Miré a Harry de reojo. Noté como me sujetó el del brazo que tenía libre. Me tensé. Para ser sinceros, quería irme con Zayn no con Harry. La mirada fría de Zayn se posó en la de Harry que tarde o temprano le iba a saltar a la cara.
-¡Boo! –Exigió Zayn.
-Harry, vámonos. –Interrumpió Louis al ver a su amigo de pelo rizado.
-No. –Dijo fríamente. Me miró y alzó una ceja. –Vamos, no te voy a hacer daño.
Sacudí mi cabeza varias veces acercándome a Zayn. Harry pareció haberse dado por vencido. Giró hacia Louis y me soltó algo brusco. Comenzó a andar junto a él y a Vanessa.
Di un largo suspiro mientras vi como se alejaba. Volví mi mirada a Zayn y a las chicas y comenzamos a andar para volver a entrar dentro con los demás.
Noté la vaga sensación de que me observaban, un escalofrío recorrió toda mi espalda. Estábamos en una especie de callejón algo oscuro, tan solo lo iluminaba una pequeña farola en la que había numerosos mosquitos volando a su alrededor. Nau se detuvo junto a mí al ver que mis cosas estaban por el suelo.
-Boo… Tus cosas. –Señaló. Observé mi bolso, había un pequeño agujero, pero parecía como si lo hubiesen cortado con una navaja o algo similar, ya que el tejido estaba deshilachado.
-Mierda. –Exclamé. Me volví a las chicas y a Zayn. –Seguir, ahora os alcanzamos. –Ellos asintieron y me quedé junto a Nau recogiendo las diversas cosas del suelo.
-Pensaba que nunca os ibais a parar a recoger las cosas. –Se escuchó la voz de Harry.
-¿Has sido tú? –Me levanté del suelo enfadada. Harry se limitó a sonreír. Rodé los ojos y me volví hacia Nau que miraba entretenida la escena. -¿Falta algo más? –Pregunté a mi amiga.
-Creo que eso era todo… -Murmuró ella. Me encogí de hombros y me acerqué a mi amiga para volver de una vez dentro.
-¿Nos volveremos a ver? –Gritó Harry. Me volví hacia él.
-Claro, me debes un bolso nuevo ¿no crees? –Gruñí. Harry dio una pequeña carcajada.
-Cuando quieras, Boo. –Siguió el juego él.
-Me vendría bien uno ahora. –Murmuré enfadada. Ya que tenía mis manos cargadas de cosas junto a las de Nau. Harry se acercó a mí.
-Te he oído.
-No me importa. ¿Te puedes ir? –Pregunté cansada de él. Él se quedó parado en frente mía para sonreír de lado. -¿Te hace gracia mi cara? –Dije burlona. Él se encogió de hombros. -¡Me incomodas! –Dije enfadada ya que poco a poco iba acortando la distancia. Él me miró divertido. –Bah, adiós imbécil. –Me di la vuelta para seguir andando, pero él me agarró del brazo haciendo que me detuviera.