Pasé la tarde leyendo, como solía hacer. Vi la hora: 10.30, ya era tarde así que fui a mi habitación.
Estaba al lado de la habitación de mi padre, sus paredes estaban pintadas de un color mantequilla. En su interior había pequeño velador ubicado a un lado de mi cama. A lo lejos el armario, unos pasos más y estaba la ventana que daba hacia la ciudad.
Tenía baño propio por lo que entré, y lavé mis dientes, luego me cepillé el cabello. Me puse pijama, me acosté en la cómoda cama tapándome con las frazadas y me dormí.
"-Así que estás sola -dijo el sujeto, estaba encapuchado- es tarde.
Quería hablar pero las palabras no salían de mi boca, el miedo me estaba consumiendo.
-Alice, Alice... ¿qué puedo hacer contigo, hermosa? -preguntó el muchacho, no podía ver su rostro.
-¿Por qué me haces esto? -logré decir después de unos segundos.
-Lo disfruto -rió- podría matarte o... -lo interrumpí.
-No me hagas daño -comencé a llorar, traté de pararme pero estaba atada de manos y pies.
-Entonces te topaste con el chico equivocado, porque eso es lo que haré -se acercó.
Traté de gritar pero nada salía de mi boca, comencé a desesperarme a medida que el chico se acercaba más y más. Podía sentir su respiración, miré cada uno de sus movimientos, aterrada. Sacó un cuchillo de su chaqueta, me iba a matar, este era mi fin.
-¿Por qué quieres hacerme esto? -pregunté con un nudo en la garganta.
-Tus ojos Alice, odio ese color, tienes que morir -fue lo último que escuché antes de que acercara lentamente el cuchillo a mi pecho. Me estremecí. Comencé a sentir la punta del cuchillo en mi piel."
Desperté de un salto y un enorme grito en mi cama.
Era la quinta vez que soñaba esto, estas pesadillas me hacían despertar con gritos y mucho miedo. Desde que empezaron a morir estas chicas, empezaron estas pesadillas... y era siempre lo mismo, ese chico misterioso con capucha y su cuchillo, nunca cambiaba.
Tom entró asustado a mi habitación, estaba pálido.
-¿Estás bien? -se acercó a mi cama.
-Esa pesadilla de nuevo -hice una mueca- tengo miedo Tom.
-Lo sé, por eso te digo que no quiero más salidas, ni a Drake -me miró preocupado.
-No me puedes prohibir estar con mi mejor amigo, entiéndeme.
-Te entiendo pequeña, pero ponte en mi lugar también -bajó su cabeza- no quiero perderte como a mamá -suspiró.
-Tom -lo abracé fuerte, por muy protector que fuera, lo amaba- no me perderás, jamás -me separé- pero Drake lo único que hace es protegerme, además es detective, sabe del caso.
-¿Y si digo que bueno, pero que sólo se pueden ver aquí? -me miró- ¿qué te parece?
-Perfecto -le sonreí- gracias, te quiero.
-Y yo a ti -me devolvió la sonrisa- ahora ve a arreglarte, te llevaré a la escuela.
-¿Tú? -hice una mueca.
-Tratos son tratos -dijo cómico.
-Bueno, bueno... -rodeé los ojos y entré al baño.
Me bañé y me vestí con unos jeans, una polera destapada en los hombros y unos botines. Tomé una manzana de la cocina y bajamos, por fin funciona el ascensor. Tom se estacionó afuera de la escuela.
Adentro era un caos, por la muerte de Brittany, claro. Avancé rápido por los pasillos evitando escuchar los comentarios sobre lo sucedido el día sábado, realmente no quería saber nada más. Con lo que había visto en la fiesta, me bastaba y sobraba.
-Alice, ¿por qué demoraste tanto? -preguntó Megan mientras entraba al salón.
-Megan, estoy bien, tranquila -la tranquilicé.
-Me asuste, eso es todo -se calmó- que bueno que estás bien -me abrazó.
-No puedo creer que llegó a las chicas de la escuela -me senté y apoyé mi cara en mis manos.
-Te lo advertimos -dijo Charlie sentándose adelante de nosotras- supongo que ahora tendrás precaución, ¿no? -preguntó alzando una ceja.
-Siempre la he tenido Charlie...
-Pero ahora más que antes -siguió Megan.
-Claro, la tendré -les sonreí, no quería pelear con ellos, por lo que dejamos de hablar del tema.
En el almuerzo vi a unas amigas de Brittany, estaban llorando, yo estaría igual en su situación, pensé. Durante el poco tiempo de almuerzo, todos nos mantuvimos en silencio, en algunas ocasiones hablábamos pero lo más mínimo, el ambiente estaba tenso, las muertes tenían a todos así. Tom pasó por mí en la tarde, Megan y Charlie se fueron juntos, iban a casa de Megan, cosa de novios.
-¿Cómo estuvo? -me preguntó apenas me había sentado en el auto.
-Tenso, ya sabes -hice una mueca.
-¿La conocías? -me miró interesado.
-Sí... era simpática, cuando quería -bufé- pero era agradable.
-Pobre familia -encendió al auto y aceleró.
-¿Por qué matará a todas esas chicas, Tom? -le pregunté a mi hermano mientras mantenía su mirada fija en el camino.
-¿Diversión? -me miró y luego volvió la vista a la carretera- esos locos, lo disfrutan.
-Que asco -dije pasando mi mano por mi cabeza.
-Lo mismo digo -dijo serio.
Llegamos al departamento, me fijé que estaba el auto de Drake, era imposible que ese hermoso auto pasara desapercibido.
-Drake -sonreí.
-Tu amiguito -rodó los ojos- ve, derecho a casa Alice -dijo apagando el motor.
-Claro -bajé y subí corriendo las escaleras, el ascensor estaba en el piso 20, no pensaba esperar.
Drake estaba parado afuera del departamento, al verme, me sonrió, como amaba esa sonrisa.
-Hola princesa -dijo dándome un beso en la frente.
-Hola -le contesté con una gran sonrisa, abrí la puerta a los pocos segundos. Dejé las llaves en la mesa de centro e hice pasar a Drake.
-Me alegra saber que estás bien -me tomó de la cintura y me miró.
-Te dije que nada me pasaría -reí.
-Si ya está matando a chicas de tu escuela, puede llegar a ti -cambió el tono de su voz, estaba serio y me miraba preocupado.
-No si me cuido -le contesté.
-Sí sé, pero para creer eso, tienes que prometerme que de verdad te cuidarás.
-Lo haré enano, créeme -lo miré divertida.
-¿Qué tanto te divierte? -alzó una ceja.
-Cómo te preocupas por mí -reí- gracias -lo abracé.
-No quiero tanto cariño -dijo Tom entrando al departamento, mientras se dirigía a la cocina.
-"No quiero tanto cariño" -imité a Tom burlándome. Me encantaba hacerlo enojar, además ¿no es eso lo que hacen los hermanos menores?
-No hablo así -protestó, para luego perderse tras la puerta.
-Te tengo noticias -me dijo Drake, girándome con su mano.
-¿Qué sucede? -le dije mirándolo.
-Mis padres vendrán a la ciudad -me mostró su perfecta sonrisa.
-¿Bromeas, cierto? -le pregunté sin creerlo, negó- ¡esa es una estupenda noticia Drake! -le grité, abrazándolo nuevamente.
Drake y sus padres no se veían hace unos años. Desde que la madre de Drake se enfermara y tuvieran que viajar por sus controles y exámenes. Habían pasados dos años... ahora Karen, su madre, estaba sana y mejor que nunca, me alegraba saber que iban a encontrarse después de tanto tiempo.
Eran una familia unida, demasiado. Josh y Karen me adoraban y yo a ellos... eran como los padres que en algún momento tuve. Suspiré. Me dolía acordarme de los buenos tiempos de mi ahora destruida "familia."
-Sí, ¿no? -me dijo emocionado- llegan el viernes, están emocionados de verte, te extrañan... bueno, a ambos -rió.
-Yo igual los extraño, dos años es mucho para cualquiera -le sonreí.
Pasamos la tarde hablando y molestando como siempre lo hacíamos, Tom nos trajo unas pizzas por lo que decidimos ver una película. Esta vez eligió Drake, "Búsqueda Implacable" fue la película que vimos, era bastante buena. Eran pasadas las doce de la madrugada cuando Drake dijo que era tiempo de irse, tenía trabajo por la mañana.
Siempre olvidaba que no iba a la escuela como yo, ahora era un chico independiente, ganaba su propio dinero y vivía solo. En unos años estaría igual que él y eso me emocionaba mucho, hace mucho tiempo que quería libertad, e independencia, y una vez graduada lo lograría.