Nota

22.1K 1.5K 161
                                    

Antes de empezar el capitulo pequeñas Pandilobas, debo decirles que muchas Gracias por leer este intento de novela. Ya son 22.3k leídos, deberás se los agradezco mucho a toda(o)s que hayan votado y comentado y a las pequeñas  lectoras fantasma.

Todos los que votaron,comentaron y leyeron esta novela ahora están ocupando un espacio en mi corazón(◔‿◔)♥.

Sorry por no haber subido los capítulos pero es que estaba castigadita por uno que otro problema jejeje, ya es navidad y yo me ando portando mal. No pos Guau.

Este capitulo esta dedicado a todas esas personitas especiales que son ustedes

Ahora si, Que empieza el capitulo

Capitulo 15

Desperté por los pasos que se escuchaban por toda la cueva.

Intente moverme pero no podía, esto me esta asustando.

Abrí los ojos pero la luz me encandilo los ojos, parpadee varias veces para poder acostumbrarme a la luz. Pude distinguir siluetas de personas.

Eran humanos.

Una larga cadena rodeaba mi cuello y estaba amarrada a una jaula enorme.

Joder, me sentía un estúpido perro

-¡¡Arriba maldita perra, levántate que no tenemos mucho tiempo!!-exclamo un hombre algo anciano.

-¡¡Maldita perra la concha de tu madre imbécil!!-me defendí y lo único que recibí fue un golpe con un periódico en mi cara.-¡¡No soy un maldito perro estúpido!!-y otro golpe pero aun mas fuerte.

Iba a responderle mas fuerte pero un aullido agonizante me hizo voltear para atrás.

-¡¡DIEGO!!-chille cuando vi a Diego siendo golpeado y amarrado con cadenas de plata. Sus quejidos resonaban por todo el lugar.

Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos y empecé a patalear.

-¡¡DÉJENLO EN PAZ, MALDITOS HUMANOS, DÉJENLO!!-mis gritos y pataleos eran en vano porque ellos  no dejaron de hacerle daño.

Un hombre que parecía ser el líder, traía una jeringa en su mano con una sustancia morada dentro de ella. De pronto inyecto esa sustancia en la piel de Diego. Grite todo lo que podía.

-¡¡NO!! ¿Que le hicieron? ¿porque hacen esto?-gritaba pero ellos me ignoraban.

Vi como llevaban a Diego en otra jaula incluso mucho mas grande que la ''mía''. Sentí como jalaban de mi cuello, era otro hombre jalando con las dos manos mi ''correa'' y me caí de espaldas de donde estaba.

Me limite a caminar hacia la jaula que estaba arriba de la camioneta color rojo y cuando subí a esta, busque con la mirada a Diego y no lo encontraba.

Un hombre algo joven se acerco a mi jaula y traía consigo la misma sustancia desconocida que le pusieron a mi Diego.

-¿Porque hacen esto?-susurré al borde del llanto.

-Lo siento, solo recibimos ordenes.-dijo y luego me inyecto el liquido en mi brazo.

Me sentí débil pero seguía luchando con el candado que me tenia enjaulada y después todo se volvió oscuro.

Tiempo después...

Volví a despertar por segunda vez en el día y no veía nada.

Todo estaba oscuro

-Vaya hasta que al fin despiertas hermosa niña-susurro una voz masculina en mi oído.

-¿Donde estoy y quien carajos eres tú?-Murmuré enojada.

-Ese vocabulario pequeña, nunca debes faltarle al respeto a tu pareja, se una niña buena y cierra la boca.

-Cierra la boca tu a ver si así dejas de joder, además tu no eres mi pareja, estas mas feo que un aborto de mono con tumor en la cara-escupí con furia y cierto tono burlón en mi voz.

-Eres muy rebelde, lo que mas me gusta. Solo que me siento insatisfecho, me gustaría presumirle a alguien que ya encontré lo que tengo aquí-respondió siniestramente, después llego unos de sus ayudantes y le ofreció una cámara. El aborto de mono la agarro y luego la prendió.

Me comenzó a grabar.

Estaba amarrada a un silla con mis piernas amarradas a cada pata de esta y mis manos estaban con cinta gris en la recargadera de esta.

-Mira Sean, tengo a la mujer mas hermosa en mi escondite secreto. Lastima que no sepas donde esta tu bella mate...o debería decir MI mate. Llámalo como quieras pero ella ya no te pertenece...En fin, mandale saludos a tu sucio perro de tu estúpida mente Alec. Adiós.-dijo lo ultimo y apago la cámara.

-¿Porque le haces esto a Sean?-no me contestó.-Estúpido contesta-tampoco contestó, solo me ignoró.

-Sera mejor que te lleven a tu celda, ahí dormirás cómoda y calentita como un bebé-respondió sarcásticamente.

Me empezaron a quitar las cintas y las cuerdas de las manos y los pies y yo me abalance hacia aquel tipo e intente golpearlo pero el fue mas rápido y se movió hacia otro lado y yo solo alcance a rasguñarle la cara.

El solo río y se fue.
Maldito psicótico de mierda.

Me cargaron entre 5 hombres porque yo me zafaba de sus brazos y luego de que caminaran mucho, se detuvieron en una celda y me arrojaron ahí.

Gruñí molesta.

Me había golpeado el trasero.

Frente a mi celda estaba otra y dentro de esa estaba...







Diego.

-Diego, por favor despierta tenemos que luchar y salir de aquí.

El estaba muy mal.

Estaba solo en pantalón pero estaba todo sucio.
Había muchas cortadas en su fuerte abdomen y tenía sus manos atadas a la pared con cadenas quedando vulnerable. Su labio inferior estaba con mucha sangre y ciertos moretones estaban en todo su cuerpo. Su cabello levemente despeinado se lograría ver a kilómetros.

-Diego despierta. Te...sacaré de aquí, solo...tienes...que... responderme...háblame. Di algo...por favor-toda mi cara estaba empapada de lágrimas al mencionar la última frase.

-Te amo-susurro Diego abriendo los ojos.

Mi pequeña mateWhere stories live. Discover now