Capítulo VIII
La biblioteca era muy grande, quizás exageradamente grande. Me sentía como una pequeña e insignificante mancha dentro de ella. Estaba llena de libros que se remontaban al siglo XV y también de polvo en las repisas superiores. La única alma viviente allí dentro aparte de nosotros era la bibliotecaria que estaba ojeando despreocupadamente un libro y estaba cabeceando, apunto de dormirse. Parecía una biblioteca fantasma, completo silencio y con la bibliotecaria durmiendo.
—Supongo que no le veo el caso en preguntarle donde encontramos libros sobre la Historia griega—Murmuré viendo de soslayo a la bibliotecaria, que ya había cedido al sueño.
—Mmm, así que estamos relativamente solos—Murmuró Justin fingiendo inocencia. Acarició a posta mi pierna con la suya—. ¡Joder!
Le di una patada y rodé los ojos.
—No pienses en pasarte de listo conmigo, y como vuelvas a tocarme te dejaré en serio sin hijos.
—Uh, claro, intentaré no hacerlo—Me guiñó un ojo, haciendo que rodara los ojos de nuevo. Me levanté y comencé a ojear por las estanterías hasta que encontré Historia Griega. Había sido una búsqueda de varios minutos pero al menos había tenido resultado, si tan solo la bibliotecaria hiciera su trabajo sería más fácil.
Dioses, historia, mitos, leyendas, tradiciones... ¡oh aquí está! Idioma.
Eran dos libros en el estante de al final. Repasé el pasillo con la mirada para ver si encontraba a Justin y él se dignaba a alcanzarlos, pero no había rastros de él. Me puse en puntillas e intenté alcanzarlo, pero lo único que conseguí fue rozarlo.
—Oh, perfecto.
—¿Necesitas ayuda?—La voz de Justin me espantó. Me giré para mirarlo. Sus ojos brillaban en diversión. ¿Cómo había llegado a allí tan rápido? Ni siquiera me giré dos segundos.... Ah, cómo sea.
—Sí, no alcanzó los libros.
—Ah, ¿quieres que los coja?—Me preguntó, arqueando una ceja.
—No Justin, quiero que me los firmes—Murmuré sarcásticamente.
—Ignoraré eso. Bueno, tendrás que hacer algo para que los baje.
—¿Algo?—Arqueé una ceja.
—Un... beso—Dijo. Mi boca se abrió en una meuca graciosa y burlona. ¡Claro!
—Eres un flirteador sin remedio, Justin Bieber—Murmuré—. Y un idiota.
Justin me cogió de la cintura y me pegó contra su cuerpo. El calor que su cuerpo emanaba era encantador... pero... agh, no, él es un idiota. Justo en el momento en el que iba a reclamar y a golpearlo, escuché el golpe seco de los libros rebotando contra el suelo justo detrás de mí.
—Oh, creo que me debes una—Murmuró divertido, Me giré todo lo que sus brazos me permitieron para comprobar que los libros, los dos libros que no pude sacar se habían caído al suelo, eran grandes y pesados, y probablemente me hubieran dado un gran golpe si Justin no me hubiera sacado de ahí. ¡Peor no le debo nada!
—Nadie te pidió que lo hicieras—Murmuré por lo bajo. Justin sonrió de costado. Aún no me soltaba, y no estaba muy segura de por qué yo no estaba haciendo nada al respecto. Sus dedos estaban acariciando embriagadoramente mi cintura y su tacto me quemaba incluso sobre el horrible uniforme. ¿Eso era extraño? Oh, y me gusta su cercanía, y sus ojos mirándome... por cierto, están otra vez extraños, no tan amarillos pero no completamente mieles. Llevo mis manos a su pecho en un acto para empujarlo, pero la acción se queda ahí y dejó mis manos tranquilamente descansando. ¡Venga! ¿Por qué no lo están empujando?
—Oh, qué inteligente boca tienes, ______(TN), lástima que no pueda decir lo mismo de tu cabeza...
—Eres muy insultante, demasiado—Fingí una sonrisa y llevé mi mano a su cabello, lo acaricié pasando a tocar a posta la piel de su cuello. Dos podían jugar este juego.
—¿Oh, no te vas a enojar?—Preguntó arqueando una ceja.
—¿Por qué debería?—Arqueé una ceja de la misma forma de él.
—Porque es la única razón por la que me gusta picarte—Susurró en mi oído. Oh mi dios, esto se está volviendo en mi contra... su voz en condenadamente seductora, él es seductor, la forma en que me susurra, en que me mira y sus dedos acariciando mi cintura. ¿Cuándo me había puesto así de liada con un chico?
—Oh, ¿Porque quieres verme enojada? O mejor dicho ¿Por qué quieres verme enojada?
—Porque te ves encantadoramente bien.
—Oh, así que lo de puta americana...
—Sabes que no lo decía en serio—Susurró. Sus ojos flameantes y su boca entre abierta. Oh, mierda, es tan malditamente sexy y estúpido. No es una combinación poco habitual, pero su belleza sí lo es y es como... hipnotizante. ¿No se supone que iba a jugar con él como él lo está haciendo conmigo? Oh pues no está resultando, nada, nada bien.
Me acerco a él, nos estamos acercando, nuestras bocas están literalmente a un milímetro de distancia. Estoy mirando sus labios, él está mirando a los míos. Oh, Dios, tan solo un milímetro y voy a besarlo.
Ninguno de nosotros da el siguiente paso, ninguno parece querer ceder, hasta que se me ocurre la más fascinante idea para vengarme de el.
Nuestros labios se rozan.
—Estás jugando con fuego—Susurro. Siento su sonrisa muy cerca.
—Eso explica porque me estoy quemando ahora mismo—Uy, no me esperaba eso, hábil con las palabras. Sonrío y aumento el roce, pero no lo beso, descaradamente muerdo su labio inferior, haciendo que un jadeo escape de sus labios y me siento ¡tan bien! Venganza cumplida, y qué venganza oh por dios, probablemente la más satisfactoria y placentera que haya realizado.
Me separo de él rápidamente. Está desprevenido así que no me cuesta zafarme de sus brazos. Su mirada de confusión me hace reír, pero me contengo como puedo.
—Venga, ¿creías que la tendrías fácil?—Pregunté y negué con la cabeza, dándome media vuelta y desapareciendo por la puerta.
|*|
Oh, maldita fuera esa chica.
Y se ha ido contorneando las caderas así a propósito, y sí que ha funcionado, ni siquiera he podido besarla. Lo extraño fue que perdí el control por completo pero al mismo tiempo lo tenía completamente.
Deseaba ese beso más que su sangre, y eso completamente ilógico.
—¡Drew!
Oh genial, Grace, y no puedo sacar la sonrisa de mi cara, oh, esa chica va a volverme loco, sabe tan bien... y eso que lo único que pude probar fueron sus dientes (o más o menos ella me probó a mí)
—Lo has hecho muy bonito en el salón, verdad—Murmura enojada. Ve mis ojos probablemente amarillos y su boca es una perfecta O. Se supone que le prometí alejarme de _______(TN), y no quiero lastimar a mi prima.
Bueno, teóricamente ella es mi prima, no de sangre, pero quién la convirtió en vampiro fui yo y eso nos hace primos... supongo, no lo sé, da igual.
La historia con Grace es complicada, la conocí en 1914 en Rusia, cuando la Primera Guerra Mundial se estaba desatando, el caso es que la seduje porque quería tomar su sangre. Grace siempre ha sido una hermosa chica, la envidia de las mujeres y el deseo de los hombres, y ella lucía perfecta para mí, de todos modos tenía previsto morir en la guerra por lo que era la oportunidad perfecta, pero hubo un cambio de planes. Estábamos en su habitación, besándonos, cuando uno hombre entró con una escopeta a matarme. Sabía que yo era un vampiro, no sabía como pero se había enterado, pero cuando la bala aterrizó directo a mi corazón, nada sucedió, porque no tengo corazón, ni siquiera estoy realmente vivo. Grace entonces supo que yo era una especie de ser inmortal, sabía que era un vampiro. Su pretendiente terminó muerto por mi culpa, pero él se lo había buscado. Grace me rogó que la convirtiera, no podía hacerlo. Ella se había enamorado de mí y pensaba que yo también.
Pues resultó que el chico, cuyo nombre era Diego, no estaba del todo muerto, e intentó dispararme por última vez, dándole erróneamente a Grace en el estómago. En plena Guerra Mundial no era fácil conseguir un médico y la tecnología era escasa, Grace estaba apunto de morir así que la última alternativa que me quedó fue convertirla en vampiro, así que la mordí lo suficientemente profundo como para insertar mi veneno y no tocar su sangre.
Luego ella se enamoró de un mortal, lo que sentía por mí estaba completamente muerto. Lo amaba, con su vida, pero ella era un vampiro y sabía que era imposible, pero de todos modos lo intentó. Terminó mordiéndolo un año luego de haberlo conocido, lo cual era realmente imposible porque el amor a la vez conlleva deseo y lujuría, y haber aguantado un año no era algo que se viera a menudo. A Grace no le gusta hablar de él, ni siquiera lo menciona, mencionarlo le hace mal, aunque sospecho que piensa en él todo el tiempo, aunque no puedo leerle la mente, no sirve entre vampiros, solo con humanos y animales, porque son más débiles que nosotros.
Desde que sucedió eso, Grace nunca volvió a ser la misma, sin embargo nos volvimos unidos, como uno solo, como hermanos, dependemos el uno del otro y por eso estoy intentando no lastimarla, pero no puedo alejarme de ______(TN), probablemente no hasta que la muerda, pero no puedo hacerlo. Sin embargo hay una razón oculta. No solo no puedo hacerlo.
No QUIERO hacerlo.
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nuevo capitulo
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podrian pasar por las demas novelas
*La Preferida Del Jefe
besos