PARTE 3 – CAPITULO 15
Mi bebe da risotadas cuando hago cosquillas en su pancita, tuve que quitarle toda la ropa pues hasta las medias estaban empapadas. Le hablo mientras la cambio y por la forma en que me mira juraría que entiende todo lo que le digo.
- Le diste un buen baño a papa – ella sonríe picara, mueve sus pies libres del pañal orgullosa de su proeza- Vaya que eres una traviesa- Pincho con mi dedo su naricita- No señorita eso no se hace, ¡mira cómo te volviste!- Le guiño un ojo mientras voy limpiando su cuerpecito con una toalla húmeda- aunque me divertí mucho de ver a tu papa ¿No estaba muy chistoso?- Ella me mira seria – Y ahora entiendo que estos dos siempre van a hacer frente común – A mi si me lo pareció- hago pucheros y nuevamente vuelve a reír, pero esa risa no es para mí, su papa está detrás de mí.
- ¡Esa es mi princesa! Siempre del lado de su papa. – volteo a ver a Christian que se ha quitado la camisa, me pierdo como siempre en su magnífico cuerpo, él lo hace a propósito sabe lo mucho que me gusta verlo así, se mueve despacio pasándose una toalla sobre su abdomen.- ¿Admirando la vista? – Me dice burlón, se ha dado cuenta de mi reacción, ¡Caramba Ana Autocontrol!
- Ya la he visto muchas veces, no es nada nuevo- Vuelvo la vista a mi hija escondiendo mi rubor y la risa que esta estampada en mi cara, hay que sentar un precedente Ana, tienes que mantener un punto, hasta darle una lección a tu esposo.
- Pero esto que has visto tantas veces, te pone un poco nerviosa ¿No?- Camina hacia un costado de la cama, inclinándose sobre mí- Mi respiración se acelera, paso saliva y pido al cielo calma. Levanto la vista y lo miro directamente a los ojos evitando caer en la tentación.
- Tu Sr. Grey eres muy presuntuoso- ¡Ve a cambiarte! tienes varias camisas y pantalones en los cajones- Cambio el tema.
- Pensaba tomar un baño antes. – Alza las cejas pícaro. Pensaba que luego de cambiar a Phoebe podrías ayudarme a limpiarme a mi.- es un cínico, piensa salirse con la suya.
Me levanto de la cama despacio me acerco a él por la espalda, él no se mueve, lo abrazo desde atrás, acariciando con mis manos su abdomen, intento solo rozarlo para que la sensación sea más placentera, él se deja llevar se inclina un poco hacia atrás disfrutando de mi toque. Me pongo en puntillas acercando mi boca a su oreja, puedo sentir como su aliento se esta acelerado.
- Podría. pero resulta que estas castigado. Aún estoy enojada.- Me separo de el un tanto nerviosa no puedo evitar que su cercanía me afecta, lo amo y deseo, esto también es una prueba para mí, pero tiene que comprender que las acciones tienen consecuencias.
- ¡Nena! - Me mira refunfuñando. – Te necesito. Sabes que lo siento.
- No quiero que solo lo sientas, necesito que entiendas en esa cabeza dura que somos un equipo- Me siento de nuevo en la cama y empiezo a cambiar a Phoebe- No puedes tomar decisiones solo y menos cuando se trata de nuestra hija, me molesta saber el peligro serio que estaba corriendo mi bebe y tú me mantenías ajena a todo. Se de tu tendencia a controlarlo todo Amor, pero ya habíamos tenido problemas en el pasado por lo mismo, tienes que cambiar de verdad, no solo prometerme que lo harás.
- Pero... he cambiado - se queda callado, se deja caer sobre la cama derrotado- entiendo tu punto y tienes razón, pero ¿Cuánto crees que va durar tu castigo? – Estira la mano y acaricia la cabecita de su hija.- Eres mi esposa, me haces falta.- Y logra hacerme trastabillar en mi decisión cuando muestra su necesidad de mí.
- No lo sé Christian. cuando crea que has entendido mi punto.
- Lo he entendido.- Me mira alzando una ceja
- Cada acción tiene su reacción Sr. Grey.- Cargo a mi bebe, besando su cabecita.- Ahora a cambiarte, estamos pronto a llegar.
- No te queda mal esto de domesticarme Nena. – Camina hacia nosotras se inclina dándole un besito a su hija, la que sonríe, al sentir las cosquillas de la barba de dos días de su papa. – Eres la única persona en el mundo que podría hacerlo.- Me mira inclinándose para darme un beso ahora a mí, se frena pidiéndome permiso, ambos lo anhelamos, necesitamos tener esa conexión que nos demuestra que nos pertenecemos. Soy yo la que me acerco a su boca y lo hago, es un beso dulce lleno de amor.
Me separo y el me besa de nuevo, esta vez más profundamente, me dejo llevar, esta vez nuestras lenguas se entrelazan ansiosas, gimo bajito sé que pretende, me separo a regañadientes.
- ¡Tramposo!- Alza las manos y sonríe feliz.
- ¡Y tu Preciosa!- Me envía un beso en el aire y luego entra en el baño, dando saltos.
Yo niego con la cabeza.
- Tu papi está loco Amor. – Phoebe me mira y me sonríe mostrándome sus hoyuelos, esos igualitos a los de mi esposo.- Se recuesta en mi pecho buscando alimento. – Vamos princesa te daré de comer.
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Nos bajamos del auto frente a una inmensa casa en mitad de la montaña, es una mansión de lujo, me quedo embobada mirándola, todavía me sorprende la riqueza de mi marido. Ya está oscureciendo y la luz encendida de la propiedad la hace resplandecer. Está haciendo frio y todos ya vamos envueltos en nuestras chaquetas, Christian lleva a Phoebe en su cochecito, la cual duerme profunda después de alimentarse en el avión.
En la entrada de la casa esta una señora de cabello cano de unos 50 y tantos junto a un hombre robusto que me imagino es su marido, ya Mía lo había mencionado en el avión, ellos eran los encargados de una casa que alquilaban los Grey en vacaciones no muy lejos de aquí cuando eran chicos, Mía nos contó muchas anécdotas, inclusive que a pesar de intentarlo por mucho tiempo nunca tuvieron hijos y que gracias a Christian ahora eran los encargados de su casa en Aspen luego de haber sido retirados de su trabajo hace unos años porque ya eran mayores para la tarea. Con solo esos antecedentes ya siento simpatía por ellos, todos los saludan de una forma muy familiar Mía es la primera en lanzarse en los brazos de la mujer, uno por uno pasan delante de la pareja, Grace es tambien muy efusiva en su saludo, Elliot le presenta a Kate a la cual abraza encantada. Christian y yo estamos al final de la fila subiendo el coche de mi hija cuando finamente llegamos frente a ellos.
Christian coloca una mano en su hombro, le da un beso en la mejilla, es el saludo más cariñoso que he visto de Christian a alguien que no sea de su familia.
- Sra. Bentley le presento a mi preciosa esposa Anastasia Grey. El coloca una mano en mi espalda orgulloso de mí, me da un beso en mi cabeza.
- Un placer- estiro mi mano tomando la de la Sra. Bentley.
- El placer es todo mío Sra. bienvenida a su casa, espero todo sea de su agrado- Puedo sentir que está nerviosa ¿Por quién? ¿Por mí?
- Estoy segura que será así.- Le sonrió tratando de tranquilizarla ellos son más formales con nosotros que con el resto de la familia. Me presenta a su esposo que también es muy cordial.
- Y esta es mi princesa Phoebe. Christian coloca el coche frente a ella, que la contempla encantada. Mi hombre sonríe feliz orgulloso de su familia y yo no puedo evitar amarlo más si es posible. Tomo su mano apretándola fuerte.
Nos dirigimos a la entrada y tomándome por sorpresa Christian me toma en brazos.
- ¿Qué haces?- Grito
- Cargándote por el umbral.- Alza las cejas
- Ya lo hiciste una vez.- le contesto divertida
- Es la tradición Nena llevarte en brazos al entrar por primera vez en tu casa. Y esta es una nueva casa. – Alza los hombros.
- ¿Pues cuantas casas tienes?- Sonrío aferrándome a su cuello.
- Unas cuantas más y estoy encantado de llevarte en brazos a cada una de ellas.
Luego de una magnifica cena, tomamos un te mientras seguimos hablando, los Bentley nos acompañaron y participan activamente de la charla, todas cargadas de travesuras de cuando eran chicos, el mas travieso sin duda fue Christian, aunque Elliot no se le queda atras. Phoebe quien descansa en su coche junto a nosotros despierta y no los hace saber con su llanto, Christian va por ella al instante, mi esposo regresa con su hija recostada en su pecho pasándose sus manitas por sus ojos pequeños de tanto dormir, su poco cabello esta alborotado y nos da una vista adorable.
- Buenas noches a todos, una dormilona ha despertado - Christian se sienta con ella en sus brazos, ella recuesta su cabeza en su pecho mirándonos a todos con expectación.
- Hola mi niña hermosa. Ven con tu abuela- Grace se levanta ofreciéndole sus manos para tomarla pero mi hija mueve su cabeza de un lado a otro negándose, se acurruca en los brazos de su papa, haciéndonos reír a todos. Christian se derrite con su gesto y la abraza más fuerte.
- Lo siento mama, no es nada personal, no puedo evitar el efecto que tengo sobre las mujeres. – Me mira y me guiña el ojo recordándome lo ocurrido en el avión.
- ¡Eres un presumido Christian! – Grita Mía indignada. Yo rio al ver la escena
- ¡Christian modesto Grey! te deberías llamar así hermano- Elliot ríe – En el avión estabas que te orinabas del susto porque tu mujer estaba enojada. ¿Ya lo perdonaste cuñadita? ¡Se te ve de mejor semblante hermano!
- ¡No me jodas Lelliot!- Le responde Christian falsamente enojado-Todos reímos inclusive Phoebe que lo hace tímidamente al ver a todos hacerlo. Christian se inclina sobre su hija besándola.
- Nena- me voltea a mirar- Por aquí hay algo que no huele muy bien. – Coloca sus dedos en su nariz haciéndole caras a su bebe. La sonrisa de mi hija se amplia e intenta quitar sus dedos de la nariz. – Creo que Phoebe tiene un regalito.
- Otro de los efectos que causas en las mujeres – De nuevo Elliot grita. No paramos de reír con su apunte. Mi indignado marido se levanta con su hija en brazos.
- ¡Me la pagas Hermano!- Lo amenaza señalándolo con el dedo, tampoco puede evitar reírse - Yo voy a cambiar a mi hija en vez de escuchar más tonterías.
Luego de una magnifica velada por fin entramos a la habitación principal de la casa. Es inmensa, la decoración es exquisita, los colores terracota la definen, junto a nuestra inmensa cama está dispuesta una cuna para mi hija y frente a ella una chimenea encendida que proporciona la calefacción ideal a la instancia. A un costado varios sofás blancos y sillas en una sala frente a un inmenso ventanal con vistas a la ciudad.
Phoebe está sobre la cama despierta después de todo lo que durmió en la tarde me temo que aún no está lista para dormir, Christian salió de la habitación hace un rato me dijo que necesitaba hacer algunas llamadas que no tardaría. Luego de organizarlo todo me acuesto junto a mi bebe, le doy pecho y ella poco a poco va cerrando sus ojitos hasta que finalmente se entrega a los brazos de Morfeo.
Cuando Christian entra a la habitación estoy a punto de hacerlo yo también, pero no me quería perder su cara con la sorpresa que le tengo, él se fija en el sofá y voltea a verme descontrolado.
- ¿Esto qué es?
- Tu cama de esta noche. Y no hables tan duro que se acabó de dormir.
- ¿No vamos a dormir juntos?- coloca sus manos en la cintura.
- Acción y consecuencia Christian. Ahora deja de refunfuñar ya te lo había advertido.
- Pero.... ¡Nena! – Este castigo es demasiado.
- Así aprenderás a no mentirme o esconderme cosas. – el camina de un lado a otro pasando sus manos por su cabello. – Sera solo una noche, ya mañana podemos hacer las paces.
- ¿Y el castigo acaba?- Me mira esperanzado
- Si- Y e contesto de la misma manera.
- De acuerdo- resopla. ¿Te das cuenta que es la primera noche desde que volvimos en que no dormimos juntos?- Levanta con desgana las cobijas y se mete bajo de ellas.
- Si ¡Y por favor haz que sea la única!- No mas tonterías Grey.
- Te amo Nena.
- Yo más esposo. – Abrazo a mi hija
- Pero que sepas que es un castigo cruel.- rio por su comentario es como un niño.
- Tu culpa- Cierro los ojos.
- Lo se.- refunfuña mientras lo escucho tratando de acomodarse- son solo unas horas- Maldita sea- Idiota. Me hace reir hasta que finamente le cansancio del dia me vence.
Duermo plácidamente hasta que mi hija me despierta a la madrugada, coloco mi pecho en su boca y de inmediato calla, luego de quedar satisfecha vuelve a dormir. Me levanto de la cama con cuidado de despertarla me dirijo al baño y al salir observo como todas las cobijas de Christian están en el piso, el esta boca arriba con sus labios separados, todo su cuerpo esta al descubierto y mis ojos ansiosos se embeben de él, lo deseo, extraño sentir su fuerza sobre de mí, cuando me toma reclamándome, todo mi cuerpo vibra con solo el recuerdo. ¡Al diablo, es mi esposo y lo necesito!
Me quito mi pijama y mi ropa interior, muy despacio me recuesto a su lado acaricio su pecho y empiezo a besarlo con adoración, el da un respingo al sentirme, yo continuo con mi caricia asciendo por su cuello, el envuelve sus manos en mi cuerpo acariciándome.
- ¿Ya se acabó el castigo?- Susurra ronco sumergido en mi caricia.
- Hazme el amor- Mi voz tiembla de deseo. Me acerco a su boca y nos besamos cuando su lengua se mueve junto a la mía, me entrego encantando, el me sujeta el rostro tomando el control, nos besamos por mucho tiempo, sus manos carician mi espalda y mi trasero, yo muy excitada me resbalo sobre su cuerpo. Me pongo a horcadas sobre él, lo ayudo a quitarse el pantalón de chándal y me alegro al comprobar que no lleva nada más debajo.
Nuestros sexos se acarician provocándonos gemidos de satisfacción, hasta que finalmente entra en mí, reclamándome y yo encantada me entrego.
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Hola para todos. Nos estamos acercando al final. Chicas por ahora puedo comprometerme a un capitulo semanal, espero me comprendan. Un Abrazo
Maymaquina
No se por q no pública la actualización