—Un gusto en conocerlos. —dijo Demian con una sonrisa. Una que seguramente era falsa.
—Lany. Ella es Cassandra. —dijo mi amigo de la manera más amable. —¿Serás entrenador?
—Exacto. —respondió. Sus ojos me observaron un momento. —Y espero que mi estadía sea lo más larga posible.
—¿A quién entrenaras? —preguntó Lany.
—Aún no tengo el placer de saber a quién, pero creo saber quién necesita de mí ayuda. —dijo desde mi lugar pude entender que se estaba burlando de mí.
—Quizá estés equivocado. —murmuré.
Alzó una ceja. —¿Eso crees?
Me cruce de brazos. —La verdad si.
Soltó una risa. —Mejor no te metas, chiquilla.
—No soy chiquilla. —dije entre dientes.
—Lo que digas. —dijo divertido.
—Creo que todos se llevaron bien aquí. —comentó Nelson con una sonrisa. —Cassandra, tus sesiones empiezan mañana en la mañana.
—Que suerte tengo. —dije con sarcasmo.
—La tienes. —dijo Demian. —No te aburrirás conmigo.
—Pero si me suicidaré.
—Quiero ver que lo hagas.
—Tranquilo, no falta tanto para eso. —habló Lany. —Espero y estarás en primera fila.
—Me encanta tu entusiasmo, Lany. ¿No quieres ser tú quien me apuñale? —pregunté.
—Los tres, ya. —dijo Nelson. Su sonrisa desapareció. —Demian, nos vamos.
El chico misterioso me guiñó el ojo y siguió a Nelson. Mientras, yo me quedé con Lany quien me miraba furioso.
—¿En qué estás pensando? —preguntó.
—¿Yo? ¡Tú! —exclamé. —¿Qué te sucede? ¿"Espero y estarás en primera fila"? ¿En serio?
—Es tu culpa. Si no le hubieras echado bronca nada hubiera pasado. ¿Qué estabas pensando?
—¡Él empezó!
—Uy si claro. Él. —dijo con sarcasmo. —¿Crees que soy imbécil? Algo pasó para que estuvieran así.
—Si me dejaras de cuestionar te diría que chingados pasó. —dije cruzándome brazos.
—¿Pasó algo? —preguntó sorprendido.
Rodé los ojos. —Él es la razón por la que estoy en enfermería. ¿Me dejarás decirte que pasó o no? —respondí.
—Dime.
—Cuando llegamos de la casa de Luke me dirigí a la habitación que se supone era de Nelson. —dije en voz baja. —Pero cuando toqué la puerta y se abrió este chico salió de ella.
—¿Y luego? Eso no responde lo que te pregunté.
Resoplé con desesperación. —No me interrumpas, Tyler.
—Ya. Esta bien, sigue.
—Le pregunté qué donde estaba Nelson e insinuó que tenía algo con ese idiota. Yo lo negué...
—Y te molestaste con él. Ya me imagino que pasó. —interrumpió. —Lo golpeas, ¿no es así?
Asentí. —El muy inepto dijo que andaba tras ese imbécil. Yo me defendí.
—Golpeándolo. —recalcó. —Esa no es la manera, Cassandra.
—Eso no fue todo. ¡Dijo que era débil! Qué era una niña. —refunfuñé. Rió. —¡No es gracioso!
—¿No lo ves? —preguntó. Negué sin entender. —Eso es lo que quiere. Molestarte.
—¿Qué sentido tiene eso? Ni siquiera nos conocemos o algo. —dije aún sin entender.
—Cassandra, por tu estatura, por tu cabello... por tu simple apariencia gritas que eres una niña, aunque no lo seas. —dijo sonriendo. —Yo pensaba eso antes de conocerte. Creí que solo eras una niña malcriada, débil para todo lo que pasa s nuestro al rededor. Cuando te conocí, de verdad, supe que me equivocaba.
—¡Ay que tierno eres! —exclamé con una sonrisa. Su rostro se sonrojó. —¡Te has sonrojado!
—¡Cassandra!
Reí. —Ya ya.
Rodó los ojos con diversión. —Por eso Demian te molesta. A parte, molestarte es muy, muy, divertido.
—Ya lo entendí. —dije rodándolo los ojos.
—Pero... aún no me has dicho porque estás en la enfermería. —dijo cruzándose de brazos.
—Ah... —¿debía decirle? —Me ahorcó.
—¿¡Qué!? —gritó.
Quizá no debí decirle.
—Lo que escuchaste. —respondí. Noté como sus manos se hacían puños. —Pero antes de que hagas algo, debemos averiguar cosas de él.
—¿Qué clase de cosas? —preguntó. —Te recuerdo que tú, niña, tienes un novio.
Suspiré. —En este momento no creo que en realidad tengamos algo.
—Fue una simple discusión, Cassandra.
Miré su rostro detenidamente. Cada facción que poseía era casi idéntica a la de Troy, sus ojos bolo eran un poco más oscuros que los de mis amigo. Estaba tan inmersa en su cara que me di cuenta que de su cuello salía una pequeña venilla negra. Mi pulso se aceleró.
—Lany. Tu cuello. —murmuré.
—¿Qué? ¿Que tiene? —preguntó.
Me levanté de la camilla, lo tomé de la muñeca y corrí al espejo que había en la estancia.
—Eso. —señalé el espejo.
Sus ojos fueron a su cuello, y segundos después se abrieron como platos.
—¿Es...?
Asentí. —Ya lo creo.
Me miró. —¿Cómo es posible? Pasó hace semanas, ya habían desaparecido.
—No lo sé. —respondí. De pronto la imagen de hace unos meses pasó por mi cabeza. —Luke.
—¿Qué pasa con él? —preguntó.
—Hace unos meses le pasó lo mismo que a ti. Por accidente lo golpeé con... ese poder extraño y estuvo en reposo durante semanas. —respondí. —Pero no sé si a él también le estén volviendo a aparecer.
—¿Semanas? Yo estuvo en cama durante unos días. —dijo. —¿Actuó diferente en mi?
—Quizá. —me mordí el labio con preocupación. —Préstame tu móvil.
Me lo tendió. —¿Qué vas a hacer?
Tomé el celular. —Si a ti te está pasando esto, seguramente a Luke también. Debo avisarles, al menos.
Marqué rápidamente el número de Ed. Con mucha suerte me contestó al tercer timbre.
—¿QUIÉN ES?
—ED. SOY YO. CASSANDRA. —respondí. —NECESITO QUE VAYAS A VER A LUKE.
—¿DE DÓNDE ME ESTÁS LLAMANDO? ¿QUIERES HABLAR CON LUKE? —preguntó confundido.
—NO HAY TIEMPO PARA PREGUNTAS. SOLO QUIERO QUE VEAS A LUKE. —pedí.
—ESTA BIEN. —respondió. Escuché como subía las escaleras. —LISTO. ESTA DORMIDO. ¿AHORA QUE?
—REVISA SU CUELLO, POR FAVOR.
—AÚN NO ENTIENDO PARA QUE... OH MIERDA.
—¿AHORA ENTIENDES? —pregunté. Sabía que él también las tendría, era un presentimiento muy fuerte.
—¿CÓMO ES POSIBLE? ESO DESAPARECIÓ HACE SEMANAS.
—LANY TAMBIÉN LAS TIENE, ES COMO... ¿UNA REACCIÓN? NO LO SÉ. —dije. —TENDRÁS QUE VIGILARLO HASTA QUE ENCUENTRE UNA RESPUESTA A ESTO.
—¿LANY TAMBIÉN LO TIENE? —preguntó.
—SI. ES UNA LARGA HISTORIA. —respondí.
—VALE. LO CUIDARÉ.
—GRACIAS. NOS VEMOS.
—CLARO.
Colgué antes de que alguien entrará a la habitación y le di el celular a Lany.
—¿Dónde piensas encontrar respuestas? —preguntó el chico.
Suspiré. —Hay dos personas que saben de esto y una que quizá sepa algo. Tendremos que ir a ver a las dos con más... sabiduría.
—¿Y quiénes son esas personas?
Respiré hondo. —Kamille y el nuevo, Demian Darkh.
(...)
Ir con Kamille no nos había ayudado en nada. En realidad, había sido una pérdida de tiempo ya que el cuello de Lany estaba llenándose poco a poco de venillas negras. Antes de ir con nuestro último recurso pasamos a mi habitación por una mascada para cubrirle el cuello.
—¿Qué te hace pensar que él nos ayudará? Al parecer... te odia. —dijo Lany a mi lado.
Suspiré. —Hay algo que no te conté.
Alzó las cejas. —¿En serio?
Asentí. —Él... a él se le oscurecieron los como a mí.
—¿Eso qué tiene que ver? A todos se les oscurece por estar enojado. —respondió.
Negué. —No lo entiendes.
—¿Qué no entiendo?
Lo tomé de camisa y lo acerqué a mi. —Sentí su pasado y su futuro. Sentí su poder.
Sus ojos se abrieron con sorpresa. De la nada la puerta de la habitación se abrió con rapidez. Lany y yo miramos hacia esa persona.
—¿Nueva conquista? No te creía de esas chicas, chiquilla. —dijo alzando una ceja. —Lany, ¿cierto?
—No es una conquista. —gruñí. Aún con la mano en su camisa, nos conduje hacia el interior de la habitación.
—¡Hey! ¡Privacidad! —exclamó siguiéndonos.
Solté a Lany y con una pequeña ráfaga de viento hice que la puerta se cerrará. Extrañamente también hice que se cerrará con pestillo.
—Si querías hacer un trio solo tenías que decirlo, chiquilla. —dijo Demian alzando una ceja.
Rodé los ojos. —Necesitamos hablar seriamente.
—¿Seriamente? —preguntó, cruzándose de brazos. —Apenas nos conocemos, ¿de qué necesitamos hablar?
Tomé la mascada de Lany y de un jalón la quite. Señalé su cuello, el cual empezaba a ser más oscuro.
—De eso. —dije sin rodeos.
Los ojos miel de Demian se abrieron con sorpresa y se acercó. Observó el cuello y luego a mi. De la nada me tomó del brazo y me jaló lejos de Lany.
—¿Nelson lo atacó? —preguntó en voz baja.
Negué. —Él no.
—¿Quien lo hizo?
—¿Sabes cómo revertirlo? —pregunté. —¿Sabes de qué se trata?
—¿Quién lo hizo? —preguntó de nuevo. Su mano en mi brazo apretó con más fuerza.
—No te diré nada hasta que me digas que sabes. —respondí.
Me soltó de golpe, dejando su mano marcada en mi brazo. Se alejó de mí, tomando sus cabellos entre los dedos. Yo conocía eso; estaba frustrado.
—Dime que sabes. —pedí acercándome a él. —Y te diré lo que quieres saber.
Se giró. —No lo entiendes, chiquilla. No lo comprendes.
—¿Qué cosa no entiendo? Dime, ¿o soy tan débil para soportar una mala noticia? No me conoces, Demian, he pasado por cosas que nadie en su sano juicio debería pasar. —dije mirándolo directamente.
Negó. —Es complicado, chiquilla, no es algo que entiendas.
—¡No soy débil! —exclamé. Me acerqué más a él y lo golpe en el pecho. —Puedo entender cualquier co...
Mis piernas fallaron y me tambaleé. Los brazos de Demian me atraparon, pero eso no detuvo el mareo. Mi gusta se empezó a nublar y las haces empezaban a escucharse lejanas.
—¿Cassandra? —logré escuchar que me llamaron los dos chicos.
Pero yo ya no podía responder o siquiera poder hacer algo. Sentí como me recostaban. Abrí los ojos, con la esperanza de verlos, pero solo podía observar el techo blanco. Los cerré para volver a abrirlos, esta vez encontrándome con un extraño lugar.
Estaba en una extraña habitación de paredes marrones. En una de ellas había un mural de hilos rojos, esos que ocupan los detectives para algún caso. Varias fotos estaban ahí, pero ninguna lograba reconocer.
Los pasos provenientes me hicieron huir y esconderme. Entraron a la habitación cuatro hombres; uno de traje, dos gorilas y un chico, este último siendo cargado por los gorilas.
—Bien. Aquí estarás durante las siguientes semanas. —dijo el de traje.
—No lo entiendo. ¿Por qué me hacen esto? —preguntó el chico. Pude reconocer la voz como la de Demian.
—Por qué no eres como nosotros. Tienes poderes de un Buscador, pero extrañamente también los de un Sodagidnaight y eso no es... normal. Y sabes que a mí no me gusta lo anormal. —respondió.
—¿Anormal? Soy normal. —dijo el chico con voz débil.
El hombre de traje se acercó a Demian. —No lo eres. Eres un bastardo de Buscadores y Elementos. No mereces vivir. Eres un bastardo híbrido.
Lo siguiente, pasó demasiado rápido ante mis ojos. Demian se soltó de los gorilas y atacó al hombre de traje. El mismo poder que había dejado a Luke y a Luther en cama fue el mismo que vi usar al chico.
Lo último que escuché fueron las palabras del hombre. Estas se quedaron grabadas en mi mente y se repetían una y otra vez.
«Nunca sabrás que te ocurre ni porque . Nunca sabrás que significa todo ese poder.»
Mis ojos se abrieron de golpe. Dos pares de ojos me miraron con preocupación. Yo solo podía ver los ojos miel de Demian.
—¿Estás bien? ¿Qué te pasa? —preguntó Lany.
La expresión de Demian cambió al ver mis ojos con más intensidad. Él sabía que había visto.
—Ya lo sabes. —se alejó y se sentó en la orilla.
Me levanté y me acerqué a él. —Ahora se porqué dices que es complicado.
—Es más que eso. —murmuró.
—¿Qué está pasando? —preguntó Lany mirándonos.
—Lo que pasa es que tu amiga es psíquica. —dijo Demian sin dejar de mirarme.
Lany me miró. —¿Psíquica? ¿Cuándo pensabas decirme?
—No era algo que pudiera decir a la primera. Es mi secreto, casi nadie sabe de eso. —respondí.
—¿Y qué tiene eso que ver con lo que acaba de pasar?
—Los psíquicos son personas que pueden ver el pasado de la gente y cuando quieren su futuro; algunos pueden verlo mirándolos a los ojos, con algún objeto apreciado de la persona o simplemente tocando a la persona. —respondió Demian. —Cassandra puede ver el pasado y el futuro de las personas con los tres medios.
—Pero yo no lo controlo. —dije. —Simplemente llega.
—Puedes controlarlo, puedes ver el pasado y el futuro de cualquiera si te lo propones.
—Sigo sin entender. —habló Lany cruzándose de brazos.
—Cassandra vio mi pasado. —respondió Demian.
Los ojos de Lany se abrieron y me miraron con sorpresa. —¿Tu...?
Un celular empezó a sonar en la habitación, interrumpiendo lo que Lany iba a decir.
—¿Quién...
—Es de Lany. —interrumpí.
Mi amigo sacó su móvil y lo revisó. Su mirada cambio y sus ojos me observaron con detenimiento. Un segundo después me mostró el ID de llamada. Reconocí al instante el número de Ed; rápidamente tomé el celular y lo contesté.
—¿ED? —pregunté cuando contesté.
—CASSANDRA, TENEMOS UN PROBLEMA. —respondió Ed desde la otra línea.
—¿QUÉ PASA?
—ES LUKE.
(...)
N/a:
Adivinen quien resurgió... ¡Yo! 😂😂
Chamos de mi cora, espero que les guste este nuevo capítulo. Es más largo que el otro (creo 🤔😂)
¿Qué piensan de Demian Darkh? 😏
¿Qué piensan de la reacción de Cassandra?
Díganme qué pasa.
Ya saben comenten y voten. Yo contestaré todo. ✋🏻😂
Nos vemos. BAY
XOXO DENII 🌚