Llegué a mi casa y encendí la televisión. Todavía tenía horas para que llegara Drake, me acuerdo cuando nos conocimos, éramos pequeños... tenía 8 años y él 11, nos llevábamos por 3 años de diferencia. Desde ahí jamás nos separamos, hasta el día de hoy seguimos igual o más unidos que antes, amaba nuestra amistad, me cuidaba como si fuera su hermana menor.
Mañana iría a la escuela, quedaba el último semestre del año y podría ir a la universidad, mi hermano no creía que tuviera dieciocho y me seguía tratando como si fuera pequeña. Suspiré.
No había nada interesante en la televisión, revisé algunos canales y me topé con el canal de las noticias que hablaba sobre un nuevo caso.
"Un nuevo cuerpo fue encontrado esta mañana (...) se piensa que es otra víctima de este joven asesino, como siempre, no se sabe nada de su paradero" decía la periodista mientras mostraban algunas imágenes del crimen.
Me estremecí y apagué la televisión. Van por lo menos 12 víctimas este año, dicen que este chico mata a adolescentes. Según Drake, que está a cargo de este caso, todos los muertos coinciden en algo... tienen los ojos azules.
Me desperté aún acostada en el sofá de la sala. Vi la hora, eran las 7, me había quedado dormida. Apagué la televisión y subí a bañarme, tomé un largo y relajante baño, me puse unos jeans negros, un polerón blanco y unas vans.
Sentí el timbre, Drake de seguro.
-Drake -sonreí abriendo la puerta.
-Enana -sonrió también y entró.
-¿Quieres comer sushi? -le pregunté mientras nos sentábamos en el sillón.
-Como quieras -rió.
Tomé el teléfono y pedí la orden, cuando colgué, Drake me miraba divertido.
-¿Qué?, ¿tengo algo en... -no me dejó terminar.
-No -rió fuerte- no quiero que pagues tú, yo invito.
-No, no y no, yo fui a verte y te invité -lo miré- lo justo es que pagué yo, además Tom me dejó dinero.
-Alice, Alice... siempre tan... -lo interrumpí.
-Genial, lo sé -reí.
-Sí, claro... justo eso iba a decir -rió también- digas lo que digas pagaré yo enana.
Y así fue, Drake pagó sólo porque alcanzó a llegar a la puerta primero, siempre ha sido así, caballero, adoro eso.
-Entonces, ¿si logras resolver el caso de ese asesino estás dentro? -le pregunté luego de tomar un sorbo de jugo.
-Exacto -me miró- pero ese chico es uno de los más difíciles y peligrosos que han tenido que atrapar -tomó un poco de bebida.
-Pero, no entiendo Drake... ¿no deja ninguna pista, o huella, algo? -pregunté confundida.
-No, eso es lo peor, ¿te conté que las víctimas sólo tienen ojos claros? -me preguntó.
-Azules, sí -respondí.
-Como tú -me dijo preocupado.
-No, imposible que me haga algo -dije segura.
-¿Por qué estás tan segura? -me miró sorprendido.
-Simplemente me sé defender enano -reí.
-La única enana aquí eres tú -rió- No, Alice en serio, me preocupas.
-Tranquilo, me sé defender -le aseguré de nuevo.
-Como digas -bufó- pero voy a tratar de estar atento y avisarte pase lo que pase -me dijo parándose.
-¡Si vas a la cocina, trae palomitas para ver una película! -le grité mientras desaparecía por la enorme puerta que daba a la cocina.
El departamento era bastante grande. Tenía 3 habitaciones: la de Tom, la mía y la de papá. Al entrar había un pequeño pasillo que daba con la sala, la cocina estaba a unos pasos de ésta. La sala era espaciosa, tenía un gran mueble en donde habían unas cuantas fotos y encima estaba el gran televisor, el mueble tenía también unos cajones, en donde se podía encontrar álbumes de fotos, entre otras cosas. Había en frente del mueble, un largo y cómodo sofá de color café. Una pequeña mesa de centro por sobre la blanca alfombra, daba un toque más clásico.
Volvió al rato con unas latas de bebida, palomitas y unos dulces.
Eso era lo otro, amábamos comer, siempre que nos juntábamos comíamos mucho, a pesar de que ambos éramos delgados.
Tom siempre me decía "si sigues comiendo así..." yo sólo reía, la verdad es que yo era muy delgada.
Mi piel era blanca, tenía ojos celestes y el pelo castaño claro, me llegaba hasta la cadera. Medía 1.70, más o menos.
Drake puso la película y nos acomodamos para verla, vimos "rápidos y furiosos 6", dada mi fascinación por los autos, siempre veía este tipo de películas, eran mis favoritas.
Escuché que abrían la puerta de entrada, vi la hora, eran las 2 de la madrugada... Tom.
-¿Alice? -preguntó Tom prendiendo la luz de la sala.
-Que tarde llegas -le dije cómica.
-Ah, hola Drake -dijo Tom con cara de pocos amigos.
-Hola -saludó Drake- ya, mejor me voy, es tarde -dijo parándose y poniéndose su chaqueta de cuero negra.
-¿Nos vemos el fin de semana? -le pregunté emocionada.
-¿El fin de semana? -me preguntó sin saber de qué hablaba.
-La fiesta, ya sabes -le sonreí.
-Claro, el sábado, ¿no? -asentí- paso por ti a las 9 -me dio un beso en la mejilla y se fue.
La fiesta de Brittany, una de mis compañeras de clase, sus padres viajan todos los años unas semanas, siempre hace una fiesta en ese tiempo, a lo grande, nadie se las perdía. Uno de mis pasatiempos era el baile, por lo que me encantaban las fiestas.
Era en la casa, mejor dicho "mansión" de Brittany, sus padres eran dueños de una disquera, por lo que el dinero, les sobraba.
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Me desperté temprano como todos los días. Tomé un baño. Me vestí con unos jeans claros, un chaleco y unas botas. Bajé a tomar desayuno, Tom ya estaba sentado leyendo el periódico.
-Buenos días -me senté y me serví un vaso de jugo natural.
-¿Sabes? -dijo dejando a un lado el periódico.
-¿Qué? -alcé una ceja.
-No me gusta que te juntes tanto con Drake, es mayor y además con esto de los asesinatos... -lo interrumpí.
-No, Tom, eso no -lo miré molesta- es mi mejor amigo y lo sabes, en vez de tenerle miedo, deberías confiar en él porque lo único que hace es protegerme -me paré y tomé mis llaves.
-Alice -me tomó el brazo- lo siento, ayer murió otra chica más y... -dejó de hablar y suspiró.
-Pero yo estoy bien -lo miré- nada me va a pasar -me di la vuelta y lo abracé.
No me gustaba ver a Tom así, en realidad, no era el único con miedo desde que comenzaron esta serie de muertes. Yo igual tenía y mucho ¿quién no? pero, prefería no decirlo, menos a Tom o a Drake.
-Nos vemos en la tarde, ¿bueno? -dije dándole un beso en la mejilla.
-Bueno -me sonrió y salí.
Encendí el auto y aceleré. Cuando llegué a la escuela habían unos cuantos chicos hablando de la chica asesinada. Me estremecí. "Dicen que iba en último año, Alison creo" escuchaba hablar a mis compañeros mientras iba a mi casillero.
-¡Alice! -gritaron detrás de mí y alguien subió a mi espalda.
-Megan, no hagas eso, casi me matas -dije con la mano en mi pecho.
-No seas exagerada -rió- ¿sacaste tus cosas? -dijo mirando su celular.
-Sí, entremos -dije caminando con Megan a un lado.
Y sí, definitivamente era una chica de último año. La profesora de cálculo explicó quién era, Alison... yo hablaba en ocasiones con ella, nos tocaba historia juntas. Me sentí un poco mareada. Esto de los asesinatos había llegado a mi escuela, Tom se pondría como loco si le decía, así que no le diría a no ser de que lo leyera o escuchara en las noticias.
-Vamos a ir a la fiesta, ¿no? -me preguntó Megan, sacándome de mis pensamientos.
-Ah, sí, sí -dije sin prestar mucha atención.
-¿Qué tanto piensas, eh? -dijo divertida Megan.
-Nada -sonreí- Drake pasará por mí mañana, ¿te vas conmigo y Drake o con Charlie?
-Con Charlie.
-Bueno, entonces nos vemos allá ¿si? -pregunté.
-Perfecto -sonrió.
La clase de cálculo pasó lenta. No sé cómo podían estar tan tranquilos con un asesino suelto por ahí. Pero de todos modos iría a esa fiesta, todos van, Megan y yo jamás nos perdemos de las fiestas que hay en la escuela, así que sí, iríamos. Es imposible que pase algo en una fiesta ¿no? No creo que algo pase habiendo tanta gente ahí, observando. Sonó el timbre. Tuve unas clases más y por fin llegó el almuerzo.
-Hola hermosas -dijo Charlie dejando su bandeja y sentándose.
Charlie era mi amigo y novio de Megan, nos conocíamos hace 2 años. Los tres íbamos en la misma clase. Saldríamos juntos y si las cosas se daban como pensábamos celebraríamos la graduación con nuestras familias, todos juntos. Era nuestro sueño.
-Charlie -le sonreí mientras mi mirada volvía a mi almuerzo.
-¿Supieron... -iba a preguntar Charlie pero Megan interrumpió.
-Sí, Alison -hizo una mueca.
-Alice, debes cuidarte -dijo Charlie, casi me ahogo con jugo. ¿Acaso ahora iban a tratar de cuidarme todos? Bufé.
-Por favor -rodeé los ojos- hay cientos de chicas con los ojos azules y me molestan a mí -los miré molesta.
-No es eso, es sólo por precaución -apoyó Megan.
-¿Les digo algo? -mordí mi manzana- no me interesa quién es ni lo que vaya a hacer ese maniático -me miraron con los ojos como plato- y nada me va a pasar, porque no soy la única con los ojos claros, el tema se acabó -me paré tomando mi bolso y me fui sin decir nada más.
Llegué más temprano de lo que creí, pero no estaba Tom, raro. Fui a la cocina y miré si todo estaba en orden, "los platos sucios". Subí las mangas de mi polerón procedí a lavarlos. Sentí la puerta de la entrada abrirse.
-¡Llegué! -gritó Tom desde la entrada, cerrando la puerta a sus espaldas.
-Estoy en la cocina -le respondí.
-Mañana hay una fiesta, ¿irás? -me preguntó entrando en la cocina.
-Sí -lo miré- con los chicos.
-Llevé mi auto al servicio técnico, tenía unas fallas -rodó los ojos- en fin, ¿me prestas el tuyo mañana por la noche?
-Eh, claro -sonreí- cuídalo como si fuera tuyo, si algo le pasa... con estas manos te mato -le advertí cómica.
-Oh no, que miedo tengo -se burló- tengo que hacer unas cosas en la tarde.
-Íbamos a pasar la tarde juntos -lo miré mientras secaba mis manos.
-Surgió algo -me miró.
-¿Algo cómo qué?
-Algo, tengo cosas que hacer Alice, va a tener que quedar para otro día mejor.
-Algo que es más importante que yo, claramente -salí de la cocina y fui a mi habitación, no quería hablar con nadie.
Hoy había sido un día horrible, "lindo viernes Alice" me dijo mi conciencia. Escuché a Tom gritarme antes de que cerrara la puerta pero no le respondí, ni tampoco lo haría.
Con papá fuera de casa la mayor parte del tiempo, me bastaba, no quería que pasara lo mismo con Tom.
Pasé la tarde leyendo, estaba leyendo una novela de acción, amaba leer de esas. Sonó mi celular.
Mensaje de Charlie: "Perdóname, sabes que me preocupo por ti. No quería hacerte sentir así... te quiero, quiero protegerte."
Le respondí: "Tranquilo, estoy cansada del tema, sólo eso. Te quiero también, nos vemos mañana."
Me recosté y seguí leyendo mi novela. En los ratos libres, si no veía películas, leía, era uno de mis pasatiempos.
Recuerdo a mamá, la recuerdo como una mujer hermosa, Tom la vio mucho más que yo. Yo sólo la vi hasta los seis años, pero me acuerdo perfectamente de ella, recuerdo cuando me leía cuentos en las noches. Rachel, ese era su nombre, era escritora, de ahí debe venir mi pasión por los libros. La extraño... más que nada. Murió en un accidente automovilístico, venía de su trabajo y un auto perdió el control, chocándola a ella.
Desde su muerte papá no era un padre presente, pasaba poco en la casa y en el mes lo veía unas dos veces, con suerte. Según él "su trabajo era demandante" ni Tom ni yo le creíamos eso, en algo estaba metido, nadie sabía qué.