Capítulo 48 (Final parte 1)🐺

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Ashton

Varios ojos curiosos me observan y las palabras me fallan. Esta es la primera vez que cumpliré el rol como sucesor de mi padre y temo hacerlo mal. Reynard me aprieta la mano recordándome que no estoy solo. Doy un paso en el centro del círculo que se ha formado y miro a cada integrante de la manada Persson. Hay hombres, mujeres y niños. Los abastecimientos en el clan han sido pocos desde la muerte de Aulus, pero mi padre se ofreció a cuidarlos. Hoy están vivos gracias a los Karlsson y espero que sepan apreciarlo.

―Muchos de ustedes sabían que este día llegaría ―Mi voz suena fuerte y determinante ―. Ha llegado el momento de pelear juntos por primera vez y demostrarles a los vampiros que el pueblo no les pertenece.

Simón me da una sonrisa de complicidad.

―¿Dijeron que esos monstruos trabajaban con mi padre? No hay mucho que pensar aquí. Yo estaré en contra de cualquier mierda que Aulus apoyaba.

El alivio es instalado en mis hombros.

―Son neófitos recién creados ―expongo ―. Ellos tienen la esperanza de adueñarse de nuestro hogar y no les daremos el gusto. Puede que sus naturalezas ingenuas los conmuevan al principio, pero no se dejen engañar. Hay que matarlos a todos.

―Los rumores de que Abigail Sanders ha vuelto lo sabe medio pueblo ―Habla una anciana, sus ojos nublados observándome con sabiduría ―. Solo alguien con su mismo poder es capaz de destruirla. Mi gente no tiene manera de ayudar.

Mis labios forman una media sonrisa.

―Traje buenas noticias. Tenemos a dos mujeres que son poderosas y ahora mismo se están encargando de ella y su hijo el vampiro.

―¿La druida? ―pregunta alguien ―. Sabemos que ella no es la más indicada. Dicen que está loca.

La rabia sube a mis venas y agradezco que Asher no esté presente. Él sería capaz de matar a cualquiera que hable mal de Arianne.

―Loca o no matará a Abigail ―anuncio ―. Ahora está ocupada con la bruja y necesitamos que peleen con nosotros para acabar con los vampiros.

―¿Qué ganamos a cambio? ―pregunta la anciana.

Enarco una ceja.

―Mantener sus vidas. ¿O prefieren morir devorados por los dientes podridos?

Simón se ríe.

―Esos malditos jamás podrían con nosotros. Los superamos en fuerza.

Me emociona oír eso.

―Entonces es hora de demostrar cuán fuerte somos.

La mayoría asiente y me alivia bastante. La anciana Persson mantiene sus ojos en mí.

―Confiamos en ti, niño. La vida de mi gente depende de ustedes.

―No los defraudaré.

Se oye murmullos, breves aplausos y después regreso con mi padre. Él me da una palmada en la espalda seguido de un fuerte abrazo. Lo he visto deprimido, pero pronto todo mejorará. Seguirá siendo el mismo hombre valiente con una gran fortaleza que conozco desde que era un niño. Esta es una etapa y lo superaremos.

―Lo hiciste muy bien, estoy orgulloso de ti.

―Gracias, papá. Espero estar a la altura.

Sonríe.

―Lo estás, no lo dudes.

Ni siquiera me volteo para saber que ella se encuentra justo a mi lado. Puedo oler cada centímetro de su cuerpo. Me he vuelto adicto a su aroma.

Dulce Perdición [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora