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Diego se coloco atrás de mi y pego su ''amiguito'' en mi trasero a lo que yo solté un gemido, el gruño y puso su mano en mi vientre para luego empujarme contra el bruscamente. Volvió a gruñir. Después siguió haciendo eso hasta que intente detenerlo.

-Diego basta, por favor.-murmure en su oído ya que me había ladeado, Diego tenia los ojos cerrados y suspiraba con cada movimiento que hacia.-Diego...-suspire.

-Deja...que...termine...mmm...ya casi-su respiración estaba entrecortada y estaba levemente sonrojado.

Dios, ya no aguantaba mas, ya no seria virgen después de esto.

-Para, por favor...-su movimientos eran cada vez mas bruscos y su agarre en mi vientre se hacia cada vez mas fuerte.

El timbre de la casa sonó por toda la casa y me levante asustada pero volví a caerme porque Diego no me soltaba.

-Diego, están tocando la puerta-dije nerviosa por quien pudiera ser

-Déjalos, hay que seguir con lo nuestro-dijo Diego a punto de quitarse los boxers.

-¡¡No te los quites!!-me tape los ojos y escuche que el rio

-¿Quieres quitármelos tu?-Eso no se pregunta

-No, no no no, dejatelos-por ahora

-Oh vamos, prometo que seré cuidadoso, a menos que tu quieras lo contrario, verdad?-me miro pervertido y yo me solté de su agarre nerviosa

Dame duro contra el muro Diego

A verdad? las engañe

-Tocan la puerta, mejor voy a ver quien es-salí del cuarto dejando a Diego totalmente caliente y cuando llegue a la puerta de la entrada encontré a Sebastian.

-¡¡Sebastian!!-salte a sus brazos  y el me abrazo.

-Oye pequeña, te acabo de ver en la mañana, tanto me extrañaste?-me miro sonriendo y yo negué

-Nopi, solo que quería decirte algo antes de que te vayas a la universidad-el me miro confundido

-¿Que cosa?-pregunto sentándose en las sillas del comedor

-Que me trajeras comida de allá-Sebastian tienen unos amigos muy peculiares. Siempre que va a cenar con ellos, siempre pero SIEMPRE le dan mucha comida, yo no podría ir con el a esos lugares porque son universitarios pero el me trae comida de allá, por eso lo amo.

-Sabes que siempre lo hago, tonta-me revolvió el cabello y subió a su habitacion para darse otro baño y vestirse otra vez.

Diego bajo las escaleras con un pantalón de pijama puesto y cuando me vio, una sonrisa traviesa  se asomo en su rostro.

-Te pasas Diego, casi nos descubren, idiota-me senté en el sofá después de prender la television y disfrute de una película que se llamaba Ciudades de Papel.

Estaba rara la película porque pensé que trataba de figuras de papel o una ciudad hecha de papel con pequeñas personitas de papel, pero no, era totalmente diferente. En fin, me gusto.

-Bebe, quiero que vayamos a la cama, mmm- susurro Diego en mi oído. Se había sentado a un lado de mi y sus brazos estaban rodeando mi cintura.

Diego

La quería, la amaba, la deseaba.

Quería hacerle saber que era mía, pero ella no se dejaba.

Ya se que es menor de edad, pero demonios, cuanto la deseaba.

Su pequeño cuerpo, su inocencia. Todo en ella me calentaba.

Hoy  en la mañana que Erika no estaba, decidí dormirme pero entonces sucedió...

(Pequeñas lectoras, esto es el sueño de Diego, no crean que paso en realidad porque todos sabremos que no pasara,aunque...)

Era ya de noche, todas las noches que no duermo con Erika, siempre reviso su habitacion por si hay algún problema y para luego mirarla por un rato mientras ella dormía. Era hermosa

Pero esa noche fue diferente.

Fui a su habitacion pero ella no estaba en la cama, me asuste. A lo mejor le paso algo. Pero mis dudas se fueron cuando Erika salio del baño en ropa interior, supongo que se asusto porque pego un  pequeño brinquito pero luego se tranquilizo al ver que era yo.

De pronto ella se fue a su cama y me hizo señas de que me acostara con ella, yo lo hice, jamas desperdiciaría una oportunidad como esta.

Cuando ya estaba con ella, se quito su corpiño dejándome a la vista sus pequeños pechos.Quede embobado viéndolos que no me di cuenta en que momento me estaba besando pero me gustaba, le seguí el baso mientras subía mis manos por su pequeña cintura hasta llegar a sus pechos donde encajaban perfectamente en mis manos.

Me levante sudando y con una enorme erección debajo de mis pantalones así que decidí quitarla cuando llegara Erika, tal vez si me veia solo en boxers, dejaría al aire su lado salvaje y me seguiría. Porque leí en Internet que una mujer se deja llevar por su lado salvaje cuando ve a un hombre semidesnudo.

Pero ella no se parecía a las chicas normales, ella es demasiado tierna e inocente para hacer algo así.

Así que seguí insistiendo cuando estaba su hermano en su cuarto y estábamos a solas los dos en la sala.

Pero, ella tenia sus propias barreras Anti-Caliente-Diego.



Mi pequeña mateWhere stories live. Discover now