Capitulo 55

8.1K 589 138
                                    

Sean encendió el carro y arrancamos rapidamente. En medio del camino, Sean puso su mano en mi pierna desnuda y me miro de reojo.

-Me gusta que te pongas vestidos. -dice el.

-Recuerden que todavía estoy aquí, inadaptados -dijo Sebastian refunfuñando desde atrás.

El tiempo paso rápido y cuando menos lo esperaba, ya estábamos frente a la puerta de la casa de Sean.

Sean manipulo la llave en la puerta y luego la abrió donde después, Aaron vino corriendo feliz a abrazarme.

-¡Que bien que ya llegaste! ¡Te extrañe mucho! -dijo emocionado. Le correspondí al abrazo igual de feliz que el y luego todos entramos a la casa.

-¡Al fin llegas Sean! -dijo una voz femenina de la cocina.

-Ella es mi hermana... -dijo Sean incomodo. -Es Sofia

Sebastian comenzó a respirar entrecortado.

-¿Sebastian? -dije- ¿Que tienes?

-E-Ella es mi... mate -dijo tranquilo después de unos cuantos minutos.

-¿Que? -dijimos al unisono Sean y yo. -¿Desde cuando? -dijo Sean molesto.

-Desde hace dos meses. -dijo Sebastian. Sofia vino desde la cocina con una gran sonrisa y cuando vio lo que pasaba, llego casi corriendo poniéndose a un lado de mi hermano.

-¡Déjalo Sean! -dijo con voz firme Sofia.

Yo no hacia nada. Simplemente me quede allí parada, analizando las palabras de Sebastian.

¿Porque no me lo dijo?

-¡¡No le hare nada, maldita sea!! -gruño Sean.

-¡Entonces deja de mirarlo así! ¡El no tiene la culpa! -Vocifero ella al borde de la histeria.

-¡Erika! -exclamo Sean- ¡Llévate al niño a mi habitacion!

-No tienes por que gritarme, estoy justo a un lado de ti -respondí tomando de la mano a Aaron mientras empezaba a caminar hacia las escaleras.

No quería dejar solo a Sebastian.

-Muy bien, entonces platicaremos como personas civilizadas -Sentencio Sofia. Fue lo único que escuche de su parte. Eso me mantuvo tranquila. Así que continué mi rumbo hacia la habitacion de Sean.

Una vez que estuvimos dentro de esta, cerré la puerta por si acaso a Sean la daba un ataque de violencia y gritaba incoherencias.

Me senté en la cama y puse mi cabeza entre mis manos mientras que Aaron se sentaba junto a mi.

-Solo déjame decirte que soy ningún niño Erika -dijo el abrazándome.

Sonrei.

-Tienes nueve años, Aaron. -suspire.

-Soy muy maduro para mi edad, soy bueno para ti. He cambiado. -Dijo riendo.- Y veo que tu tambien, estas hermosa. 

-Gracias campeón, seguro que eres todo un adulto -solté una risita.

-Lo seré por ti 

-Hay muchas cosas que tu no puedes hacer, Aaron

-¿Como cuales? ¿Hacerte mía?

Levante mi cabeza y lo voltee a ver creyendo que estaba alucinando.

Su rostro inocente me miraba con una sonrisita maliciosa.

-¿Como... ? -murmure confundida.

-Escuche a Sean decirte eso una vez que estuve con ustedes. No sabia el significado de eso así que le pregunte a unos amigos y me dijeron que era cuando las parejas se unían entre si. Raro ¿verdad? Sabia que entenderías el doble sentido. -dijo mientras se acercaba mas a mi -Parece que no eres tan inocente como yo lo esperaba.

Me quede sin habla. 

¿Que clase de niño inteligente y pervertido es este?

¿Donde quedo la inocencia que había en el?

-Olvídalo... -fue lo único que logre decir. Me levante de la cama y camine hacia la puerta recargándome en ella.

Lo que me hizo preguntarme : ¿Donde esta Diego?

-¿Piensas en mi? -pregunto Aaron frente a mi.

¿Este niño se tele transporta o que?

-No -respondí.

-¿Entonces porque me mirabas? No me malentiendas, me encanta que me veas pero ¿que pensabas sobre mi? ¿en algo sucio?

-No... y... ¡vete a dormir! -respondí nerviosa mientras apuntaba hacia la cama.

-No

-¿Por que no? mira, esta nublado, duérmete. A mi me encanta dormir cuando el clima esta así.

-Entonces ven conmigo a la cama.

-¿Que? no no no, solo acurrucate por allá y duérmete.

-¡Quiero que vayas conmigo, Erika! -exclamo molesto mientras un gruñido salia de su garganta.

-¿Acabas de gruñir me? -balbucee 

-¡Si! Espera ¡no! ¡no lo se! 

-¡A mi no me gruñas! ¡No soy tu esclava para estarte obedeciendo! -de acuerdo. Tal vez jamas debí haber dicho eso a Aaron pero, ¡por Dios! todo esto me estresa. Que Diego no aparezca, que Sebastian no me haya dicho que ya había encontrado a su mate, que Sean parece estar engañándome con la zorra de su amiga y todavía tener que estar aguantando a un niño de nueve años con las hormonas de un chico de diecisiete.

-¿Y si yo quiero que lo seas? -murmuro cruzado de brazos.

-¡¡Erika!!


Mi pequeña mateWhere stories live. Discover now