Capítulo dedicado a: -shawnpriority
En estos momentos me encontraba dirigiendo mi paso directamente hacia la puerta de la oficina del castaño, acompañada de mis fuertes pisadas y mi cambio drástico de humor. No era como si estuviese celosa de que la chica esa lo haya llamado, porque sé que esto no son sólo un par de besos y caricias, quizás algo más lejos, pero no llegará a ser gran cosa.
Volviendo al tema, mi molestia era porque no podía tolerar que el momento fuese nada más ni nada menos que interrumpido por esa perra. ¿No había tenido suficiente?
Ya la quería ahorcar.
-¿Por qué te vas? -preguntó por enésima vez, tomando mi brazo, pero esta vez logré zafarme de su agarre-. ¿Qué demonios haces?
-Me voy -respondí más en una interrogación y él frunció el ceño-Ruth parece necesitarte.
-¿No crees que estás sonando un tanto dramática?
Rodé los ojos y, sin pensarlo dos veces, me giré para salir del lugar rápidamente, pero Shawn lo impidió de nuevo tomando esta vez más fuerte mi muñeca y tirando de mí hacia él, logrando que gracias a la fuerza que él ejerció juntáramos nuestros labios de nuevo.
Comenzó a mover sus labios ferozmente sobre los míos y yo sólo quería separarme de él, no me quería demostrar dominada, ni mucho menos quería besarlo ahora que esa mujer repleta de extensiones y maquillaje había decidido agotar mi paciencia. Así que, sin piedad, mordí su labio inferior fuertemente hasta romperlo un poco. Sentí el sabor metálico de su sangre en mi boca cuando se separó de mí y limpió la zona enrojecida, para luego mirarme con una sonrisa cínica y adolorida.
Estuvo a punto de decir algo cuando la puerta se abrió y su expresión se endureció un poco obligándome a girar mi cuerpo hacia la entrada.
Ruth.
-Vaya vaya... -se cruzó de brazos dirigiendo sus pasos hacia nosotros, su cabello detrás de sus hombros y sus caderas moviéndose de una forma un poco escandalosa, sin descartar la brillante sonrisa que traía consigo-. ¿No eres muy joven para besarte con el mayor socio de tu padre?
-Eso no te incum...
-Ya cállate, capullo -dijo entre dientes, para después tomar su expresión sonriente de siempre y empujarme para llegar hasta Shawn-. ¿Qué haces con esta pequeña criaturita, cariño?
-Ruth...
No lo dejó terminar, puesto que ya había comenzado a devorar los labios del castaño sin piedad alguna, regando su escandaloso labial rojo por los labios de él. Shawn hacía lo posible por seguirle el beso, pero no lo lograba en su totalidad. ¿Qué le pasaba?
Mi rostro se encontraba sin expresión, sólo me había fijado en la forma en la que sus labios se unían, se besaban y hacían aquellos movimientos que me daban ganas de vomitar a medida que los segundos pasaban.
La chica me dedicó su repugnante mirada malévola y alcé una ceja.
-¿Qué esperas que haga? -cuestioné.
-Alejarte de él -ordenó al instante y Shawn frunció el ceño.
-¿De qué estás hablando? -intervino Shawn-. No puedes prohibirnos nada. No tienes el derecho de...
-Puedo hacer lo que quiera y lo que pueda, ¿y saben qué es lo que podría hacer? -casi exclamó, mirándonos con malicia en sus ojos azules grisáceos-. Le diría a tu padre que su nuevo socio se está acostando con su pequeña hija inteligente, ¿cómo la ven?
Nos miró retándonos, sus ojos dejando escapar descaro y su sonrisa imborrable eran las dos cosas que me provocaban unas inmensas ganas de vomitar; quería tomarla del cabello y arrojarla a un contenedor de basura, donde se encuentran las cosas inservibles como ella.
Podía sentir el cólera y la desesperación explotar como un volcán dentro de mí, sentía como si un elefante estuviese pisoteando mi pecho y obstruyendo la respiración común que mis pulmones me permitían conservar, la tranquilidad que lograba obtener ante cualquier situación por más estresante que fuese. Mi labio inferior temblaba de la rabia y todo lo que podía hacer para impedirlo era apretarlos con molestia.
-¿No crees que estás exagerando un poco?
-¿Acaso crees que es justo que comparta lo que es mío? -cuestionó ella, mirándolo con una de sus, perfectamente maquilladas, cejas castañas alzada.
-¿Estás loca? -interrogó colocando sus dedos índice y pulgar en el puente de su nariz, respirando profundo para tratar de calmarse-. Por supuesto que no te pertenezco. No puedes simplemente llegar y tratar de manejar mi vida solo porque nos besamos por un rato y nada más.
Ella lo aniquiló con la mirada por unos segundos, apretó sus labios y pude notar su molestia ante la revelación de Shawn. Prácticamente quiso decir que la utilizó por unos simples segundos, que de pronto, se volvieron inexistentes para él.
En parte, él tenía razón, ella no puede pretender que tendrá derechos sobre él cuando acaban de verse las caras e intercambiar palabras sucias e insignificantes para él.
-¿No puedo? -preguntó alzando una ceja-. A ver, es simple -me miró-. Tú no te acercas a él y yo trataré de no arruinar la reputación de ambos.
Shawn me miró inexpresivo, sus ojos no mostraban sentimiento alguno y sus labios se encontraban en línea recta, haciendo inexpresable lo que quizás podría estar sintiendo en estos momentos.
Ya entiendo qué quiere comunicarme.
Traté de no actuar como si aquello no fuera un problema para mí y aparté la mirada de los ojos de Shawn, para fijarlos en Ruth, quien esperaba una respuesta. Eché mi cabello detrás de mis hombros y caminé hacia el escritorio para tomar mi bolso, pasando por el medio de ellos dos.
-Es todo tuyo, sólo espero que tus siliconas no caigan al momento de... ya sabes -traté de explicar arrugando el rostro para guiñarle el ojo.
Shawn sonrió con los labios sellados y luego cruzó los brazos mirándome con la barbilla en alto. Mientras, Ruth sonreía victoriosa.
-Hasta luego, Isabella.
Le dirigí una pequeña sonrisa y caminé hacia la salida de su oficina. Mi sonrisa se borró al instante en el que escuché como la sentaba sobre el escritorio, pude imaginarlo así como lo hizo conmigo.
Imbécil.
(...)
-¿Qué era tan urgente? -preguntó mi padre cuando estuve sentada en su escritorio.
Un montón de recuerdos comenzaron a pasar por mi mente, logrando que me removiera un poco en el asiento con un poco de incomodidad.
-Quería mostrarme algunas obras de arte, necesitaba que las considerara y eligiera la mejor para que él trabajara en ello -mentí y crucé mis piernas.
-Es bueno que sigas progresando, Bella -sonrió mientras buscaba algo en su computadora-. Sería muy bueno que sigas colaborando con él, es un gran artista.
Suspiré. -Lo sé.
-¿No crees que deberías dejar ese trabajo mediocre en la cafetería y enfocarte en esto de ser una profesional?
Fruncí el ceño. -¿Qué quieres decir?
Por supuesto que lo sabía, hace meses insiste en ascenderme de puesto aquí en Fairchild, pero sentía que estaría muy presionada por todos, quería tener una vida normal, no me gustaba para nada ser el centro de atención. Te sientes ahogado cuando todos te hacen preguntas sobre ti, sobre tus pinturas y sobre cosas personales. Entrar en Fairchild implica ser conocido por toda la ciudad, incluso por todo el país. Eres registrado en la página web y consigues papeles sobre ello, es... algo exagerado, pero eso lo hace original y diferente, o eso decía Joshua.
-¿No crees que deberías formar parte del personal de Fairchild?
-No creo que sea suficiente -respondí al instante-. Necesito estudiar más, Papá, necesito más conocimientos, no siento que sea suficiente lo que llevo hasta ahora, yo necesito...
-Es por tus amigos -me interrumpió dirigiendo su mirada hacia mi rostro confundido-. No quieres dejarlos solos porque piensas que ellos creerán que eres una niña rica ahora que te formarás mucho mejor aquí.
¿Por qué siempre tenía razón?
No es simplemente eso, incluso Jake y Acasia van a la universidad de artes de Toronto, sólo que Cassie quiere especializarse en ser arquitecto, su sueño es construir uno de los edificios más modernos de todo Canadá y verlo flotar en el mar de información en internet; Mientras que Jake se dirige por las pinturas en acuarelas y tintas de alto costo.
Jake trabajaba medio tiempo en la cafetería y en las tardes de los martes se dirigía a la biblioteca pública de la ciudad a leerles cuentos a los niños de un orfanato, ya que sus padres se separaron hace años porque su padre no quería tener hijos, lo dejaron en un orfanato cuando era apenas un bebé y escapó, era sorprendente que luego de tantos años le tocara leer cuentos a ese mismo lugar en el que lo abandonaron.
Acasia trabajaba cuidando niños los fines de semana y cumplía con turnos muy confusos en la cafetería que solo ella entendía.
-Es tu futuro, Isabella, piénsalo ¿sí?
Asentí bajando la mirada cuando acarició por un segundo mi mejilla y me levanté tomando mi bolso cuando él tomó las llaves del auto y su móvil.
-Si quieres te vas, yo esperaré a Acasia afuera, saldremos un rato a caminar.
Joshua asintió besando mi frente. -Nos vemos entonces, recuerda no llegar tan tarde.
Salí de la oficina, recorriendo cada lugar de la empresa hacia la salida a paso lento... Le había mentido a mi padre.
Lo vi recostado a su auto con las manos adentradas en los bolsillos de sus pantalones negros, mirando el cielo, totalmente distraído. Dirigió su mirada hacia mi cuando escuchó mis pasos cerca y sintió mi presencia a su lado. -Al fin llegas, Bella.
Intentó acercarse a mí, pero lo esquivé volteando mi rostro a un lado. -No, Shawn. Le va a decir a mí padre.
-No nos está viendo -recostó mi cuerpo al frío auto-. Ella dijo que no quería verte cerca de mí, pero no dijo que yo no podía estar cerca de ti.
-Quizás porque es lo mismo...
-Quizás, pero para mí no.
-¿No te importa nada cierto? -pregunté alejando su cuerpo de mí sin ser violenta, caminando lejos de su alcance mientras ignoraba su confusión por mis actos.
-¿De qué hablas?
-Está en juego nuestra reputación, tu empleo y la confianza que me tiene mi padre -confesé-. ¿Crees que es poco?
-Isabella...
-Es increíble saber que ni siquiera te importa, simplemente te arriesgas a perder algo tan importante por algo tan insignificante como saciar tu crónica necesidad sexual.
-¿Qué mierda dices? -su mandíbula se tensó, apresuró su paso hacia mí y tomó mi muñeca para que no me alejara de él de nuevo.
-Que eres un maldito necesitado sexual.
-¿Estás consciente de que tú fuiste quien me buscó, cierto? -cuestionó sonriendo ahora.
-Yo no soy quien tiene sexo con múltiples chicas a la vez -ataqué tratando de zafarme de su agarre, los cuales fueron intentos finalmente fallidos-. Al menos yo sólo te busco a ti.
Su sonrisa se extendió causando que un escalofrío recorriera toda mi espalda.
-Me gusta que dispongas sólo para mí -chasqueó la lengua.
-No soy tu puta privada -escupí harta de la situación-. No sé siquiera por qué vine. Suéltame.
-Oblígame -ordenó acercando sus labios a los míos, rozándolos como lo había hecho pocas horas atrás, provocando que mi respiración se cortara durante dos segundos-. Dime que quieres alejarte de mí.
Un torrente de emociones me inundó entera, mis manos comenzaban a sudar y la rabia que poseía hace unos minutos se convertía en un estado de frustración inevitable.
-Quiero alejarme de ti.
-Lamento decírtelo, pero tus deseos no serán concedidos esta noche, Bella -dijo al instante en un tono de voz tan bajo que no tenía idea de cómo pude haber escuchado sus palabras.
Quería golpearlo, quería patear su entrepierna y salir corriendo, pero esas eran ideas demasiado patéticas para una situación como esta... o eso creía.
Un aire tenso recorrió el ambiente mientras sus labios rozaban los míos. Pero ninguno de los dos hacía nada, así que disfruté su tranquilidad y aparté su mano de mi muñeca y me alejé rápidamente de él.
-Basta, para esto, Shawn.
De un momento a otro, un sonido de un auto encenderse nos hace mirar hacia un lado de nosotros y alarmarnos.
Era el auto de Joshua.
El castaño me tomó de la misma mano de la que me había tomado anteriormente y me obligó a entrar a la parte trasera del auto, cerrando la puerta de este detrás de él.
Los nervios me carcomían cuando el auto negro pasó a un lado de nosotros, saliendo de su estacionamiento privado. Respiré profundo varias veces tratando de contener la calma, ni siquiera me había molestado en pensar en el chico que tenía a mi lado.
Salí del auto y lo miré desde afuera. -No creo que vuelvas a saciar tu mierda conmigo. No te buscaré, ni tú me buscarás.
Cerré la puerta del auto cuando estuvo a punto de decirme algo y caminé fuera del estacionamiento para conseguir un taxi que me llevara de vuelta a casa.
Él sabía que yo no quería finalizar esto de esta forma, pero no era precisamente eso, sino que no quería dejarme vencer tan fácilmente, odiaba que me ganaran, pero está mi padre de por medio, está la empresa y la buena imagen de Shawn y mi familia. Creo que lo mejor sería acabar esto que nunca comenzó del todo, ya que sin haber tenido tanto tiempo, nos comenzaba a causar problemas a ambos, problemas que nos hundirían de golpe.
Siempre terminaba lo que comenzaba, pero esta vez no sería así.
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├ Siento no haberles subido el capítulo más temprano, PERO ES QUE EL PUTO WATTPAD NO ME DEJABA SUBIR EL CAPÍTULO CON SUS PUTOS "PROBLEMAS CON GUARDAR LA HISTORIA" Y, ENSERIO, ESTOY ARRECHA.
Y cuando les digo que estoy arrecha, no es mentira. De paso el WiFi es una mierda y estuve mil horas tratando de subir el capítulo también por eso. Y como que para joderme más la vida me quitó los guiones largos.
El capítulo NO está editado, perdón si hay errores.
Lo siento si es tarde y me tardé en subir, culpen a wattpad y a mi WiFi.
PUTÍSIMA VIDA.
-Ari.