Capítulo 25 🐺

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Ari

«Robaron su cuerpo, profanaron la tumba de mi hermano...»

¿Cómo pudieron ser capaces? Esos monstruos caen muy bajo para ganar, esos monstruos sin almas... ¿Qué hice para ganarme este sufrimiento? ¿Tan mala hermana fui? ¿Soy una horrible persona? ¿El mundo me odia?

—¿Arianne? —pregunta Asher, pero no oigo nada.

Un cuchillo ha sido incrustado en mi pecho, desgarrando mi corazón y haciéndolo trisas.

No queda nada de mí.

Solo una profunda tristeza que no puedo dejar de sentir.

—Arianne, por favor —ruega Asher al verme en shock —. ¿Ari?

Mis hombros se sacuden, lucho por respirar. Abro la boca, pero nada sale. Mi grito es sin palabras, un gemido miserable apenas audible.

—Ari... —La expresión de Reynard muestra el mismo sufrimiento que abunda en mi interior —. Lo siento muchísimo.

¿Hasta cuándo seguirán con esto? ¿Por qué no lo dejan en paz? Ellos quieren destrozarme y lo han logrado. Apostaría que Claudius y Abigail están detrás de esto. Esos demonios...

Me imagino la tumba abierta de mi hermano, su cuerpo en estado de putrefacción. Jamás debimos dejarlo vulnerable. ¿Cómo no pudimos percibir que esto pasaría? Lo imagino en estado de zombi, un títere que usarán para herirme.

Theo es un arma más.

El dolor es inmenso, parece que ha estado carcomiéndome desde siempre. Es agonizante. Me paraliza, me quita la capacidad de respirar. Lloro, aunque la angustia no se va. Ni siquiera un poco. Sé que desperdicio tiempo y energía, pero no puedo detenerme. Estoy destrozada.

—Hagan algo —pide Melody —. Va a desmayarse.

Sacudo la cabeza mientras trato de hablar. Me falta el aire.

—Arianne... —Mi padre trata de tocarme, pero me aparto.

¿Acaso nunca van a conformarse? ¡Robaron su vida, su infancia y su alma! ¿Por qué no paran de una vez?

—Mírame —implora Asher —. Por favor, Arianne.

Mi atención se posa en Josh quién también tiene lágrimas en los ojos. La familia Karlsson y Melody me observan en silencio, curiosos por mi próximo movimiento. Me siento acorralada, sofocada. Una criatura perdida. Necesito salir de aquí. Tengo que hacerlo o perderé la cordura.

—Sé que esto es difícil, pero encontraremos una forma de solucionarlo —afirma Josh, devastado —. Lo juro, Arianne.

No creo en sus promesas, no creo en nada.

—Quiero estar sola —Mi voz termina en un débil sollozo y cubro mi rostro con las manos —. Quiero estar sola.

El suelo se siente como si estuviera inclinado debajo de mí cuando retrocedo. Salgo por la puerta y corro sin mirar atrás. Me pierdo entre los árboles del bosque, la fría brisa de la mañana me golpea la cara.

Necesito huir.

—¡Arianne! —grita Asher, pero no me detengo.

Los recuerdos se reproducen en mi mente, haciéndome difícil respirar.

Duele.

Duele tanto.

—Siempre estoy muy asustado, pero contigo a mi lado el miedo no existe.

Una sonrisa asomó mis labios y abracé a Theo mientras la lluvia seguía siendo interminable ahí afuera. Nos cubrí a ambos con las mantas y alboroté su cabello castaño. Lo amaba. Era lo más importante en mi vida junto a mamá.

Dulce Perdición [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora