Lady Susan al señor Vernon
Langford, diciembre
Mi querido hermano:
No renunciaré por más tiempo al placer de aceptar la cordial invitación que me has hecho la última vez que estuvimos juntos, de pasar unas semanas en Churchill, de no ser inconveniente para tu señora esposa y para ti el recibirme en estas fechas; espero que en breve tenga la oportunidad de conocer a una hermana con la que llevo tanto tiempo deseando establecer una íntima relación.
Aunque sucede que mis agradables amigos insisten con vehemencia en que prolongue mi estancia entre ellos, su natural espíritu de hospitalidad y la alegría que desbordan los impulso a llevar una vida social demasiado intensa para mí, sobre todo en las presentes circunstancias. No te imaginas con cuánta impaciencia espero el momento de llegar al hermoso lugar campestre de ustedes, y que sus pequeños hijos me conozcan y aprendan a quererme. Ciertamente necesitaré hacer acopio de todo mi ánimo, pues estoy a punto de separarme de mi hija.
La desdichada y larga enfermedad de su querido padre me distrajo de la atención que debía prestarle, tanto por deber como por cariño, además de que tengo razones de peso para creer que la institutriz que se ocupa de ella no ha cumplido como es debido la tarea que se le había encomendado. Así, pues, he decidido confiar su educación a uno de los mejores colegios privados de la ciudad, donde habré de dejarla aprovechando el trayecto hacia el hogar de ustedes. Así que te podrás dar cuenta de que estoy decidida a ser admitida en Churchill, y sería para mí un enorme contratiempo que no pudieran recibirme.
Con todo mi agradecimiento y afecto.
Susan Vernon