XOXO, Blogger Girl ©

By EMMolleja

1.6M 102K 16.4K

Pequeña sinopsis: Nina Landfield es una chica que escribe libremente bajo en seudónimo de "Blogger Girl" en l... More

Sinopsis.
Prólogo: Entrada: La popularidad en general.
Capítulo 1: El e-mail de Ryan Hamilton.
Capítulo 2: RE: La popularidad en general.
Capítulo 3: Ridículo y desesperado destino.
Capítulo 4: Baby you can drive my car.
Capítulo 6: Duckie + Fiesta= ?
Capítulo 7: "Chica Rebote".
Capítulo 8: La raíz cuadrada de dos.
Capítulo 9: E-mail de desahogo social.
#PrayForVenezuela. Comunicado.
Capítulo 10: A veces el que no arriesga, también gana.
Capítulo 11: Friday Night Lights.
Capítulo 12: Entrada: Una corta reflexión a Sherman High.
Capítulo 13: Nuevas Iniciativas.
Capítulo 14: Archibald Finnigan y el Mural.
Capítulo 15: El día no tan habitual.
Capítulo 16: Tres chicos y una Nina.
Capítulo 17: Circunstancias Complicadas.
Capítulo 18: El día después.
Capítulo 19: Donde todo comenzó
Capítulo 20: El punto sin retorno

Capítulo 5: La conversación del cabello de Penny Lane.

77.8K 5.3K 675
By EMMolleja

Ya para el final del tercer período, todo el mundo sabía de la gran ruptura de la capitana de porristas y el mariscal de campo estrella. Les digo, la mayoría se lo tomó como si de Brad Pitt y Angelina Jolie se tratara. Era patético, muy patético y lamentable ver a ciertas personas afligirse por la terminación de una relación ajena a la de ellos.

  Poderoso e influyente trono de popularidad...

  El almuerzo y las otras últimas clases se pasaron entre chismorreos, murmullos e hipótesis de las personas acerca de cuál había sido la razón de la ruptura.

Yo solo estaba preocupada por cómo esto afectaría a Ryan, ya que muchas personas lo culparon de todo a él. Por supuesto, Kate se encargó de esparcir el rumor de que Ryan la quería “botar” en una llamada telefónica, cosa que no creo para nada, pero otros sí.

No digo que todo ha caído en él, ya que ustedes saben, este tipo de rupturas importantes dividen a la multitud escolar. Algunas —pocas— porristas se van del lado de Kate a consolarla, otras se alegran mucho de que lo ocurrido. Algunos chicos se alegran porque así tienen más oportunidad con Kate y... eso es todo. En esto no hay ninguna mitad y mitad. Todos se alegran porque creen tener alguna posibilidad con la capitana de porristas, puede que finjan estar del lado de su mariscal, pero por dentro, están planeando su siguiente movida. El único que puede salvarse de este comentario es Adam Shelton, su amigo de la infancia y que hasta ahora, ha demostrado ser verdadero.  O al menos, eso es lo que he notado.

A las tres en punto de la tarde, Penny y Tessa decidieron acompañarme al campo de fútbol americano. Les conté acerca de mi ataque de ansiedad del otro día y se preocuparon tanto que dijeron que me acompañarían para asegurarse de que no volviera a suceder. Ellas —al igual que Duckie—, sabían cómo calmarme rápidamente en esas situaciones.

Duckie no dijo nada al respecto, en realidad, se alegró de que ellas me acompañaran, no pregunten por qué, pero su estado de ánimo cambió y hasta caminó con nosotras al campo, se despidió alegremente y se retiró.

Las tres nos miramos a la cara.

—Ese chico definitivamente padece de trastorno bipolar —comentó Tessa.

—No, padece de amor obsesivo —se rió Penny Lane mientras entrábamos al campo.

—Déjenlo ser, está solo siendo Duckie —inquirí encogiéndome de hombros.

—Nina, tienes que dejar de ser tan dulce y buena —Ella puso los ojos en blanco.

—Cierto, aún no sé cómo no le has gritado que deje de ser tan tonto.

—Tessa tiene razón, tú misma dices que contener todo eso puede ser malo.

—Yo no estoy conteniendo nada —repliqué, llegando a las graderías—, ¿bien?

—Claro, claro, como digas —resoplaron con cansancio.

No tengo nada contra nadie, ni tampoco me contengo nada. Duckie solo es él, ellas están conscientes de que siempre ha sido así, y yo ya me acostumbré a ello. Sé que a veces puede llegar a ser un poco insoportable, o ruidoso, o molesto, pero es nuestro amigo, desde hace más tiempo del que recuerdo. Es solo cuestión de paciencia, de mucha, mucha paciencia.

—¡Tenemos un maldito partido en una semana!

Los gritos del Coach se habían tardado en perturbarme.

—¡Concéntrense! ¡No quiero maricas aquí, las maricas que se vayan a jugar barbies o a hacer porras con las chicas! ¡¿Quedó eso claro?!

—Sí, Coach—recitaron todos al unísono, con el cuerpo recto y cabezas levantadas con rigidez.

—¡¡Más alto!!

—¡SÍ, COACH!

—No lo entiendo —Penny ladeó un poco la cabeza mientras las tres mirábamos el final de la práctica con atención—. ¿Cómo pueden soportar todos esos insultos? No me lo está diciendo a mí y solo quiero partirle la cara de un puñetazo.

—A eso se le llama, pasión al fútbol —inquirió Tessa, empujando sus gafas de sol vintage de nuevo a su lugar—, mucha, demasiada, pasión al deporte.

Ugh, es tan lamentable ver como los trata, como si estuviesen en el servicio militar —Mi otra amiga hizo una mueca de asco—, me dan algo de pena.

—Nunca lo entenderé, la verdad —comenté, pensativa—. Los padres llegan a molestarse cuando alguien joven le hace bullying a su hijo, pero, a este hombre, todo grande, imponente, un total grosero, vulgar y encima un auténtico bully, a él nadie le dice nada. Es todo lo contrario, los padres de estos chicos se alegran al ver la presión que les coloca, se excusan diciendo que esa presión es lo mejor para ellos.

—Algunos padres son todos unos hipócritas —farfulló Penny Lane con molestia.

—No quiero arruinar el calor del momento y eso, pero... Ryan está mirando directamente hacia acá. Ahora mismo. Nina, tienes que hacer algo.

Me volví rápidamente al campo de nuevo, y si, era cierto lo que Tessa decía, Ryan miraba directamente hacia nosotras mientras hablaba con su amigo Adam.

—Salúdalo, joder —expresó Tessa golpeando mi costilla izquierda con su codo.

Torpemente alcé mi brazo y agité mi mano con timidez, dedicándole una pequeña sonrisa.

Mis mejillas se encendieron a fuego vivo.

Lo vi reír entre dientes y agitar su mano también, devolviéndome el saludo amigablemente.

—¿Bajamos a saludar de cerca? —Tessa y Penny se miraron y sonrieron con complicidad.

Tragué con dificultad. Esa mirada nunca me agradó.

—Yo digo que sí —se rió la de cabello rosa levantándose y levantándome a mí también, ya que me había quedado rígida en mi lugar.

—No, no, estoy bien, solo vámonos, eh... mamá me quiere en casa temprano, uh, sí, ella necesita ayuda con unas galletas —balbuceé, viéndome arrastrada por las dos, una por un brazo y la otra por el otro.

Mi pulso comenzó a acelerarse, desbocadamente, completamente lleno de adrenalina. Los nervios siempre pudieron más que yo, es horrible, mis manos sudan y me vuelvo torpe, tonta, hasta mi lengua se traba. No quería hablarle a Ryan así, no me sentía lista.

—Hey, hola.

Esa voz.

Me sacudí fuera de mis pensamientos y traté de conservar la calma, recordando respirar y tragar saliva con coordinación y serenidad.

—¡Hey, rubia! —Adam también me saludó, parecía algo incómodo por algo.

No era el único incómodo tampoco.

—Hola —los saludé, aclarando la garganta sonoramente.

Ryan me dedicó una amplia sonrisa, a lo que mi corazón respondió instantáneamente, acelerando más su ritmo. Si seguía así, me daría un paro cardíaco pronto.

—¿Cómo están tus codos? —me preguntó, sin dejar aún de sonreír.

¿Por qué me tortura así? ¿Por qué tiene que ser así de amable, de perfecto a su manera?

—Están bien —contesté, sin poder evitar contagiarme de su sonrisa.

—Nunca me dijiste tu nombre —Él se encogió de hombros, pasando una mano por su nuca.

Me quedé paralizada por unos largos segundos. De verdad, tenía que dejar de paralizarme por largos segundos, al menos que quisiese dar a entender que era una especie de retardada.

—Su nombre es Nina —le dijo Penny, pellizcándome el brazo a escondidas.

—¡Sí!  —Di un salto de dolor—. Soy... Nina, Nina Landfield.

—Nina Landfield —repitió Ryan, como recordando algo, pero luego, simplemente sacudió la cabeza—. Un gusto saber tu nombre, Nina.

Mis mejillas se sonrojaron intensamente.

—Y nosotras somos sus amigas —terció Tessa, extendiendo su brazo hacia él—, yo soy Tessa Greenlaw —Él estrechó su mano con la de ella.

—Y yo Penny Lane Fisher —se presentó mi otra amiga, sacudiéndole el brazo a Ryan de arriba abajo con energía.

—¿Por qué... tienes el cabello rosa, Penny? —inquirió Adam, mirándola de manera extraña.

—¿Qué? ¿Te molesta que lo tenga así? ¿Tienes algún problema con mi cabello? —Ella enarcó una ceja, viéndose algo disgustada.

Ella odia cuando la gente la mira extraño debido a su cabello. Se pone bastante feo a veces. Lo digo en serio, es una defensora radical de cabellos de colores.

—No, para nada, ningún problema —El moreno alzó ambas manos y casi lo vi esbozar una sonrisa.

—Es una manera de expresión, solo para que lo sepas —Se cruzó de brazos, enojada como una niña pequeña.

Tessa se echó a reír.

—La última vez que alguien le preguntó eso, tuvimos que detenerla ya que casi se le lanza encima a la chica —relató mi amiga divertida—. La morena estaba tan asustada que estuvo a punto de llamar a la seguridad de la tienda para que nos sacaran.

—Se lo merecía, se estaba riendo de mi cabello y dijo que el rosa no me quedaba —farfulló Penny frunciendo los labios.

Pensé que con esa bizarra historia los chicos pensarían que éramos unas completas raritas y huirían por sus vidas. Pero lo que me sorprendió fue cuando los escuché soltar una buena carcajada a ambos.

—¿Y qué hicieron luego? —preguntó Adam ahora poniéndole más interés a la anécdota.

—Pues, no fue fácil, pero logramos arrastrar a Penny fuera del lugar antes de que la cosa se tornara más fea —continué, de repente sintiéndome cómoda  con la conversación que entablábamos los cinco.

—Eso habría sido hilarante de ver —comentó Ryan, mirándome a los ojos de una manera tan encantadora que mi timidez me hizo desviar la mirada rápidamente.

—¡Ryan, Adam! —De pronto, nos vimos invadidos por el resto de los chicos del equipo de fútbol.

Me sentía cohibida y fuera de lugar al tener gran parte de los miembros de ese trono de popularidad rodeándome.

—Iremos a Taco Bell a matar el hambre —le dijo el defensa, Kevin Stewart, al parecer ignorando nuestra presencia—. ¿Vienen con nosotros o qué?

—Oh sí, yo estoy muerto de hambre —Adam se llevó una mano al estómago y luego le dio un golpecito al hombro de su amigo—. Vamos, Ryan.

—Ya voy, adelántense ustedes, los alcanzo enseguida —Él se volvió a nosotras de nuevo.

Los del equipo nos miraron de manera extraña y sin tener otra opción, obedecieron a su capitán.

 —Nosotras te esperaremos en el auto, Nina —Tessa saltó casi instantáneamente y tomó a Penny Lane del brazo.

—¿Qué? ¡Tessa, en ese cacharro hace mucho calor! —se quejó Penny mirándola con los ojos muy abiertos.

—Encenderemos el aire acondicionado —Pude notar como ella le apretaba más el brazo.

—Oh, uh, sí, sí, cierto, vamos —Sin dejarme reprocharles su falta de sutilidad, las dos me abandonaron y me dejaron a solas con Ryan.

¿Por qué él querría quedarse a solas conmigo?

Alcé la vista hacia él Ryan y me  encontré con sus ojos, que me examinaban en silencio. Ninguno de los dos dijo nada, hasta que luego de unos largos e incómodos segundos, él se dignó a pronunciar algo.

—Tus amigas son bastante agradables —Sus labios se elevaron en una sonrisa antes de seguir—. Son tan diferentes a ti.

—¿Así que estás diciendo que no soy agradable? —le pregunté en tono burlón, sonrojándome por el simple hecho que estaba siendo atrevida. O bueno, algo parecido a eso.

—No, no, eso no es lo que quise decir —Se apresuró a disculparse, luciendo completamente avergonzado.

No pude evitar sonreír.

—Lo que quise decir fue que tú pareces tan... tímida y tranquila —me explicó—, eso fue lo que quise decir.

Hubo una breve pausa, donde creo que él esperaba que dijese algo, pero no lo hice. Estaba demasiado ocupada tratando de controlar mi respiración y de no mirarlo fijamente por tanto tiempo.

—¡Ryan, hombre, apresúrate! —Di un respingo al escuchar el grito insistente de Adam a lo lejos.

—¡Esperen un segundo! —Él resopló con frustración y luego se volvió de nuevo hacia mí—. Kevin dará una fiesta en su casa este domingo, es su cumpleaños. Puedes pasarte un rato si quieres, no hay ningún problema.

Me contuve para no abrir mi boca debido a la sorpresa. Tenía miedo de que fuera a tener un ataque de ansiedad, mi corazón salió dolorosamente disparado en cuanto escuché su repentina invitación. ¿Por qué alguien como él querría que fuese a una fiesta donde claramente solo los del alto rango del trono de popularidad están invitados?

—No soy amante de las fiestas —dije, encogiéndome de hombros—. ¿Kevin estará bien con eso?

—Él está bien —Su sonrisa se ensanchó—, sería agradable que fueras, solo para pasar el rato. Tus amigas también pueden ir.

—¿Por qué... estás invitándome? —Las palabras brotaron de mi boca sin poder detenerlas.

—Considera mi invitación como una compensación de tus codos lastimados por mi culpa —me contestó divertido—. Entonces, ¿irás?

Su mirada esperanzada hizo que el calor abordara mis mejillas con rapidez, y sin poder decir otra cosa, le respondí con una simple palabra:

—Sí.

—Genial, te veré entonces allá, adiós, Nina —se despidió apresuradamente ante otro insistente grito de su amigo.

¿Acabo... de ser invitada a una fiesta?

¿Qué estaba pasando?

Nota de la autora: Aquí otro capítulo, perdón la tardanza, es que aún no lo había terminado.

Feliz año nuevo a todos :D.

No olviden comentar.

BESITOS.

Continue Reading

You'll Also Like

80.5K 6.9K 65
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitos...
35.8K 1.8K 43
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
3M 177K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...