-¿Te refieres a... los tres... juntos?-trague saliva nerviosa.
-Claro, ¿porque no?-respondió con simpleza.
¿Que perdía con intentarlo?
-De acuerdo-asentí y fui a mi maleta para buscar ropa.
Cuando la tuve lista fui al baño y allí estaban los chicos en bóxer.
***
Me enrolle la toalla en el cuerpo y Sean me cargo como un costal de manzanas hasta la cama.
-Se puede saber porque hiciste eso? -mi ropa se quedo en el baño y ahora tenia que regresarme otra vez.
-Oh vamos, yo quería hacer eso primero. -se quejo Diego.
-Para la próxima no seas tan tortuga idiota. -se burlo Sean
-Si, y para la próxima me dicen que harán esto para agarrar mi ropa, que por su culpa se quedo en el baño. -fui otra vez al baño y cerré con pestillo para que ninguno de los dos entrara.
Me puse mi ropa interior y agarre el vestido viéndolo por ultima vez.
-¿¡Sean!? -Grite
-¿Que sucede?
-¿Es necesario que tenga que ir muy formal a esa reunión? -Mire el vestido. Es hermoso. Lo único que lo arruina es que lo tenga que usar para ir a esa tal reunión llena de ancianos aburridos con platicas que dan ganas de dormir.
-Bebe, sabes que si es una reunión de Alfas tiene que ser formal. Créeme que si pudiera cambiar esta regla, lo haría.
Blanquee los ojos.
-Esto es patético. Como si yo tuviera ganas de ir a esa torpe reunión. -dije molesta mientras me ponía el vestido.
Sali del baño descalza y me dirigí a la cama donde me esperaban unos tacones enormes.
Me senté en esta y me los puse.
Después decidí pararme un poco temblorosa y cuando estaba a punto de caerme me sujete con fuerza del hombro de Diego que estaba riéndose de mi.
-Deja de reírte, ¿no ves que voy a morir en esa reunión? -le pegue un manotazo y el se rio aun mas.
-Oye tranquila mujer, solo es una reunión.
-No -espeto Sean- ''No es solo una reunión'', en esta, el Alfa de otra manada vendrá a decirnos algo importante. Es el Alfa mas fuerte de todos y tienen que tenerle mucho respeto.- se dirigió a mi y me amarro el listón color café en la cintura. -No quiero que sean descorteces, por favor, Erika, necesito que seas lo mas amable posible. ¿De acuerdo?- asentí, ¿que mas podría hacer? - Y Diego, por favor, no digas nada grosero.
Diego se encogió de hombros. -No prometo nada.
Se puso un esmoquin como el de Sean y luego se peinaron.
Yo tarde en hacerlo. Mi cabello se enredaba y se hacían muchos nudos.
Bufe.
Nada me salia bien.
Cuando por fin pude desenredarlo, agarre el pequeño aparato que me dejaría liso el cabello y con delicadeza lo pase por pequeños mechones de mi cabello.
-¿Te ayudo? -dijo Diego apuntando mi cabello.
Asentí.
-Por favor -suplique- Espera, ¿sabes hacerlo?
-Claro que si, ¿crees que mi cabello se pone hermoso por obra de magia?
-Pero tu tienes un gran copete, ¿cuando...?
-Hace mucho, una vez lo hice. Mi cabello quedo perfecto. Pero, descubrí que si lo hago liso, los flequillos me molestaran en los ojos y tendría que estar quitandolos a cada rato. -rio.
-Ojala hubiera podido verte así. -susurre.
Después de unos minutos, Diego termino su labor y fue a ponerse la corbata.
-Gracias -sonrei y el me guiño un ojo.
Me puse un pequeño moño color blanco en el cabello y después de practicar un poco mas caminando con los tacones, ya estaba preparada para ir a la reunión.
-¿Me ayudas? -dijo Sean viniendo hacia mi mientras apuntaba su corbata.
-Lo siento pero no se como se hacen esas cosas.
-Demonios.
-Yo si se -dijo Diego viniendo hacia nosotros.
Le acomodo la corbata a Sean y luego me dio un fugaz beso en la mejilla.
-Yo se hacer de todo -dijo feliz Diego.
Mi ya perturbada mente pensó de otra forma y lo único que hice fue reír nerviosamente.
-Muy bien, entonces, hay que irnos. -dijo Sean, Diego y yo asentimos y juntos, salimos de la habitacion a un lugar reservado que estaba cerca de aquí.
Solo una cosa- hable- ¿En serio tienen que ir vestidos así? Digo, no me malinterpreten se ven sexys así pero, por Dios, estamos en Hawaii, ¿A quien se le ocurre invitar a personas que vayan vestidas así?
-Erika, por favor, no digas eso cuando estemos en la reunión. -Musito Sean
-Esta bien pues, me callo.
Seguimos caminando hasta llegar a un jardín lleno de muchas plantas de todos los colores.