Capítulo 13

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Lupita estaba caminando hacia mi.

-Saldré con tu hermano esta tarde. -me dijo emocionada.

-Esta muy bien. Vamos al salón, necesito ir por mis cosas.

-¿Tus cosas? ¿Ya te vas?

-Si, tengo algo que hacer. No le digas a Pedro que me fui por favor.

-Claro, pero tendrás que contarme por qué tuviste que irte.

-Si, lo haré.

Entre al salón, tomé mis cosas y pedí un taxi a casa de Erick. No tenía problema en pasar por mi casa ya que mis papás seguro estaban en el trabajo.

Llegué a la casa de Erick y llamé a la puerta. Tardo un poco en abrir.

-Anne, que bueno que llegas. Pasa por favor. -Entré, su casa era realmente linda. Se empezaron a oír ruidos de arriba como si estuvieran tirando y rompiendo cosas.

-¿Que esta pasando? -le pregunté algo asustada.

-Hoy no fui a la escuela porque la persona que cuida a mi madre no pudo venir, entonces me quedé con ella. Estaba todo bien, pero hace rato empezó a sufrir otra de sus crisis, no me deja entrar y me asusta lo que pueda hacer. 

-¿Quieres que suba a verla?

-Por favor. De verdad, no se a quien más recurrir. Hablaría con todo el mundo antes que conmigo. Solo quiero que te asegures de que no haga alguna tontería.

Deje mi mochila en el sillón y subí por las escaleras con Erick. Me llevó hasta una puerta, desde este punto se oían peor los ruidos. Erick tocó la puerta y su madré le respondío al instante.

-Vete de aquí Erick, no quiero verte, ni hoy ni nunca. -Erick se me quedó viendo y después hablé.

-No soy Erick señora. ¿Puedo entrar?

-No quiero ver a nadie. 

Erick sacó unas llaves y abrió la puerta.

Con mucho cuidado entre, estaba parada de espaldas a mi y miraba por la ventana.

-¿Quién eres tu y que haces aquí? -me dijo en tono molesto y sin mirarme.

-Me llamo Anne, soy su vecina y amiga de su hijo. -no sabía que se debía hacer en éstos casos así que solo le dije... -Me gustaría platicar un rato con usted.

-¿Sobre qué? Le dije a Erick que no quiero hablar con nadie.

-Justamente sobre él quiero platicar.

-No quiero hablar sobre él, no quiero tenerlo cerca. 

-¿Cómo puede hablar así de su hijo?

-El mató a mi esposo. 

-Él no lo hizo. -le contesté un poco molesta.

-Por su culpa. Si no hubiera hecho lo que hizo esa noche, mi marido no hubiera tenido que ir por él. Todo por su irresponsabilidad. -Entonces respiré hondo, necesitábamos relajarnos un poco. 

-Tranquilícese por favor. Quiero ayudarla.

-¿Ayudarme a qué? 

-A superar lo que pasó. Han pasado dos años desde el accidente y no ha salido de ésta habitación. ¿No cree que ya es tiempo de que lo haga? 

-¿Para que salir si él ya no está aquí? -me dijo un poco más calmada y con tono triste.

-Tiene dos hijos que están haciendo todo lo posible para ayudarla. Por ellos usted debería echarle ganas a la vida.

-No creo que les interese. 

-¿Cómo puede decir que no les interesa? ¿A caso no ve lo que ellos hacen por usted?

-Ninguno de ellos entra aquí.

-Para empezar usted es la que no deja entrar Erick.

-Ya te dije que no lo quiero ver. -me interrumpió.

-Pues ahí tiene la principal razón por la que su hijo no entra aquí. Y en cuanto a su hija, ella se la pasa todo el día trabajando para poder mantenerla y para poder mandar a Erick a la escuela. Eso es una responsabilidad que usted debería asumir, no ella. -no me dijo nada. -Sus hijos la quieren mucho señora. 

Me dí cuenta de que ya se encontraba un poco más calmada así que decidí dejarla. Esperaba que lo que le había dicho funcionara, o mínimo que la pusiera a pensar en la probabilidad de salir de su cuarto.

-Me tengo que ir, pero por favor piense un poco en lo que le dije, y sobre todo, tenga siempre en mente a sus hijos, es lo único que tiene en la vida, y si no los aprovecha ellos se irán. Hasta luego.

Salí de la habitación, Erick se encontraba recargado a un lado de la puerta.

-Creo que ya está más calmada. -le dije.

-No sabes cuanto te agradezco que hayas venido.

-No es nada. 

Bajamos y nos sentamos en su sala un rato, no se escucharon los ruidos otra vez. A cada rato Erick subía a asegurarse de que estuviera bien. Imaginaba que esto era muy difícil para él. Después de estar un rato más en su casa y de que subiera otras muchas veces a ver a su madre, él se encontraba bajando las escaleras y me dijo:

-Se quedó dormida. ¿Quieres que te acompañe a tu casa?

-Claro, aún no llegan mis padres pero será mejor que esté ahí para cuando vuelvan.

Salimos del lugar y me acompaño a casa, no paramos como siempre en la entrada.

-De verdad no se como pagarte lo que haces por mi, y en éste caso por mi madre. Eres lo mejor que me pudo pasar.

-Como te dije antes, no es nada. Te quiero mucho y haría cualquier cosa por ti.

-Espero algún día poder devolverte el favor. -me sonrío, se acercó ligeramente a mi y me besó.

Definitivamente me encantaban sus besos. 

En cuanto nos separamos me dijo que tenía que irse e inmediatamente se dirigió a su casa y yo entré a la mía. 

Subí a mi habitación e intente distraerme un rato. Más tarde llegaron mis padres y Pedro. Ibamos a comer pero mi hermano nos dijo que saldría, yo ya sabía que iría con Lupita, así que solo comí con mis padres. Después de esto, hice algunas tareas y estuve escuchando música. Llegó la noche y fui a dormir.

Al otro día seguí mi rutina de todas las mañanas y fui con Pedro a la escuela. Entré al salón y cómo aún era temprano no había muchos alumnos. Esperé un rato y Lupita llegó. 

-Hola Anne.

-Hola Lupita.

-Erick te está buscando afuera. - esto me sorprendió un poco.

-¿Erick? 

-Sí. Ve a verlo.

Salí y ahí estaba. 

-Hola Anne. ¿Que tal tu mañana?

-Muy bien. ¿Necesitas algo?

-A decir verdad, sí. Necesito pedirte un favor, otra vez.

-Claro, dime de que se trata y veré que puedo hacer.

-Mi mamá quiere que vayas otra vez a la casa. Claro, si puedes. Esta mañana la persona que la cuida me dijo que en cuanto despertó le pidió que llevará de nuevo a la chica que hablo con ella. ¿Crees que puedas ir?

-Tal vez pueda en la tarde,  después de la escuela estaré ahí.
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Segundo capítulo del maratón. 

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Por Toda La Eternidad - Erick Ibarraحيث تعيش القصص. اكتشف الآن