Ya No Soy Aquella - CDM

By eclipsadaa

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Emma sufrió acoso escolar durante todo un año, después de su intento de suicidio y tras un año lejos de la ci... More

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Capítulo 2: Lo siento.
Capítulo 3: Presión.
Capítulo 4: Demonio.
Capítulo 5: Folletos.
Capítulo 6: Correo electrónico.
Capítulo 7: Pizza
Capítulo 8: Rosalya
Capítulo 9: Lysandro
Capítulo 10: ¿Venganza?
Capítulo 11: Te odio.
Capítulo 12: Amenaza.
Capítulo 13: Denuncia.
Capítulo 14: Carrera de orientación.
Capítulo 15: Boxeo.
Capítulo 16: Búsqueda
Capítulo 17: Rescate
Capítulo 18: Condiciones
Capítulo 19: Pelea.
Capítulo 20: Fiesta
Capítulo 21: Fraude
Capítulo 22: Distracción.
Capítulo 23: Arcade
Capítulo 24: Priya
Capítulo 25: Nuevos amigos
Capítulo 26: Tregua
Capítulo 27: Dirección IP
Capítulo 28: Sin salida.
Capítulo 29: Colapso.
Capítulo 30: Terraza.
Capítulo 31: Nuevo plan
Capítulo 32: Visita
Capítulo 33: Desaparecido.
Capítulo 34: Darnos un tiempo
Capítulo 35: Leigh
Capítulo 36: Stars from nightmare
Capítulo 37: Distancia
Capítulo 38: Soplón
Capítulo 39: Beso
Capítulo 40: Pelea
Capítulo 41: Diario escolar.
Capítulo 42: Fuga
Capítulo 43: Excluída
Capítulo 44: Salida
Capítulo 45: Consejo
Capítulo 46: Terraza
Capítulo 47: Chismes
Capítulo 48: Sobre blanco
Capítulo 49: Biblioteca
Capítulo 50: Casa.
Capítulo 51: Primera cita.
Capítulo 52: Nuevo plan
Capítulo 53: Rocket
Capítulo 54: Pijamada
Capítulo 55: Discusión
Capítulo 56: Quemados.
Capítulo 57: Semanas
Capítulo 58: Reencuentro
Capítulo 59: Fotos viejas
Capítulo 60: Cumpleaños
Capítulo 61: Vídeo
Capítulo 62: Casa
Capítulo 63: Confesión
Comunicado
Capítulo 64: La grabación.
Capítulo 65: Emboscada
Capítulo 66: Hunny Bunny
Capítulo 67: Sábado 13
Capítulo 68: Pintura
Capítulo 69: Amigas
Capítulo 70: Secreto
Capítulo 71: Películas
Capítulo 72: Paz
Capítulo 73: Confesiones
Capítulo 74: Cabañas
Capítulo 75: Verdad o reto
Capítulo 76: Verdad
Capítulo 77: Armin.
Capítulo 78: Caída
Capítulo 79: Petición
Capítulo 80: Nuevo salón
Capítulo 81: Disculpas
Capítulo 82: Despertar
Capítulo 83: Comienzo
Capítulo 84: Amistades
Capítulo 85: Despedida
Capítulo 86: Libertad

Capítulo 1: Regreso.

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By eclipsadaa


Habían pasado casi dos años de aquél accidente. Junto a mi mamá, habíamos permanecidos en una ciudad muy alejada del Sweet Amoris, sin embargo, por temas legales, debíamos volver a nuestra antigua casa y por ende, yo debía volver al mismo instituto.

Desde que llegamos, había estado muy nerviosa y no había podido dormir bien durante toda la semana. Así que en mi primer día, sentía que iba a morirme de los nervios.

Desde el accidente, solo había mantenido contacto con Nathaniel, hablábamos muy seguido, pues fue el único que intentó encontrarme después de irme de la ciudad.

Nath era el único que sabía que iba a volver, pese a que todos en el curso ya sabían que mi versión de la historia era la correcta y que finalmente habían descubierto las verdaderas intenciones de Debrah, ambos habíamos acordado que sería mejor no decirle a nadie de mi regreso. No pensábamos quedarnos allí mucho tiempo, así que intentaría hacer mi regreso lo más desapercibido posible.

—Recuerda que puedes tomarte solo una pastilla y solo en caso de emergencia –me hablaba mi mamá en el auto. —Si necesitas volver a casa, llamame, vendré a por ti, ¿Si?

—Tengo miedo... –susurré mientras sostenía su mano.

—Tranquila, cariño, eres una chica súper fuerte, yo sé que pudes entrar allá –me sonrió mientras le quitaba el seguro a la puerta.

Había cambiado mucho desde la última vez que había pisado el Instituto, pero no podía evitar sentir un nudo en el estómago y garganta de tan solo ver el edificio.

—Aparte, vas a ver a Nathaniel, él va a estar ahí contigo, de seguro haces nuevas amistades –me dio un pequeño beso en la frente.

—Está bien, iré –le sonreí mientras agarraba mi mochila.

—Espera, no te olvides de tus papeles y el dinero en efectivo para tus trámites –me entregó un pequeño sobre.

—Gracias... –le susurré mientras salía del auto.

—Mucha suerte, linda –se despedía de mí con la mano.

Yo, dando un enorme suspiro, tomé algo de aire y caminé hasta la sala de delegados.

El edificio seguía exactamente igual a antes. Todavía podía ver a Debrah y su grupito caminar por el pasillo, me ponía los pelos de punta.

—¡Hey, disculpa! –sentí como tocaban mi hombro. —¿Sabes dónde queda la sala de delegados? Soy nuevo, pero creo que estoy un poco pérdido –me sonrió un peliazul.

—También vengo a inscribirme –le sonreí sin mostrar mis dientes. –Puedes acompañarme, voy hacía allá.

—¡Genial! –Exclamó. —¡Soy Alexy, un gusto!

—¡Soy Emma, el gusto es mío! –Le sonreí.

A diferencia de lo que creía, al menos ya había hecho un nuevo conocido.

—¿Sabes si puedo pasar los papeles de alguien más? Mi hermano se fue a la biblioteca y no creo que pueda sacarlo para que venga a hacer su papeleo.

—Yo supongo que sí, recuerdo que mi mamá solía llenar mi papeleo –murmuré.

—¿Se renuevan todos los años?

Rápidamente asentí. Decenas de flashbacks me llegaron al lograr ver el interior de la sala de delegados.

—¿A qué curso vas? —Me preguntó Alexy sacándome de mis pensamientos.

—Tercero, ¿Y tú?

—¿En serio? –Exclamó sonriendo. —¡También voy a tercero! ¿Hay solamente un curso?

—Si, si –sonreí. —O eso creo...

—¡Que coincidencia! ¡Ahora seremos compañeros!

—Es cierto...

Alexy parecía ser alguien con quien nunca aburrirse, al saber que íbamos a ir al mismo salón, sentí un alivio enorme, no quería quedarme en el receso sola.

—¡Me toca! –Exclamó el peliazul mientras se acercaba al mesón.

En una silla de escritorio, se encontraba concentrada en la computadora una Melody de apariencia tranquila. Al parecer, ahora trabajaba en la sala de delegados.

—¿Debería hablarle? –Me murmuró el peliazul sonriendo.

Yo solo alcé mis hombros.

Alexy levemente se asomó al mesón, cuando desde la puerta a su derecha, apareció un despeinado y sonrojado Nathaniel.

—Lo siento por la demora, me llamaron mis superiores –le sonrió a Alexy.

Algo asustada, intenté llamar su atención saludándolo con mi mano. Este enseguida notó mi presencia y sonrió de oreja a oreja.

—¡No te preocupes! Eso si, quería preguntarte si es que acaso puedo hacer el papeleo de alguien más –Le preguntó Alexy haciendo que volviera a prestarke atención.

—¿El papeleo de alguien más?

—¡Si! –Exclamó. —Tengo que inscribirme con mi hermano, pero él se quedó metido en la biblioteca y dudo poder sacarlo.

—Si, si puedes hacerlo, siempre y cuando tengas el dinero y los papeles necesarios.

—¡Los tengo! –Le entregó dos carpetas por separado.

—Esta bien... Entonces, ¿De qué curso eres? –Le preguntó mientras abría un libro enorme.

—Tercero.

—¿Y tu hermano?

—De tercero también –sonrió.

—¿En serio? –Alzó su mirada hacía él. —¡Me alegra mucho poder ver dos rostros nuevos! Soy Nathaniel, voy a tu mismo curso –le extendió su mano.

Alexy rápidamente la juntó con la suya.

—Y esta chica de aquí, es Melody, nuestra delegada hasta el año pasado –sonrió.

Melody se alejó de la pantalla, y tras notar que yo estaba parada esperando ser atendida, sus ojos se abrieron rápidamente.

—H-Hola –balbuceó.

—Un gusto Melody, espero que podamos ser buenos amigos.

—Nath... Creo que no me siento bien, iré a la oficina –se levantó rápidamente.

—Oh... –soltó Alexy antes de que esta se escondiera rápidamente en la oficina.

Probablemente, Melody nunca iba a esperar volver a verme después de todo lo que me hizo.

—Serían diez dólares –murmuró Nath mientras firmaba el libro.

Alexy en silencio le entregó el dinero y se levantó de la silla.

—Eso sería todo –le sonrió Nath.

—¡Muchas gracias! Y un gusto conocerte.

—El gusto es mío.

Alexy casi caminando en puntillas se acercó y me susurró al oído:

—Voy a quedarme a esperarte en la salida, no quiero estar solo y perderme.

Yo levemente asentí y con mis manos completamente sudadas, avancé hasta sentarme frente a Nath.

—¡Oh, Dios, estuve esperándote desde las seis! Creí que estabas jugando conmigo.

—¿Cómo iba a mentirte con algo así? –murmuré mientras cubría mi rostro.

Era tan raro volver a ver a Nathaniel frente a mis ojos.

—¡No lo sé! No creí volver a verte nunca más aquí –volvió a abrir el libro.

—Yo tampoco esperaba volver... Mucho menos tan pronto...

—¿Te has encontrado con alguien?

Lentamente negué con mi cabeza.

—Creo que todos quedarán igual que Melody, no creo que ninguno se espere volver a cruzarse contigo.

—Estoy muy nerviosa... No quiero que algo malo pase.

—¿Algo malo? Apenas te vean cada uno de ellos debería arrodillarse y pedirte disculpas.

Sin querer, solté una risa nerviosa.

—¿Puedo tomar tus documentos? Los necesito para rellenar tu inscripción –sonrió.

—¡Oh, si, toma! –se los entregué.

Mis manos seguían aún más sudadas que antes, después de que Nath firmara, debía volver al pasillo, donde muy probablemente me encontraría con alguno de los chicos. No estaba realmente lista.

—¡Listo! –Exclamó mientras yo le daba mis cinco dólares.

—¿No puedo quedarme escondida aquí? No quiero salir.

Este sonrió.

—Creo que afuera hay alguien esperándote, no es de muy buena educación dejar a tu nuevo amigo esperando.

Rendida, dejé caer mi cabeza sobre el mesón. Quería hacer algo de tiempo, sin embargo, afuera había mucha más gente esperando, debía irme..

—Tranquila, sé que eres una chica muy fuerte, así que ahora debes levantarte y salir.

Aún con mi cabeza sobre el mesón, sentí los pasos de Nathaniel acercarse a mí. Enseguida, unos cálidos brazos agarraron mis hombros y me levantaron de un solo tirón.

—Yo terminaré apenas toque la campana, así que no te preocupes por la entrada al salón, entraré contigo.

Si bien, con suerte había pasado un año, era gracioso como la diferencia de altura entre ambos había aumentado considerablemente.

—Y no sabes como me alegra que estés de vuelta –me atrapó entre sus brazos en un cálido abrazo.

—No me hagas llorar tan temprano, debo entrar al salón primero –reí.

—Lo siento, lo siento –sonrió. —¡Oh, antes de que lo olvide! Pueden ir a buscar sus libros a la biblioteca con este pase –me entregó dos tarjetas de cartón.

—Somos tres, Alexy tiene un hermano.

—¡Cierto! –corrió a su escritorio a sacar otra tarjeta. —Pueden pedirleselos al señor Farrés, es un profesor algo mayor, de cabello castaño, lo van a poder ubicar de inmediato.

Yo asentí levemente.

—Y si necesitas algo, no dudes en escribirme –me sonrió.

—Muchas gracias –Le susurré antes de salir de la sala.

Apenas abrí la puerta, logré ver a Alexy, quien rápidamente guardó su celular y se acercó a mí.

—¡Ya volviste! Estaba hablando con mi hermano y me dijo que se cansó de la biblioteca, ¿Quieres acompañarme?

—Justo iba a mencionarte la biblioteca, Nathaniel olvidó darte nuestros pases para los libros de este año, así que iba a mencionarte el ir a buscarlos.

—¡Genial! Vayamos ahora –me enredó con su brazo y comenzó a caminar.

Alexy era demasiado confianzudo.

—¿A tu hermano le gusta leer? –le pregunté mientras sabíamos la escalera.

Este rápidamente soltó una carcajada.

—¿Leer? –Siguió riendo. —¿Lo dices por la biblioteca? –Preguntó apuntando hacia esta.

—¿Si...?

—Créeme, ni aunque su vida dependiera de ello, Armin tocaría y leería un libro –sonrió mientras entrabamos.

Alexy, aún sin soltar mi brazo, comenzó a caminar entre los estantes arrastrándome a su paso. Tras unos minutos buscando, finalmente encontramos a un doble suyo de cabello negro sentado en el piso.

—¡Al fin te encuentro! Pensé que habías dejado ese juguetito ya a un lado.

El pelinegro Alexy se encontraba pegado a su consola, intentando pasar un nivel de Mario Bros.

—Te dije que no iba a estar con un libro entre sus manos –me sonrió aún sin soltarme.

—No pensé que fueran gemelos... –Murmuré.

El pelinegro al escuchar mi voz, rápidamente alzó su vista, y a los segundos, su última vida en el juego se acabó.

—¿Y ella? –Murmuró observándome de pies a cabeza.

—Armin, ella es Emma, Emma, él es Armin, mi gemelo –nos presentó sonriendo.

—¿Y qué quieren? –Soltó posando su vista en Alexy.

—Venimos a buscarte, tenemos que ir a por nuestros libros y no creas que yo voy a cargar con el doble de peso solo porque tú no te dignes a ir a buscarlos.

Este chasqueó su lengua y sin siquiera apagar su consola, la guardó en su mochila.

A diferencia de su hermano, este se veía como una persona muy fría y desagradable.

—¿Y dónde es?

—Tenemos que buscar al señor Farrés, Nathaniel me dijo que estaba aquí –murmuré.

—Oh, disculpen mi entrometimiento, pero acabo de escuchar mi nombre y no he podido ignorarlo –nos habló un señor, haciendo que junto a Armin, me sobresaltara. —Yo soy el señor Farrés,¿Necesitan algo de la biblioteca?

—¡Un gusto, señor Farrés! –Habló Alexy. —Veníamos a la biblioteca en busca de nuestros libros, en la sala de delegados nos dieron estas tarjetas.

—¡Estudiantes nuevos, que alegría! –Nos sonrió. —Por favor, acompañenme.

Los tres lo seguimos hasta su escritorio. Este se acercó a un enorme estante con llave y lo abrió para comenzar a sacar nuestros libros.

—Déjeme ayudarlo –se acercó Alexy.

Enseguida, Alexy le hizo una mueca a su hermano para que también se acercara a ayudar.

—Creo que estos son todos –Nos sonrió. —Creo que habilitarán los casilleros a partir de la primera hora, así que por mientras deberán cargar con todo este peso en sus mochilas.

Yo había olvidado por completo el asunto de los libros y como se trataba del primer día, había llegado con una mochila pequeña, con suerte entraba un cuaderno y mi lapicero.

—¡Muchas gracias! –Exclamó Alexy.

—No es nada, jóvenes. ¡Nos vemos en su primera clase de Historia!

Yo iba a tener que cargar con todos esos libros, todo lo que quedaba de la hora.

—Dame, yo te ayudo con eso –me habló Armin mientras me quitaba la mitad de mis libros y los cargaba en sus brazos.

—Muchas gracias –le sonreí agradecida.

—¿Ahora qué hacemos? –habló Alexy mientras terminaba de guardar sus libros.

—¿Estará nuestro salón abierto? No quiero ir al jardín –murmuró Armin.

—Vayamos a ver.

Rápidamente todos bajamos las escaleras y nos dirigimos a nuestro salon. Estaba justo al lado del sótano, era el mismo salón del accidente.

—¡Está abierto! –Exclamó Alexy entrando al salón.

Armin se hizo a un lado y me dejó entrar, para nuevamente juntar la puerta.

—¿Dónde nos sentamos? –Exclamó Alexy mientras recorría el salón.

—Vamos al fondo –contestó Armin.

Armin rápidamente avanzó hasta los últimos asientos y dejó mi pila de libros junto a una esquina.

—¿Se sientan ustedes juntos? –Balbuceó Alexy.

Yo rápidamente volteé a ver a Armin. Este solo alzó sus hombros.

—Esta bien, ustedes dos sientense ahí, yo me siengo enfrente, así estamos juntos.

Rápidamente ocupé el asiento junto a la pared y coloqué mi pila de libros justo frenre a mi rostro, de ese modo, cuando todos entraran, no iban a notar a simple vista que yo estaba ahí.

—¿Qué hora es? –Preguntó Armin.

—Son las siete y cincuenta, ya van a tocar.

Los siguientes minutos pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Cuando quise darme cuenta, poco a poco todos iban entrando y tomando asiento.

El primero en entrar fue un chico de cabello castaño, este se sentó justo enfrente de nosotros, a los minutos, logré ver a Violeta y Kim, ambas se sentaron adelante.

—¿Por qué no voltean a vernos? –río Alexy mientras nos susurraba.

—No se ven muy amigables –murmuró Armin mientras jugaba en su celular..

Enseguida, otro grupo grande entró al salón, no logré distinguir a todos, a excepción de dos únicas e indistinguibles cabelleras blancas: Lysandro y Rosalya.

Ambos entraron hablando, sin embargo, a diferencia de Violeta y Kim, Lysandro decidió observar hacía el grupo de nuevos y enseguida chocó miradas conmigo.

—Rosa... –Logré escucharlo. —Mira hacia allá.

Rápidamente intenté ocultarme entre los libros, pero ya era demasiado tarde, ambos me habían visto.

—¿Te pasa algo? –Me habló Armin mientras seguía jugando.

—N-No –balbuceé viendo de reojo como Rosa se acercaba a mí con prisa.

Lysandro rápidamente salió del salón y Rosalya se detuvo justo en la mesa de Alexy.

—¡Emma, volviste! –Exclamó.

Armin y Alexy fruncieron su ceño.

—Oh, Dios, no sabes lo preocupada que estuve todo este tiempo por ti... ¿A dónde fuiste?

—N-No quiero hablar, Rosalya –tartamudeé.

—¿Qué?

—Rosalya, este no es el momento para hablar...

—Pero Emma...

—Ella te dijo que no quería hablar –murmuró Armin despegando su vista del celular.

Alexy golpeó levemente su pierna.

Rosalya ya había llamado la atención de todo el curso. Todos ya estaban adentro, incluyendo a Castiel, quien se encontraba junto a Lysandro en la puerta.

—L-Lo siento, hablamos depués –Balbuceó Rosa alejándose de nosotros.

Rápidamente sentí las miradas de todos posándose sobre mí, era mucho más difícil de lo que había pensado.

—¿T-Tienen agua? –Susurré mientras buscaba mi tarro habitual de pastillas.

Alexy rápidamente abrió su mochila y me ofreció su botella de agua.

—Gracias...

No podía tan solo imaginar como iba a lograr hablar con Rosa sin romper en llanto.


















• • •

Me acordé que este fanfic existía y como encontré todo mi desarollo de la historia, quise volver a editarlo, pero ahora bien [cry]

Alguien más recuerda esto? shsvusbs

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