Era miércoles y me encontraba en el receso con mis amigos. Blake había decidido ir con Hayley así que no estaba con nosotros. Decidí ir a comprar algo para comer y luego regrese con los chicos. Ellos hablaban de algo este sábado, bueno mas bien era Isabella la que hablaba, pero se detuvo cuando me vio. Algo me ocultaban, este sábado era el cumpleaños de Blake y estaba segura que tenían planeado algo, pero no pensaban invitarme.
No quise preguntar sobre nada así que deje pasar el día normal mientras ignoraba el hecho de que realmente me estaban excluyendo. Soy de esas personas que se dan cuenta de muchas cosas, pero no dicen nada.
***
Llegue a mi casa cansada, ¿de que? de la vida obviamente.
- ¿Quiere almorzar? - me preguntó mi nana.
Negué con la cabeza.
- No, gracias.
- Pero ayer tampoco almorzó y cenó poco. Ademas, esta mañana apenas y se comió una manzana.
Esa manzana termine dándosela a Aubrey.
- Estoy bien, de verdad. - mostré una sonrisa débil. - Iré a mi habitación. - comencé a subir las escaleras.
Deje mi caer mochila, me quite la ropa para colocarme una mas cómoda pero no pude seguir cuando me vi desnuda en el espejo. Diablos, tenia ganas de llorar. Sentía las lagrimas en mis ojos y como mi mandíbula dolía tanto por tensarla demasiado. Me cambie para evitar las lagrimas y decidí dormir, últimamente me daba sueño muy seguido.
Aveces dormirse con el corazón roto y lagrimas en los ojos, es la peor de las torturas.
Habia superado esto, joder. No podía volver a lo mismo, mi depresión y mis ataques de ira volvían cada vez se me hacia mas difícil controlarlos. Volvía a sentirme mal por cosas que ya no deberían importarme. No quería regresar a este problema. La depresión es tan horrible que te hace ser emocionalmente inestable y frágil, necesitas amigos en quien confiar pero al mismo tiempo te haces insociable y te encuentras en que no puedes hablar con nadie porque te sientes como una carga para los demás, y esa culpa hace que las cosas sean peores de lo que eran.
Pensaba que todo iba a estar bien a principio del año escolar. Soy una inútil, perdiendo el tiempo. Quiero todo lo que no es mio, lo quiero a él, pero pueda que ahora él no me quiera a mi. Deseaba tantas cosas que no me pertenecían.
Habia pasado tan rápido el tiempo que creí que jamas llegaría a este punto, obviamente al final.
***
Al día siguiente llegue con una gran sonrisa para dejar de sentirme triste, sabia que era estúpido, pero no quería tener la cara llena de tristeza y que el mundo me pregunte que diablos sucedía conmigo.
Era el receso y nuevamente estábamos mis "amigos" y yo platicando de cualquier cosa sin sentido alguno.
- Chicos, nuestro Blake ya casi cumple 18 años. - Max sonrió. - Ya sera todo un hombre. Que rápido pasa el tiempo.
- Aveces llego a pesar que amas a Blake y lo quieres como tu novio, solo para ti. - dijo, Emma.
- Es mi amigo, déjame. - se defendió.
- Pero este sábado habrá tanta cerveza así que... - Evan sonrió con malicia. - No hay excusas.
- ¿Saben? Quisiera ver ebria a Skyler, me imagino su rostro angelical con un poco de ebriedad en su cuerpo. Seria épico. - Max, rió.
- ¿Por que te causa gracia eso? - rodé los ojos. - Eres un desgraciado, ¿como te burlas de mi de esa manera? - reí.
Max rió.
- Vamos, todos sabemos que nos da curiosidad ver la parte ebria de Skyler.
- Si. - Lily comenzó a reír.
Aubrey también rió.
- Me la acabo de imaginar. Debo verte ebria algún día.
- Jamas. - comencé a reír.
- Un día de estos te vamos a poner ebria. - Max me guiño el ojo. - Emma, ¿te imaginas a Skyler ebria?
- No. - Emma comenzó a reír.
- Entonces, por esa razón te pondremos ebria. ¿Verdad, Emma? - Max colocó su mano en el hombro de Emma.
- Ay no, no podría hacerle eso a Skyler. La quiero tanto que no seria capaz de hacerlo. - hablo avergonzada y luego rió nerviosa.
- ¡Eso es ser una gran amiga! - Evan comenzó a aplaudir.
- Jamas me pondría ebria enfrente de ustedes, son tan capaz que me graban para tenerlo de recuerdo. - me cruce de brazos.
- Skyler ya nos conoce muy bien. - Isabella, rió.
- No me pondré ebria, jamas. A menos de que sea en una ocasión super especial. - dije.
- Si, el cumpleaños de Blake. - dijo, Max.
Max iba a seguir hablando pero recibió un leve golpe de Isabella con el codo, lo logre notar obviamente y eso me hizo sentir mal, así que mi sonrisa se borro.
Era de esperarse, ¿no? Ellos no me tomaran en cuenta en la celebración de Blake.
***
Llego la hora de salida y esperaba a Aubrey para irnos juntas. Emma llego de repente, creí que ya se había ido con su novio, pero al parecer aun estaba aquí.
- Creí que ya te habías ido. - dije mientras fruncía el ceño.
- Se atraso un poco así que lo espero. - Emma sonrió.
Me daba curiosidad el hecho de que el cumpleaños de Blake se acercara y ellos no me habían dicho nada, así que me atreví a preguntar.
- ¿Por que no me han dicho nada del cumpleaños de Blake?
Emma me volteo a ver, pero luego bajo el rostro.
- Entonces, te diste cuenta.
- Yo me doy cuenta de todo. - solté molesta.
- Yo me acabo de enterar. Ayer me dijo Isabella. Te prometo que yo no tenia idea de esto, ni siquiera me metieron en el grupo de chat para la planificación.
- ¿Y cuando pensaban decirme sobre la celebración de su cumpleaños? - me cruce de brazos.
- Skyler, te diré la razón por la que nadie te ha dicho nada, pero Isabella me contó que a Blake le incomodas y como es su cumpleaños no seria buena idea que asistieras. - suspiro.
- ¿Como? ¿Él dijo eso?
- Eso me dijo Isabella.
- ¿Por que? - pregunte con un nudo en mi garganta.
- Supongo que es por Hayley, ella también ira. - Emma volvió a suspirar. - Lo siento, no podía seguirte mintiendo.
No podía creer que Blake me haya hecho esto, ¿porque se siente incomodo? ¿Acaso no se daba cuenta del daño que acaba de causarme escuchar eso? No entendía que le incomodaba, si se seguía comportando igual que todos los días conmigo. Saludarme en las mañanas cuando estamos en los casilleros, siempre chocar mi hombro con su hombro y luego bromear entre nosotros por unos cortos minutos. Esa era mi rutina en la mañana todos los días, sin falta. Como si fuera algo tan de repente llegue a odiarlo, era un maldito cretino por hacer esto tan cobarde.
- Gracias por decirme. - suspire frustrada.
- Skyler...
- No, Emma. No puedo hacer nada, no te preocupes. Es obvio que todos se pondrán del lado de Isabella y me dejen sola. Porque así es siempre, siempre soy yo la que se queda sola.
Aubrey llego segundos después y Emma se fue con su novio, comenzamos a caminar hacia la casa.
- ¿Tu sabias sobre la celebración de Blake? - le pregunte.
- No, hoy me dijo Isabella.
- Yo no estoy invitada. - solté algo enfadada.
- ¿No? ¿No te dijo nada Isabella? - se mostró confundida. - De igual manera no pensaba ir. Últimamente no me agrada el ambiente en el grupo. No te perderás de nada, ya lo veras.
***
Llego viernes. A un día de su cumpleaños. Estaba sacando mis libros de mi casillero cuando vi como Blake se acercaba a su casillero.
- Buenos días, señorita. - saludo como siempre. No respondí.
Vi como Blake me miro de reojo algo confundido, seguía sacando sus libros sin dejar de mirarme. Eso me incomodo un poco así que me apresure, cerré mi casillero y camine hacia mi clase, pero él se interpuso en mi camino.
- ¿No son buenos días? ¿Tienes la regla otra vez? - colocó su mano en mi hombro.
Sentía como el odio me apoderaba y la ira también. Quite su mano de mi hombro y lo esquive para seguir caminando a mi clase.
De alguna forma me dolía ignorarlo, pero no podía tratarlo de lo mejor después de lo que me había enterado. Gracias a él, mis amigos nos pasarían una tarde de sábado conmigo. Seguía preguntándome la verdadera razón de que le incomode. Aun que para ser sinceros había mucha verdad en la idea de que sea por Hayley.
Pasaron las clases normalmente, platicas con Aubrey y Hayley, receso con los chicos y soportar sus comentarios sobre la fiesta del sábado y de ultimo ver como Blake se despedía de Hayley. Todo se estaba hundiendo en el carajo.
No había esperado esta vez a Aubrey para ir nos juntas porque quería pasar un buen tiempo sola, no podía concentrarme en nada y caminar sola haría que pudiera pensar y tal vez solucionar algo.
Pero no paso nada. Simplemente la tristeza me invadió, llegue a casa, no comí y solo fui a llorar a mi habitación. ¿Porque ya no me quiere cerca?
***
Habia llegado el día sábado. 4 de abril. Desperté a las nueve de la mañana y me di cuenta que no había nadie en mi casa, baje a desayunar y no había ninguna cosa para comer, simplemente había una nota en el refrigerador.
"Salimos a desayunar y llevamos a tus hermanas a sus entrenos deportivos. Te deje dinero cerca del microondas, compra tu desayuno y preparalo." - Tu mamá.
Mire la nota, la arranque con enojo, la destroce y sentí las lagrimas amenazar en salir. Parpadee seguidamente y decidí hacer mi desayuno. No salí a comprar, igual ni tenia ganas de comer. Solo tome un pedazo de carne que había sobrado de la cena de ayer y la recalenté, no era gran cosa para comer, pero tampoco pensaba comer cereal. Ni si quiera eso se me apetecía.
Mire mi serie en Netflix en la sala de estar y cuando dieron las doce decidí darme una ducha. Quería olvidarme sobre que hoy era el cumpleaños de Blake y la idea de que le incomodo. Al terminarme de bañar y de colocarme ropa cómoda, no pude evitarlo y comencé a llorar. Llore unos cortos minutos, porque Blake no se merecía mis lagrimas si le daba igual.
Mire mi librero y busque el libro nuevo que me regalo uno de mis tíos. Se llamaba "Seeker". Baje nuevamente, me coloque mis audífonos a todo volumen y comencé a leer. Pase mucho tiempo así que ni siquiera me fije de la hora.
Pasaron las horas y en eso sentí como alguien me arrebataba los audífonos con brusquedad. Mi familia había regresado.
- ¿Que mierda te pasa, Skyler? - mi padre se miraba enojado. - Te estoy hablando y tu no me respondes.
- Perdón, tenia los audífonos. - señale su mano, donde estaban los audífonos.
- ¿Por estas cochinadas no me respondías? - Tomó el cable y lo rompió. - Levántate de allí ahora mismo y ayúdame a entrar las bolsas con las compras.
Mire como mis audífonos cayeron al suelo totalmente arruinados, sentía como mi enojo se comenzaba a alojar en mi cuerpo y mi respiración se agitaba. Un ataque de ira estaba por salir. Cerré mi libro y sin ningún derecho de alegarle a mi padre fui y ayude con las bolsas de compras. Habían traído una pizza para almorzar y tuve mi almuerzo mas amargo que haya tenido en la vida. Apenas y me comí un pedazo.
- ¿Quieres otro pedazo? - pregunto, mi madre.
- No, ya estoy llena.
- Pero te comiste solo una. Antes te comías cuatro. - mi madre frunció el ceño. - Últimamente no estas comiendo bien.
- Como bien. - hable con un poco de brusquedad. Me puse de pie. - Gracias, pero ya estoy llena.
Comencé a caminar hacia la sala de estar para tomar mi libro y recoger lo poco que quedo de mis audífonos. Estaba por subir las escaleras cuando el cuerpo de mi padre se interpuso en mi camino.
- ¿Sabes porque te regañe? - me pregunto.
- Ya me da igual. No me interesa saber. - conteste, molesta y trate de esquivarlo pero él me detuvo.
- Escúchame, solo quiero decirte porque te regañe.
- Solo déjame ir a mi habitación. Quiero estar sola. - trate de esquivarlo nuevamente, pero seguía interrumpiendo mi paso.
- Eso de estar sola no me agrada.
- Sola soy feliz.
- Nadie es feliz solo.
- Yo si.
- Solo quiero que entiendas porque te regañe, Skyler.
- ¡Ya déjame en paz! - grite con las lagrimas a punto de salir. - He dicho que quiero estar sola. - lo esquive y comencé a subir las escaleras corriendo.
Mi padre me perseguía y no logre cerrar la puerta a tiempo así que logro entrar.
- ¿Por que lloras? ¿Porque te rompí los audífonos? - me arrebato los cables y luego los tiro lejos de nosotros. - Puedo comprarte otros.
- No es por eso. - trate de contener mis lagrimas.
- ¿Tienes algún problema con tus amigos entonces? Uno no quiere estar solo porque si.
- No pienso decirte... jamas. - dije llena de ira.
- Quizá pueda ayudarte.
- Tú jamas me ayudas. ¿Puedes salirte, por favor? - señale la puerta.
Mi padre me ignoro y se sentó en mi cama.
- No pienso moverme de aquí hasta que me digas que te sucede. - se cruzó de brazos.
- Bien, entonces quédate allí sentado toda la tarde. No me interesa. - camine al otro extremo de la habitación, alejado de él y seguí leyendo.
No podía concentrarme, leía el párrafo mil veces, pero aun así me perdía y debía leerlo nuevamente. Pase dos horas así, leyendo el mismo párrafo mil veces mientras escuchaba a mi padre preguntar y trata de adivinar lo que me sucedía. Se rindió cuando le llego una llamada de trabajo y unos minutos después salio de la casa. Sentí el alivio de que ya no me seguía hostigando mi padre y camine a mi cama para tener mejor comodidad para leer. Logre avanzar en mi lectura cuando en eso entro mi madre.
Ella se sentó en la orilla de la cama, sabia a que venia.
- ¿Que sucedió, Skyler? - pregunto preocupada.
Aguante mis lagrimas al escuchar la pregunta y vi como una resbalaba de mi mejilla y caía en la hoja de mi libro.
- Nada. - dije con el nudo en mi garganta.
- ¿Por que no me quieres decir?
- Son mis problemas. - excuse.
- ¿Acaso puedes resolverlos sola? Yo podría ayudarte, pero si no me dices, no podre hacer mucho.
- Si, los resolveré yo sola. - sorbí mi nariz.
- No me ocultes nada, Skyler. Me preocupas. Por favor, confía en mi y dime.
Cerré el libro y mire a mi madre con lagrimas en los ojos. No pude contenerme y rompí a llorar.
- Creo que vuelvo a tener depresión y mis ataques de ira. - admití.
Vi como el rostro de mi madre se descomponía totalmente y bajaba la mirada. Se mostró preocupada.
- Pero eso no puede ser así de rápido, ¿desde cuando?
- Desde lo sucedido con mi padre.