Light
No sabía a qué sitio moverme, de modo que, preferí quedarme detrás de su espalda, acariciando esta sutilmente con las yemas de mis dedos mientras él se encontraba sentado al borde de la cama con los codos apoyados sobre sus rodillas.
La ansiedad podía conmigo, B me había contado su versión acerca de lo ocurrido, pero escuchar esta confesión de los propios labios de Elle me tenía con el vello erizado. No paraba de preguntarme si la historia dicha por uno o por otro cambiará de forma significativa... Sea como fuese, le oí carraspear y me mantuve estático a su lado dispuesto a escucharle hablar.
—Hideki Ryuga conquistó cada uno de mis sentidos apenas le ví entrar al salón y... no sé, si me tocase describir lo que experimenté, sería algo así como una especie de magia que te envuelve de forma inminente. Una química sin reparo. Sus ojos, la voz, su piel... es ese tipo de persona que tú ves y dices: si me pudiese fabricar una pareja, sería idéntica a esta persona. Es probable que suene a tontería, sin embargo, la verdad es que yo tenía sólo quince años, una etapa en que crees que lo sabes todo, y que tu pensamiento es la completa realidad, te sientes invencible, imparable, te muestras lleno de confianza, pero la verdad es que las inseguridades te hacen temblar. Dices y proclamas que nada te afecta, pero el qué dirán es tu mayor tormento —comencé a acariciar sus brazos no queriendo interrumpir la fluidez con la que se estaba desenvolviendo—. Nunca he tenido habilidades sociales, supongo que en la distribución de genes, fue mi hermano quien las heredó. Él y yo no estábamos precisamente muy unidos, pero tampoco digamos que nos la pasábamos en guerra, en ese tiempo con Beyond estudiábamos en el mismo instituto. Con su carisma y su brillante sonrisa mi gemelo le causaba carcajadas a Ryuga, en ocasiones, le veía llorar de la risa que este le provocaba, y yo... Yo con mi timidez e introversión no hacía más que morir de celos. Con el tiempo, Beyond y Hideki comenzaron a salir, y no te voy a mentir, comencé a odiar a B por eso, no sé, me distancié de él, me irritaba su voz, su socarronería, el parecido que tanto me estorbaba... De modo que, idiota como yo solo, me decidí a conquistar a Ryuga, le enviaba mensajes, le miraba en clases y, poco a poco, él empezó a buscarme. No tardó en entregarse a mí, conquistarlo no me fue difícil, yo tenía una especie de morbo junto a él, la sensación de estar haciendo algo incorrecto me llenaba de adrenalina, follarme a Hideki cada vez que podía me ponía a tope, me encendía, y Ryuga... Era como un muñeco, era sexy, erótico, la habitación de la enfermería se colmaba con sus gemidos.
—Pero... ¿cómo?, Hideki estaba contigo ¿y a la vez que con Beyond?
—Así es. Lo hacíamos a sus espaldas.
—¿Qué?, pero Elle....
—Un tarde —me interrumpió sabiendo que iba a quejarme— me cansé de ese bobo juego, no quería que Beyond le tocase también, de modo que, calculé todo para que ese día B nos descubriese teniendo sexo en el salón —hasta el momento es tal y como me lo contó Beyond—. Mi hermano nos vio extrañado, como si no terminase de asimilarlo, sin embargo, tomó sus cosas y se fue sin decir una palabra, Ryuga intentó detenerlo, pero no le dejé escapar de mis brazos y se asumió que su relación había terminado. Hideki si bien no era malo, tampoco era ningún Santo.
—Él... ¿estaba enamorado de ti?
—Completamente, tanto como yo de él. No obstante, con el tiempo Hideki habló con Beyond y continuaron siendo amigos, lo que nuevamente me saturó. Odiaba la mente abierta de B, jamás he conocido a alguien tan liberal y comprensivo como él. Total, que siguieron riéndose juntos y yo me comía la cólera que me provocaba el verlos dialogar.
—¿B trató de acercarse a ti?
—Me avergüenza decir que sí, varias veces, pero yo no podía estar con él, me sentía rabioso, inseguro de que me hiciese lo mismo que yo.
—Entiendo.
—Hasta ahí lo peor había pasado, sin embargo, cuando las aguas habían calmado, llegó al instituto la noticia de que un caza talentos asistiría al festival escolar de nuestro instituto, lo que emocionó mucho a Hideki pues él siempre soñó con ser actor. Yo no estaba de acuerdo, que ese tipo le aceptara significaba que se iría del país a debutar, de modo que... —sentí su cuerpo temblar, todos los músculos de su cuerpo se tensaron, y tragó con tremenda amargura el nudo que se le había hecho en la garganta—. Yo, para arruinar su presentación y evitar su partida, me lo follé en pleno podio... —masculló avergonzado— mis ganas de poseer tanto su cuerpo como su mente me llevaron a hacerlo jadear al micrófono con el que él iba a recitar su monólogo. Todo el instituto lo supo, y saboteé lo que había demorado cuatro horas diarias dos semanas completas practicar.
—Elle... —sumergí las manos al interior de su cabello, tratando de dimensionar la intensidad de sus celos para haber enloquecido de esa manera.
—Estalló en rabia, me insultó, me golpeó, y, más tarde, planeó todo para... Para incendiarme en el gimnasio del instituto. No recuerdo bien cómo llegué a casa, el humo había penetrado mis pulmones, el olor a gasolina me había embriagado, todo ardía en llamas, mis ojos estaban llorosos mientras escuchaba los gritos de Ryuga y mi voz pidiendo auxilio, la desesperación raspaba mi garganta, yo, yo...
Elle encogió el cuerpo escondiendo la cara entre sus manos, y, aunque trató de evitar que sucediese, comenzó a sollozar desconsolado. Esta culpa debe perseguirlo a cualquier sitio... ¿Cuál es el límite de nuestros errores?, ¿hasta qué punto nuestros equívocos pueden ser perdonados? No puedo hacer que deje de llorar, no sería lo correcto, de hecho, es lo que corresponde luego de relatar una vivencia tan amarga, y es que, pienso que todos tenemos un punto débil en nuestra historia, cada una de las personas en nuestro interior tenemos una o varias penas que cada vez que mencionamos en voz alta nos quiebra el temple y la voz.
—Debes pensar que soy un monstruo, Light... —murmuró con la respiración irregular propia de la gente que se derrumba ante otra.
Nunca he sabido qué hacer cuando otro llora, ¿existen palabras mágicas capaces de desaparecer el dolor de otro? Le abracé con más fuerza, susurrándole al oído que no lo era, que todo estaría bien, que era un valiente, y que yo estaba para apoyarlo.
****
(Beyond)
—B, ¿qué pasa? —preguntó Near alzando una ceja cuando se percató de que mi notable erección había bajado en proporciones considerables.
—Eh... No sé, como que tengo ganas de llorar —confesé agotado, encogiéndome de hombros limpiándome el sudor de la frente y liberándome de entre sus piernas.
Fatigado, me subí el pantalón y el cierre de este al darme cuenta de que todas las ganas de seguir llenando el interior del albino con mi semen habían desaparecido. Joder, Elle, odio que te pongas sentimental cuando estoy follando.
—Qué horror, B, estaba a segundos de tener mi quinto orgasmo —se quejó blanqueando los ojos, acomodándose en el sofá sin el menor interés en vestirse, mostrando sin pudor alguno su blanquecina desnudes.
—Sí, perdón, es que la nenaza de mi hermano debe andar de llorica otra vez —respondí estirándome en el diván que estaba frente al sofá. Siempre que me viene este sentimiento de nostalgia sin un estímulo que lo provoque, es la vivencia de mi hermano la que acaba por afectar mis acciones. No podíamos ser mellizos, no, putos gemelos resultamos ser.
—¿No estás preocupado por él?
—¿Debería? No es como que carezca de alguien dispuesto a consolarle.
—De "deber", pues no, y, en cualquier caso dudo que te necesite, ya sabes, tiene a todo el instituto a disposición.
Y a Light...
Joder, qué ganas de ver a Light tengo, es como si todo mi cuerpo se encendiese al visualizar su rostro.
Quedé con la vista fija al techo, dejando mi mente divagar por sus recuerdos... Quiero verlo, en serio quiero hacerlo... Pero no debería... Lo sé, lo tengo claro.
—Oye, B —nombró Near llamando mi atención—, Mello me envió un mensaje ayer, quiere que nos veamos.
—¿Y?, ¿Qué le dirás? —pregunté centrándome en él nuevamente.
—Que me chupe un huevo —contestó—. Lo pillo metiéndose la polla de ese apestoso pelirrojo hasta la garganta y todavía cree que puedo perdonarle.
—Pero haz que te compre cosas, déjate regalonear, no sé...
—B, por favor, mira mi casa, yo no tengo problemas de dinero.
—Eso es cierto...
—Oye, B, ¿y por qué dejaste a Matt?, hasta donde yo sabía, él estaba coladito por ti...
—¿Qué?, ¿Matt?
—Sí.
—Realmente me acabo de enterar, y la verdad es que no tenía ni idea.
—¿No quieres conocerle?
—No, me gusta tu compañía. Además, en estos momentos estoy enamorado, no serviría de nada.
—¿Sigues colgado de ese estudiante de intercambio? —qué horrible suena dicho de esa manera.
—Sí... bueno, lamentablemente la cosa es como es.
—¿Y por qué no lo enamoras?, quédate con él, ¿no dicen que en la guerra y en el amor todo se vale?
—Yo ya perdí esa batalla, Near.
—Yo creo que no, si le causas lástima, irá por ti.
—No quiero su lástima.
—Algo me contaste a grandes rasgos, ¿no era que él bajaba la guardia contigo cuando le mostrabas esa cara dulce que tanto te esmeras en esconder? Esa debe ser tu estrategia, ¿no te parece?
—No es que no me parezca, el tema es que ya no quiero más problemas, estoy harto de este lío.
—Ya...no tiene sentido darle tanta vuelta, después de todo, se sabe que los estudiantes de intercambio se van en... ¿Dos meses más?, aprovecha y fóllatelo antes de que el asiático se largue.
¿Cómo?, ¿dos meses?, ¿sólo dos?
—Es cierto... Light jamás ha dicho que tiene intenciones de permanecer en Inglaterra... —pensé en voz alta, recién cayendo en cuenta del detalle, ¿mi hermano lo sabrá?, seguro que sí, sería lo más lógico—. Se irá...
—No sé tú, B, pero yo creo que tienes todo el derecho del mundo a ir por él, por último, a despedirte —sentenció levantándose del sofá y encaminándose hacia la cafetera que se hallaba sobre la mesita de centro—. Además, yo me acuerdo que cuando tenías quince años Elle te quitó a la estrellita esa, ¿Himeni?, ¿Hireki? —rememoró—. Como sea, tienes un pase libre para meterte la ética por donde gustes.
—Para tener un rostro tan inocente eres bastante malicioso —sonrió ladino.
—Caras vemos...
—Lo sé, lo sé, pero no quiero meterme en el romance de mi hermano, Near, eso jamás acaba bien.
—Es cierto, pero ojo por ojo, B, benefíciate de esto, tú no tienes nada que perder, en cambio, él sí lo tiene todo, y puede ser tuyo si así lo deseas. Juega bien tus cartas y tendrás a ese chico comiendo de tu mano —se sentó en el sofá cruzando las piernas, dando un sorbo ligero al café recién servido—, si no resulta como esperabas, siempre puedes venir y follar conmigo, ya sabes, no me interesa mayormente el tema del amor, Mello acabó con las ilusiones que tenía a él.
—Near...
—Ay, B, al menos piénsatelo, no tienes por qué tomar una decisión ahora. Aunque sabes de sobra que lo quieres. Anda, tómalo y quédatelo, ¿qué tanto puede importar? El resultado sigue siendo el mismo.
Quedarme con Light... la verdad es que dicho así no suena nada de mal.