Prof. Baekie vs Mr. Park

Bởi jessinegas

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Longfic. Romance, Comedia, Drama, Acción. Extensión: 21 Capítulos + Epílogo + Especiales. Advertencia: Viole... Xem Thêm

Preludio
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 5
Parte 6
Parte 7
Parte 8
Parte 9
Parte 10
Parte 11
Parte 12
Parte 13
Parte 14
Parte 15
Parte 16
Parte 17
Parte 18
Parte 19
Parte 20
Parte 21
Epílogo.
Especial I : Andy adolescente (hormonas al ataque).
Especial II: Kyungsoo organizador de bodas (Dolor al ataque).
Especial III: Un poco de todo (familia al ataque).
✰A cuatro años del BOOM✰
Especial IV: De regreso al mundo real (Junghoon al ataque).
Especial V: Bajo en la mira (Peligro al ataque).
Especial VI: Manos a la obra (Andy al ataque)

Parte 4

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Bởi jessinegas




El mañana, pasado mañana y el día después de mañana llegó tan rápido como Chanyeol lo esperó. Para cuando menos lo imaginó ya habían pasado tres semanas y todo había comenzado a mejorar en sus misiones. Aún le costaba dejar a su hijo por la mañana, incluso le dolió un poco el ver cómo era que a veces a Andy ya ni siquiera le costaba despegarse de él para irse a jugar inmediatamente con sus amigos.

Por otro lado, la relación padre-profesor fue avanzando por lo menos de una manera profesional. Baekhyun le compartía normalmente los avances de Andy sobre su enseñanza y el vínculo con sus compañeros mientras que Chanyeol le contaba... bueno él no le decía nada. Claro que no. Solamente a veces murmuraba adrede sobre cuántas personas había matado—siendo mentira—para tener un poco bajo control al más bajo, también le daba gracia la manera en que éste se tensaba, volteaba la mirada hacia él y pronunciaba un leve '¿en serio?'.

Ahora se encontraba en una junta improvisada con Baekhyun, de hecho. Sus ojos se paseaban por el extenso cuello del chico quien había decidido usar una camisa en V. Habiendo postergado la junta para después de que recogiera a Andy —por su agenda— Baekhyun tarareaba levemente mientras leía algunos apuntes que parecía haber hecho en clases.

—Andy ha demostrado un gran desarrollo en la memorización —le dijo con un tono demasiado formal, totalmente absorto en lo que leía—. Tiene intereses con lo relacionado a la pintura y... parecen gustarle los tipos de armas —titubeó, mandándole una pequeña mirada— o eso es lo que pareció cuando les pedí que describieran alguna cosa que les gustaba y él lo hizo con una Skorpion que, después de una búsqueda en Google, me di cuenta que era un arma.

Con un aire de orgullo, Chanyeol asintió hacia el profesor. Por supuesto, su hijo era un tipo inteligente como él.

Tras pasar unos pocos segundos, Baekhyun parecía querer adjuntar algo más a su plática. Con ojos recelosos, el chico dijo:

—¿Sabe usted que es un pésimo padre? —atacó sin un filtro en sus palabras.

Sorprendido, Chanyeol aguantó las ganas de apretar profundamente esos malditos labios y dejó escapar un bufido.

—¿Cómo sabes eso? ¿Te consta? —rodó los ojos completamente a la defensiva—. ¿Ves que Andy tenga algún problema o algo? Claro que no, él ha sido perfectamente educado.

—Les enseñó a mis niños cómo apuntar directamente a la cabeza —levantándose, Baekhyun se acercó a él en un modo que probablemente no fue consciente. Se había inclinado a través de la mesa y apuntado con el dedo directamente en la frente mientras que una mueca se postraba en sus labios—. Honestamente no suelo decirle a los padres que tan malos son, pero usted necesita saberlo desde ya, urgente —empujó su cabeza, haciendo que Chanyeol se hiciera un poco hacia atrás.

—¿Sabes que estás hablando con un tipo peligroso de la mafia? —preguntó.

Baekhyun, ya de nuevo en su lugar y sin dejar el reproche en sus labios, se acomodó los lentes en su lugar y asintió.

—Y sabes que hace casi un mes te advertí sobre tu comportamiento —añadió—. ¿Sabes lo que les sucede a los tipos que tan siquiera se atreven a invadir mi espacio personal?

—No soy un chico de tu mafia —Baekhyun parecía querer sonar valiente, pero había un persistente titubeo—. Yo no intento, no sé, ¿matarte? Estoy a cargo de la educación de tu hijo y, no importa cuánto intente que Andy se interese por futbolistas o alguna otra cosa para los niños de su edad, él sigue queriendo hablar sobre bazucas y explosivos.

Chanyeol se aflojó la corbata.

—Es un simple interés —se encogió en hombros—. No le hace daño a nadie.

—Pero los demás maestros hacen preguntas —Baekhyun debatió—. Y yo no puedo ir por allí respondiéndolas adecuadamente diciendo algo como 'oh, sí, es común. Su padre es Mr. Park'.

—Sí, no puedes, porque-

—Agujero en mi cabeza, sí, sí —con cansancio, el menor cerró la libreta y suspiró.

En realidad Chanyeol sí comprendía el hecho de estar mintiendo, él lo hacía constantemente, pero mirar a un muy abierto emocionalmente y frustrado profesor le hizo sentir un poco... mal. Pero automáticamente negó. No, él era un chico de la mafia. Insensibilidad era la primera palabra que lo definía. Nada de aminorizarse por niños bonitos.

A unos pocos metros de ellos, pudo ver a su hijo quien se mantenía haciendo algunos trazos en su libreta. Círculos, cuadrados, triángulos. Andy seguía las líneas punteadas con una mirada llena de determinación.

—Otra cosa —la voz de Baekhyun lo atrajo de nuevo—. ¿Podrías dejar de espiarme?

Inclinó la cabeza.

—¿Espiarte?

—Las cámaras —señaló a las supuestas lentes que estaban escondidas por todo el lugar— y los micrófonos. ¿Sabes el concepto de privacidad?

—Son esenciales y no las quitaré —aclaró desde el inicio—. Y no existe la privacidad cuando estás con Andy. Esos muchachos son mis ojos y oídos, sólo así puedo ver que estás haciendo correctamente tu trabajo.

Moviéndose en su lugar, Baekhyun suspiró. Chanyeol pudo ver cómo sus bermudas dejaban al descubierto sus muslos.

—No veo la necesidad de que haya algunas en el baño. Ni en mi closet, ni directo en mi cama. Yo nunca subo con Andy a la segunda planta, solamente en caso de que él quiera tomar una siesta lo que, uh-oh, no ocurre nunca.

Chanyeol podía decir mucho, en realidad él tenía demasiado con qué defenderse.

—Seamos claros, Byun —lo miró fijamente—. Ahora, este lugar, ya no te pertenece. No es más que un recinto en donde mi hijo pasa las tardes, el lugar de exploración y experimentación en donde Andy se desarrolla. Puedo comprar este lugar en un dos por tres y, al fin de cuentas, sería lo mismo. Si no tienes nada que ocultar no veo el problema de las cámaras. Nada ilegal.

—Tú eres el ilegal aquí —la comisura de los labios de Chanyeol se inclinó hacia arriba, le agradaba cuando Baekhyun dejaba las formalidad de un lado y lo tuteaba—. Malditamente deberías ser ilegal, me estás jodiendo.

—Gracias. No pensé que mi atractivo te pusiera tan loco.

Con un rostro levemente rosa, Baekhyun bufó exageradamente.

—¿Cuándo dije algo sobre su físico?

—¿Mi corazón entonces?

—Suficiente. Fuera.

No se movió, por lo menos no tan rápido como Baekhyun lo hubiera querido. Se quedó un momento más sentado, pasando nuevamente la mirada hacia Andy. Lo que pasó después fue un poco ensordecedor, un sentimiento extraño se apoderó de él.

—¡Ouch! —Andy gimió, soltando su lápiz para después pasar a mirar su dedo ensangrentado.

Baekhyun se levantó alarmado, básicamente había dado un brinco acercándose a su hijo y mirándolo dubitativamente. Hubo un silencio, y el corazón de Chanyeol dio un vuelco en el momento que Andy mantuvo un puchero en sus labios mientras que su dedo punzaba. Nadie moviéndose hasta que Baekhyun se inclinó hacia él.

Andy era un niño maduro y fuerte, pero a veces —como debe ser— tenía aún sus arranques de un niño de cuatro años. Cuando su hijo visualizó al primer adulto, sus ojos se llenaron de lágrimas, el pequeño quejido vino después hasta que Baekhyun se acercó a él y lo abrazó.

—Oh, bebé, no pasa nada —el adulto más pequeño murmuró al niño, quien se tallaba los ojos con su mano ilesa—. Ven, vamos, es sólo un pequeño raspón.

Dejándose mimar, Andy intentó contener sus sollozos hasta que Baekhyun lo puso sobre la barra de la cocina sacando una pequeña cajita de primeros auxilios. Chanyeol miró desde la sala, totalmente petrificado y tieso en su lugar. Precisamente no sabe si lo que le asustó fueron los lloriqueos de su hijo u otra cosa. Su corazón se aceleró, mirando el momento en que un fachoso Baekhyun soplaba en la pequeña herida en la mano de Andy mientras le murmuraba cosas divertidas lo que sacaba de su hijo un par de risas aún entre lágrimas.

—El lápiz es un chico malo, ¿no? —Baekhyun dijo mientras colocaba un poco de desinfectante en Andy.

—S-Sí —Andy hizo un puchero, ya no lloraba, pero las lágrimas seguían presentes—. Intentó hacerme daño.

—¡Oh, pero mira, estás bien! —el adulto señaló el dedo colocándole un curita—. Ese malvado lápiz no pudo contigo, Andy. ¡Sólo mírate, tan valiente cuando te puse el desinfectante!

El pequeño niño se miró un poco temeroso, pero parecía un poco pensativo por las palabras de su profesor.

—Él debe estar pensando que te lastimó mucho y que te dolió —continuó de manera misteriosa, mientras pasaba sus manos cuidadosamente por los costados de Andy—. Pero, ¿verdad que no fue así? ¿Dejarás que ese lápiz malo vea que estás triste?

Andy parecía inmerso en las palabras. Sus labios abultándose y su ceño frunciéndose levemente.

—¡No! —dijo fuerte, pero inmediatamente tapó sus labios para que el lápiz no lo escuchara. Baekhyun sonrió ante eso, siguiéndole el juego y poniendo un dedo en sus labios para pedirle silencio.

—Claro que no —Baekhyun susurró—. Es por eso que debes volver con el lápiz y demostrarle que puedes contra él para terminar con tu tarea.

Chanyeol miró cómo su hijo asentía débilmente, pero esto se intensificó con una actitud decidida.

Baekhyun sonrió.

—Entonces, señorito Andy —el profesor elevó la voz, mirando al inanimado objeto como si en realidad fuera una persona—. Aquí no pasó nada, ¿no? Vas a seguir con tu tarea sin ningún problema, ¿verdad?

Con ayuda de Baekhyun, Andy fue puesto nuevamente en el suelo.

—¡Sí! —gritó el niño, trotando hacia la mesa en donde había dejando sus cosas y empezó de nuevo su trabajo.

Cuando Baekhyun volvió a su asiento frente a Chanyeol, éste lo miraba de una manera perdida. Estaba en un estado de total confusión.

—¿Cómo hiciste eso? —le preguntó serio, sin ningún tono divertido.

Baekhyun aminoró su sonrisa, devolviéndole la mirada.

—Soy un profesor de niños pequeños —le dijo como si no lo supiera—. Es normal que ellos se corten por alguna hoja o un fallo con sus puntiagudos lápices.

—No —Chanyeol murmuró de manera ida, mirando de nuevo a su hijo quien estaba más que tranquilo y normal—. No me refiero a eso, yo-él... él no llora, él no llora desde... —se detuvo a sí mismo.

El profesor frunció los labios, un poco confundido por esa reacción.

Pasando nuevamente la mirada hacia Baekhyun, Chanyeol volvió a analizarlo y no le importó nada que el otro supiera eso. Camisa en V, bermudas para nada de su talla y los colores demasiado pintorescos que no combinaban en nada. Cabello despeinado y lentes gruesos. Nada de maquillaje, suave piel tersa y blanca. Baekhyun comenzó a hablar nuevamente, pero no escuchó. Se quedó fijamente observándolo.

—... quiero decir, soy un adulto y a veces me gusta masturbarme en mi casa —es una de las frases que logró escuchar—. También, hey gigante, tengo citas y vienen a mi casa, ya sabes, no precisamente para cocinar o hacernos cucharita en el sofá-

Algo en Chanyeol se movió.

—¿Sales con alguien? —preguntó litigante.

La boca de Baekhyun se cerró e inmediatamente Chanyeol supo que la respuesta era no. No estaba al cien por ciento seguro de que lo que decía el profesor era verdad, de todos modos.

—No creo que eso sea de su incumbencia —Baekhyun soltó finalmente, rodando los ojos—. Soy simplemente el profesor y niñero de su hijo, nada más.

—Totalmente —se burló. Poniéndose de pie, Chanyeol se abotonó el saco alrededor de su cintura—. Bien. No te preocupes, puedes tener tanto sexo como quieras o tocarte, es tu casa de todos modos. Pero las cámaras no se van, así que sé consciente de que, no importa cuando, yo estaré observando.

Ahora la boca de Baekhyun se abrió, humo saliendo de sus orejas y saltando en el sillón comenzando a renegar.

—¡Eso no es tranquilizador para nada! —se quejó, dando brincos como niño pequeño—. ¡Es aún peor! ¡No puedes entrometerte así en mi vida-!

Chanyeol tomó el tobillo de Baekhyun, jalándolo y haciendo que éste cayera sobre el sofá. Miró en un microsegundo hacia Andy quien estaba absorto en su trabajo, asegurándose de ello, volvió a Baekhyun quien parecía haberse atontado por el movimiento. Totalmente para provocarlo, el más alto tomó las piernas del profesor, separándolas y obligándole a rodear sus caderas haciendo que inevitablemente sus entrepiernas chocaran juntas.

Esto le sacó un jadeo de sorpresa al menor, sus manos en modo de defensa y ojos complemente abiertos. Con un rostro inexpresivo, Chanyeol habló:

—Tu vida ha estado en mis manos desde que te elegí —musitó sin despegar los ojos de los contrarios. Dando una prominente embestida sobre él, Baekhyun se sostuvo del sillón completamente abochornado—. Así que, de algún modo, me perteneces.

Baekhyun se quedó sin habla.

—Puedes salir con alguien, pero haré que se aleje de ti. Puedes tener un encuentro casual, pero lo sabré. Y tú también, porque nadie se olvida de mí existencia y, cuando cualquier niño estúpido esté embistiendo en ti —hizo, de hecho, eso de nuevo—. Pensarás que soy yo. Así que, cuando salga de aquí y empieces a masturbarte, no te molestes en querer pensar en alguien más. Esto es una advertencia Baekhyun, una de muchas. No soy alguien con el que puedes llevártela fácilmente, no soy un chico agradable y si quiero tenerte no voy a preguntarte.

Parecía que el otro buscaba alguna manera de zafarse, pero no lo consiguió. Dándose cuenta que su única arma era su boca, Baekhyun lo intentó.

—Esto se supone que se trata sólo de Andy-

No.

Sí. Es lo que debió haber dicho, pero simplemente se atoró en su garganta. Lo que hacía Chanyeol no era nada que no hubiera hecho antes: amenazar y hacer temblar a alguien, desubicarlo y volverlo gelatina bajos sus pies para que terminaran llorando e implorando por su miserable vida. Pero no le gustó mucho esa sensación de su cuerpo. Debería estar apuntándole con su arma en vez de tener sus entrepiernas juntas.

Con una mirada penetrante, liberó fuertemente las piernas de Baekhyun, separándolos y enderezándose en su lugar. Arreglándose la ropa, y sin dejar de mirar a Baekhyun, Chanyeol rodó los ojos.

—Andy —elevó la voz, haciendo que su hijo levantara la cabeza. Cuando supo que tenía su atención, prosiguió—. Recoge tus cosas, es hora de irnos a casa.





-----

Sabía que Kyungsoo lo estaba juzgando con la mirada.

Es decir, nadie puede no sentir esa mirada, incluso si estuviera a muchos metros lo haría. Por eso mismo, cuando terminó de hacer las cuentas de las ganancias del último mes, se desconectó el auricular con el cual se comunicaba con Yifan desde la otra línea. Guardó los datos en su computadora y la cerró.

—¿Kyungsoo? —preguntó, como si realmente necesitara llamarle.

—Estás todo raro —fue lo primero que soltó su asistente con un suspiro. Alejándose de la pared, se acercó sentándose en uno de los sillones—. No pienses que no vi lo de hace un par de días.

—¿Qué viste?

Kyungsoo no cambió su expresión.

—Soy quien revisa que ese profesor haga su trabajo la mayor parte del tiempo, por si no recuerdas —dijo—. Así que sí, vi esa escena tuya con él bajo de ti. Amenazándolo sin necesidad alguna y prometiéndole como adolescente resentido que no ibas a permitir que saliera con nadie.

Chanyeol ni siquiera se inmutó.

—¿Y?

Su asistente hizo un rostro escéptico, como si realmente no se creyera que su jefe no entendiera la situación.

—Que el chico pidió sólo privacidad y, sé que no le vamos a quitar las cámaras, pero no encuentro explicación al por qué tirarlo sobre el sofá y causarle una semi erección.

—Yo siempre causo erecciones —Chanyeol se encogió en hombros.

Chanyeol.

—Bien —resopló—. Ya sabes cómo es nuestro trabajo. Conoces claramente que las amenazas se dan de diferente manera dependiendo del tipo de persona. Ese chico no se aterrorizaba con amenazas de muerte o sobre matar a su familia así que tuve que aplicar ese otro tipo de amenaza. No hay nada más que eso, así que deja de preocuparte.

Con un suspiro, Kyungsoo se apretó el puente de la nariz.

—¿Y qué vas a hacer si ese chico no hace caso? Si él trae a algún chico o sale con alguien, ¿tan siquiera cumplirás la amenaza?

—Baekhyun no es estúpido —Chanyeol se deslizó por el suelo con ayuda de su silla para llegar a el estante en donde tenía una serie de documentos—. Soy un mafioso, me tiene que hacer caso —cuando Kyungsoo no contestó de inmediato, subió la vista—. ¿Qué?

Baekhyun —murmuró suave, como si estuviera intentando leer entre líneas—. ¿Sabes lo que pienso? Creo que estás perdiendo la cabeza por ese chico. Para él tú solamente eres el padre de uno de sus alumnos, tal vez puede calentarse contigo, pero bien que es porque tú lo provocas.

—No sé a qué quieres llegar —con el ceño fruncido pero sin despegar la vista de la carpeta que tenía abierta, Chanyeol siguió—. De todas maneras, deja tus pensamientos y especulaciones para otros. Ahora mismo estamos trabajando y no necesito que me des tus charlas. Yo hago lo que hago por algo, así que no preguntes y concéntrate en hacer lo que te pido.

Estaba completamente a la defensiva, sabía eso pero no es como si pudiera evitarlo. Kyungsoo lo conocía desde hace mucho y seriamente no le gustaba que estuviera inquiriendo cosas que ni al caso. En su mente, Baekhyun claramente es el niñero de su hijo, su maestro, y las amenazas iban en torno a la seguridad de Andy. No podía confiarse del todo con él, en general no podía confiar en nadie y mientras más amenazas dejara él salir de su boca, mejor le va en sus negocios.

Porque Baekhyun era precisamente eso: un negocio.

La mirada de Kyungsoo desapareció en el momento que se escuchó un par de toques en la puerta y un Jongdae con ojeras y un litro completo de café aparecía por la puerta. Tenía en su mano libre una gran carpeta llena de documentos que probablemente Yifan le habrá obligado a ordenar.

Boss —murmuró con voz cansada. Dejó los documentos en el escritorio del alto y después se sentó en una de las sillas—. Estamos en alerta amarilla.

Esas simples palabras bastaron para que Chanyeol le prestara atención. A su lado, Kyungsoo también miró al intruso con el ceño fruncido.

—¿Amarilla? —preguntó el asistente—. ¿Por qué?

—Hace un mes cuando los del equipo azul nos interceptaron en Bucheon mintieron —pasó la mano por su rostro—. Seungri fue un peón utilizado por Jiyong para dar una mirada a nuestro crew, también parece que tomaron nota del armamento que iba dirigido a Rusia por lo que, ayer por la noche, sus cómplices interceptaron el barco y robaron las armas.

Chanyeol se relamió los labios y maldijo. Era verdad, la misión que tenían con los del equipo azul había sido demasiado fácil y sencilla, nada que ver con la experiencia o habilidades de más de cincuenta años de su mafia.

—Jiyong no estaba en el edificio cuando lo hice estallar, tampoco Seunghyun —señaló un par de imágenes dentro de la carpeta en donde se veía claramente a los dos líderes del equipo azul huyendo del lugar antes de la explosión—. Ellos acaban de enviar un comunicado a nuestra base, parece que quieren tomar venganza haciendo que todos nuestros aliados vayan en contra de nosotros y, sinceramente, lo están logrando.

—¿Qué hay del equipo gris o el equipo rosa? —Kyungsoo caminó hacia Jongdae—. ¿Han contactado con ellos?

—Sus líneas no se conectan. Nos han dejado fuera.

Los ojos del jefe se pasearon por sus dos compañeros que lo miraron expectante. Claramente estaban en una alerta amarilla que en poco tiempo se convertiría en naranja y eventualmente en rojo si no hacían algo al respecto.

—¿Qué están haciendo los otros en este momento? —preguntó en un tono neutro, aunque de su cuerpo fluía esa rigidez por la situación.

Jongdae apretó los dientes, sus manos jugueteando.

—Probablemente estén enseñando a los principiantes o haciendo las cuentas de los armamentos para los próximos meses, sé que están aquí —se encogió en hombros—. Vi a Yifan con Jongin hace una hora por el área del sótano en donde están los calibres más altos, Sehun estaba en el comedor en ese momento.

Chanyeol se levantó de su lugar, una mirada bastó para que Kyungsoo se pusiera en camino para encontrarse con sus compañeros. Cuando el más bajo salió del despacho y cerró la puerta con seguro, Jongdae volteó hacia su jefe con las cejas alzadas.

—¿Por qué nos está encerrando?

Caminando hacia su librero, Chanyeol activó un pequeño botón que hizo que éste girara y se encontrara con una pequeña puerta detrás de algunos libros. No era demasiado grande como para que el otro lo viera, pero lo suficiente como para que allí cupieran un par de armas semiautomáticas y silenciadoras. Volteándose —y con la arma en mano— el jefe apuntó hacia Jongdae quien inmediatamente abrió los ojos, se levantó y dio un par de pasos hacia atrás.

—¿Chanyeol?

—Alguien dejó que la información se infiltrara en nuestra guarida —avisó—. Alguien con el total poder de hacer que nuestras defensas de años e impenetrables cayeran dejando así que esos imbéciles azules intentaran asustarnos.

Con una mano frente a él, Jongdae intentó alejarse.

—¿Crees que yo-?

—No —Chanyeol lo interrumpió, dejando que su autoritarismo fluya sobre él. Sólo en esas ocasiones el alto se dejaba ver como un verdadero jefe, esa aura les recordaba a todos el por qué Park Chanyeol era el dueño de la mafia roja—. Pero uno de los líderes lo hizo y, Jongdae, eso te incluye a ti también.

Kim Jongdae.

Wu Yifan.

Oh Sehun.

Kim Jongin.

Do Kyungsoo.

Park Chanyeol.

Chanyeol respiró fuertemente en el momento que esos pensamientos le vinieron a la cabeza. Solamente esas seis personas —incluyéndose— podrían haber dejado el acceso libre, y si se excluía, ya que era consciente de que él mismo no lo había hecho, le quedaban cinco personas con quienes había crecido y creado el equipo rojo.

Uno de esos cinco era un traidor y tenía que deshacerse de él.

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