Una nerd con doble identidad.

By Kixrr_

430K 22.6K 2.4K

Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllev... More

0| UNCDI
UNCDI: Personajes.
1 |... iré de nerd.
2| No soy nadie.
3| La "heroína" del cuento.
4| Se me nota todo.
5| Lo harás sola.
6| Por favor, detente.
7| Me enredo y caigo.
8| No debe de ser nada bueno.
9| ¿Insulina?
10| No le diré a nadie.
11| Tenemos que apoyar a nuestro equipo.
12| Nunca lo había probado.
13| Necesito hablar contigo.
14| Me gusta lo diferente.
15| Necesito calentarme.
16| Vamos a hacer algo.
17| Gracias, me ha gustado el rato.
18| Ella esta...
19| Quiero jugar futbol.
20| Me va a escuchar.
21| Una despedida diferente.
22| ¿Rosebeth?
23| Sus labios no me gustan.
24| Maneras de hacer el amor.
25| Tatuado en mi corazón.
26| Roarrr
27| Felicidades, cariño.
28| Hazlo por mí, detente.
29| Te quiero.
30| El discurso.
31| Cerrando el ciclo.
Epílogo.
Escenas extras.
Escenas extras 2 | Boda.

32| Tres contra el mundo.

10.1K 537 47
By Kixrr_

Capítulo Final.

Introduzco las fresas en el pote de nutella, tengo mi celular en una mano y con la otra me dedico a hacer tal acción.

Twitt.

«@RealRoseThomp: Más amor, menos odio. — 17/8/17 12:45 p.m. »

Replied

«@Chico_Rowe: @RealRoseRhomp Mas amor, menos odio> #DontHate. — 17/8/17 12:47 p.m.»

Me río al ver que al instante que he publicado, él me ha dado una respuesta en twitter. Llevo alrededor de dos horas sentada aquí, en el mueble de mi sala mirando y dándole retwit a todo lo que veo y contestando cada respuesta que le dan a mis publicaciones.

Miro un poco más abajo para ver que Drakko está velándome comer. Su rabo se menea de lado a lado y su lengua está salida toda llena de saliva. Sonrío mordiendo la fresa y le doy la mitad que no tiene nada de Nutella.

—Toma, no puedes comer nutella — le digo cuando ya está comiéndose la fresa — te podría hacer daño.

Ladra tal como si me entendiera lo que dijera. Mueve sus orejas frenéticamente dándome a entender que quiere más. Su cola sigue la sincronía y sus ojos velan todo movimiento que hago. De pronto, sale corriendo, dejándome sola y adivinando lo que sucede. Se planta frente a la puerta de entrada, ladrando fuertemente.

—¡Drakko! — le riño escuchando el alboroto. Las llaves chocan en el llavero, haciendo que el perro malvado desobediente ladre más fuerte —Drakko.

La puerta se abre dejando ver a mi novio hermoso con una sonrisa cansada en el rostro. Al verme, sonríe mucho más grande.

—¿Qué le pasa al perro más lindo del mundo? — dice haciéndole muecas al perro, en cuclillas con el bulto en un solo hombro — ¿Cómo estás, mi amor? — se yergue al ver que me he acercado hasta donde está. Dejo un beso en sus labios.

—Con hambre — digo con la tristeza más grande que pueda existir, tengo mucha, pero mucha hambre.

Deja escapar una risa al ver mi expresión. Se ve tan apuesto y tan hermoso con esa barba creciente y con el cabello despeinado. Tiene un polo puesto que deja ver sus contorneados brazos con un pantalón oscuro que hace juego.

—Como siempre.

—¡Oye! — me quejo al escucharlo — No siempre tengo hambre, cuando duermo no la tengo — vuelve a tirar una risa, pero esta vez con una carcajada más grande.

Nuestras vidas han cambiado demasiado. Liam lleva dos años en la universidad, cosa que me emociona demasiado. Vivimos juntos en mi apartamento y antes yo le acompañaba a la universidad, pero por culpa de él tuve que salirme.

Las nauseas comenzaron acompañarme cuando estaba en clases, los mareos, las jaquecas, la vagancia no me dejaban concentrarme en clases. Un día estaba en el baño, como siempre hacia y tuve que vomitar, después que había superado esa etapa de mi vida; terminé por desmayarme y desperté casi cuarenta minutos después en el mismo lugar. Me preocupé demasiado, jamás me había desmayado que yo recuerde. Decidí no decir nada e ir corriendo a una farmacia. Error. Mejor me hubiera quedado en la ignorancia. Le pregunté a la farmacéutica que me recomendaba y lo que me contestó fue "Una prueba de embarazo es lo que te recomiendo" con una enorme sonrisa que casi vuelvo a desmayarme ahí mismo. De ese día, ya van casi cinco meses.

—¿Has estado todo el día en Twitter, Rosebeth? — pregunta, esta vez tiene más seriedad en su rostro. Miro a mis pies, sonriendo inocentemente levanto la vista — No puedes estar todo el día sin hacer nada, el obstetra de mandó a caminar aunque sean diez minutos al día. Oye, debes de dejar de comer tanto y publicar tanto. Cada vez que miro mi reloj, hay notificaciones tuyas indicándome que has twitiado.

Siento como si me estuviera regañando, se parece a mi padre hablándome de esta manera. Mis ojos comienzan a aguarse, debido al sentimiento que me ha entrado. Aprieto mis labios para alejar las ganas de llorar, él ve mis ojos y rápidamente pone une expresión de asustado con mezcla de cansancio.

—Ven acá — jala mi cuerpo y me pega rápidamente hasta el pecho de él, así aspiro el enriquecedor aroma que siempre lleva. La barriga no es impedimento, pues no tengo casi, más que solo una pequeña bolita. Besa mi frente de manera paternal — No llores, solo velo tu bienestar — se separa un poco mirándome a los ojos — Ve a bañarte — me huele un poco — estás apestosa — hace una mueca graciosa que me hace reír. Asiento y me encamino a la habitación — Ponte cómoda para dar un paseo.

Hago lo que me ha pedido, dejo que el agua tibia limpie mi piel y cabello. No tardo más de treinta minutos en la bañera, cuando ya estoy vistiéndome. Dejo la ropa holgada en mi cuerpo y me dedico a desenredarme un poco ya que solo lo dejaré el cabello suelto para que se seque a la intemperie.

—Estoy lista — hablo haciendo mi entrada triunfal en la sala que es donde está mi amor. Me ve y de inmediato deja una sonrisa plasmada en su rostro.

—Me encanta esa barriguita.

—Pues deberías de cargarla tu entonces — tomo mi cartera junto a mi chaqueta — Vamos.

Él va hasta la cocina y luego sale con unos moldes de cristales. Frunzo mi ceño al verlo, van llenos de comida o mejor dicho entremeses. Pero de inmediato otra cosa me sucede, se me hace la boca agua y se me antoja uno. Suelto un gemido lo que hace que Liam me mire, muerdo mi labio pensando si decirle o no que quiero uno.

—No vas a comer ninguno y ni siquiera sabes lo que es. Anda, vamos.

Me hace un gesto con la cabeza, indicándome que camine y así hago como una buena sumisa. Aprieto mis labios, conteniendo las ganas de llorar nuevamente. Tengo que contenerme, no puedo ser así de antojada.

Entramos en el auto de manera silenciosa y así mismo, bajo ese silencio conduce por todo el camino. Yo me dedico a ver un poco más Twitter mientras él conduce. No tengo nada más que hacer. De vez en cuando miro por las ventanas, pero no lo hago demasiado porque me mareo de inmediato.

Últimamente me he dedicado a estar en casa encerrada, sin hacer nada. Cocino, como y duermo; limpio todo el tiempo y nada más. Por las mañanas a las ocho, para ser exacta, tomo unas clases online de la universidad en donde estaba, hasta las doce del medio día. Tampoco tengo pensado tirar a la borda los créditos que he tomado y la verdad es que tampoco me gustaría quedarme sin mi estudio universitario. Que aunque no puedo estar físicamente en la universidad por la vagancia, al menos estoy cibernéticamente. Y me gusta más así, ya que puedo comer chucherías mientras atiendo a la clase, cosa que no puedo hacer si estoy en la universidad.

Todos estos días por las tardes, todos los chicos han estado reuniéndose conmigo más de lo necesario y creo que es porque ya todos saben que estoy embarazada. Jake, Meredith, Sophia —quién fue la primera en enterarse — y José —que ya decidió volver de su viaje espiritual— me han acompañado un poco. Se pasan preguntándome cosas sin sentido y todo relacionado con mi bebé. La verdad es que todavía no tengo idea de lo que pueda ser, pero sea lo que sea, si viene sana, no me interesa nada más. Liam tampoco tiene preferencia en eso, y tampoco nos hemos puesto a hablar sobre el tema. Gracias al cielo, todos y cada uno de los análisis que me hicieron en cada mes del embarazo, han salido perfecto. Y el bebé pesa exactamente lo que debe de pesar e igual con la medida. Está en perfectas condiciones.

EN estos dos años que han pasado, Liam y yo hemos crecido de tantas maneras. Nuestra relación está perfecta en este momento y sé que en el futuro lo estará también. No niego que quisiera haberme casado antes de tener un bebé, pero las cosas se dieron así por despistados. Yo jamás me imaginé cambiando pañales, tampoco me imaginé siendo juzgada por estar embarazada tan joven, pero tengo que decir que no soy ni la primera y tampoco seré la ultima en estarlo. Siempre, desde que me enteré que estaba embarazada, me dije que después que mi bebé tuviera mi amor y el de su papá, nada más haría falta. Las personas que quizás me criticaron por las redes —que fueron casi nulas—, no me iban a dar nada para mi bebé. Ni si quiera un plato de comida. Y algo de lo que estaré segura, es que lucharé para darle un buen por venir a mi hijo o hija. Porque solo por una razón este bebé está en mi vientre y en algún futuro lo sabré.

—¿En qué piensas? Llevas todo el camino callada. — interrumpe mis pensamientos mientras se adentra en un apartados de los aparcamientos. No reconozco el lugar, pero hay varios autos parqueados alrededor nuestro.

—Pensaba en lo mucho que ha cambiado mi vida desde que salimos del colegio — frunzo mi ceño para preguntar otra cosa — ¿Dónde estamos? — miro a mi alrededor para encontrar algo familiar, pero es en vano. No hay nada que pueda decirme en dónde estoy.

—¿Andas conmigo, verdad? — pregunta y yo asiento en afirmativa — Okey, pues solo haz silencio y sígueme — me lo dijo de manera brusca, tanto así que casi mi corazón subió a mi garganta. Una vez más vuelvo a apretar mis labios para evadir las ganas de llorar. Él se bajó de la camioneta y tomó lo que trajo de casa, yo me bajo también ya cuando va unos pasos más adelante sin siquiera esperarme. Tiro la puerta fuerte y luego me encamino a seguirlo, casi corriendo con unos aderezos que me ha indicado que los lleve. Mi mandíbula está temblando casi con las lágrimas en los ojos. Nunca jamás me había hablado de esa manera, haciéndome callar como si fuera modesto que preguntara.

Entramos por una puerta doble a lo que parece un centro de actividades algo viejo y no es que esté en malas condiciones, pero parece construido de hace años. Me gusta a estructura, parece pequeño castillo. El sol se cola por las ventanas que están abiertas por el medio y son en madera. Me encanta cómo se ve a pesar de caminar sin ganas, casia arrastrándome por las pocas ganas de querer caminar. Hay un silencio muy pulcro que me hace preguntar qué hacemos aquí, pero me lo ahorro por qué sé que a él le va a molestar y mis ganas de llorar todavía están.

Se detiene frente a otra puerta doble de madera en donde hay dos argollas y más abajo las cerraduras. Me detengo igual que él más atrás. Mi quijada vuelve a temblar ya que me ha mirado mal, casi como si fuera un estorbo. Su actitud me confunde un poco ya que cuando salimos del apartamento no estábamos así.

—¿Qué esperas para abrir la puerta? Digo, lo que llevo en las manos pesa — dice de manera brusca, pero en sus ojos veo otro tipo de sentimiento: pena. Nuevamente, mis ojos se aguan, pero hago lo que me pide. 

Abro la puerta con lentitud mirando el suelo, sintiendo como una lágrima se desliza por mi mejilla. La limpio disimuladamente antes de alzar la vista. Miro a mí alrededor sorbiendo mi nariz, frunzo mi ceño y acto seguido, dejo caer lo que llevo en mis manos debido a la impresión. Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas y mi mandíbula comienza a temblar con más frecuencia, sollozo mientras tapo mi boca con mi mano temblorosa. Me quedo sin aire por un instante tanto así que poso mi mano en mi abdomen para aliviar la presión que siento ahí. Mis piernas están temblando casi, por lo que me agarro de la puerta fuerte.

"¡Sorpresa!" es la única palabra que escucho al unísono por todos.

Todo tiene temática con colores azul y rosa, preguntando si es niño o niña. La mano de Liam en mi cintura me hace salir del transe en el que estoy, comienzo a sollozar mientras me acerco a donde están todos, especialmente hasta donde está Margareth con una enorme sonrisa. La abrazo fuerte mientras continuo sollozando en su hombro. No me esperaba esto en lo absoluto y mucho menos lo iba a imaginar con Liam siendo así de borde conmigo.

—Tranquila, solo ha sido una sorpresa para ti, no tienes por qué llorar — soba mi cabello mientras me consuela — Ven no llores, vamos para que saludes a los presentes — asiento mientras me alejo y le miro a los ojos: ella tiene una enorme sonrisa.

Aquí están todas las personas cercanas a mí, incluyendo a amigos de Liam y personas que son de la alta industria que solo alguien como mi madre y mi suegra pudieron haber invitado. La decoración está completamente hermosa, hay globos por doquier mesas con arreglos grandísimos y un bizcocho que tiene dos pisos. Cada persona tiene una prenda del color que quiere que sea el sexo de mi bebé. Más al fondo me dirijo hasta dónde está mi madre, la abrazo y la beso.

—Nena, no pensé que te fueras a poner así — me dice mirándome con ternura.

—No lo esperaba en lo absoluto, mucho menos con Liam tratándome como un estorbo insoportable — nuevamente las ganas de llorar aumentan, pero pestañeo para alejarlas. Ella ríe mirándome.

Siento unas manos en mi cintura o al menos, lo que queda de ella. El olor particular de "esa" persona llega a mi nariz rápidamente. Aprieto mis labios y me giro furiosa con brusquedad haciendo que me maree un poco, pero eso no me quita las ganas de abofetearlo. En efecto lo hago, le pego una cachetada en su mejilla derecha.

—Eso es para que no me vuelvas a tratar cómo lo hiciste — le digo seria mirándole a los ojos. Él me mira de vuelta con sorpresa en su rostro al volver impactarle esta vez con la mano izquierda — Y eso es para que no vuelvas a ocultarme algo — sonrío de lado al instante que lo tomo por la chaqueta que tiene y lo acerco a mí — Y esto es por haber tomado la responsabilidad de hacerme esto tan lindo — me acerco hasta sus labios y lo beso delicadamente. Escucho las risas de las personas al fondo, lo que me hace separarme y pegar mi frente en la de él — Te amo. Muchas gracias por esto, de verdad. Está precioso y me ha encantado todo, pero ahora quiero saber cuál es tu sexo de preferencia para nuestro bebé.

Besa nuevamente mis labios y toma mi mano. Deja en ella un lazo color rosa, dejándome saber que él quiere una niña.

—Quiero que sea igual de hermosa que tú, mi amor — su mano la pone en mi mejilla para limpiar una lagrima que se desliza — ahora disfrutemos la velada hasta que llegue el momento de saber el sexo.

—¿Tu sabes el sexo? — pregunto.

—No.

—Y, ¿quién organizó esto?

—Meredith y Sophia.

Sonrío de manera sincera, me siento bien con todo esto. Miro mi entorno repasando los rostros de todos los que están aquí. Hay gente apostando y haciendo no sé cuantas cosas más para asegurar que el sexo del bebé es el más que les gusta a ellos. Entre esos tantos está Jake con otros chicos conocidos por él y Liam. Niego mientras veo cómo Liam va hasta allá, centro toda la atención en Mer.

—¿Cuándo sabremos el sexo? — pregunto un poco impaciente y solo he recién llegado.

—No seas impaciente, linda. — toca mi nariz incitándome a caminar.

Caminamos un rato por toda la estancia para observar todo lo que decora y hacen las personas presentes. Muchos me felicitan mientras que otros pasan. Mer me dijo que Liam había planeado esto desde hace unas dos semanas, también me comentó que él no sabía nada sobre el sexo ya que había hablado con el doctor para que cuando hiciera las ecografías no nos dijera nada a ambos y así poder ella preparar la sorpresa. Ya sabía por qué Liam no había insistido en saber el sexo si ya sabía que el sexo estaba confirmado, solo era cuestión de esperar.

Pasadas tres horas de estar sentada al lado de la mesa de los entremeses, escucho cómo indican que es hora de saber qué es.

—¡Es hora de saber qué es! — dice mi suegra a través de un micrófono con mi madre al lado — Los papitos bellos, pasen por aquí.

Tomo un rollo de sushi metiéndolo en mi boca ligero y antes de alejarme, tomo una galleta de chispas de chocolate. Camino con pasos lentos, pero seguros hasta lo que es el área donde uno saca las fotos. Hay un mueble grandísimo con decoraciones y un fondo realizado con una foto gigantesca de la primera ecografía.

—No me digas que sabes lo qué es. — le hablo a Margaret con una mirada simulando estar molesta. Ella ríe cosa que me hace darme cuenta de que sabe lo que es.

—Damas y caballeros, es tiempo de saber las apuestas y qué fue su apuesta. En un momento sabrán que es lo que es el pequeño bebé. En cada mesa hay un iPad, desbloquearán la tableta y automáticamente los mandará a una opción para escoger por el sexo que votan. Pásenlo rápidamente para que todos voten en la encuesta.

Todas las personas pasan los iPad de un lado a otro en las mesas. Algunos ríen y hacen chistes mientras que yo siento mi pulso en cuatrocientas pulsaciones por minuto.

—Dejándonos llevar por la mini encuesta realizada aquí presente, el sexo ganador es... — Margaret me mira y luego mira los presentes. Acomodo la corona que me habían puesto junto con una banda que dice: Mommy to be... Levanto mi perezoso cuerpo de la silla al igual que Liam — ¡masculino! Ahora, no sabemos si nuestra hipótesis será rechazada o acerada así que ahora mismo lo comprobaremos.

Él me ayuda a acomodarme frente a él. Veo que Meredith junto a José se acercan con dos pedazos de tela de color negra. Frunzo mi ceño mientras miro a cada uno acercarse a nosotros. José se posa frente a mí con una enorme sonrisa.

—Taparé tus ojos — sonríe. Lo siguiente que veo es oscuridad absoluta. Escucho las personas murmurar mientras me amarra encima de mi cabello la tela.

—Chicos, les entregaremos una pizarra en donde está escrito el sexo del bebé. Está con la parte del frente mirándolos a ustedes, se girarán, girarán la pizarra y posterior a eso, leerán lo que dice. ¿Entendido? — pregunta y ambos le decimos que sí.

Siento la espalda de Liam tocar la mía, al instante un escalofrío me arropa por completo.

—Cuando les diga dan un paso y se giran y hacen lo que les indique anteriormente.

—¿Nerviosa? — pregunta a la vez que da un paso.

—Igual o peor que la primera vez que te vi.

Tira una risa nerviosa asegurándome de que no soy la única que se siente así.

—A la cuenta de uno, dos  y... tres.

Doy el paso que me indicaron, me giro y con una sola mano quito el pañuelo que hay en mis ojos. Miro a Liam que al instante lo veo sin el pañuelo. Le sonrío nerviosa antes de girar la pizarra; él hace lo mismo  mirándome a los ojos. Cuando veo que él la giró por completo, detengo mi vista ahí leyendo lo que dice.

—Es una niña... — es lo único que él llega a articular.  Suelto la pizarra para tapar mi boca. Él comienza a gritar y a correr por todo el área — ¡Es una niña! — baja los escalones corriendo y se acerca a Jake — ¡Es una niña, Jake! — lo toma de la camisa y lo zarandea fuerte — Maldición, es una niña — grita mientras otros le hacen coro gritando. Él se devuelve corriendo a las millas hasta mi lado, las lágrimas me acompañan. Toma mi cintura con fuerza alzándome para luego darme una vuelta. Sea lo que fuera, yo iba y voy a amar a mi hijo con todas las fuerzas que me lo permita mi corazón. Estoy más que agradecida con todo, pero más que eso... estoy enamorada.

—Te amo, Rosebeth. Gracias por este regalo — besa mi nariz.

—Te amo Liam, somos dos jóvenes con una suerte de la puta madre — beso esta vez sus labios, sonriendo encima de ellos.

Esto es lo mejor que me ha podido pasar.

Ahora somos tres contra el mundo.

Continue Reading

You'll Also Like

12.9K 1K 11
Después de observar un encuentro amoroso entre Inuyasha y Kikyo, Kagome siente como su corazón se rompe en pedazos, a la mañana siguiente aparece el...
136K 6K 34
Amelia Castel una chica sencilla, tierna y amable Tyler Castel un chico cerrado, misterioso pero tierno a la vez Tyler al volver con su familia logra...
965K 48.8K 47
Andrea Relish es una estudiante, bastante normal, muy aplicada, sobre todo en la clase de historia ya que su profesor, Eros Cross ha sido su crush y...
78.7K 9.4K 65
"No quiero que al final me dejes solo" -No sabes cómo duele necesitarte, porque al final... fuiste tú quien me dejó sola. Después de mudarse hace un...