Imposible

By Exolari

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Skyler es una chica con un pasado terrible que trata de ocultar todo el tiempo. Mientras ella cursa su segund... More

Prólogo.
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4: Cumpleaños (Parte II)
Capitulo 5: La regla
Capitulo 6: Diversión.
Capitulo 7: Final / I
Capitulo 8: Problemas.
Capitulo 9: Secretos.
Capitulo 10: Confianza.
Capitulo 11: Enfermedad.
Capitulo 12: Falsos Amigos.
Capitulo 13: Mentira.
Capitulo 14: Final / II
Capitulo 15: Peleas.
Capitulo 16: Depresión.
Capitulo 17: Graduacion.
Capitulo 18: Fiesta (Parte I)
Capitulo 19: Fiesta (Parte II)
Capitulo 20: Fiesta (Parte III)
Capitulo 21: La Primera Vez
Capitulo 22: Busca novio.
Capitulo 23: Crush.
Capitulo 24: Humillación.
Capitulo 25: Cambiando pensamiento.
Capitulo 26: A Little Death (Parte I)
Capitulo 27: A Little Death (Parte II)
Capitulo 29: A Little Death (Parte IV)
Capitulo 30: No es nada.
Epílogo
Próximamente
Litnet

Capitulo 28: A Little Death (Parte III)

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By Exolari

Los dos policías se bajaron de la patrulla y tocaron la ventana de Laird.

- ¿Pueden bajar del vehículo por favor? - hablo con cortesía, pero su tono de voz demandaba autoridad.

No nos quedo de otra mas que bajarnos. Estuve a punto de bajar, pero Harper me empujo el rostro haciendo que me adentrara nuevamente. 

- ¿Qué sucede? - pregunte confundida a su acto.

-Detuvieron a otros hombres y están ahí afuera, todos son amigos de nuestros padres.

- ¿Como estas segura de eso? - fruncí el ceño.

- Por que si, estoy segura. Son parte del mismo equipo de los campeonatos que hacen en el estadio Lockhart. Yo he ido a ver a mi padre jugar allí. 

- Mierda. - suspire.

- Baja del otro lado. - me señaló hacia donde estaba Leo esperándome.

Asentí. Harper paso encima de mi y bajo hacia donde estaba Leo. Me sentía un poco mareada todavía. Me dirigí hacia la puerta donde estaba Leo, pero él me detuvo.

- Quédate dentro. - colocó sus manos en mis muslos para que evitara mover mis piernas para poder salir.

- Leo, me has ordenado muchas cosas hoy y a ninguna de esas ordenes las hice, así que no esperes mucho de mi. - hable decaída.

Vi la sonrisa burlona de Leo mientras negaba con desaprobación y me ayudó a bajarme del Jeep. Sira me tomó la mano y nos colocamos en un lugar donde los amigos de mi padre y el padre de Harper no nos vieran. 

- ¿Todos son mayores de edad? - preguntó el policía.

- Si. - respondió, Sira con total normalidad.

- ¿Han bebido? - pregunto.

- Solo los mayores de edad. - respondió, Vergil.

- Necesito ver los documentos de cada uno de ustedes y de la chica de ahí. - me señaló a mi.

Abrí los ojos en par. ¿Tanto se me nota mi ebriedad? 

- Disculpe, pero ella... - Laird estaba por inventarse una excusa pero lo interrumpí.

- Tengo una enfermedad, ¿como se atreve a juzgarme sin saber? - hable ofendida. - No puedo hablar bien, me cuesta caminar y la mayoría de veces siempre termino en el suelo. ¿No se da cuenta lo difícil que es vivir así? 

El policía frunció el ceño.

- ¿Que clase de enfermedad? - preguntó mientras me miraba fijamente.

Me quede muda al no saber que excusa poner.

- Tiene el síndrome epiléptico. - explicó, Pearl. Ventajas de tener una amiga que estudie medicina. - Es un síndrome donde pueden causar muchas infecciones y fiebres, ahora mismo íbamos de camino a un hospital para darle su medicamento y usted nos esta deteniendo. 

Asentí sin mas y comencé a actuar como una chica enferma a punto de sufrir fiebre extrema. No me gustaba jugar con este tipo de cosas, pero tampoco quería parar en la cárcel por una noche, mi padre me mataría. Sabia que podía ofender a cualquier persona con este acto, herirla o incluso hacer de menos, esa nunca fue mi intención, simplemente quería salir de esta.

- Disculpe la molestia, señorita. - el policía dio un leve asentimiento. - Necesito ver los documentos de ustedes cuatro. - dijo viendo a los chicos.

Los chicos asintieron rápidamente y sacaron sus documentos. Esto me desilusiono un poco, ¿por que? Eso significaba que Leo era mayor de edad y yo a la par de él era literalmente una niña. En estos momentos me preguntaba como realmente me miraba, como una infantil ebria o una mujer que valía la pena, pero ¿como valdré la pena comportándome de esta manera? Diablos, debo estar totalmente mal de la cabeza ahora. 

Después de ver los documentos nos dejaron irnos, nuevamente iba en el regazo de Leo, pero no lo besaba por el hecho de tener ese pensamiento de como me vería él.

- ¿Sucede algo? - me preguntó.

Verifique que alguien mas no escuchara nuestra conversación, pero todos hablaban con su respectiva pareja e ignoraban a los demás.

- ¿Que piensas de mi ahora mismo? - pregunte con curiosidad.

Leo se quedo pensativo por unos largos segundos, pero no respondió nada. Eleve las cejas dando a entender que esperaba su respuesta, pero Leo simplemente dejo escapar un suspiro.

- Lo siento, ninguna chica me había preguntado algo así, realmente no se que pienso en estos momentos, pero estando completamente consiente te respondería sin problemas. 

- Entonces respóndeme que piensas de mi estando en tu estado de ebriedad. 

- Lo que sea que tu quieras que piense de ti. 

- ¿Y que crees tú que yo quiero que pienses de mi? 

- Que estas loca, aun que supongo que tú tomas el control de todo. - hablo refiriéndose a lo de haces minutos con los policías.

Reí. 

- Debía quitármelos de encima de algún modo. - explique.

Leo asintió y sonrió. Me tomo de la nuca para besarnos nuevamente, sus manos viajaron por debajo de mi blusa y antes de tocarme el pecho izquierdo se detuvo.

- Tu ropa aun sigue algo mojada. - me hablo preocupado. ¿Por que mierda se preocupa? Suspire frustrada y asentí. - Laird, paremos en la siguiente boutique de ropa.

- ¿Que? ¿Dónde tu ex loca? - preguntó, confundido.

- Si, hoy le toca turno de noche y Skyler y Pearl aun tienen la ropa mojada. 

- Es cierto. - Pearl se miro su blusa con desaprobación.

- Bueno. - Laird aceptó sin mas y aceleró.

Me asuste con el hecho de que iríamos a comprar ropa a la una de la mañana. Pero había un problema yo no traía dinero.

- Leo, no tengo absolutamente nada para comprar ropa, menos si es una boutique de una gran marca, ¿cuál es?

- Forever 21. - respondió.

- Ni si quiera tengo para un sostén de Forever 21. 

- No importa. - se encogió de hombros.

- ¿Que? Claro que si. No traigo n... - me interrumpió con un beso.

- No te preocupes por eso. - acarició mi mejilla y yo simplemente asentí.

En pocos minutos nos detuvimos en la boutique y todos nos bajamos del auto. El establecimientos estaba cerrado y me rendí completamente, pero Leo tomó su celular y con unos simples mensajes hizo que una chica abriera el lugar.

- Hola, Alexa. - Leo sonrió. - ¿Podrías ayudarnos con algo de ropa? Pagaremos todo. Es urgente.

La chica con el nombre de Alexa y pechos exageradamente grandes se cruzo de brazos. Nos miro a cada uno y se detuvo en mi.

- ¿La chaqueta que te regale? - preguntó, ofendida.

Leo volteó a verme y sonrió como un niño.

- No, la original la perdí en algún motel y como realmente me gustó decidí comprarme una igual. - explicó, Leo.

Alexa rodó los ojos y sin prestarle importancia nos dejos entrar al lugar. Después nos entregó a cada una linterna.

- No puedo encender las luces por que si no las cámaras se activaran, no seria buena idea de que se entere mi jefe que haré esto. - explicó. - Tomen las prendas, me pagan, lo añadiré a las hojas de contabilidad y fin de la historia, aquí no ha pasado nada.

- Gracias, Alexa. - Leo sonrió.

- Si, como sea, solo apúrense. - agitó la mano.

Cada uno fue por su camino. 

- ¿Que quieres llevarte? - preguntó, Leo. 

- Solo necesito una blusa. - explique.

- ¿Solo eso? ¿No quieres unos jeans, ropa interior o zapatos nuevos? Créeme, estas empapada por todos lados. 

- La blusa evitara que me enferme, eso es lo único que no quiero que suceda, enfermarme.

Leo se encogió de hombros.

- Si, tu lo deseas así. 

Seguimos caminando por el lugar, pero no encontraba la sección de blusas. Todo era confuso solo utilizando una maldita linterna cuando absolutamente todo estaba oscuro. 

- No las encuentro. - hable con desesperación. 

Estaba segura que habíamos dado vueltas en el mismo lugar por que simplemente miraba ropa para hombre.

- Llamare a Alexa. - Leo sacó su celular y envió el mensaje. Al rato este vibro. - Dijo que hiciéramos parpadear las linternas para que nos encuentre.

Asentí y entonces comencé a apagar y encender la linterna varias veces junto con Leo y a los pocos segundos Alexa nos encontró. 

- Están al otro lado. No entiendo como es que pararon aquí. - rodó los ojos y comenzamos a seguirla.

Caminamos hasta el otro lugar y encontramos ropa para chicas. En una de esas nos topamos a Pearl la cual se burló de nosotros por no haber encontrado la ropa de chicas rápidamente. Nos detuvimos en medio de la sección de chicas.

- ¿Que talla eres? - me preguntó, Leo.

- Soy M. - respondí.

Vi como Alexa sacaba un sonido de burla.

- Yo soy S. - sonrió con arrogancia y comenzó a buscar una camisa para mi.

Fruncí el ceño. ¿Estaba celosa de que yo estuviera con Leo? Él ni siquiera me importa como ella piensa.

- Pero así y con toda talla M me gusta mas que tú. - me defendió, Leo.

Cubrí mi boca para evitar mi risa y luego mire como Alexa se iba enfadada. Ni siquiera me dio mi blusa.

Leo suspiró cansado y tomó una blusa.

- Ve a probártela. - me la extendió.

- Estoy segura que me quedara bien, solo perderemos tiempo. - tome la blusa.

- Solo hazlo, ¿si? Obedeceme una vez. - juntó sus manos mientras me rogaba.

- Esta bien. Ya regreso. 

Camine a los vestidores que estaban cerca y entonces me quite la chaqueta de Leo, luego la otra pequeña chaqueta que traía y de ultimo mi blusa. Estaba por colocarme la blusa cuando me di cuenta que lo que decía Leo era cierto, mi ropa interior estaba mojada. Suspire con frustración y me coloque la blusa, me quedo bien como lo había predicho. Me la volví a quitar y salí del vestidor. Leo estaba ahí sentado jugando con la linterna y tenia una pequeña montaña de ropa junto a él.

- ¿Te quedo? - me miró y yo cubrí mi sostén con la blusa.

- Si, te lo dije. - volví a colocarme la blusa. Ni siquiera yo entendí por que me la había quitado, tal vez era la costumbre de devolverla después de probármela para luego ir a pagarla.

- Entonces esto también te quedara. - Leo tomo la ropa y aparte dejo un par de jeans, ropa interior y zapatos en el pequeño sofá.

- Leo, no es necesario, de verdad. - me mostré incomoda.

- Obedeceme una vez, Skyler. - fue lo ultimo que dijo y vi como se alejaba con la ropa de mas en sus brazos.

Derrotada tome la ropa, me quite la mojada y me coloque lo que me había escogido Leo. No tenia mal gusto a decir verdad. Regrese con los demás chicos. Leo estaba terminando de pagar todo. Él saco una tarjeta de su billetera y se la dio a Alexa.

- ¿No preguntaras cuanto pagaras por todo esto? - Alexa elevó las cejas sorprendida. Leo se encogió de hombros restandole importancia. - Son mas de mil dolares. - dijo intentando evitar que Leo pagara todo eso por mi. Yo también estaba de su lado.

- Loe, no pagues todo eso por mi. Con esto estoy bien. - interrumpí.

- Sabes usar eso, ¿verdad? - Leo le preguntó a Alexa ignorando el hecho de que quería detenerlo.

- Claro que si. - respondió, Alexa. - He pasado de limpiar el piso a estar de cajera, imbécil.

- Bueno, yo solo decía. 

Terminamos de pagar todo y regresamos al Jeep. Ya me sentía mejor, pero aun no quise regresarle la chaqueta a Leo. Si, era muy linda para querer regresarsela.

Llegamos a nuestro destino. La casa hermosa estaba a unos metros de la playa, era grandisima, tenia piscinas y con solo verla te daban ganas de entrar y tener una aventura dentro de ella. Justo en los dos lados de la puerta habían dos escaleras que llevaban al balcón con las otras piscinas, había música y se escuchaban risas, a pesar de ser de madrugada las personas reunidas se miraban muy animadas.

- Mierda, olvide que mi padre hizo una reunión con algunos amigos. - Laird arrugó la nariz.

- ¿Hay problema con eso? - preguntó, Sira.

- No, pero hubiera sido mejor que no tuviéramos esta clase de alborto. - Laird comenzó a subir las escaleras.

Leo me tomó de la mano entrelazando sus dedos, quería soltarme de él para que no creyera nada mas que un poco de diversión, pero este no se limito a soltarme. Llegamos al segundo piso y vimos la primera piscina. El grupo de hombres se encontraba a unos metros mas adelante. 

Miraba cada parte del lugar, era hermoso. Me preguntaba cada vez mas que clase de personas eran estos chicos que acabábamos de conocer en una fiesta. Me sentí avergonzada cuando me recordé que Laird me dio dinero para Internet, esos 20 dolares no eran nada para él. Todo lo que gastó Leo conmigo y me olvidaba el detalle sobre la mesera, el lugar VIP de la fiesta. La vida de estos chicos literalmente es la vida perfecta de muchos.

- Regrese, padre. - Laird, saludó. 

- ¡Hijo! - exclamó, el señor. - ¿Y eso que has venido aquí? Creí que te quedarías en la casa de la ciudad hoy. 

- Hubo cambio de planes. - nos señaló.

El señor nos miro y nos sonrió.

- Sean bienvenidos. ¿Quieren algo para beber? Tenemos de todo. - se puso de pie y camino hacia nosotros. - Mi casa es su casa. Vengan y pónganse cómodos sin pena alguna.

Agradecimos con una gran sonrisa. Nos sentamos en el otro juego de sala que estaba a unos metros mas cerca de la piscina y unos meseros nos dejaron bebida en la mesa de centro. Me serví un poco de vodka. Leo encendió un cigarro y luego recostó su espalda en el reposa brazos, me tomó de la cintura haciendo que me recostara en él. Acariciaba mi abdomen con movimientos circulares y comenzaba a sentirme relajada, estaba segura que podría quedarme dormida justo en ese momento. 

Todo iba de maravilla, Leo y yo hablábamos de diversos temas, reíamos cuando uno de nosotros decía algo gracioso y nos besábamos entre aveces. Disfrutaba del momento como jamas había tenido idea cuando vi a dos personas subir por esas escaleras. 

- ¿Como estas amigo? - saludó el padre de Laird al señor.

- Muy bien. - se abrazaron animadamente. - Hoy no tuve mas opción así que traje a mi hijo. Te presento a Blake. - señalo al chico que estaba detrás de él.

Al escuchar su nombre sentí que mi corazón se detenía, detuve el beso con Leo, pero este logro tomar mis labios entre sus dientes hiriéndome un poco por que trate de voltear hacia ellos. Cuando me soltó voltee rápidamente y me encontré con la mirada fría de Blake. Leo seguía con sus cosas de tenerme sujeta de la cintura, morder mi cuello y exigir con pequeños besos que volviera a poner mi atención con él. Pero ahora mismo mi atención estaba en Blake, mi primer y único amor.

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