Abrió la caja, quitó el papel que cubría el regalo y de ella sacó una pequeña playera de su equipo de fútbol favorito, "Tigres", pude notar confusión en su cara. Después saco una nota que estaba en el fondo, ésta decía: "Para el mejor papá del mundo". Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y corrió a abrazarme.
-No puedo creerlo Anne. Por favor dime que no es una broma.
-No lo es amor. ¡Vamos a ser papás!
-Es la mejor noticia que he recibido en la vida. Hay tantas cosas por hacer, pero, ¿Y la escuela?
-Pues haciendo cálculos, terminaré la universidad antes de que nazca, pero tal vez tengamos que posponer la boda, para no hacer las cosas a la carrera.
-Estoy de acuerdo, esperaremos lo que sea necesario. Aún no puedo creer que vayamos a tener un hijo.
-Ó hija.
-Cierto.
Estuvimos juntos durante un rato, informamos el acontecimiento a su mamá y por la tarde fuimos a mi casa. Le dimos la noticia a mi papá y a Pedro, ellos lo tomaron muy bien y estaban muy contentos. Por la noche Erick volvió a su casa y yo a mi cuarto dispuesta a dormir, había sido un gran día.
Unos golpes se oyeron en mi ventana, fui a abrirla, abajo se encontraba el hombre más atractivo del mundo.
-Futura señora Ibarra, luce espectacular esta noche. ¿Le gustaría acompañarme a dar un paseo?
-Por supuesto.
-Pero no podrás bajar por el árbol, te espero en la puerta.
-Eso le quita la diversión pero todo sea por nuestro bebé.
Bajé y nos dirigimos al parque de siempre.
-Es una bonita noche. -me dijo. -Todo el día ha sido perfecto. Ésto es tan inesperado pero es una gran noticia.
-Ahora hay tantas cosas por hacer, preparar la llegada del bebé y después la boda. Todo tiene que ser hermoso.
-Así es, y para empezar quiero que en cuanto termines la carrera nos vayamos a vivir juntos. He estado ahorrando un poco y tal vez podamos comprar un departamento o una casa pequeña. ¿Que dices?
-Eso sería genial mi amor. -Lo abracé. -Hablaremos con nuestros padres, aunque estoy segura de que querrá que me quede en la casa hasta que nazca el bebé.
-Tienes razón, nadie como ella para cuidarte en este estado. Pero después de la llegada del bebé buscaremos la casa.
Caminamos un poco, disfrutamos de la noche y más tarde volvimos a casa.
Los meses pasaron, el bulto en mi vientre era enorme, estaba por cumplir los 9 meses. Las cosas iban de maravilla, hace unos días Dylan y Denisse se habían casado, Pedro y Lupita ya esperaban a su primer hijo, al igual que Chuy y Cris. Unos meses atrás había obtenido mi título de Licenciada en Derecho. Todo era perfecto, lo que una mujer siempre había deseado.
Hubo un día en específico, un día que jamás voy a olvidar, el día en el que mi vida cambió por completo.
Aquella mañana Erick pasó a despedirse de mi antes de ir al trabajo como era costumbre.
-Hola mi amor. ¿Cómo están mis princesas? -Así es, Erick y yo esperábamos una hermosa niña.
-Engordando cada vez más, pero estamos bien.
-Pues aunque estés un poco más grande de lo normal yo te sigo amando cómo al principio. -Me besó.
-Y yo a ti. Cada vez falta menos para que conozcamos a nuestra pequeña. -Froté mi pancita y ella se movió.
-Creo que ella también está ansiosa por conocernos. Por cierto, ya tengo el nombre perfecto para ella. Me gustaría que se llamara Erin.
-Es muy bonito. Me gusta. Nuestra bebé ya tiene nombre.
-Bueno mi amor, es hora de irme. Nos vemos en la tarde.
-Esta bien amor.
-Te amo, te amo como a nadie, eres lo mejor que me pudo pasar y no quisiera apartarme jamás de ti, bueno, de las dos. Las amo, nunca lo olviden. -Me besó de nuevo. -Me tengo que ir.
En ese instante tuve una sensación muy rara al verlo partir. Una presión en el pecho. En ese momento no supe por qué. De manera inesperada mientras se iba se dio la vuelta y corrió a abrazarme para después marcharse. Esa fue la ultima vez que lo vi.
Durante el día estuve con mi mamá como siempre. Estaba algo cansada así fui a dormir a mi cuarto un rato. Desperté con hambre y planeaba ir a la cocina, al bajar las escaleras no me di cuenta de que había un objeto en el piso con el que tropecé. Caí por las escaleras y no tengo recuerdo alguno de lo que pasó después.
Narra Pedro:
Iba entrando a la casa cuando escuche a mi mamá gritar. Anne estaba tirada al pie de las escaleras. Llamé a un hospital y en cuestión de minutos una ambulancia llegó.
-Van a estar bien ¿Verdad? -Pregunté al paramédico.
-No sabría decirle hasta que las revisemos, pero la situación no es muy alentadora, es muy probable que tengamos que sacar al bebé. ¿Usted es el padre?
-No, ella es mi hermana.
-Vamos a llevarla al hospital.
Llamé a Erick pero no respondía su celular, llamé a su oficina y la secretaria me dijo que estaba en una junta.
-¿Podrías sacarlo de ahí? Algo sucedió con Anne. Dile por favor que la llevaron al hospital. Tuvo un accidente en las escaleras. -Colgué el teléfono.
Minutos más tarde la secretaria habló a mi celular.
-El señor Ibarra acaba de salir al hospital. Estará ahí en cuestión de minutos.
-¿Sabe si viene en taxi?
-No, se llevó el coche que la compañía le dio.
Desde ahí empecé a preocuparme. Ibarra no había tocado un auto en años, mi preocupación no era en vano. Un momento después recibí una llamada, la cruz roja habló para decirme que Erick había tenido un accidente.
Sin pensarlo fui al lugar de los hechos. En el camino me hablaron para darme noticias de Anne y la bebé. Al llegar en una camilla logré ver a Erick, estaba muy mal, tenía sangre por todos lados. Corrí hacia el, aún estaba consciente.
-Pedro. Lo lamento tanto. Lo hice por ellas.
-Tranquilo. Todo va a estar bien.
-Creí poder superar el miedo, pero no fue así. Tomé el auto porque era lo más rápido para llegar a verlas, ¡lo hice por ellas! pero no pude.
-Por favor, te tienes que tranquilizar.
-Anne hizo tantas cosas por mi y una vez más les fallé. No soy capaz de conducir un estúpido auto. -La frustración que tenía era clara. Poco a poco su voz se fue debilitando.
-Tranquilo, todo esta bien. Me avisaron que tu hija ya nació y Anne está fuera de peligro.
-No voy a salir de ésto. Cuidalas por favor y recuerdales que las amo. Dales las gracias por hacerme tan feliz hasta el último de mis días. -Esa fueron sus últimas palabras.
Narra Anne:
Desperté en una cama de hospital. Al lado de mi estaba mi mamá, mi papá y Pedro.
-Hija. Despertaste. -Oí decir a mi madre.
-¿Que pasó? -pregunté confundida.
-Caíste por las escaleras. -dijo mi padre.
-¿Y mi bebé? -Pregunté alarmada.
-Ella está bien, es preciosa.
-¡Erick! ¿Donde está Erick? -Todos se miraron con preocupación. Pedro se acercó a la cama y sentó en la orilla.
-Anne, antes que nada quiero que pienses en tu hija y seas fuerte.
-¿Por qué estas diciéndome esto? ¿Dónde demonios está Erick?
-Cuando Erick venía para acá tuvo un accidente.
-¡¿Qué?! ¿Esta bien? Necesito verlo por favor. -Mi madre lloraba. -Por favor, díganme donde está.
-Anne, tranquilízate. Él, no resistió. -Entré completamente en shock.
-¿Estas diciéndome que Erick esta... muerto? -Mi hermano solo asintió con la cabeza. -Esto no puede ser verdad, es una broma, díganme que lo es. -Las lágrimas recorrían mis mejillas.
-Lo lamentamos mucho Anne, los médicos no pudieron hacer nada.
-¡No! ¡Ustedes están mintiendo! ¿Por qué son tan crueles conmigo? Necesito ver a Erick.
Pedro me abrazó y lloré desconsoladamente al mismo tiempo que él lo hacia, ésto no podía ser real.
Hubiera deseado que todo lo ocurrido fuera un sueño, pero no era así. Erick no estaba más conmigo y nunca más lo hará, el hombre al que más había amado en la vida se había ido.
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Éste es el final, lo planeé así desde que empecé a escribir la historia, es por eso que no podía haber segunda temporada.
Solo falta el epílogo que subiré probablemente mañana.
Voten y comenten. Los quiero.
All the love. Xx