Al llegar con su hermana, se desahogó llorando en sus brazos, al ser su amiga y también confidente no podía ocultarle absolutamente nada, esta vez Mayte no opinó nada, pues Isabel seguía de necia negándose al amor de José Manuel.
5:00 am
José Manuel, pobre hombre que se encontraba a esa hora, sin poder dormir, mirando al techo, se hacia preguntas y recordaba cada detalle del suceso de horas antes, en las penumbras imaginaba a Isabel ir hacia él, por lo que sonreía, aunque solamente era una ilusión al luchar contra el sueño que ahora si llegaba a cuerpo.
Mientras tanto en otra casa, otra cama, una mujer, pelinegra y hermosa, despertando por la inquietud, termina pensando en el inesperado momento que había vivido. Sus pensamientos la llevan al recuerdo de horas antes y le parece sentir aún sobre de sí los movimientos del hombre con el que tuvo un intenso encuentro.
Con la luz apagada, sonríe, cierra los ojos y, casi involuntariamente, su mano desciende hasta la entrepierna. Segundos después empieza a jadear suavemente y sus caderas comienzan a moverse. Se pregunta si volverá a estar con él otra vez, pero este pensamiento dura apenas un segundo, luego el deseo se apodera de ella y ya no piensa en él después. Solo están ella, su pasión y el hombre que la recorre en su fantasía, su hombre, imaginando que la asaltaba de sorpresa mientras estaba ahí.
Estaba sola en una recamafa, por ello no se preocupa, apenas y deja salir sonidos de su boca, sonidos fugaces, sin tanto poder como para que alguien la escuchara, a menos que estuviera demasiado cerca. A los minutos de haber comenzado las caricias lentas, las intensificó y así poco después su vista se nubló, levantando su pelvis y erizandoae su piel, había logrado un orgasmo pensando en él; enseguida se relajó, sacó su mano, con los ojos cerrados sonriendo, el sueño por fin la venció de nuevo, la había ayudado también el placer sentido, aunque nada comparado al que le proporcionaba su esposo.
Día siguiente, 19 de Mayo, sábado.
Isabel, desayunó con Mayte, estaba hundida en su trsiteza, su hermana trataba de darle ánimos pero era imposible.
Después del medio día, tomo sus cosas, entre ellas a Luna por supuesto, se fue de casa de su hermana, ya que se despidió. Al cabo de un rato se encontraba entrando al panteón, el mismo donde estaba sepultado su padre, llevaba a su perrita en un brazo y un ramo de flores blancas en el otro, portando sus lentes negros.
Poco a poco se fue acercando a la lapida correspondiente, acomodando las flores ahí y sentándose en un borde, estaba en silencio, dejando derramar lágrimas, las cuales solo se veían en su mejilla, por las gafas.
Sollozando -ya no aguanto más papá, cuanta falta me haces, si tan solo estuvieras aquí, junto a mi, tu seguramente me ayudarías en esto, no see que hacer, por un lado muero con vivir el resto de mis días con el hombre que amo, sin embargo nada esta claro, no es del tipo que juega con las mujeres pero... Esas fotos papá, lo debían todo- se larga a llorar más, por un par de minutos hasta que toma aire y vuelve a hablar -Dame una señal pa' solo una y yo sabre que hacer, por lo menos escucharlo...- fue calmando su llanto hasta haber parado, sacó un pañuelo de su bolso que traía colgado del hombro, al dejar de usarlo, por algún motivo se centró en mirar la tela, tenia grabadas unas letras, fue ahí cuando se estremeció, y se dijo que hace mucho no usaba ese bolso, no recordaba porque estaba ahí, lo tomó como la señal que le pidió a su padre, sonrió un poco, apretó el pañuelo, lo volvió a leer mirando en el "JMAD", suspiró, se levanto y con más ánimos habló -gracias papá, donde sea que estés...- miroe al cielo -gracias, te amo- se persignó frente a la tumba, giró y caminó a la salida, sin saber que era seguida por alguien.
Conducio hasta su casa, al llegar se bajó, se sintió observada pero no le importó demasiado puesto que muchas veces le pasaba, por ser famosa. Subió a su departamento, una vez ahí, bajó a su cachorra, ella se quitó los zapatos, descalza caminó a la habitación, estando ahí, puso tanto la bolsa como el calzado en su lugar, se desnudó y se metió al baño, ahí abrió el agua d el a tina, una vez llena, le agregó sales y lociones y se metió en ella, no sin antes poner musica apta para el momento, estaba de lo más tranquila, relajada, sonriendo mientras por su mente pasaban los recuerdos más gratos al lado de José Manuel.
Alguien pensaba en ella y no de la mejor manera a ser verdad, estaba muy feliz con el resultado que había dado su plan, veía a José, fijamente, con esa cara de no haber logrado nada la noche anterior, si las cosas seguían así, pronto seria completamente suyo, se dijo.
Volviendo al ph de Isabel, ya habían pasado unas horas, ella estaba en la cama, disfrutando de una buena película de comedia, veía a cada rato el teléfono, estaba tentada a llamarlo, vio la hora pero se dijo que no, aun no.
Siguieron pasando las horas, ya eran las 6:35 pm. La película estaba terminando, de nuevo miró el teléfono, sin pensarlo dos veces lo tomó y marcó.
Después de unos toques contestaron, pero no era él.
Bueno- dijeron al otro lado de la línea, una voz de mujer
Misma mujer que ella conocía y detestaba -Bueno- "¿que hace en MI casa?" pensó furica -me pasas a José Manuel, por favor- en un tono nada amable.
Sonrió cínica al otro lado -Lo siento, el esta ocupado, dandose un baño, apenas salga le digo que e llame, si es que puede, yo necesito algo- dijo como si hubiera triunfado.
-Un cerebro- murmuró
-¿quien es Lety?- se escuchó a lo lejos la voz de él.
Isabel sonrió -¿no que estaba ocupado?-
-Estaba, ya salió- dice al teléfono y mira a José Manuel -cariño, te llaman a ti- este se acerca rápido -no tardes mucho, te estaré esperando allá- le dio el teléfono.
Ella apretó la sabana fuerte, muriéndose de muina.
Él no dijo nada al respecto y contestó -¿Bueno? ¿quien llama?
Todo dentro de ella se removió, trago en seco y habló -Hola José, soy yo... - fue interrumpida.
Enseguida conoció su voz, a la perfección, su rostro se iluminó -Isabel, sé que eres tu- suspira, no queriendo ilusionarse -¿que sucede?
-Bueno pues... Yo se que anoche te dije que no quería hablar contigo pero la verdad es que si, ¿estas ocupado?- ansiosa.
Miró hacia donde estaba Leticia, muy pendiente a la conversación, había prometido llevarla un sitio, pero no, era más importante Isabel -No, no estoy ocupado- sonriendo -paso por ti a las 9 para ir a cenar ¿si?- sintió la mirada de Lety sobre él.
Esta quería romper todo a su alrededor, iba a explotar, pero no lo haría frente a él, sino que salió de ahí, tomó un taxi y se fue a su hotel.
Más que emocionada -Si, si- de nuevo se sentía como una adolescente -te espero aquí, nos vemos- cortó antes de soltar un sonoro grito -estas loca Isabel Lascurain, muy loca.
-Hasta pronto- dijo él, cortó y expresó su alegría con un "Yes" estaba seguro que esta vez las cosas si cambiarían. Miró a su alrededor y no vio a Leticia ni por todo eso, la verdad no le importaba mucho así que subió a la habitación a preparar todo para la cita de esa noche, así llamándola él.
Al cabo de una horas, un par, él estaba listo, solo se perfumó, se dio el visto bueno frente al espejo y salió de la recamara, bajó, tomó las llaves del augo , salió de la casa, subió al vehículo y arrancó, tomando camino, muy entusiasmado.
Por otro lado, Isabel llevaba unos 10 cambios de ropa, no sabia que ponerse, estaba indecisa, ya se había peinado y maquillado pero aún en topa inteior, frustrada se tiró a la cama, boca arriba, mirando al techo, de esta manera quedándose ida por un largo rato, fue sacada de ese transe por el ruido de la puerta. Había llegado y ella aun sin vestir, se paró enseguida, se puso una bata y salió a abrir -¡Ya voooooooy!- gritó mientras iba a la puerta, una vez abierto lo miró, se veía tan guapo que de solo mirarlo pudo haberse mojado las bravas, pero no, resistió -Hola- algo apenada lo saluda con un beso en la mejilla, que el desvía y termina en sus labios, sonrojada lo miraba -pasa, ya en un momento estoy lista solo me falta...- fue interrumpida.
-Si, nada más la ropa- entrando y yendo a la sala, donde se sienta por invitación de ella -descuida, sé como eres y no me molesta, te espero- le guiña el ojo.
Asiente, nerviosa por como la miraba va a la habitación, no cierra la puerta bien, solo la deja emparejada, él se queda sonriendo y ella va al closet, saca ropa, va viéndola pero solo la deja en la cama, pasan unos 5 minutos José Manuel se levanta, no quería estar sentado, mira un cuadro que estaba junto a la puerta de la recámara, ve que la puerta estaba entre abierta y poco a poco se va acercando hasta poder ver a su esposa, a través de un espejo que estaba enfrente, justo en ese momento quedar en una lencería muy sensual, sacando un vestido negro del closet, viendo su trasero concentradamente, estaba poniéndose duro de cierta parte de su anatomía, vio sus sobresalientes senos del sostén, se mordió un poco el labio, llevó la mano a su masculinidad y la apretó. Justo en ese momento el ladrido de luna que estaba sobre la cama lo hizo correr asustado al sofá de nuevo, asentándose, río un poco y disimulo.
Isabel se asomó apenasa cabeza por la puerta -¿todo bien?- ya tenia todo el vestido puesto, así que abre.
-Si, si, todo... Bien- traga grueso.
-Luna te ha de haber desconocido- se acerca -¿me ayudas?- se gira dejándole ver su espalda desnuda, con el cierre abajo.
-Debe ser... - ve sus espalda -ehh.. Si... Si...- se pone de pie, lleva las manos al cierre y lentamente va subiendo este, no lo resiste una vez que termina y así baja su boc, besando su cuello y aspirando su aroma -hueles delicioso.
Esta ves ella no se molesto en "regañarlo", lo disfrutó cerrando los ojos y sonriendo al escucharlo -Gracias- se gira mirándolo a los ojos -voy por la bolsa y los zapatos y ya estoy- el asiente y ella se va.
José se tira en el sofá, suspirando, todo enamorado.
Quince minutos después subían al auto, ella ayudada por él, para enseguida cerrar e ir a su lugar, iban a un lugar cercando pero igual estaba solo y obscuro por ahí, al llegar al restaurante la ayudó a bajar, dejó su camioneta con el servicio de parking y entraron, tomados de la mano como un acto inconsciente. La gente los miraba, reconociéndola y también claro pues ya se estaba corriendo la voz de un posible distanciamiento y divorcio, de lo segundo nada seguro, igual las intrigas estaban a la orden del día. Pidieron una mesa alejada de las demás, más íntimo y así se los cumplieron. Tomaron asiento, pidieron la comida y mientras esperaban ya bebían vino y conversaban, por ahora de la familia, Elisa y demás.
Se pasaba rápido el tiempo, para ahora ya terminaban de cenar, ya sólo bebían vino y comían el postre, habían hablado de otras cosas pero ella toma la inicativa para el objetivo de ese encuentro...
-José, quiero hablar de lo importante de esta cena- seria mirándolo.
Deja su copa en la mesa -te escucho.
Toma aire -ayer, en la fiesta, antes de que sucediera... Bueno- baja la cabeza- ya sabes- lo mira de nuevo -te dije que te había visto con ella, besándose.
-Si, lo recuerdo, pero no entiendo, te prometo mi amor que no he hecho tal cosa- le toma las manos. -tu eres la única mujer en mi vida en este momento.
-¡Pero ella te busca, pasas tiempo a su lado, no te suelta!- celosa.
Sonríe, dándose cuenta de ello -estas celosa- mirándola fijamente -me enacanta.
Se enoja más y se levanta -¿sabes qué? No estoy para tus bromitas- hace a irse.
Se levanta enseguida -no, no, no... La detiene y la hace sentarse donde antes -ya, te prometo que no hago nada más- suplicándole con la mirada.
Sintiéndose vulnerable, las ganas de llorar estaban presentes, se queda sentada -no mientras José, los vi, me llegó esto- quita las manos de las de él, toma su bolso, saca las foros y las pone sobre la mesa -ahí deja muy en claro que buenos amigos son...
José mira las fotos, la mira a ella, no entiende nada -esto no puede ser posible, si fuimos a cenar pero eso nunca pasó- se sieben muy observados.
Mira por la ventana y enseguida regresa la mirada a él -vámonos, vámonos rápido- el le hace caso al ver su expresión, levantan sus cosas, a la salida pagan, salen casi corriendo al auto, subiendo y arrancando, se había dado cuenta del porque, unos paparazzis los perseguían, iban hacia casa de ella, pero manejaba por lugares rebuscados, perdiéndose de los fotógrafos, hasta que llegaron al estacionamiento del edificio, ahí se aparca, apaga el auto, se quita el cinturón y la mira.
-Sigamos- suspira -te prometo Isabel que no la he besado, nunca lo haría, ma veo como a una hermana-
Miraba al frente -pero ella a ti no, le gustas, te trae ganas y eres el único que no lo quiere aceptar- lo mira fijamente -el único.
-Y si es así, a mi no me importa- se acerca más a ella -la única mujer que me importa, que amo y deseo en este planeta, eres tu.
Isabel no contesta nada, estaba perdida en la mirada de él, mientras se acercaban atraídos por ese amor que había entre ellos, sus ojos se iban cerrándose y sentían sus respiraciones rozar sus pieles...
Lamento la tardanza de verdad, si me da tiempo, hoy mismo hay otro, espero hayan disfrutado este y no olviden dar sus opiniones, no se desesperen por la reconciliación.
¡Hay muchas sorpresas ya! 💕