Epílogo

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Narra Erin:

-Mamá creo que la abuela ya está durmiendo. No abrió la puerta de su cuarto. -Me dijo mi pequeña hija.

-Es muy temprano para que duerma. Voy a verla. -Llamé a la puerta y nadie respondió. Abrí lentamente, ahí estaba ella, recostada en la cama, abrazando la foto que siempre se encontraba en su buró. La foto de mi padre, era tan guapo, me hubiera encantado conocerlo, desgraciadamente había muerto el día en que yo nací. Hace más o menos unos treinta años. El tío Pedro siempre decía que ella lo extrañaba mucho, que desde que mi papá se fue no había sido la misma, eso no podía juzgarlo yo. Ella había sido una excelente madre para mi. Pero siempre fui testigo de todas las veces que le lloraba.

Me acerqué a ella y la moví ligeramente.

-¡Mamá! -Le di la vuelta. En su rostro tenía una sonrisa inigualable, una sonrisa enorme. Jamás la había visto así. Recordé lo que el tío Chuy decía, que nadie la hacía sonreír cómo papá. Tal vez así se veía. Aquí fue donde me di cuenta que mi mamá ya no estaba conmigo, había vuelto a encontrarse con mi papá, ahora podrían caminar por aquel parque tomados de la mano Por Toda La Eternidad.

Por Toda La Eternidad - Erick IbarraWhere stories live. Discover now