Arianne
Asher termina de preparar el desayuno mientras le cuento con muchos detalles sobre la pesadilla al día siguiente. No puedo hablar sin estremecerme por las imágenes dolorosas. Ver a Abigail pasar por algo tan terrible me genera rabia e impotencia. Es inevitable no sentir compasión. Por mucho que la odie, ella no merecía sufrir de esa manera. Ningún ser humano lo merece.
—Siento tu miedo y tu dolor —comenta Asher, dejando un plato de panqueques acompañado de leche frente a mí —. Esto te atormentará por días.
Prosigo a darle la primera mordida al panqueque. Uhm... delicioso. Mi lobito aprendió a cocinar.
—Claro que sí. ¿No te resulta extraño que tenga estas pesadillas después de que hablé con Marianne?
Él asiente.
—Es muy extraño —concuerda.
Luce adorable esta mañana con sus ojos somnolientos y cabello alborotado. ¿Lo mejor? Utiliza un ajustado bóxer negro, dándome una linda vista de su cuerpo casi desnudo. Los tatuajes con símbolos celtas en su piel resaltan. Ver a Asher es la mejor forma de empezar el día.
—No confío en ella —murmuro mientras mastico —. No después de que humilló a Ashton. ¿Sabes cómo está tu hermano?
Asher se sienta a mi lado en el taburete de la pequeña isla.
—Andrew me habló esta mañana y dijo que no vio a Ashton desde anoche. Supongo que anda en alguna parte del bosque.
Pobre Ashton. Mi pecho se contrae al recordar su rostro lleno de dolor. Fue muy duro ver cómo sus ilusiones se hacían pedazos ante las palabras de Marianne. Llego a la conclusión de que, a partir de ahora, él será mucho más frío.
—No entiendo porque sufre por ella. Ni siquiera son compañeros.
—Él aprecia a Marianne. La quiere.
—No debería.
—Muchos licántropos suelen relacionarse con alguien más antes de que aparezcan sus compañeros. Ashton desarrolló sentimientos por ella, pero estoy seguro de que se esfumarán cuando vea a su otra mitad.
Escucho con interés. No me enamoré de nadie antes de conocer a Asher y no lo lamento. Él siempre será el único en mi vida.
—¿Tú crees?
—El lazo es muy poderoso en ese sentido. Hará que se enamore de su compañera y Marianne quedará en el olvido.
Escuchar eso me hace sentir mucho mejor.
—Rogaré a los dioses para que llegue ese día muy pronto. Ashton merece a alguien que lo ame incondicionalmente.
Asher se acerca a mi rostro y lame los restos de azúcar que se encuentran en la comisura de mi boca. El contacto de su lengua en mi piel hace que tiemble de necesidad. Oh, dioses...
—Mmm... eres tan dulce —susurra.
Termino de beber la leche con una sonrisa.
—Estuve pensando... —digo en voz baja —. Tu madre te contaba historias sobre Abigail cuando eras un niño.
Su ceño se frunce.
—Ajá.
—Ella puede ayudarnos.
La cara de Asher se vuelve seria. Hablar sobre Aria Karlsson es un tema muy sensible para él.
—¿Estás segura?
Me cruzo de brazos.
—Muy segura. Es un asunto importante, Asher.
Arquea una ceja, dándome una lenta mirada con esos ojos avellanas.
—No hablé con ella desde la muerte de Julianne. Cada vez que voy a la Fortaleza evito mirarla —admite con dolor —. Me cuesta olvidar el hecho de que quiso matarte. Apoyó a Julianne a pesar de que era una asesina.
¿Qué diablos puedo responder a eso? No hay nada que pueda justificar a esa mujer. Yo estuve molesta con mi madre por ocultarme secretos. Entiendo perfectamente a Asher.
—Tu madre conoce mejor que nadie la historia de este pueblo —Le recuerdo —. Antes no lo comprendía, pero ahora sí. Ella quiere protegerte.
Me da una sonrisa amarga y llena de incredulidad.
—No puedo creer que la justifiques.
—Una madre hace cualquier cosa por sus hijos. Te ama, no de la mejor manera, pero te ama.
Su mandíbula se tensa, así como su puño.
—Ella es una egoísta que no le importa mi dolor. Si tú mueres, yo también. No olvides eso, Arianne. Quiere vernos muertos.
Ay, no. Lo que menos deseo es discutir por culpa de esa mujer.
—Soy inestable, casi un demonio sin control. ¿Qué madre querría alguien como yo para su hijo?
Asher no cede.
—Cualquier madre querría la felicidad de su hijo.
—Pero no a costa de su vida.
Suelta un gruñido frustrado.
—Ya no hablemos de ella, no tengo ganas de discutir.
Un breve silencio llena la cocina.
—Iremos a verla hoy.
Rueda los ojos.
—Como quieras, pero tú hablarás con ella. Yo no tengo ganas.
Acorta el centímetro de distancia que nos separa y besa mi oreja. Me gustaría que me arranque la ropa y me ayude a olvidar que el mundo existe a nuestro alrededor. Asher es experto haciendo eso.
—¿Eso es lo que quieres? —pregunta él con diversión.
Suelto un suspiro agotador.
—¿Qué sucede con la privacidad?
—Te he visto desnuda y gritaste mi nombre hasta perder la razón —Se burla y lo golpeo con mi codo en el estómago —. ¿Crees que la privacidad existe entre nosotros?
Sacudo mi cabeza.
—No somos una pareja normal, por lo tanto, no existe tal cosa.
Escucho su risa.
—¿Qué tipo de pareja somos?
—Somos cualquier cosa menos normal —mascullo, apartándome de su cuerpo —. Se supone que debemos estar en la universidad, ir al cine o jugar bolos. Ya sabes, escuchar música juntos hasta tener nuestra propia canción. En cambio, estamos muy ocupados tratando de destruir a una bruja maligna.
Asher me mira con una expresión suave.
—¿Eso es lo que quieres? ¿Hacer cosas de humanos?
¿Para qué mentir? Todo lo que he querido en mi vida es ser normal.
—Sí —musito y exhalo —. Quiero disfrutar a mi novio sin preocupaciones. Eso es todo, Asher. No sucederá hasta que Abigail muera.
Me atrae hacia su cuerpo y besa mi pelo.
—No tengo idea de cuánto tiempo nos tomará matarla, pero te prometo algo —Toma mi mejilla con ambas manos —. Una vez que todo termine, nos iremos de este pueblo y comenzaremos una nueva vida.
Mi corazón se derrite.
—Es lo mejor que he oído. Te amo.
—También te amo —dice él —. ¿Arianne?
—¿Sí?
—Me gusta verte más animada y optimista.
Lo miro con una sonrisa.
—Todo es gracias a ti. Eres el causante de mi buen ánimo.
🐺
Kellan y yo armonizamos durante cuarenta minutos. Hay una pequeña bola de fuego en su mano que se niega a apagar. Lo veo inquieto, un poco ansioso. Actúa muy raro. Creo que su mal humor es por la repentina aparición de Marianne. Esa chica llegó al pueblo para generar más problemas.
—¿Qué pasa? —cuestiono —. Se supone que armonizar es para despejar nuestras mentes. Tú me ahogas con esa energía negativa que te cargas.
Apaga la llama de la mano y limpia el polvo de su pantalón. Todavía no empezamos con las peleas de combate, pero sospecho que hoy se postergará. Kellan no está de buen humor. Yo tampoco después de esa pesadilla.
—No pude dejar de pensar en esa chica.
—¿Marianne?
—Sí. ¿Por qué los dioses la enviarían? —cuestiona —. Anoche no te quitaba los ojos de encima. Quiere estar cerca de ti como sea.
La incertidumbre entumece los dedos de mis pies. Al parecer no soy la única que desconfía de Marianne. Me cayó mal por el simple hecho de que lastimó a Ashton. ¿Por qué aparece justo ahora?
—¿Cuál es tu opinión al respecto? Me gustaría oírla.
Kellan se rasca la nuca.
—Ella no es confiable, Arianne. Ten cuidado y no creas nada de lo que diga —sentencia —. No puedo leer sus verdaderas intenciones, pero tiene algo que me impide confiar.
Un escalofrío me recorre la piel.
—No soy tan tonta para creer ciegamente.
Kellan se muestra satisfecho por la respuesta.
—Perfecto —Se pone de pie y me tiende la mano —. Hora del entrenamiento.
Gruño frustrada.
—Pensé que hoy no tenías ánimos.
Kellan sonríe.
—Siempre tengo ánimos para patearte el trasero, Laroux.
Me toma por sorpresa cuando una sofocante lluvia cae sobre mí y grito como histérica. ¡Oh, no! ¡Él no acaba de hacer eso!
—¡Voy a matarte, Kellan! —chillo, indignada —. ¡El agua está muy fría!
El druida se encuentra a poca distancia, riéndose a carcajadas.
—¡Ven por mí, Laroux! ¡Atrápame!
¿Quiere jugar? Bien, vamos a jugar.
🐺
Después de entrenar con Kellan vuelvo a la cabaña para darme una buena ducha. Asher está en sus clases de esgrima. Me pone feliz que invierta su tiempo en algo que le gusta. No es justo amarrarlo siempre a mí.
Escucho el ruido de su motocicleta estacionarse justo cuando termino de comer una rebanada de pizza. Mi lobito llegó. La puerta de la cabaña se abre, Asher ingresa y me busca para darme un beso en la frente. Su aspecto es desaliñado con la camiseta un poco húmeda por el sudor y cabello despeinado. Qué sexy.
—Déjame darme un baño primero antes de ir a la Fortaleza —masculla y agarra un pedazo de pizza del plato —. Quiero tener la mente fría para enfrentar a mamá.
—Tómate tu tiempo.
Él se sienta en el taburete que se encuentra a mi lado.
—¿Y cómo estuvo el entrenamiento?
Me encojo de hombros.
—Lo mismo de siempre —respondo —. Soy más fuerte que antes.
Una lenta sonrisa asoma sus labios.
—Estoy muy orgulloso de ti —Acerca su boca a la mía y me besa brevemente. Sujeto su camisa con los puños, respondiendo sin dudar. Nunca me aburriré de su sabor. Todo él es adictivo —. Déjame ir o te tomaré aquí mismo.
Quito mis labios de los suyos con una sonrisa.
—No me quejaré en absoluto si lo haces.
Sus ojos avellanas adquieren un brillo perverso.
—Deja de provocarme, malvada —Termina de masticar la última migaja de pizza y se aleja —. Me daré una ducha y nos vamos.
—De acuerdo.
Mis ojos se posan en su culo cuando me da la espalda. Dioses, no puedo esperar para disfrutarlo. Asher se ríe de mis pensamientos pervertidos. Ups.
—Oí eso, bonita.
Mi cara arde.
—¡Deja de invadir mi maldita privacidad!
Escucho su risa mientras se dirige al baño.
—¡Jamás!
🐺
Sostengo la mano de Asher mientras caminamos. Me doy cuenta de que esta parte del pueblo ha cambiado y se volvió moderna en meses. Hay joyerías, gimnasios, incluso una enorme biblioteca y un McDonald's. Las personas adornan las calles con globos y llamativos colores.
—¿Por qué decoran cada rincón?
Posa uno de sus brazos en mis hombros, acercándome más a él.
—Porque habrá un festival para celebrar el aniversario del pueblo —Asher observa fascinado nuestro entorno —. ¿Te gustaría venir?
Dudo un momento, pero luego asiento.
—Claro.
—Podríamos distraernos un momento.
—Es una buena idea, tal vez nos encontremos a Lily y Marianne.
Asher detiene los pasos, arquea una ceja curiosa hacia mí.
—¿Quién es Lily?
No puedo evitar reírme.
—Cuando vine por segunda vez aquí, me hospedé en una cabaña. Lily fue mi compañera junto a Ethan. No pude conocerla mucho porque tu familia me retuvo en la fortaleza.
Me devuelve la sonrisa.
—¿Cómo olvidarlo? Tú intentaste huir el primer día.
—Fracasé como una tonta. Me encontraste en dos segundos.
—Tu olor en esos momentos era una rareza, pero aun así me volvía loco.
Tomo su mano y retomamos nuestros pasos. Siempre tan romántico.
—Tengo muchas dudas, ¿sabes? —prosigo —. No sé cómo explicarlo, Marianne tiene el mismo collar que yo. Además, vive con Lily. Ella me recuerda mucho a mí y no me refiero solo a su aspecto físico.
—Ella no es druida, Arianne.
—Es psíquica, pero las similitudes siguen ahí.
Asher contempla a un punto lejano mientras dice:
—Hay algo extraño en ella. Algo que me impide confiar.
Una parte de mí sabe que Asher tiene razón. Marianne es muy rara. Lo más perturbador de toda esta situación es que ella demuestra que Ashton le importa un comino. ¿Su amor por él murió tan rápido? ¿Quién es realmente?
🐺
La fortaleza Karlsson es justo como la recuerdo: imponente y elegante. Acaricio con los dedos la estatua de lobo aullando hacia el cielo y tomo una respiración profunda. Ha pasado un tiempo desde que vine aquí. Me siento... extraña.
—¿Nerviosa? —Me pregunta Asher.
Le dedico una sonrisa y aparto mi atención de la estatua blanca.
—Un poco.
Coge mi mano y me guía dentro de la mansión. Ni siquiera se molesta en tocar la puerta. Apenas entramos escuchamos los gritos de mi querida suegra. Genial. No la extrañé para nada, apuesto a que ella tampoco. Aria Karlsson luce increíblemente atractiva como siempre. Su cabello rubio platino está suelto y un vestido negro cubre su cuerpo. El collar de perlas en su cuello no podía faltar.
—Ten la decencia de ponerte unos benditos pantalones —Se queja la señora Karlsson, mirando a Axel con el ceño fruncido —. Jovencito, estoy muy decepcionada de ti. ¿Qué pasa contigo?
Axel resopla mientras mastica una manzana, aburrido de escucharla.
—Mamá, no empieces.
—Cállate y escúchame —Su madre lo señala con un dedo acusatorio —. Lo único que haces es encerrarte en tu habitación con una mujer que no es tu compañera. Es una falta de respeto para este hogar. ¿Cuándo se irá? Ya no la quiero aquí.
Axel pone los ojos en blanco y le da otra mordida a la manzana verde. Su expresión aburrida cambia a una divertida cuando nos ve.
—Hermano, pensé que no volvería a verte.
Asher entrecierra los ojos.
—Ve a ponerte un poco de ropa, idiota.
La sonrisa de Axel incrementa.
—Tú has visto cada parte de mí, no molestes —Su atención se enfoca en mí —. Hola, Ari.
Trato de no observar su cuerpo, pero es difícil. ¿Qué tienen los genes Karlsson? Axel al igual que sus hermanos, parece un modelo con todos esos músculos y cuerpo esculpido. Su actitud seductora lo hace más atractivo.
—Hola, Axel.
—Te ves espectacular —agarra mi mano y deposita un beso en el dorso —. Asher es un bastardo con suerte.
Me ruborizo por el cumplido.
—Gracias.
La señora Aria se queda quieta con la respiración agitada. Hace de cuenta que no existo y observa a Asher. Veo el anhelo y la tristeza en su mirada. Si lo ama demasiado, ¿por qué lo lastimó tanto?
—Hola, cariño. Es bueno volver a tenerte aquí. ¿Cómo estás?
—Mamá —La voz de Asher suena tensa —. Necesitamos hablar.
Su madre asiente de inmediato.
—Por supuesto que sí.
La mano de Asher cae en mi cintura.
—Arianne quiere hacerte algunas preguntas.
La señora Aria aprieta los labios y me observa. Su calidez desaparece siendo reemplazada por la hostilidad. Qué desagradable.
—Oh, claro —masculla en tono seco —. Síganme.
Sin decir nada más, camina hacia la oficina. Trato de calmar los nervios, pero está costándome. Muy en el fondo sé que mi suegra jamás me aprobará. Ella me mira como si fuera un monstruo y ese hecho me molesta. Odio que me vean de esa forma por ser familiar de Abigail.
«Arianne, detente. No importa lo que ella diga»
«Lo siento»
«Es mi madre y la amo, pero es una completa tonta por no ver cuán maravillosa eres»
Sus palabras reconfortantes traen una sonrisa a mis labios.
—¿Nos vemos en el festival de esta noche? —pregunta Axel a nuestras espaldas.
—Sí —contesta Asher —. ¿Sabes si Ashton irá?
—No puedo asegurar nada.
Ojalá pudiera abrazar a Ashton. El chico me provoca ternura a pesar de su hostilidad con los demás.
—Entren —ordena la señora Aria.
Cierro la puerta una vez que todos estamos en la oficina. La madre de Asher se sienta en la silla de su escritorio, ignorándome. No voy a negar que me pone muy incómoda. ¿Al menos puede disimular el desprecio? A mí también me cae mal, pero no por eso soy una maleducada.
—¿A qué se debe el honor de tu visita, querido?
Asher y yo nos mantenemos de pie.
—Marianne está aquí.
No se impacta por la revelación.
—Lo sé y ahora Ashton me odia aún más. ¿Eso es todo?
—Marianne me ha dicho que debo conocer los secretos de Abigail para vencerla —digo y ella me mira —. También he tenido un sueño sobre el pasado de esa bruja.
—¿Qué tipo de sueños?
—Una aldea siendo atacada y Abigail violada —respondo, apenada —. Vi su trágico pasado.
Señala con su delicada mano las dos sillas frente a ella. Asher y yo no dudamos en tomar asientos por educación.
—¿Qué hay con eso?
—Queremos saber los orígenes de Abigail —Asher habla por mí —. Antes me contabas historias sobre ella.
La expresión de Aria adquiere tristeza y nostalgia.
—¿Cómo olvidarlo? Tenías cinco años en ese momento.
Asher traga saliva y me aprieta la mano. Él también odia estar enojado con su madre.
—Sabemos que Abigail fue violada cuando atacaron su aldea —continúa Asher.
Aria suspira.
—Abigail al igual que Aimeé es irlandesa. Emigró hasta aquí porque su aldea fue atacada por extranjeros americanos.
Asher y yo compartimos una mirada.
—Los licántropos de Irlanda odian a extranjeros.
Ahora todo tiene sentido. Por eso el padre de Emmie desconfiaba tanto de nosotros al igual que su manada.
—Ese es el motivo.
—¿Cree que Abigail es oscura debido a su pasado? Tiene que haber otra razón más.
—Querida... —Hace una pausa —. Solo algún familiar de Abigail puede hablarte sobre su pasado. Lo siento, no soy la indicada. No puedo ayudarte.
Mi pecho se encoge.
—Mi madre la conocía más que nadie, pero está muerta.
Apoya los codos sobre la mesa, entrelaza sus delgados dedos y nos observa atentamente.
—Entonces pregúntale a tu madre.
¿Qué...? Asher la observa como si hubiera dicho el peor de los chistes.
—¿Estás bromeando?
—No, no estoy bromeando —declara con firmeza —. Deben encontrar una forma para comunicarse con ella.
Hago una mueca de dolor. ¿Acaso olvidó que mi madre fue asesinada el año pasado?
—¿Según usted como lograremos eso? Ella está muerta.
Sus ojos azules no vacilan, hay determinación en sus irises. Oh, mierda. No bromea.
—Pueden comunicarse con los muertos a través de un médium.
🐺
Instagram: JessiR17
Twitter: JessiRivas17
Facebook: Lectores de Jess (grupo para fangirlear)