Capítulo 20.- Del otro lado del mundo.

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Sintió faltarle el aire, en su rostro se dejaba ver la sorpresa y en sus ojos la incredulidad.

Abrazándola -hermana, di algo- dijo Mayte

-No lo puedo creer- murmuró ella

-pues hazlo hermana, ¡vas a ser mamá! ¡Y yo tía!- muy emocionada, sonriendo mira al doctor -¿cuando se puede ir?

Había estado mirando mucho a May -pues- toma aire -ya que no es nada de gravedad, solamente esperar a que termine el suero- lo checa -aproximadamente una hora u hora y media.

-Bueno, me parece bien... Pero ¿podemos ir firmando el alta?- mirándolo a los ojos.

-Si, si, por supuesto- nervioso ante su fuerte mirar -¿usted firmará... Señora?

Sonríe ¿conqueteandole? -señorita- se acomoda un mechón de cabello detrás d el a oreja -y si, yo lo haré, soy su hermana... ¿no puedo?- arquea una ceja.

-No, si, si, claro que puede, voy a preparar el documento y en un momento vuelvo- le sonríe a Mayte -no se vayan...

-creame que no lo haremos- lo mira irse y cuando voltea se encuentra con Isabel, atónita -¿que?

-¿estabas ligando Maria Teresa?- ya más tranquila pero aún sin creerlo del todo

-¿que? Esta guapo- sonríe e Isabel niega sonriendo también -bueno ya, aquí y ahora la que importas más eres tu... ¿le dirás a todos ya?- emocionada.

-no, quiero primero decírselo a José, pero... No se como, el esta muy lejos y si...- sus ojos de nuevo se cargan de lágrimas -si es otra mala pasada de la vida, no, no lo soportaría.

Abrazándola de nuevo -no digas eso hermana, ya te hicieron análisis, ya te checo el médico guapo ¿que más seguridad quieres?- mirándola

De pronto recueda la voz que había estado escuchando, lo diferente que sentía su cuerpo, era todo extraño, hasta ahora.

Sigue hablando su hermana -hasta yo lo sospechaba, los ojos te brillaban más que nunca hermana, estas embarazada, ¿ves como Dios pone cada cosa en su lugar cuando debe ser? No cuando tu quieres- le acaricia el cabello -y ya quita esa cara, debes ponerte bien para que así tu bebé también este bien- lleva la mano a la de Isabel, la cual estaba sobre su vientre.

-Lo sé hermana, lo se, pero...- suspira -no se como sentirme Mayte- ahora preocupándose por otra cosa...

-¿que cosa?- frunciendo el ceño

-¿y si José no vuelve?

-¿que piensas decirle hasta que vuelva?- casi grita.

-no... Bueno no sé, por teléfono no

-obvio no, pero pues no sé, puedes ir a buscarlo, hermana, no esperes tanto tiempo, deben vivir esto JUNTOS.

Isabel, quedándose pensativa ni notó que el doctor entró, Mayte firmó el alta, coquetearon más, hasta le dio su número de teléfono, quedando en que luego saldrían a cenar.

No tardaron en quedarse solas nada pues llegaron Fernanda y Alejandra, preocupadas pero encontrándose con unas hermana Lascurain muy relajadas.

-O sea, nosotras a punto de un infarto de no saber nada de ti y ustedes con una alegría que no bueno- haciéndose la enojada.

-no negra, ven a acá- extiende su mano -vengan a acá.

Ambas se acercan.

-¿y que te dijeron que tienes?- pregunta Ale.

-Nada grave mujeres, despreocupense por mi y vayan a sus casa a descansar, yo estoy bien- mira a su hermana -¿no es así Mayte?

Esta asiente sonriendo

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