Capítulo 4

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Me di media vuelta.

-Te escuche intentando defenderme frente a Dylan. Fue un buen gesto. -Me dijo haciendo una seña para que me sentara de nuevo.

-Te dije que sólo quería ayudar.

-Gracias. No creo que sea necesario.

-¿Por que dejas que te trate así? No sólo el. Ayer con los otros chicos. Llevo dos días aquí y ya puede percatarme de que no tienes muchos amigos.

Se quedó callado.

-Pienso que no es justo que se porten así contigo. ¿Por que no te defiendes?

-No quiero tener problemas.

-¿No te das cuenta de que ya los tienes?

Otra vez no dijo nada.

-Ok, no voy a hablar más del tema. Mejor conozcamonos mejor. ¿Te parece si empezamos de nuevo?

-Esta bien.

-Hola. Mi nombre es Anne y quiero ser tu amiga.

-Hola. Soy Erick. -Sigue siendo demasiado tímido.

-¿Estas dispuesto a aceptar mi amistad?

-Creo que si.

-Excelente. Oye, ¿Te gustaría salir conmigo más tarde?

-No creo. Tengo algunas cosas que hacer. -Otra vez no está poniendo de su parte.

-Bueno. No voy a insistir. Pero realmente espero que algún día puedas salir conmigo.

-No se si sea correcto.

-¿Por qué no lo sería? Se supone que ahora somos amigos.

-No estoy seguro de que esto realmente sea una amistad. -Ok tiene razón. Llevo como 15 minutos aquí y hace 5 le pedí que fuera mi amigo.

-Tal vez no aún, pero espero que lo sea.

-Tengo que irme. Las clases van a empezar.

-Cierto. ¿Te veo a la salida?

-No creo. Tengo prisa por irme.

-Ok. Entonces te veo mañana. -Sólo me hizo adiós con la mano y se fue.

Mientras iba a mi salón me quede pensando en algunas cosas sobre el, su forma de hablar era muy insegura. Seguía pensando que había algo extraño en el, más allá del maltrato que sufría en la escuela, tal vez eso se derivaba de algún otro problema. Sería bueno saberlo, para así poder ayudarlo a solucionarlo.

No me di cuenta de que por estar pensando en Erick caminaba demasiado lento hacia mi salón, llegué 10 minutos tarde. En el salón estaba unas profesora que aún no conocía.

-Buenas tardes. ¿Me permite pasar? -Le dije de manera amable.

-Usted debe ser la señorita Palacios, es la única que me falta en mi lista. -Hizo una pequeña pausa y me miró- En esta escuela la puntualidad es muy importante, por lo que llegar tarde a clase es una falta muy grave, por lo tanto tendré que mandarla a la coordinación de actividades académicas.

La coordinación era algo así como la dirección de la Facultad, si alguien era enviado ahí seguro era por hacer faltas al reglamento de la escuela.

-Es la primera y última vez que pasa, por favor déjeme entrar a clase. -Le supliqué, realmente no quería ir ahí.

-Lo siento señorita. Las reglas son las reglas y se deben cumplir al pie de la letra. Por favor dirijase a coordinación.

No dije nada más y salí del salón. No tenía idea de donde estaba la coordinación pero como la Facultad no era muy grande la encontré sin problemas.

Entré a la oficina que en la puerta tenía escrito con letras doradas "Coordinación de Actividades Académicas" y en un pequeño escritorio estaba sentada una mujer de edad mayor escribiendo algo en la computadora. Cuando entre quitó la vista del monitor, me miró y dijo:

-Hola cariño. ¿En qué puedo ayudarte?

-Buenas tardes. Me enviaron aquí por llegar tarde a clase.

-Pasa y sientate. -Me senté frente a su escritorio, parecía una persona amable. -Podrías darme tu nombre.

-Anne Palacios.

Escribió mi nombre en la computadora y escribió algunas otras cosas más.

-Aquí en la Facultad y en toda la Universidad la puntualidad es un factor muy importante y cuando se viola ese factor damos pequeños castigos a los alumnos. -Me dijo.

-Pero es la primera vez que ocurre, le prometo que no lo volveré a hacer, fue por un descuido.

-Lo sé, y las causas son lo de menos. Los castigos no son fuertes, no es cómo que te vayamos a expulsar de la escuela, sólo son pequeñas lecciones para que los alumnos no lo vuelvan a hacer, ya que si ocurre en ocasiones repetidas si recurrimos a la expulsión o suspensión dependiendo el caso.

La miré y no dije nada más. Siguió hablando.

-Bueno, la Universidad tiene diversos programas en los que participan los alumnos, algunos para ayudar a grupos de personas, otros para ayudar el ambiente, o incluso damos pequeños empleos para los alumnos que así lo deseen o que sean castigados, como en tu caso. Uno de los programas es ayudar en la biblioteca de la Universidad ya que es muy grande y no tenemos suficiente personal, hay muchos alumnos de casi todas las facultades trabajando ahí, ya sea en el turno de la mañana o en el turno de la tarde. Así que tú serás una voluntaria un día a la semana hasta que termine el semestre. Tendrás que ir todos los viernes en el turno vespertino.

No puede ser. ¿Cómo les diré a mis padres que fui castigada y que tengo que estar en una biblioteca enorme todos los viernes? Bueno, no es un castigo realmente fuerte. Puedo aprovechar para hacer mis tareas.

-Esta bien. -Le dije.

Me dió una hoja para firmar y me envió de vuelta a mi salón.

Entre a clases y el día término, cuando salimos le conté a Lupita lo que pasó.

-No es un mal castigo pero es muy aburrido- Me dijo mientras nos dirigiamos al estacionamiento.

-Lo sé. No quiero ir.

-Tendrás que hacerlo amiga.

-Pues si. -Llegué y Pedro me esperaba en su auto. -Nos vemos mañana Lupita. -Le dí un beso en la mejilla y subí al auto.

En mi casa, durante la comida les informé a todos del castigo, cómo sabían que no hice nada grave lo aceptaron.

El resto de la semana transcurrió normal, casi no vi a Erick, creo que se está escondiendo de mi. Llegó el viernes por la tarde y tuve que ir a la biblioteca.

Entre al enorme lugar y busqué al encargado. Cuando lo encontré le dije que me habían mandado ahí a ayudar.

-Es una biblioteca muy grande, así que asignamos diferentes áreas a los alumnos que nos ayudan. Te enviaré a dónde están los libros de medicina, es un lugar algo grande así que tendrás un compañero que te ayude. -También parece una persona muy amable, era un hombre no tan joven y su nombre era Roberto.

-Si claro. ¿Con quién voy a trabajar?

-Oh mira justo viene llegando. Él te dará las indicaciones de que hacer. -Me señaló la puerta.

Justo iba entrando Erick. Así que pasaría todos los viernes del semestre con él.

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Hola lectores y lectoras. Es la primera vez que me dirijo a ustedes. No he tenido mucho tiempo de escribir pero aquí tienen nuevo capítulo.

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Un abrazo enorme de la escritora. All the love.

Por Toda La Eternidad - Erick IbarraWhere stories live. Discover now