Capitulo 31 - Crees que soy...

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Capítulo XXXI


Era increíblemente gratificante volver a sentir el sol otra vez.

Aunque por la cara de Justin y Grace, ellos no sentían lo mismo.

—Si lograba no deprimirme con el horrible y lluvioso clima de Inglaterra, un clima como este me hacía la chica más feliz de todo el planeta tierra y volver a ver a mis amigos luego de que solo pudiéramos hablar cuando podía tomar un ordenador de la biblioteca hasta que algún maestro me atrapaba no era algo justo.

De todos modos solo tendría como máximo cinco minutos para hablar con cada uno porque el hecho de estar aquí en California era no ser encontrada y posteriormente asesinada por un sicario contratado por un vampiro.

Estaba arriesgando mucho en esto. Justin y yo lo estábamos haciendo. Junto con Grace y Mircea, él se había encargado de aliarse con una enorme cantidad de vampiros que darían lo que fuera por volver a ser humanos y dejar de depender de la sangre y de matar a sus seres queridos. Cualquier paso en falso que diéramos desde ahora era crucial para nuestra propia destrucción.

Justin no podía morir, pero no era tan así conmigo.

—Bien, aquí es. Tenemos toda la casa hasta la próxima luna llena —dije, mirando lo que hace unos meses era mi residencia en California y que ahora era solo residencia de mi padre y su queridísima, joven, hermosa, roba fortunas y cabeza hueca novia.

Dos días antes de que llegáramos aquí oficialmente, Justin había obligado a mi padre a tomarse unas vacaciones de un mes en un crucero alrededor del mundo (¡Cuán conveniente!) y como sus poderes casi nunca fallan, él lo hizo y ahora estaba en alguna parte del océano pacífico.

—Vaya, sí que te dabas la buena vida, __________(TN) —silbó Grace mientras admiraba el lugar, que se consideraría demasiado enorme como para tres personas, pero aún así mi padre me sacó de ella.
—Sí, bueno. Me di cuenta de que a pesar del clima y las pequeñas habitaciones, ese estúpido internado es mejor que estar aquí—dije y abrí la puerta, dejando a los chicos pasar antes de volver a cerrarla junto con todas las ventanas porque Justin y Grace no dejaban de quejarse de lo molesto que era el sol.
—Estoy muriendo de hambre. Voy a ir de caza —dijo Grace mientras bostezaba—. Espero que la comida sea mejor que el clima —y desapareció tan rápido de mi vista que literalmente no pude ver cuando salió de la casa.
—Tenías un bonito hogar —me dijo Justin suavemente.
—Tenía —suspiré resignadamente y me tiré rendida contra el sofá. Había sido un viaje de varias horas, y aunque había dormido más de la mitad de él, la diferencia de horario aun seguía siendo un problema.
—Bueno, dicen que las cosas pasan por algo —él se sentó a mi lado y me abrazó—. Odio el sol, Dios —gruñó luego.
—Yo odio que no haya sol. Por Dios, ¿lo odiabas también antes de ser vampiro?
—Claro que no lo odiaba, solo que cuando eres vampiro el sol es tan molesto como cuando prenden la luz cuando acabas de despertar en la mañana.
—Vaya, eso debe ser agonizante —me reí.
—En serio, lo es —Justin sonrió pero luego su sonrisa se desvaneció.
—¿Qué? —pregunté preocupada.
—No sé cómo voy a hacer para protegerte durante todo este tiempo del mundo exterior —suspiró.
—Todo va a salir bien, ya lo verás —besé su mejilla y me acurruqué contra él—. Todo lo que tenemos que hacer es aguantar durante menos de tres semanas y todo estará acabado.
—Y si lo logramos, ¿qué va a pasar luego? —preguntó él con su mirada perdida. En realidad, lo entendía, porque Justin no podía ni siquiera recordar cómo era tener una vida humana luego de tanto tiempo. Quizás Grace lo hacía porque iban solo cien años, pero quinientos años era un enorme periodo de tiempo y las circunstancias de la transformación de Justin no habían sido las mejores, pero ahora tenía la oportunidad de reivindicar lo sucedido, podría empezar de nuevo y esta vez las cosas tendrían que ser diferentes.
—No lo sé —susurré—... solo sé que tendrá que ser mejor que esto. Quiero estar contigo, Justin, con todo lo que eso significa, pero la inmortalidad está interfiriendo, y sabes tan bien como yo que en algún punto tendremos que separarnos, ya sea por eso o porque aunque morderme no esté en tus planes a menos que sea en luna llena, es algo inminente.
—Lo sé,,, pero nada está a nuestro favor.
—Claro que sí —aseguré—. Solo tienes que dejar de ser tan pesimista.
—No sé qué voy a hacer si te pierdo —admitió con voz estrangulada.
—No vas a perderme —tomé su rostro entre mis manos—. Te prometo que no vas a perderme.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—¿Y tú? Estás casi seguro de que las cosas van a salir mal, pero no es así. Todo va a salir completamente bien.
—Tú optimismo es inaguantable.
—Tu pesimismo también lo es —rodé los ojos y por fin obtuve una sonrisa real de su parte. Le sonreí de vuelta y lo besé, porque era ahora o nunca. No había punto medio, o las cosas salían bien o todo se iba a la mierda, eso dependía de cómo lleváramos nosotros la situación, y tenía fe en que sabríamos como llevarla y si teníamos suerte todos estarían felices y ambos estaríamos fuera del mundo paranormal que nos envolvía, porque si pudiera regresar el tiempo atrás y evitar que mi padre me enviara a Derbyshire, no lo haría, porque este era mi verdadero hogar. No California, no Inglaterra. Justin.

Night View |j.b| [Terminada]Where stories live. Discover now