Capítulo 39 🐺

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Arianne

Todas las pruebas están sobre la mesa. Gracias a las palabras de Marianne confirmé nuevamente que Abigail cambió de cuerpo y esa es Lily. No seré tan ingenua para dejar pasar esta oportunidad. Le pondré una emboscada y será su final. Me intriga saber su interés en el señor Karlsson. ¿Es porque tiene poder sobre New Hope? ¿O se trata de simple placer? Axel también fue su objetivo cuando se involucró con ella creyendo que era Audrey. Una experiencia traumática que mi cuñado no olvidará.

—¿Piensan que el pueblo está maldito? —pregunta la joven reportera a la mujer —. ¿Cómo llegaron a esa conclusión?

La televisión enseña una multitud furiosa que portan carteles con exigencias de justicia. No están siendo pacíficos ni pacientes. Se ven agresivos como también furiosos. No los juzgo. Estaría en la misma posición si no supiera la verdad detrás de las tragedias que oculta este pueblo. Yo encontré respuestas. Ellos jamás sabrán qué sucedió realmente y vivirán con la duda. No encontrarán los cuerpos de aquellos seres queridos que perdieron.

—Muchos dicen que son historias absurdas o simples mitos, pero aquellos que vivimos aquí desde hace más de cincuenta años conocemos la verdad. No es casualidad que desaparezcan tantas personas en poco tiempo —La mujer hace una pausa con sus ojos llorosos fijos en la cámara —. El demonio está en New Hope y el alcalde está ocultándolo.

La multitud que la respalda empieza a gritar "sí" y dan más argumentos al respecto. Incluso mencionan que hay una secta satánica y Aiden Karlsson es el líder.

—¿Piensan que el alcalde ha hecho un buen trabajo? —prosigue la periodista.

La mujer llora.

—¿Buen trabajo? El asesino sigue suelto y él no puede atraparlo. Es poco creíble en un pueblo tan pequeño como New Hope. Ya no queremos que Aiden Karlsson nos respalde. No queremos a un cómplice gobernándonos...

—Cuánto dramatismo —Axel bosteza.

Reynard apaga la televisión con un fuerte resoplido y permanecemos en silencio. Dioses, la situación está empeorando. ¿Cómo demonios Aiden limpiará su nombre? Es casi imposible.

—Tenemos que encontrar a un culpable para calmar a la multitud —dice Asher —. Se pondrán peores si esto continúa.

Me muerdo las uñas por tanto nerviosismo.

—La muerte de Aulus no fue suficiente.

—Es ilógico porque sigue apareciendo muertes y es difícil encubrirlo —Ashton suena igual de nervioso que yo —. No siempre funcionará.

—¿Entonces? —Me cruzo de brazos —. ¿Entregamos a Claudius?

—Es una buena estrategia —Reynard une las cejas —. Ahora lo complicado será que atrapemos a ese monstruo sin que tengan ganas de matarlo. ¿Podrán controlarse?

Miro a Melody que se encoge de hombros.

—Podemos hacer el intento de contenernos un par de días.

Nos ponemos de pie rápidamente cuando oímos una serie de gritos y lamentos agonizantes provenir del sótano. Miro hacia las escaleras a Andrew. Tiene una expresión seria y preocupada. Mierda. Emmie está torturando a Marianne.

—No la matará —expone Andrew y baja los escalones —. Me prometió que no lo haría.

Un escalofrío me recorre la columna vertebral. No confiaría en las palabras de alguien que está sedienta de venganza.

—Qué generoso de su parte —me siento en el regazo de Asher —. Espero que me deje la parte que me corresponde. Marianne me debe su maldita vida.

—Emmie lo sabe —asegura Andrew.

Dulce Perdición [En librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora