Agente Shao _Libro 1

By green_tango

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Sinopsis. "Shao, así decidí que me llamaran después de que solo me quedaran dos opciones. Me habían s... More

Sinopsis
Cap_1 (S)
Nota
Cap-2 (S)
Cap-3 (S)
Cap-4 (S)
Cap-5 (S)
Cap-6 (S)
Cap-7 (S)
Cap-8 (S)
Cap-9 (S)
Cap-10 (S)
Cap-11 (S)
Cap- 12
Cap-12 (D)
Cap-13 (S)
Cap -14 (S)
Cap-15 (S)
Cap_16 (S)
Cap-17 (R)
Cap-18 (D)
Cap_19(S)
Cap-20 (S)
Cap-21 (S)
Cap-22 (S)
Nota
Cap-23 (S)
Cap-24 (S)
Cap-25 (S)
Cap-26 (S)
Cap-27(S)
Importante
Cap-28 (R)
Cap-29 (R)
Cap-30(R)
Cap-31 (S)
Cap-32 (R)
Cap-33 (D)
Cap-34 (S)
Cap-35 (S)
Cap-36 (R)
Cap- 37 (V)
Cap-38 (D)
Cap-39 (R)
Cap-40 (S)
Cap-41 (D)
Cap-42 (S)
Cap-43 (D)
Cap-44 (V)
Cap-46 (S)
Cap-47 (D)
Cap-48 (R)
Cap-49 (D)
Cap-50(R)
Cap-51 (S)
Cap-52 (S)
Cap-53 (S)
Cap-54 (S)
Cap-55 (D)
Cap-56 (R)
Cap-57 (V)
Cap-58 (C)
Noticias
Cap-59 (D)
Cap-60 (S)
Cap-61 (S)
Cap-62 (R)
Cap-63 (V)
Cap-64 (E)
Nota
Portadas
Cap-66 (V)
Cap-67 (S)
Cap-68 (R)
Cap-69 (S)
Cap-70 (S)
Cap-71 (R)
Cap_72 (R)
Cap-73 (S)
Cap-74 (V)
Cap- 75 (S)
Cap_76 (V)
Cap-77 (S)
Cap_78 (S)
Cap_79 (S)
Cap_80 (S)
Cap_81 (V)
Cap_82 (S)
Cap- 83 (T)
Ca -84 (D)
Cap-85 (S)
Cap-86 (S)
Cap-87 (S)
Cap-88 (R)
Cap-89 (A)
Cap-90 (S)
Cap-91 (S)
Cap-92 (S)
Cap_93 (S)
Cap_94 (R) Final
Epilogo

Cap-45 (R)

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By green_tango

Ross.

     Me iba a volver loco. La falta de información me estaba matando y aunque Damián me había dicho que podría participar en su búsqueda seguía en el complejo sin poder moverme.

Camine de un lado a otro por la habitación hasta que alguien llamó a la puerta.

—La primera búsqueda fue nula. No la han podía localizar. -Me comentó un compañero tras la puerta sin ni siquiera saludar- van a mandar otra patrulla y Damian quiere que vayas.

Salí de mi habitación como si el viento me empujara.

Me puse el traje especial de color negro con franjas azules tan oscuras que no se distinguirían con facilidad. Este, al contrario del que solía llevar, tenía elementos especiales que me ayudarían casi en cualquier situación. El dibujo de las líneas envolvía mi cintura y subía por la espalda como finos cordones hasta llegar al escudo, que las mismas líneas formaban. Aquel escudo que hacia tanto tiempo no llevaba y por el cual tantas cosas habían perdido. Su forma de un remolino, le daba al traje un aspecto casi terrorífico. Agarre una pistola, un cuchillo y los coloque en mi cinturón.

Un compañero me pasó también una pistola electromagnética que podía freír el cerebro de una persona en cuestión de segundos. Lo mire poco convenido.

—Órdenes del jefe- dijo este mientras se guardaba una igual.

Parecía que íbamos a una guerra cuando en realidad tan solo saldríamos en busca de una joven que no llegaba a la mayoría de edad.

¿O sí?

Me quedaba pendiente esa pregunta.

La conocía tan poco y a la vez tenía una sensación de conocerla desde siempre.

En fila india, como si de unas hormigas se tratara, caminamos doce hombres a paso firme.

Entramos en la habitación del bunquer donde solíamos esperar los helicópteros y nos encontramos a Damian en el centro del gran círculo.

—Muy bien agentes. Hace tiempo que no teníamos una misión tan especial. Así que ya sabéis lo que os toca hacer- dijo este. - ahora os separaréis en dos grupos.

Todos nos miramos. ¿Qué porque dos grupos?

Cualquiera iba a saber.

Camine por el maloliente laberinto. Aquello era tétrico y oscuro. La linterna de alta potencia que a su vez podía electrocutar a cuáquera que se pudiera en su punto de vista, solo dejaba ver kilómetros de hormigón armado.

Estaba furioso.

Debía estar buscando a ella no ir a reconocer un maloliente sitio.

Eso habérselo dejado a los novatos.

Parecía como si estuvieran jugando con mi paciencia.

Algunos pasos más allá me topé con un charco y como si fuera un niño pequeño lo pise con mis negras botas sin apenas darle importancia.

Yo era un agente especial. El mejor de mi clase. El más preparado y el más astuto de todos.

No me iba a frenar un simple charco.

Apunte al frente con mi arma cuando oí ruido.

Con la mente indique a mis gafas de camera que cambiaran a modo mapa de nuevo para orientarme.

Los habían programado. Aquellas gafas incluían el mapa completo del laberinto en un perfecto 3D con GPS incluido que me indicaba cada uno de mis movimientos.

En una lente apareció mi posición y a su vez el mapa con finas líneas que me permitía distinguir cada uno de los trazos.

Sin embargo cuando seguí el ruido atento a cada cosa que me pudiera encontrar me topé con una especie de habitación. Un grito fuerte penetro en mi pecho. Era desgarrador y poco humano.

Apague la luz de mi linterna y ordene con mi mente a las gafas que cambiaran a visión nocturna, ese chisme tan bien preparado hizo lo que le pedía en cuestión de décimas de segundo y entonces me encontré envuelto en una sombría estancia.

Varios pasos más allá vi algo que parecía un cuerpo encogido en el suelo. Con la cabeza gacha y el corazón se me cerró en un puño al pensar que sería Shao.

Solo y cuando comprobé que era Victoria me relaje visiblemente.

Ella volvió a gritar y a removerse. Coloque una mano en su hombro y se quedó quieta.

Le pedí de nuevo a mis gafas que esta vez grabarán un vídeo y seguidamente lo enviaran a la central. Añadí también la ubicación exacta y algunas fotos de la estancia con un flash especial que me mostró una pequeña mesa de madera con jeringuillas, una silla también medio rota y algunos papeles cubriendo la humedad pared.

Solo cuando algunos compañeros llegaron decidí irme.

Lo último que me apetecía era salvar a la menos indicada.

Por un instante me arrepentí de haber avisado. Quizás debería dejar a esa alimaña allí pudrirse algunas horas más. Pero las órdenes eran directas.

Camine despacio siguiendo con un ojo el 3D hasta llegar a un lugar sin salida. Observe la estancia y me topé con una trampilla en el techo y como buen agente fui a investigar.

Saque mi cuerpo de la trampilla y busque en el mapa mi localización. Pero esta no estaba. Una zona que no se incluía, se encontraba ante mí.

Despacio y observando todo camine por el pasillo cuando algo fuerte y extremadamente pesado se abalanzó sobre mí.

Dispare en el momento en el cual pude liberarme y solo cuando le enfoque con la luz no pude moverme.

Una bestia peluda y con ropa raída se encontraba ante mí. Se agarraba el brazo por donde salía sangre durante unos segundos. Seguidamente apartó su manos y pude ver cómo la herida, como si de magia se trataba, se cerró milagrosamente.

Bien si fuera por el golpe o las maldigas gafas que me habían engañado, por un instante permanecía quieto.

La aberración levanto la vista y la clavo en mí. Jure en aquel momento ver algo humano en él. Quizás fuera por sus ojos o esa mueca que me dirigió, pero mi cuerpo se puse alerta mientras que mi bello de la nuca se erizo.

— ¿Qué eres?- pregunté con un tono de voz más amenazante que pude producir y obviamente sin dejar de apuntarle.

Las gafas se desconectaron por completo para permitirme una visión clara.

—Es curioso que no reconozcas a un viejo compañero- dijo este con una voz ronca y parecida a un trueno- sobre todo teniendo en cuenta que tú me mataste.

Trague saliva.

—No creo que tenga el placer de conocerte- dije y este soltó una carcajada.

—Debo reconocer que en aquel momento apenas me mirabas. - dijo este dando un pequeño paso hacia mí.

— ¿Cuándo fue?

— ¿Qué importa eso ahora? Ya estoy muerto en vida y tanto victoria como tú lo pagarán.

Ordene mentalmente a la gafas que se encendieran y comenzarán a grabar. Fuera lo que tenía que decir, de seguro sería importante.

— ¿Victoria? ¿Qué tiene que ver ella con esto?

— ¿Qué que tiene que ver?- preguntó la bestia y me miró dejando ver unos ojos que reconocí al instante.

Di varios pasos hacia atrás incrédulo antes ese hecho.

—Aaa ya veo que te acordaste- sonrío esté dejando ver unos dientes afilados como de un lobo. Acompañados de una mirada humana que provocaba una imagen desgarradora y terroríficas.

— ¿Cómo?

—Esa puta Victoria me convirtió en esto y pagará por ello. Igual que tú.

Entonces se abalanzó sobre mí, su movimiento fue tan rápido que apenas lo percibí, pareció una bala colgar con rapidez hacia mi cuerpo, tirándome de nuevo al suelo. Haciendo que mi cuerpo golpeara violentamente el húmedo piso y perdiera mi arma del impacto.

Forcejee contra algo extremadamente fuerte. Mientras que su aliento podrido llenaba mi espacio personal y apuntaba en mi rostro.

Aquel cuerpo peludo me dio asco y pelee más para librarme de él.

Pero era inútil.

Su fuerza era imposible de superar y mi cuerpo se quedó amarrado por el suyo en cuestión de segundos.

Respire con dificultad cuando me arrastro por el suelo y me quede sin aire cuando caí por aquella trampilla hacia la planta baja de la que había venido.

Me volvió a arrastrar por un momento  hasta que oyó algo y me soltó. En unos segundos había pasado a ser menos importante que el resto de cosas y eso me molestó.

Me levante con rapidez y saque de mi cinturón la segunda pistola.

—"Y la última- me dijo mi mente"

Si algo me habían enseñado en la agencia era contar mentalmente todo lo que tenía.

Desde las balas que había disparado hasta el número de armas perdidos.

Todo eran simples matemáticas.

Si tenía diez balas y había gastado siete. Debía saber y tener presente que solo quedaban dos para salir vivo de allí. Ya que una bala, la décima,era para mi final.




Debía contar todo al más mínimo detalle y actuar cuando fuera necesario.

Apreté con fuerza la pistola y camine cojeando tras el chico o mejor dicho el monstruo.

Mi arma buena se habían quedo el algún lugar y por un momento me planteé la posibilidad de volver y recuperarlo, pero me negaba directamente perderlo de vista.

Solo cuando vi a aquel bicho correr hacia mi apreté el gatillo por el miedo que me acorraló su sola presencia.

Disparar apuntando casi sin visión.

Pero de nuevo me invistió dolorosamente, enviando mi cuerpo hacia la pared que tenía detrás.

Mi espalda choco con el muro e hizo que se me nublara más la vista.

Si bien la oscuridad de aquel lugar me daba poca visibilidad ahora el prácticamente era nula.

Pero el arma lo sostuve, aunque me dolía todo, hasta el hueso más pequeño de mi cuerpo, el arma permaneció en mi mano y solo cuando pude inhalar una bocanada del podrido aire levante la mano.

Apunte sin mirar. Ya sin importar nada.

Éramos dos. O quizás uno y medio.

—"Amarga realidad- me dije mentalmente mientras soltaba algo parecido a una carcajada sin aire. "

Mi boca se había llenado de sangre, lo supe por ese sabor metálico que tenía y por qué no era la primera vez que probaba mi propia sangre. Tan familiar y a la vez tan lejana.

Por un momento me arrepentí de haber dejado las misiones especiales, no sólo porque fuera el mejor, sino también por el entrenamiento que recibía.

Pues ahora, el pobre de mí, quizás no saliera de allí por falta de entrenamiento duro.

— ¿Qué te hicieron?- preguntó entonces con la intención de ganar tiempo.

Tras haber visto cómo se curaba su herida me habían dejado claro que no moriría de un simple disparo.

O eso parecía.

—Tu amiguita hizo lo que le dio la gana - aseguró la voz en la oscuridad.

— ¿Porque?- preguntó. Al fin y al cabo, aunque la muérete me esperara, no iba a perder la curiosidad.

— ¿Me estás diciendo que no lo sabes?

— ¿Te parece que sí?

—Pienso arrancarte la cabeza y comerme tu testículos en cuando acabe contigo. - comentó este dando un paso. Supe que era un paso por el sonido de algún charco que piso. - Pero dado que me aburrí bastante todo este tiempo al no hablar, te lo contaré.

—Que considerado.

—Más que tú de seguro. - bramó este.

Su media silueta, que mostraba un hombro y brazo con media cara apareció en mi punto de vista borroso.

Seguía apuntando con la pistola inútilmente hacia el aún a sabiendo que no serviría.

¿Qué iba a hacer si no?

—Tu amiguita me utilizó como a una rata. Con ese médico de mierda y el maldito general me hicieron de todo para obtener sus propios beneficios.

— ¿Que buscaba?

— ¿Crees que me gusta sentirme como un conejo de indias? ¿He?- se acercó más a mi- nooooo. Vine aquí para ayudaros. Para ser alguien importante y no como una mierda a la que se le pone de todo.

Pensé un segundo. Intentando analizarlo.

—Te mate - asegure.

—Lo hiciste si- incubó este- pero no de la manera correcta. Me dejaste con un latido que revivió el médico y por culpa del cual así estoy.

Traqueo saliva.

No me gustaba nada todo aquello.

— ¿Crees que esto es vida?- preguntó este sin moverse- Ser tan feo cuando yo era la envidia de todos.

—No me hagas reír

—Aquí el único que reirá ahora soy yo.

— ¿Me lo vas a contar o no?- pregunté como si de un niño chico se tratara. Si iba a morir por lo menos lo pasaría bien.

—Soy invencible- aseguró este- con una coraza de metal en mi pecho y sesos. Con el suero de la gira en mi sangre y los poderes de un animal nadie me puede matar.

—Que putada- dije en voz alta sin querer.

—Si- bramó este riendo- ahora soy el dios que os destruirá a todos.

— ¿Quien más está implicado?- pregunté Sabiendo que las gafas en alguna parte seguirían grabando. Espere que no se hubieran apagado por el golpe. Más bien rece por ello. -¿Shao?

— ¿Esa pelirroja enana?- soltó riendo- Aún me sigo preguntando si fue buena decisión de dejarla viva.

— ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?

— ¿Aparte que por su culpa morí?- indicó este- Poco que yo sepa. Llego un día sin más escondiéndose debajo de las mesas. Me sorprendió ver cómo apresaba al médico - río- y ese intento de intentar salvarme aun sabiendo que yo la podía matar.

Movió su rostro hacia un lado y pude verlo por completo de perfil.

Si no era un perro, se parecía. Como un lobo de nariz chata y pelo.

—Conmovedor lo de ella.

—Por tu propio bien espero que siga viva- lo amenace.

—Ohh. ¡Cuánto amor ciego!- exclamó este- pero tranquilo. Ella está viva. O eso debería de pasar. Pues no le puse un dedo encima. Lo contrario que te va a pasar a ti.

Me dolía la mano de sujetar la pistola así que la baje rendido.

Mientras hablaba había analizado todas las posibilidades y sorpresa. Perdía en todo.

—Y ahora despídete de este preciado mundo- dijo aquella cosa mientras se acercaba lentamente hacia mi posición- y da las gracias por morir y no ser yo.

—Visto así deberías de suplicarme que te matará.

— ¿Y perderme la posibilidad de vengarme?- río a carcajadas mientras me preguntaba dónde estaba la gracia- Quieren crear un ejército y ahora que lo digo. ¿Quizás tú formes parte de él?

—Antes muerto.

—Hay muchas formas de morir. Te lo aseguro.

Entonces empezó a caminar hacia mí.

Cerré los ojos involuntariamente cuando el arma disparo produciendo eco en toda la estancia. Pude oír cómo este recorría cada uno de los pasillos de aquella montaña llevando el sonido de la bala.

Oí como su cuerpo se desplomada y solo segundos después me atrevía a cercarme con mi pequeña linterna de mano sacada del cinturón para observar un cuerpo monstruoso a con una herida de bala en un ojo.

Esta vez sin pensarlo dos veces volví atrás para dar con mi arma. Mire en círculos y volví a comprobar si existían esos pasadizos. Pero era inútil. No estaban en mi mapa. Así que conecte el grabado para explorar aquella zona en busca de más monstruos.

Sentir el aire fresco en el rostro después de tantas horas encerrado en entre paredes llenas de moho fue una liberación y más aún cuando se trataba del hecho en que me encontraba en las alturas.

Desde allí, de atrás de las rejas se encontraban el bosque de experimentación a lo lejos y pude reconocer la zona donde había visto a Shao pelear.

—Así que saliste por aquí- me dije - ¿En qué estabas metida  Shao?

El sol se estaba escondiendo en el horizonte. En aquella falsa imagen de un pueblo que no existía. Una ilusión óptica realizada para despistar y dirigir a posibles curiosos a él hasta enviarlos lejos.

Una cosa era clara desde que había entrado en la agencia de espías más importante y secreta del mundo. Y era que debía obedecer todas y cada una de la ordenes de mis superiores.

En este caso se trataba de recorrer el laberinto en busca de algo y volver con la información.

Ordene mandar la grabación a los técnicos a mis gafas y los desconecte manualmente.

Ver el bosque allí a lo lejos no me pedía otra cosa que ir a buscarla.

Necesitaba verla. Saber si estaba bien. Volver a mirarle a los ojos y sentir que estaba mi lado aunque ni siquiera me tocara y eso fue lo que me hizo saltar a un río que se encontraba a varios kilómetros de altura.

Conecte el paracaídas que incluía mi chaleco y planee suavemente por el terreno hasta alcanzar el bosque.

Tenía que encontrarla y antes de que decidieran matarla.


.

Hola!!!! Estoy feliz.
¿Qué por qué no? A saber. Siempre estoy feliz sin motivo. Aunque quizás hoy sea porque llega nuevo capítulo.
2671 palabras solo para vosotros.
Espero que os guste mucho para leer luego esos maravillosos comentarios que me dejáis.
Un abrazo para todos.

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