Maraton 3/3 - Capitulo 37 - No voy a poder hacer esto si sigues mirándome así

5.4K 311 2
                                    

Capítulo XXXVII

El lugar era una revolución. Ya casi era el momento, cuando el reloj diera las doce y la Luna Llena estuviera en su punto máximo todo iba a cambiar. Abajo, Elina y Justin estaban intercambiando palabras (o más bien gritando) entre ellos. No alcanzaba a escuchar lo que ellos decían, pero a juzgar por su tono de voz nada bueno podía estar sucediendo, luego escuché un fuerte portazo que hizo retumbar todas las paredes. Justo cuando decidí salir de la cama, Justin entró a la habitación con la palabra "preocupación" tallada en todo su rostro y venía soltando varias malas palabras.

—¿Qué pasa, Justin? —pregunté preocupada. Él se sentó a mi lado en la capa y soltó un pesado suspiro.
—Tenemos un gran problema, ________(TN).
—¿Qué sucede? —contuve la respiración.
—Te mentí... cuando te dije que no había nada que no pudiera matar a un vampiro o que un vampiro no pudiera matar a un guardián, pero fue una mentira por omisión porque no sabía que eso en realidad podía pasar.

Justin llevó una mano a su cabello y se lo agarró, frustrado. A pesar de mi ignorancia a lo que estaba sucediendo, lo abracé y le susurré que todo iba a estar bien.

—Cuéntame —susurré en su oído.
—Se llaman Hermanas de Sangre. Son dos espadas creadas desde el origen de los vampiros. Es el único artefacto que puede usarse para herir a un vampiro brutalmente, si se usa alrededor de su cuerpo. Las heridas tardarían en sanar al igual que tardan en un cuerpo humano, y si es enterrada en el corazón... te mata.

Me llevé las manos a la boca, jadeando. ¿Acaba de decir matar? Parpadeé varia veces, sin salir de mi asombro, y sentí cómo todo mi cuerpo comenzaba a tiritar de manera inconsciente. ¡Esas cosas podían matarlo!

—Y no es solo eso —cerró los ojos, como si lo que fuera a decir le doliera—. Es también el único artefacto que le permite a un vampiro matar a un Guardián.

Por eso está preocupado, es por mí, no por él. Santo Jesús. Ambos somos muy buenos para preocuparnos de todos menos de nosotros mismos.

—Joder, Justin —jadeé—... pensé que no, yo pensé que... ¿Ellos tienen una?
—Aparentemente han encontrado una.
—¿Y qué hay de la otra?
—No... no lo sé —gimió—. Están perdidas hace miles de años, y se perdieron por separado. Podrían estar en cualquier parte del mundo, probablemente en Grecia.
—¿No podemos conseguirla?
—Demasiado arriesgado, además es imposible conseguirla en menos de tres horas. No podemos arriesgarnos: si perdemos esta Luna Llena no vamos a sobrevivir durante otro mes. Tenemos que tomarla a la medianoche real del lugar en el que nos encontremos, no la impuesta por el gobierno, tenemos como máximo unos tres minutos de desfase.
—Agh, joder —gruñí—. ¿Dónde está Grace? ¿Y Elina?
—Elina acaba de salir hecha un demonio ¡Y Grace! Como si no fuera lo suficientemente malo, se ha ido en la madrugada y no ha vuelto, y no puedo comunicarme con ella, pero mientras esté conectada a Herminia, no pueden hacerle daño.
—Porque Herminia recibirá el daño también —dije, suspirando—. Eso es algo bueno.
—Bueno entre lo malo —dijo con pesar y se dejó caer de espaldas contra la cama, luego me miró—. No sé qué voy a hacer si algo te sucede.
—Nada va a sucederme —dije con mi mejor sonrisa tranquilizadora. No quería comenzar con un ataque de pánico porque YO no sé qué haría si algo le sucediera a él—. Voy a estar bien. Ambos vamos a estarlo.

Me acosté junto a él en la cama y recosté mi cabeza en su pecho, sintiendo cómo su corazón latía frenéticamente. Cerré los ojos y disfruté de su contacto. Llevé mi mano a su rostro y acaricié su mejilla suavemente, intentando tranquilizarlo. Justin soltó un largo suspiro y cubrió mi mano con la suya.

—Queda poco tiempo, _______(TN).

La noche ya se había cernido sobre nosotros, y la Luna Llena ya era visible. Solo quedaba un poco más de dos hora para que llegara a su cénit. Era complicado que nos encontraran ahora, pero aun así necesitaba aprovechar cada momento.

Este no era mi territorio. No sabía cómo moverme.

—Justin... —susurré, no muy segura de qué decir. Que la habitación estuviera oscura tampoco me daba mucha confianza.
—¿Sí, cariño?

Las que fueran las palabras que pensaba decir quedaron atrapadas en mi garganta, así que solo me giré para quedar sobre Justin y uní mis labios con los suyos suavemente. En vez de apartarme, como usualmente hace, sus manos afirmaron mi cintura y me estrecharon contra él, sosteniéndome como si tuviera miedo de que en cualquier momento me iban arrebatar de sus brazos.

Me separé un momento para mirarlo a los ojos: eran fascinantes, porque era Luna Llena y estaban de un color rojo mezclado con un dorado brillante que iluminaba la habitación. Llevé mi mano a su rostro y acaricié cada una de sus facciones, memorizándolas. Él me sonrió dulcemente y me dejó tocarlo libremente.

—Eres, definitivamente, el hombre más hermoso que he visto en mi vida —susurré.
—Y tú la mujer más hermosa que he visto en la mía.
—No robes mi línea —dije divertida.
—Solo estoy diciendo la verdad —corrió un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, y antes de que siquiera supiera que iba hacerlo lo besé, devorando sus labios como si fuera la última cosa que iba a hacer en mi vida. Justin gimió y nos hizo girar, quedando sobre mí. Se afirmó contra sus codos para no aplastarme, mientras yo aprovechaba de recorrer todo su cabello y base de su cuello con mis manos.

Sus labios eran tan dulces que llegaban al punto de ser embriagadores, de marearme y opacar cualquier otro pensamiento que estuviera teniendo, y amaba cada segundo.

Con manos temblorosas, recorrí la extensión de la espalda de Justin, arañándolo levemente. Él gruñó y cada uno de sus músculos se tensó bajo mi toque. Aún no estaba muy segura de por qué no me había detenido ya, pero solo esperaba que no lo hiciera, porque lo necesitaba tanto que llegaba a ser doloroso de alguna manera.

Sus labios dejaron los míos, y ambos nos tensamos cuando bajaron y recorrieron mi cuello, rozándolo, pero pronto me relajé y me dejé llevar por las sensaciones, por lo bien que se sentían sus labios sobre mi piel cuando ni siquiera estaba besándome, sino más bien probando hasta que límite podía llegar sin descontrolarse. Súbitamente, mordió mi cuello y yo gemí, enterrando mis uñas en su espalda para disolver la deliciosa y nueva sensación de dolor y placer combinadas.

—Joder ________(TN), sabes perfectamente que esto no es una buena idea —jadeó sobre mi cuello.
—Hoy es Luna Llena —mis manos ascendieron hasta su cabello, revolviéndolo—. Nada va a pasar, confío en ti.
—Yo no confío en mí —gimió.
—Si crees que no vas a poder manejarlo solo detente —susurré. Si no me besaba pronto, iba a volverme loca.

Justin soltó un gemido de rendición y se apoderó de mis labios otra vez, fervientemente, tan fervientemente que apenas podía llevar su ritmo desenfrenado sin quedarme sin aire en los pulmones. Sus manos dejaron mi rostro para descender por mis brazos, acariciándolos con tanta dedicación y cuidado como si fuera de porcelana.

—_________(TN), te deseo demasiado como para poder controlarme —dijo con voz estrangulada.
—Confío en ti —volví a repetir y puse su rostro entre mis manos para obligarlo a que me besara de nuevo.

Justin respiró pesadamente y luego me miró algo alarmado. Sus ojos estaban brillantes y podía sentir cómo sus manos apretaban con fuerza la sábana. Sabía que yo estaba siendo egoísta, pero ninguno de nosotros sabía qué era lo que iba a pasar esta noche o si íbamos a sobrevivir a ella, y yo tenía el horrible presentimiento de que algo iba a salir mal, aunque no estaba muy segura de qué, pero si no podíamos tenernos a nosotros en cuerpo y en alma ahora, nunca lo haríamos, quizás.

Pasé mis manos entre su pelo y luego acaricié su rostro, memorizando cada facción, como si ya no las conociera perfectamente. Los ojos de Justin no dejaron los míos en ningún momento de mi travesía. Se sentía tan bien acariciarlo, tocarlo, recordarlo y saber que era mío. Que lo amaba. Que me amaba. Quizás sería suficiente con eso en esta vida, nuestro amor sería lo suficientemente grande como para esperar por la siguiente vez que nos encontráramos, así pasaran cientos o miles de años.

—En Luna Llena es el único día donde mi sangre no es mortal para ti —susurré—. Hoy estamos bien, Justin.

Justin dejó de estrangular las sábanas y se relajó un poco. Su cuerpo presionó contra el mío cuando se dejó caer sobre mí y amé la sensación. Busqué sus labios a ciegas en la oscuridad y lo besé delicadamente, esperando que no arrepintiera. Parecieron pasar años antes de que sus manos dejaran las sábanas y subieran a través de a través de mi torso debajo de la camisa. Sus manos estaban tan frías, que hicieron que todo mi cuerpo temblara ante su contacto, pero amé la sensación de él tocándome. Justin dejó mis labios y comenzó a repartir pequeños besos alrededor de mi rostro, haciéndome sonreír. Cuando volvió a besarme en los labios, pude sentir su sonrisa sobre la mía, y me relajé considerablemente al saber que él también se había relajado.

Dejé que mis manos vagaran por última vez alrededor de su cabello y su cuello antes de detenerlas en su pecho y abrir los primeros botones de su camisa inexpertamente. Me encantaba como su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración, y cómo su aliento golpeaba dulcemente contra mi rostro, y cómo sus ojos brillaban tan peculiarmente y no se apartaban de los míos.

—No voy a poder hacer esto si sigues mirándome así —dije, sonriendo, peleando irremediablemente con el segundo botón de la camisa.
—Tengo que admitir que es divertido verte intentando —me sonrió de vuelta. Finalmente pude deshacerme del botón, pero cuando el tercero también decidió ponerse terco, solté un gruñido de frustración y abrí la camisa de par en par, haciendo que los botones restantes salieran disparados a alguna parte de la habitación.

Justin decidió apiadarse de mí y sacarse la camisa antes de que a mí me diera un ataque de frustración. Se inclinó de nuevo contra mí y nos hizo girar, de modo que quedé sobre él y libre de tomar las riendas. Tomé su rostro entre mis manos y lo atraje hacia mí, besándolo bruscamente. Ambos gemimos al contacto y nos besamos como si no termináramos de tener suficiente del otro. Cuando nos separamos, yo estaba jadeando como si hubiera corrido un maratón.

—¿Cómo... vas? —pregunté mientras intentaba recuperar algo de aire.
—Jodidamente bien —murmuró Justin y volvió a besarme antes de que yo pudiera recuperarme del todo, pero la falta de aire no era un impedimento o una distracción cuando Justin Bieber te estaba besando como si no fuera a verte nunca más en su vida.

Quizás esa oración podía tener algo de cierta, pero no quería pensar en eso.

—Créeme que tampoco tengo ganas de perder tiempo en estos botones —susurró sobre mi cuello, justo después de que sus manos se encontraran con el primer botón de mi camisa escocesa. Parecía tener tan poca paciencia como yo, y solo lo comprobé cuando repitió mi acto y tiró de la camisa con fuerza, abriéndola exitosamente y enviando a los botones a volar detrás de los suyos. Las yemas de sus dedos acariciaron mis hombros y mis brazos cuando sacaron mi camisa oh-tan-lentamente y un escalofrío recorrió mi cuerpo y me sacudió por dentro y por fuera. Era inexplicable cómo con un simple roce hacía sacudir todo mi universo. Lo amaba tanto que me consumía, ¿era así cómo él se sentía?

Justo cuando estaba dispuesta a desabrochar el botón de sus pantalones, Justin tomó mis manos, evitándolo. Nos hizo girar de nuevo, acorralándome contra su cuerpo y la cama. No soltó mis manos cuando me besó, por lo que quedé totalmente inmovilizada y privada del beneficio de tocarlo. Sus labios dejaron los míos para descender a mi cuello, donde besó y mordió por igual. Siguió bajando a través de mi escote, por mi vientre hasta el hueso de mi cadera, de alguna manera de las arregló para desabotonar el botón de mis pantalones con los dientes, así no fue necesario soltar el agarre de mis manos. Todo mi cuerpo tembló y casi tuve que reprimir la necesidad primitiva de abalanzarme contra él y besarlo hasta desgastarme.

De todos modos, no podía moverme.

Cuando al fin decidió dejar de torturarme, yo ya ni siquiera tenía cabeza para moverme, estaba demasiado extasiada y perdida en otro universo, ensimismada en las sensaciones que recorrían mi cuerpo. No había manera de que pudiera pensar claramente en este punto.

Las manos de Justin agarraron las cinturilla de los vaqueros y lo bajaron a una velocidad tan lenta que estuve a punto de suplicar por piedad. Mientras tanto, sus labios iban recorriendo el camino que mis pantalones iban trazando; besó el hueso de mi cadera y luego el interior de mis muslos, suave y delicadamente, con besos hechos para volver loca a una mujer. Gemí y cerré los ojos, echando mi cabeza hacia atrás, intentando canalizar mis sentidos.

Sus labios iban en mi pantorrilla cuando los pantalones alcanzaron su punto máximo. Desabrochó una sandalia como si fuéramos propietarios de todo el tiempo del mundo y la quitó más lento aún. Estaba segura de que estaba provocándome a propósito. Repitió el mismo proceso con la otra y luego se deshizo de los pantalones ahora que el calzado no se lo impedía. Volvió a ascender a través de mi cuerpo mientras besaba cada centímetro que recorría y era bastante probable que yo hubiera olvidado cómo respirar.

—Acabo de comprobar que toda tú sabes justo tan bien como aquí —susurró en mi oreja, mientras su pulgar delineaba mis labios apreciativamente. 
—Y yo acabo de comprobar que eres un experto en la provocación femenina —dije entre jadeos.

Pude sentir su sonrisa sobre mi cuello cuando volvió a él. No estaba besándome, solo podía sentir el roce de su nariz, volviendo con la provocación.

—Y tú eres una experta en provocación masculina, y ni siquiera tienes que intentarlo —murmuró con voz ronca.
—No necesitas redimirte respecto a eso.
—Oh sí, definitivamente lo necesito.
—¿Entonces lo debo considerar una venganza? —me mordí el labio, aguantando la respiración cuando su rostro se quedó en el valle de mis pechos.
—Considéralo como una venganza en particular que va a agradarte.

*

*

*

*****************************************************************

Lo siento no pude terminar de subir el domingo, en serio lo siento, ademas porque los capitulos anteriores no tienen votos y ya ni hablamos de comentarios se las dejo aqui y hasta que yo vea que se han esforzado subire capitulo yo no tengo clases hasta el lunes asi que calculo que entre esos dias la termino completamente asi que los capitulos ya estarian totalmente listos, hasta que lleguen a 8 votos tansiquiera aqui viene lo bueno aprovechenlo plis 

esta novela ya va a llegar a 3K de leidos enserio muchisimas gracias lo unico que no entiendo es que la sipnosis tiene mas de 400 leidos y en adelante casi no hay por que ??

Bye

Night View |j.b| [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora