Capítulo 21

264 23 19
                                    

Llegamos a su casa. Dulce nos abrió la puerta, no la había visto desde hace tiempo.

-Anne. -me saludó con un abrazo. -Pasa por favor. 

Ambos entramos en la casa. Su mamá esperaba en la sala, la saludé con un beso en la mejilla y después nos sentamos con ella.

-Anne. -Empezó a hablar. -Los tres tenemos que agradecerte lo que hiciste por nosotros. Sin ti las cosas serían muy diferentes. Yo había alejado a mis hijos y ahora los tengo de vuelta gracias a ti.

-No tiene nada que agradecer. -Le dije. 

-Claro que sí hija. Eres una hermosa persona.

-Realmente lo es. -Dijo Erick y yo me sonrojé.

-Bueno. -Dijo Dulce levantándose del sillón. -Nosotras nos vamos, disfruten de la cena.

-¿No cenarán con nosotros? -Pregunté.

-Estarán mejor solos -dijo Mireya para después salir.

-Pues es hora de cenar. -me dijo Erick cuando su madre y hermana se habían ido.

Me tomó de la mano y me llevó al jardín trasero. Había una linda mesa en el centro, con velas, copas y platos.

-Esto... es muy lindo. -le dije.

-Y no es lo mejor. ¡Meseros! -gritó.

-¿Tendremos meseros? -pregunté.

-Por supuesto.

-Pasen por favor. Su mesa está lista. -Dijo uno de ellos de forma muy seria.

-¿Pedro? ¿Dylan?

-Así es. Ellos serán los meseros el día de hoy. -Me dijo Erick.

-Por aquí. -Nos dijo Dylan y nos dirigió a la mesa.

Nos sentamos y en seguida Pedro dijo:

-En un segundo el chef traerá su cena.

Pedro y Dylan se retiraron.

-¿Qué es todo ésto? -Le pregunté.

-Es parte de la sorpresa. ¿Te gusta?

-Claro que sí. Me encantan Pedro y Dylan en su papel de meseros, se lo toman muy en serio.

En ese momento Chuy se acercó y puso unos platos con carne y ensalada frente a nosotros.

-Buenas noches. -Dijo él. -Espero que disfruten de la cena que he preparado ésta noche. Tengan buen provecho. -Se fué.

-Esto no lo esperaba. -Le dije a Erick. 

-Y aún no viene lo mejor.

-¿Hay más?

-Claro. Pero todo a su tiempo.

No pregunté más. Empezamos a comer mientras platicábamos de todo un poco. Nuestras familias, la escuela, su viaje, los amigos y cosas así. Pedro y Dylan nos atendían muy bien, estábamos pasando una noche genial.

Cuando terminamos de cenar me pidió que fueramos a caminar, era una de las cosas que más disfrutaba hacer con el.

Caminábamos sin rumbo alguno. De la nada me dijo:

-Tengo una propuesta.

-Te escucho. -le dije.

-Vamos a jugar.

-¿Jugar?

-Si. Iremos a algunos lugares en donde tienes que buscar pequeñas notas. Obviamente son mías.

Por Toda La Eternidad - Erick IbarraWhere stories live. Discover now