Nunca me olvides

由 WeAreJustThinking

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¿Nunca antes has sentido el deseo de desaparecer y no volver nunca?. ¿Nunca antes has sentido que ya no perte... 更多

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17 (penúltimo)
NOTA
PARTE 2
1

Capitulo 18 (ultimo)

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由 WeAreJustThinking

A la mañana siguiente, al salir de casa y aproximarme al coche junto a Tyler, las nauseas en mi estomago empiezan a surgir, lo único que me aliviaba era pensar que Tyler estaría conmigo en todo momento. Mi madre comenzó a manejar en dirección al hospital. Al llegar me baje de el coche y entre al hospital tomando la mano de Tyler. Nos dirigimos hacia la oficina de David en donde el me esperaba con una sonrisa.

- Hola Mia ¿cómo has estado?- pregunto mientras se acercaba a mi para abrazarme.

- Hola David, bien- conteste.

- Que bueno, solo te hare una prueba de sangre para ver como van las cosas ¿de acuerdo?.

Asentí con la cabeza y me senté sobre la camilla para que todo empezara. En ningún momento solté la mano de Tyler. David repitió el mismo procedimiento que la primera vez que me saco sangre y menos de cinco minutos todo ya había acabado.

- Bien, es lo único por hoy- dijo David indicándonos que podíamos irnos.

- Gracias- respondí.

- Los resultados estarán mañana a esta misma hora- volvió a hablar David.

- Aquí estaremos- respondió mi madre y desaparecimos de la oficina.

Al siguiente día nos encontrábamos de nuevo en el hospital, Tyler se encontraba conmigo de nuevo. Al entrar a la oficina de David pude observar su cara de preocupación.

- David ¿algo anda mal?- pregunte sin querer escuchar la respuesta.

- Las pruebas marcan un ligero empeoramiento- contesto.

- ¿A qué te refieres?- pregunto mi madre alarmada.

- A que es necesario que internemos a Mia de nuevo, solo por unos días- respondió.

Apreté la mano de Tyler y él me abrazo.

- Solo serán unos días, tranquila- susurro a mi oído.

- ¡No por favor!- empecé a gritar.

- Mia es necesario- hablo mi mamá con la voz quebrada.

- Por favor mamá no me dejes aquí ¡por favor!- le rogué.

- Lo siento cariño pero es por tu bien- dijo mientras se acercaba a mi y me daba un fuerte abrazo.

- ¡Tyler!- pronuncie su nombre.

El chico se acerco a mi y deposito un tierno beso en mis labios para después salir de la oficina junto con mi madre. Intente perseguirlos pero David me lo impidió. Buscaba la manera de salir de esta horrible pesadilla, no quería quedarme en este horrible lugar ni un minuto más pero tuve que hacerlo ya que no me quedaba de otra. David comenzó a guiarme hacia mi habitación.

- David ya se llegar a mi habitación, no tienes que mostrarme el camino de nuevo- rodee los ojos.

- De hecho antes de que vayas a tu habitación quiero que conozcas a alguien.

Entramos a un cuarto en donde había una gran televisión y tres grandes sillones.

- Espérala aquí, no tardara en llegar- habló y salió de la habitación.

Tome asiento en uno de los sillones y espere a que alguien llegara.

Poco tiempo después una pequeña niña, de unos nueve o talvez diez años, con cabello rubio y unos hermosos ojos verdes, entro la puerta.

- Ella Tessa, creo que serán buenas amigas- hablo David volviendo a entrar a la habitación.

- David tiene como nueve años- dije alzando una ceja.

- De hecho diez- replico la pequeño.

- Solo inténtalo Mia, no te hará daño una amiga aquí- dijo David.

- Bien, lo intentare- suspire.

David salió de la habitación dejándonos solas a la pequeña niña, cuyo nombre era Tessa, y a mi.

- Y bien ¿tu por qué estas aquí?- le pregunte para sacarle platica.

- Tengo el mismo problema que tu tienes, fui diagnosticada hace dos semanas- me explico.

- Lo siento- le respondí.

- Se que todo va a estar bien- hablo segura de si misma.

- ¿Cómo puedes estar tan segura?- pregunte curiosa.

- Porque creo en Él- me respondió ingenua, inmediatamente supe a quien se refería al decir Él. Dios- Siempre le pido que se cumpla su voluntad y se que estaré bien, ¿tu no le pides nada?.

- En realidad yo no creo en Dios- le explique desviando la mirada.

- Pero ¿por qué?- hablo algo asustada.

- Pienso que si Él existiera nada de esto ocurrirá, las personas no sufrirían, las enfermedades no existirían y tampoco la maldad.

- Pero Dios no crea esas cosas, Él simplemente las permite- respondió.

- Y ¿por qué lo permite?, si tanto nos ama como todo mundo dice Él no permitiría todo eso.

- Pero como vas a saber cuando estas feliz si nunca estas triste o como sabes cuando es algo bueno si no conoces la maldad- replico.

Me quede callada, la pequeña tenia razón. Recordé cuando era pequeña, mi mamá y mi papá nos llevaban a Jacob y a mi todos los domingos a la iglesia. No se cuando fue el momento en el que deje de creer.

- Deberías intentar hablar con Él algún día, te aseguro que te sentirás mejor. Tengo que irme, espero que nos veamos pronto Mia- hablo Tessa parándose de su asiento.

- Adiós Tessa- me limite a contestar.

Durante la siguiente semana mi amistad con Tessa incremento mucho, era una niña grandiosa y a pesar de su corta edad creía mucho en Dios. La admiraba, la fe que tenia era enorme, me encantaría poder tener la fe que tiene ella pero me costaba trabajo en los momentos difíciles.

Un día me encontraba sola en mi habitación y quise hacer el intento.

- Hola- comencé a susurrar- No se como hacer esto, pero si estas ahí escuchándome quiero que sepas hare todo lo posible por creer en ti de nuevo.

Mi madre entro a la habitación y me calle inmediatamente.

- ¿Con quién hablabas?- pregunto acercándose a mi.

- Con nadie- dije observando mis manos- Bueno en realidad si... hablaba con Dios- musite.

- Mia ¡eso es grandioso!- dijo mamá alegre.

Le sonreí sin mostrar los dientes.

- Me ha dicho Tyler que vendrá a verte esta tarde- comento.

- Genial, lo extraño mucho- dije- Quisiera ver a Tessa antes.

- Me temo que Tessa no saldrá de su habitación hoy.

- ¿Le pasa algo?- pregunte con preocupación.

- No lo se cariño, David me ha pedido que te dijera, talvez mañana ya puedas verla- intento calmarme- Tengo que irme, te amo.

- Yo a ti.

Apenas salió de la habitación volví a hacer el intento.

-Bueno, como te decía, hare todo lo que pueda para creer en ti de nuevo. Solo quiero pedirte una cosa... si muero- pronuncie con dificultad- Quiero que las personas que se quedan aquí en la tierra sufran lo menos posible, por favor.

Esa misma tarde Tyler fue a visitarme.

- Hola hermosa- dijo entrando a la habitación.

- Hola- conteste.

Se acerco a mi y me abrazo, hundí mi cara en su cuello y aspire su delicioso aroma.

- ¿Cómo has estado?- pregunto mientras se acotaba a mi lado.

- Supongo que bien, David no me ha dicho nada pero me siento bien- respondí mientras admiraba su rostro.

- Espero que pronto puedas salir de aquí- pronuncio.

Ambos nos quedamos observándonos sin decir ni una palabra. Era impresionante lo mucho que amaba a este chico. Estuvimos bastante tiempo simplemente mirándonos hasta que una enfermera nos interrumpió y él tuvo que marcharse.

Una semana más paso, no tenia ni una notica de Tessa y por alguna razón sentía que algo había pasado. Seguí hablando con Él y cada día que pasaba era mejor. Diario le pedía lo mismo... "cuando yo muera, que los demás no sufran".

Estaba en la misma posición que hace unos meses, encerrada en una habitación de cuatro paredes, pero algo había cambiado, desde que Tessa llego a mi vida y me enseño lo importante que es rezar veía las cosas de una manera diferente. Estar en este cuarto ya no me molestaba más y la paz en mi interior era cada vez más grande.

El viernes por la tarde Tyler regreso a verme, se recostó en mi lado y coloque mi cabeza en su pecho, pude sentir su respiración y escuchar los latidos de su corazón.

Pronto una luz de color blanca ilumino mi rostro dejándome casi ciega y haciendo que cierre los ojos. De un momento a otro todo se volvió oscuro y vi mi alrededor de color negro. Perdí la noción del tiempo por lo que no supe descifrar cuanto permanecí de esa manera, intentaba abrir mis ojos pero mi cuerpo no me obedecía.

Cuando al fin pude abrirlos observe mi alrededor, de inmediato reconocí el lugar. Mi habitación. Mi casa. No entendía lo que pasaba, recordaba haber estado en el hospital hace un momento. Traía puesto un hermoso vestido blanco y el pelo suelto, cayendo sobre mis hombros. Mi instinto fue pararme de la cama y bajar corriendo las escaleras en busca de mi familia.

- ¡Mamá, Jacob, Olivia!- gritaba los nombres sin conseguir una respuesta.

Salí de la casa y me sorprendí. ¿Qué estaba pasando? No entendía nada. En vez de encontrarme con la calle, la casa de Tyler y la vecindad, me encontré con un gran jardín lleno de flores de todos los colores, el azul del cielo era perfecto y era posible ver a el sol ocultándose, el canto de los pájaros hacían una melodía preciosa.

- ¡Mia!- escuche aquella voz tan familiar a mis espaldas.

Los ojos se me abrieron como platos y el cuerpo se me paralizo.

- ¡Papá!- grite y forcé a mi cuerpo a moverse hacia la dirección de mi padre.

Corrí y me lancé a sus brazos, él me cargo y dio vueltas. Traía puesto su traje de militar.

- Te extrañe- dije con una lagrima choreando por mi mejilla.

- Yo igual cielo- dijo secando la lagrima.

Los dos permanecimos en silencio.

- ¡Mia!- escuche que otra voz familiar gritara a mis espaldas.

- ¿Tessa?- pregunte extrañada.

La pequeña corrió hacia mi y la abrace. Traía un vestido blanco al igual que yo.

- No entiendo- volví a hablar- ¿En donde estoy?.

La pequeña apunto con su mano hacia alguna dirección. Seguí con la mirada hacia donde Tessa apuntaba y me encontré con un hombre. Un escalofrió recorrió mi cuerpo y una paz me invadió. Él hombre se acerco a mi y tomo mi mano, caminamos hasta una pequeña banca y nos sentamos en ella. Nadie dijo nada.

Ahora entendía todo. No estaba muerta, estaba más que viva y me encontraba sentada junto a Él. Todo era simplemente perfecto.

- Tienes que regresar Mia, aun no ha llegado tu momento- dijo Él con voz angelical.

- ¡No!- me negué- Quiero quedarme aquí, contigo.

Él negó con la cabeza.

- Por favor no me hagas volver- le rogué.

- Hay personas que te necesitan ahí Mia... ¿recuerdas a Tyler?.

Me ericé al escuchar su nombre y asentí con la cabeza.

- Pero...- quería decir que no quería volver por mi enfermedad pero no encontraba las palabras indicadas.

- Te prometo que cuando vuelvas estarás curada. Habrá sido como si nunca hubieses estado enferma- respondió como si leyera mis pensamientos.

La lagrimas salían de mis ojos incontrolablemente y Él me abrazo.

Cerré los ojos y al volverlos a abrir me encontraba con Tyler. Lo abrace con todas mis fuerzas.

- No estoy muerta- susurre.

- Por su puesto que no- dijo extrañado.

- Llama a David, tienen que hacerme un análisis de sangre ¡ya!- dije desesperada.

Tyler estaba confuso pero aun así me obedeció y salió de la habitación en busca de David.

- ¿Qué pasa Mia?- dijo David preocupado mientras aparecía en mi habitación.

- Necesito que me hagas un análisis, quiero saber como va todo con mi enfermedad- le explique.

- De acuerdo, te lo haré mañana a primera hora.

El sábado al despertar David me llevo hacia su oficina para poder realizar los análisis.

- ¿Cuándo estarán listos?- le pregunte apenas la aguja salió de mi cuerpo.

- Tal vez hoy en la tarde- respondió.

- ¿Tal vez?- pregunte.

- Estarán listos hoy en la tarde Mia, ¿por qué actúas tan extraña?.

- ¿Extraña yo?- dije con una risa y salí de la oficina.

Al llegar a mi habitación, tome mi teléfono y le llame a mi madre, le informe que esta tarde quería que toda mi familia este aquí cuando den los resultados de mis análisis. También le llame a Tyler.

Cuando la tarde llego, mi familia, Tyler y yo nos encontrábamos en la oficina de David, esperando los resultados de el análisis. David apareció por la puerta con una mirada de asombro. Una sonrisa se formo en mi rostro. Se sentó ante nosotros y nos enseño los resultados.

- Mia... ¡esta curada!- grito las ultimas palabras.

Mi familia y Tyler estaban sorprendidos al igual que David. Todos se pararon de sus asientos y me abrazaron. Mi madre soltaba unas lagrimas. Era una escena conmovedora. Todos lucían una enorme sonrisa en su rostro. Seque unas cuantas lagrimas de mis mejillas y mire hacia el techo.

- Gracias- susurre.

FIN.

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