré con molestia, quería abofetearlo por reírse. Es tan patético.

—También hablo enserio —se acercó lentamente, cerró los ojos y besó la comisura de mis labios, provocando que cerrara mis ojos también.

Débil, como siempre. Ahora la patética soy yo.

—Déjate de estupideces y déjame dormir —dije, tratando de disimular lo afectada que estaba —, no puedes siquiera prometer algo.

—Soy malo para las promesas, ¿lo sabías no? —miró sus manos mientras jugaba con sus dedos —Ni siquiera puedo prometerte si seguiré aquí contigo.

Sentí una punzada en el pecho. —¿Conmigo?

—En... esta cosa que tenemos que no sé qué es —rascó su nuca —No soy bueno para las promesas, eso no funciona conmigo, y lo sabes.

Sentí los nervios tragarme, y la desesperación correr por mi sistema, pero debía contenerme.

—Es decir que... ¿serías capaz de decirle a mi padre sobre esto?

—No —negó —. Me refiero a que no lo negaría si se enterara.

Asentí, tomando un poco más de fuerzas para que mi nivel de nervios no se volviese extremo e imparable.

Mi padre no podía enterarse, mis esfuerzos por hacerlo cambiar de opinión acerca de mi puesto como tal en Fairchild se irían a la quiebra de inmediato, tampoco quería que me alejara de Shawn o que él renuncie de la empresa. Sé que para él no es muy importante, pero lo importante es qué va a decir en sus entrevistas cuando le pregunten acerca del tema y qué va a responder, porque, aunque a Shawn Mendes no le importa lo que digan sobre él, puede que sea un cargo muy pesado y que no le permitan cumplir su profesión en cualquier otro sitio famoso.

Sería muy triste. Tanto trabajo arruinado por una situación de sólo placer... porque no estaría segura si él siente amor hacia mí.

—Bella, a mí no me importa perder mi trabajo —dijo, de repente —. Tampoco quiero estar en un lugar que me mantiene alejado de ti.

—¿Renunciarás? —pregunté sin evitarlo, mordiendo un poco mis labios resecos y tratando de consevar la calma que he logrado mantener.

—No, no —negó mirando sus manos, para luego subir la mirada y centrarla en mí —Tú vendrás conmigo luego de trabajar en Fairchild, seré tu instructor personal.

—¿Qué? —algo emocionante despertó en mí al instante, mis ojos se abrieron aún más y sentí mis manos temblar un poco.

Me sentía como una niña pequeña cuando le regalan su primera casa de muñecas gigante. Sentía como si me estuviesen brindando la mejor oprtunidad y la mejor noticia que pude haber recibido, y lo era, en momentos como estos lo era.

Shawn había pasado, más o menos, por una situación como la mía, había tenido que comenzar sus estudios sólo sin el apoyo de nadie, o eso leí cuando investigué algunas cosas sobre él. Desde muy joven había decidido especializarse y tomar caminos muy riesgosos, como decidir entre abandonar la opinión de sus padres y centrarse en lo suyo, en sus sueños y sus fortalezas.

—También serás mi secretaria personal —siguió diciendo —. Estarás trabajando para mí y te pagaré un sueldo aparte del que te puede ofrecer Fairchild, y también te ofreceré clases personales donde te regalaré todos los conocimientos que sean necesarios —acomodó un poco su cabello con sus manos. Yo seguía perpleja, no podía siquiera respirar con naturalidad —Te ayudaré en todo lo que pueda, Bella.

—¿D-de verdad? —cuestioné, con inseguridad en la voz, y ciertas debilidades para entrar en razón. Él asintió con una pequeña sonrisa —No puedo creer que hagas esto por mí, de verdad gracias, no sé qué hice para merecer esto... yo...

—Sólo ser quien eres —me interrumpió —. Eres muy inteligente, brillante y apasionada, te aplicas si quieres conseguirlo, y tienes un talento inigualable, solo eso causó que estés teniendo esta conversación conmigo.

Tomé aire y me deshice de él en cuestión de segundos, tratando de hacerlo con normalidad y tomando mi postura corriente. No puedo creer que al fin puedo tomar decisiones fuera del consentimiento de mi papá.

—Todo esto es solo si quieres —dijo Shawn.

—¿Disculpa? —me ofendí —Un desquiciado rechazaría esto, acepto totalmente, ¿cuando comenzamos?

Sonrió a medias. —Cuando a ti te plazca.

(...)

Shawn Mendes

Las palabras de Joshua me atormentaban cada minuto que pasaba, y cada segundo era peor que el anterior. Mi frialdad era notable por todos los que me acompañaban de regreso a Toronto, y Joshua sabía la causa.

Realmente, quiero matarlo.

Quiere destrozarme, eso es todo lo que quiere. Quiere asegurarse de que todos y todo esté en sus manos, y se quede para siempre allí, que todo sea controlado por él y su mirada manipuladora, en la cual me dejé caer y no debí.

Ahora me siento como si una parte de mi vida estuviese limitada, como si ese hombre de alguna forma tuviese poder sobre mí, como si las personas que pasan a mi alrededor realmente no existieran.

Pero no me dejaré controlar de él ni de nadie, trataré de hacer lo posible para todo, aunque ya la mayoría de las cosas están en mis manos. Victoriosamente encontré la forma de ponerlo en su lugar el otro día, y lograr controlarlo al menos un poco.

Esto parece un control mutuo, ambos nos retenemos mutuamente, sin dar mucho el gusto, pero tampoco echando todo a perder. Ninguno está dispuesto a perder.

Me había tocado sentarme con Isabella en el avión, y me tomó por sorpresa cuando su pequeña mano estuvo sobre la mía en el brazo del asiento en un intento de cubrirla, dio suaves caricias en mi pulgar con el suyo, cosa que logró relajarme un poco más de la situación.

Sus padres estaban unos dos asientos más adelante. Nos encontrábamos en primera clase, por decirlo así.

La mano de Isabella bajó a mi pierna y dio un muy leve y sensual apretón, acto que provocó que respirara pesadamente y la mirara en señal de advertencia. Ella sólo rió.

Me acerqué a su oído rápidamente. —Estás en línea roja, no quieres que tu primera vez sea en un avión, ¿no es cierto?

Negó con la cabeza un poco nerviosa y me miró, provocando que nuestras narices se rozaran.

Seguía sin entender sus nervios, pero lo ignoré.

—Te vez muy tenso. Quería hacer algo —rozó nuestros labios y volvió a acariciar la misma zona.

—Maldición, no me hagas esto —cerré los ojos suplicando, tratando de controlarme, pero ella mordió suavemente mi labio inferior provocando que algo dentro de mí se retorciera y me hiciera maldecir mentalmente de nuevo.

Se alejó de mí y sentí mi respiración tratando de normalizarse, no podía creer lo débil que me ponía, me tenía en sus manos y yo no podía permitir eso, yo no puedo permitir que alguien me domine, yo soy el dominante... Nadie puede dominarme a mí, nadie.

Tomé su mano y la aparté sin delicadeza. —Basta.

—Lo siento —sonrió —, pero tú jugaste primero.

Su mirada permanecía sobre la mía, retándome, parecía que ya nada le preocupaba, ni su padre, ni su trabajo, nada. Más bien, parecía como si no le importara perder todo, aunque con respecto a Fairchild  no sabe que lo hará.

Más bien, creo que es momentáneo el sentimiento de despreocupación para ella, y no quiero que sea más seguido, incluso permanente, porque eso podría perjudicarnos a ambos.

—Tus padres están aquí —susurré, tratando de preocuparla —, pueden oirnos.

—¿Ahora sí te preocupa que estemos en el mismo lugar que ellos? —rodó los ojos —Porque en Fairchild no te importaba, ni en el hotel.

—Sí me importaba —dije —, pero ahora tu padre es más estricto que antes, y a veces dudo que sospeche algo.

—Eres raro, Shawn —me miró con los ojos un poco cerrados, como si sospechara algo —Eres... muy extraño a veces.

No podía permitir que Isabella notara absolutamente nada, no podía permitir que pensara que todo este tiempo que estuve con ella fue solo por un trato tan cruel como este. De alguna forma no quiero ver que su padre sea tan cruel con ella, no quiero que arruine su vida y sus sueños, tampoco quiero que ella se aleje de mí.

Tomé el trato porque no me importaba si le alejaban o no de ella, era un juego para mí, ella era como un reto que debía cumplir y luego no me importaría lo que hiciese su padre con ella. Pero ahora solo siento que algo me impulsa más a no querer alejarme de ella, quiero protegerla de ese hombre que dice llamarse padre y hombre con poder en sus palabras. De alguna forma no quiero que salga lastimada, no quiero que obtenga algo que no se merece. Además, si de verdad se enamora de mí, no quiero verla sufrir por una tontería como el amor. El amor es una tontería.

—Tú también lo eres —fruncí un poco el ceño —, de un momento a otro eres así tan despreocupada y ahora incluso sospechas cosas de mí.

—¿Cómo no hacerlo? —cuestionó, un poco cansada del asunto —No sé nada de ti, no sé por qué eres tan extraño y tampoco tengo ni la más remota idea de por qué sigo buscándote aún cuando tengo tantas incógnitas en mi cabeza.

Tragué fuerte. —Te contaré cosas sobre mí, lo prometo.

—No eres bueno en las promesas —me miró inexpresiva —, tú mismo lo has dicho.

—Por primera vez lo haré —dije mirándola —, yo soy hombre de palabra.

Ella asintió, calmándose un poco. —¿Por qué no hablamos ahora?

¿Por qué Isabella tenía que ser tan insistente?

No me gusta hablar sobre mí, mi vida entera ha sido un asco fuera del trabajo, porque incluso mi fama apesta, la gente en mi entorno apesta. Hablar sobre mi vida es como hablar de las miles de maneras de morir. Es como ahogarme con mis palabras.

Me molesta que no me den mi tiempo, cosas de como estas deben darse cuando yo lo decida, y lo más irritante es que ahora prometí que lo haría, y yo nunca hago promesas porque nunca las cumplo, jamás.

Es la primera vez que lo haré.

—Ahora no —susurré. Respiré profundo, mi respiración se había alterado un poco.

—Shawn...

—Te dije que ahora no —apreté los dientes —, por favor, Bella.

Al notar mi reacción, ella asintió tranquila y se acomodó en el asiento sin nada más que decir.

Sentí su mano posicionarse sobre la mía, brindando suaves caricias con su pulgar, trayéndome la paz al cuerpo.

(...)

Al siguiente día, volvimos al trabajo en Fairchild, tenía demasiados papeles que firmar sobre mi escritorio, carpetas por revisar y algunas cajas que supuse que traían más de las anteriores.

Apenas abrí la puerta de la oficina, quise arrancarme los pelos del estrés que tenía sobre mí, ni siquiera comería en todo el día a causa del trabajo pendiente. Además, tendría que revisar algunos correos de la cuenta de Fairchild y la mía personal.

Debería tener un asistente para estas actividades, y esa sería Isabella. Estaba pensando en asignarle todo lo relacionado con las páginas web y los correos, además de su trabajo principal claro.

Mientras trato de organizar todo el papeleo, pienso en lo que le asignaré a Bella. Su trabajo no comenzaría esta semana, puesto que en esta nos pondremos al día con todo lo que se atrasó.

Me pregunto por qué nadie aquí pudo revisar todos los correos por mí, hay demasiados empleados importantes, incluso los del área administrativa podían haberse encargado de eso.

Me senté un rato, con un poco de frustración tomé un lote de papeles y comencé a firmarlos luego de leer. Llamé a Jessica, la encargada del área telefónica y contestó enseguida.

—Buenos días, Shawn, ¿en qué puedo ayudarle?

—Buenos días, Jessica, ¿la señorita Isabella Fairchild se encuentra en el edificio?

—No ha llegado —, respondió a través de la línea.

Maldije en un susurro mientras firmaba. —Mándame a una secretaria que esté desocupada ahora mismo, por favor.

—Enseguida.

—Gracias —colgué la llamada y seguí firmando.

Escuché la puerta abrirse y levanté la mirada, no pude evitar rodar los ojos al verla.

—¿Qué se te ofrece? —oí su voz decir, sin coqueteos, sin ronroneos, más a mi favor.

—Necesito que vayas al área administrativa y le informes a Danielle que revise los correos electrónicos de la empresa, y que me haga llegar la información contigo. Gracias, y puedes retirarte.

Ella asintió, se giró y escuché sus altos tacones de aguja sonar, luego la oí detenerse.

—Hay un nuevo hombre en el edificio —informó —Joshua dice que debes ir a una junta dentro de tres horas con él para entrevistarlo.

Respiré profundo para que mi estrés no avanzara. —Está bien.

Ruth se retiró finalmente, y durante al menos veinte segundos me cuestioné el por qué de su actitud tan indiferente, y también agradecí por ello.

Por otro lado, Joshua enredó mis planes, no tenía demasiado tiempo como para entrevistar a alguien hoy. Me temo que tendré que quedarme hasta tarde, solo para no acumular trabajo para toda la semana y poder encargarme de instruir a Isabella, en lo que queda de la semana, en cuanto a mis normas y todo lo que debe hacer.

Si Joshua me está mandando a entrevistarlo junto a él, entonces es un empresario importante, al cual le asignarán un gran puesto.

Una hora y media después, acabé con todo el papeleo y decidí llevarlo a la oficina de Joshua yo mismo, inclusive debía llevar unas copias a la oficina del mensajero de la empresa. Quería toparme a Isabella, o al menos averiguar de qué se trata esto del nuevo candidato, me siento muy desorientado.

Unas cuantas personas en las salas de espera me miraban sin parar, los saludé con un asentimiento a todos y me dirigí hacia Jessica.

—Llama a Ruth y dile que lleve estos papeles a la oficina del mensajero, y que se encargue de entregarlos a esta dirección —le entregué un pequeño papel —, y muchas gracias, Jess.

Sonrió. —No te preocupes.

Le guiñé un ojo y me dirigí al ascensor con el resto de los papeles en una carpeta. Presioné el botón y esperé, sentí la presencia de alguien a mi lado y sin evitarlo, lo miré.

Un pelinegro bien afeitado, un poco más bajo que yo, vestía de traje y corbata.

—Disculpa —dije —, ¿necesitas algo?

Me miró, su mirada tan arrogante que pude sentir como si quisiera pisotearme, me analisó con su mirada, y yo obviamente no me inmuté.

—No, ¿y tú? —cuestionó, siendo tal vez un poco molesto.

Por un segundo quise sacarlo a patadas de aquí, pero recordé que soy de alto rango aquí, y esto es un lugar de alto prestigio, por lo que quedaría como un desubicado haciendo una escena tan inapropiada como esa.

Mi mirada no se apartaba de sus ojos verdes. —Realmente no.

Quería retarme, lo notaba, ni siquiera sabía por qué era tan arrogante si era la primera vez que cruzábamos miradas, incluso palabras. Una persona que me demuestra indiferencia, obtendrá indiferencia por igual.

El ascensor abrió, ambos dirigimos la mirada a la zona y ni siquiera me sorprendí cuando vi a Isabella dentro quitándose su abrigo. El tipo pasó con su mirada de suficiencia propia, y lo seguí apretando la carpeta entre mis manos.

—Buenos días —saludó Isabella.

—Buenos días —ambos respondimos al unísono.

—¿Oficina de Joshua? —cuestionó ella y asentí —, ¿eres nuevo aquí?

Se dirigió al tipo que nos acompañaba.

—Sí —contestó, quizás, un poco más amable —Vengo a una entrevista con Joshua.

No puede ser, voy a tener que mantener una conversación con este tipo que, sin conocerlo, quiere aniquilarme con la mirada, y quiere provocarme. Si se mantendrá aquí, tendré que conservar mi reputación y tratar de ignorarlo lo más posible. Podía ver de reojo como Isabella se dirigía hacia él.

Ella se sorprendió. —¿De verdad? Yo soy Isabella, su hija —tendió su mano —, un gusto conocerte.

—Abel Griffin —tomó su mano y la besó con delicadeza —, el gusto es mío.

Las puertas del ascensor se abrieron y no pude evitar salir aturdido de allí hacia la oficina de Joshua. Abrí la puerta al estar enfrente y dejé los papeles en su escritorio.

Me molestaba el cinismo de aquel chico, cuando Isabella aparece con su vestido con cuatro dedos sobre las rodillas, él cambia su actitud drásticamente. Seguramente quiere probar mis puños.

—¿Pasa algo, Mendes? —pregunta Joshua, al notar mi actitud extraña.

—Hay un tipo en el edificio que no había visto nunca —, informé, ignorando su pregunta.

—Seguro es el chico que será entrevistado —dice —, tiene tu edad, más o menos.

—Bien, en un rato vuelvo para la entrevista, tengo mucho trabajo.

—Me sorprende que él llegue tan temprano —, me mira un poco extrañado —Seguro necesita familiarizarse con el edificio, ¿no?

—Esperemos que sí —acomode mi corbata y me giré, dispuesto a salir.

—Vigílalo —me ordena.

Eso es algo que diría Joshua, puesto que soy bastante cuidadoso y puedo percatarme de cosas muy rápido.

Yo solo asentí y me dirigí a la puerta, para luego apretar el botón del ascensor frente a la oficina.

Escuché unos susurros a lo lejos, y me digne a caminar por el gran pasillo. Todo estaba despejado a esta hora, puesto que ya las secretarias de este piso estaban en su hora libre y solo quedaban dos vigilantes caminando de un lado a otro.

Asomaba mi cabeza por cada pequeño pasillo que pasaba, y no había nada. Sólo hasta que me topé con uno de los últimos.

Podía ver a Ruth y a Abel a lo lejos conversando, miraba los ojos arrogantes de ambos, no había una pizca de misterio en sus miradas, pero sí en un llavero que Ruth le entregaba a Abel, y luego una carpeta diferente a todas las que se entregaban aquí a diario. Supuse que no era de la empresa, pero me parecía sospechoso que estuviesen intercambiando objetos.

Lo que me pareció extraño fue: ¿ellos se conocían? Ruth no me dijo su nombre cuando me informó que debía entrevistarlo junto a Joshua.

Cuando vi que estrechaban sus manos, decidí caminar de nuevo al ascensor que se encontraba abierto, y marqué mi piso para drigirme hacia mi oficina y llamar a Jessica para que llevara estos papeles hacia la oficina del mensajero.

Sentado en mi lugar, me dispuse a pensar las imágenes vistas. Recordé que una vez que vi la ouija, la protagonista encontró un llavero entre sus cosas, y este llavero resultó ser una memoria. Tal vez aquel objeto lo sea.

Tal vez, mi problema es que me imagino demasiadas cosas, pero tengo que tener varias opciones en mente.

A la mente me llegó Isabella, sus clases, y pensé en que en la semana entrante era su cumpleaños número diecinueve. Supongo que sus padres realizarán una velada muy elegante, así que tendría que preparar mis regalos.

Al instante, tomé una hoja y comencé a teclear en la computadora, compraré muchos materiales profesionales para ella, los que esté seguro de que no ha tenido nunca en sus manos. Voy a asegurarme de regalarle un sinfín de materiales, y por supuesto, cosas femeninas que mandaré a comprar con mi asistente.

Tomé mi celular y marqué a Carlota, para informarle que tiene toda la disponibilidad con mi tarjeta de crédito, le expliqué cómo era Isabella y le pedí que incluyera una variedad de cosas. No sé mucho de mujeres, pero sé que cosas así le encantarían. También le dije que se asegurara de que adornaran cada regalo a la perfección, y que retocara todo ella misma a su preferencia.

Además de que su padre era mi gran socio y amigo, su hija también lo era, y quiero ser bastante detallista en cuanto a esto, incluso lo soy siempre.

Anoté algunas cosas que compre por Internet, llamé y me informaron que todo llegaba a mi puerta la semana entrante.

Todo estaba listo.

Al instante, me dispuse a revisar mi correo personal, aceptando varias solicitudes de colaboraciones el mes que viene, por lo cual tendría que viajar a New York y luego a Francia dos semanas después.

Francia... pensé.

Compré dos boletos al instante hacia Francia y New York, después de todo era mi secretaria personal a partir de hoy.

Escuché la puerta abrirse, revelando a Isabella con una caja de bolígrafos.

—Te enviaron esto desde la papelería —informó, estirándose para colocarlo en un estante alto sin poder alcanzar.



Isabella's POV

—¿Te ayudo? —cuestionó Shawn en mi oído, posicionando una mano en mi cintura y otra sobre la caja que estaba intentando acomodar, para finalizar él con la tarea fácilmente.

—Gracias —respondí, dejando un pequeño beso en sus labios rosados.

—Quiero proponerte algo —dijo, tomando mis manos, mientras me miraba fijamente, como si estuviese emocionado por contarme.

—¿Qué cosa? —cuestioné mientras él acariciaba mis labios suavemente con su pulgar.

—¿Te gustaría viajar conmigo?


N/A:

¡Hola, bebés!

Lamento tardar demasiado en actualizar, es que a veces no tengo tiempo ni de respirar. Pero aquí les traigo un nuevo capítulo de esta historia que planeo no abandonar hasta que llegue a su fin (el cual está muy lejano).

¡Feliz navidad y deliz año nuevo a todos! Espero que disfruten muchísimo este año, mis mejores deseos y muchos éxitos para todos. Al mismo tiempo, aprovecharé para agradecerles por todo, por apoyarme y a los que siguen allí a pesar de que tardo demasiado en actualizar. Nunca los abandonaré.

—Ari.

Continue Reading

You'll Also Like

144K 12.1K 49
Mia es una alumna con notas obresalientes quien además es la mejor amiga de Itadori Yuji, el menor de los gemelos más polémicos en toda la escuela. ...
196K 22.1K 37
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.
66.2K 3.9K 23
𝘋𝘪𝘤𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳𝘢 𝘪𝘮𝘱𝘳𝘦𝘴𝘪ó𝘯 𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦, 𝘗𝘦𝘳𝘴𝘰𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦, 𝘦𝘯 𝘦𝘴𝘦 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰...
408K 38.9K 62
La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por...