Capítulo 24- ¡SORPRESA!

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Esa noche, al regresar al hotel, celebraron el próximo "nuevo" enlace matrimonial a la antigua.

Al día siguiente 25 de Junio, Lunes.
Eran las 6:56 am en el viejo continente, Isabel dormía y José Manuel salia del baño, recién duchado, con un albornoz puesto, estaba por sacar la ropa del closet para colocársela, tenia trabajo. Sin embargo algo llamó su atención y ese algo o más bien alguien era su esposa, durmiendo boca arriba.

|narra José Manuel|

Me acerqué hasta mi esposa, lentamente me recosté a su lado, hoy se notaba un poco más la protuberancia en su vientre, tal vez era muy poco pero ya me llenaba de emoción y orgullo, seguramente a ella le pasaría igual cuando la viera.
Mis ojos estaban húmedos, lo sentía. Algo me motivó a estirar mi mano y posarla en donde estaba posada mi vista; Isabel en medio de su profundo sueño soltó un suspiro, sonreí mirándola de reojo pero enseguida volví a centrar mi atención en el vientre de mi esposa. Suspire y de la nada o más bien, desde el fondo de mi corazón, comencé a hablarle.

"No sé si me escuches mi pequeño, pero soy yo, papá y más vale que te acostumbres a mi voz, porque la oirás por mucho, mucho tiempo.
No te esperaba... O bueno si pero fue una gran sorpresa, ni siquiera lo imaginaba"

Rio un poco

"Ahora que sé que convenciste a mamá de venir, te estoy plenamente agradecido, porque Isabel es muy orgullosa y rezongona; dudo que hubiera cedido por si sola pequeño"

No paraba de mover mi mano, haciendo caricias suaves.

"Tienes una hermana ¿ya te dijo mamá? No es hija de ella pero se quieren como si lo fueran, te querrá mucho, varias veces preguntó si ya venias en camino y aunque aún no apreces en muestras vidas, del todo, tanto ella, como mamá y yo, ya te amamos. Eres una gran bendición, justo lo que necesitábamos mami y yo para saber que si era nuestro tiempo, con la persona correcta, te amo hijo, te amo"

|fin de la narración|

Colocó su cabeza, sin apoyarla del todo en el vientre, seguía hablando, pero más que nada contándole cosas sobre su mamá, todo lo que la enamoraba.

Isabel, entre sueños escuchaba el murmuro, por lo que se remueve, despertando lentamente. José ni se inmutó, le hablaba a su bebé con tanto amor, estaba en su mundo.

La mujer que despertaba tardó un poco en acostumbrarse a la luz que llegaba directo a sus ojos verdes, pero, cuando escuchó y sintió a su esposo, enseguida levantó la cabeza, encontrándose con la más bella imagen de su vida, hasta el momento.
Estiró la mamo, acariciando el cabello de José, quien enseguida la miró, sonriendo.

Lamento despertarte... -sube hasta besar sus labios.

Muy sonriente- descuida, fue la mejor manera de despertar... ¿Platicabas con él?

Si, bueno, yo le platicaba, a mi no ha hablado...

Ya lo hará, por lo pronto yo creo que ya te conoce, digo, aún no patea pero lo que el siente yo siento. -mirándolo enamorada, tal y como estaba por su esposo.

Sonríe abiertamente- te amo, no me preguntes de razones pero te amo como jamás amé a nadie.

Ven a aquí... -le toma el rostro y le planta un besote.

Pasaban los minutos y ellos apenas y se separaban para tomar aire, sonreírse o simplemente mirarse, sino fuera porque el trabajo era lo que los mantenía ahí, cualquiera diría que estaban de luna de miel.

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