Capítulo 6- Conquistando a mi esposa.

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-Es que no me gusta que estés sola y ya que no quieres que yo te acompañe pues ella lo hará- dijo José Manuel.

-Gracias- ella emocionada la tomó en brazos, él cuanto amaba esos seres.

-Ahora debes ponerle un nombre- sonreía mirando la alegría emanar de ella.

-Ya lo pensaré- mirándolo -pasa-

Lo hizo, estaba ella en un modo más neutral, cerró la puerta él mismo y fueron a la sala -No me gustó lo que pasó el otro día en este edificio- refiriéndose al robo -y yo se que es pequeña pero al menos no estarás sola.

Acariciaba a su nueva cachorra, tan pequeña y hermosa, estaba encantada -Muchas gracias- lo mira de nuevo, de una manera especial, se sonríen mutuamente.

-te invito a comer ¿quieres?- preguntó él.

-Por supuesto solo que debo cambiarme y arreglarme, en veint...- fue interrumpida.

-Claro, veinte minutos- sabia que era más pero estaba dispuesto a esperar lo que sea con tal de estar con ella -Anda yo cuido mientras a la sin nombre.

Le da a la perrita -Va, iré pensando en un nombre lindo, como ella- "y tu" pensó; se levantó y fue a la habitación.

La vio irse, no perdió vista de ningún movimiento de su cuerpo, la extrañaba tanto, su cercanía, sus besos, acariciarla, toda ella, si creía que no la amaba estaba muy equivocada y se lo demostraría a toda costa.
Esperó más de veinte minutos, muchos más; pero valieron la pena porque cuando estuvo lista y salió, quedó deslumbrado, estaba hermosa, sencillamente hermosa.

-Wow- murmuró levantándose con la cachorra en brazos.

Se sonrojó -estoy lista- dijo ella.

-Te vez espectacular- mirándola de arriba a abajo.

-Gracias- se sentía nerviosa, como una adolescente en su primera cita, como la primera vez que salió con él -¿nos vamos?

-Si, si...- saliendo de sus pensamientos, nada inocentes, de ellos dos -¿la quieres llevar?- refiriéndose al ser peludo.

-¿podemos?- preguntó Isabel sorprendida.

-claro, ya veremos a donde iremos- sonriente.

-perfecto- sonriendo también.

En fin, salieron del departamento, bajaron, fueron al auto de el, la ayudó a subir y le dio a su nueva mascota, cerró la puerta, el fue a su lugar, se subió, se acomodó y arrancó.
Después de manejar como por quince minutos llegaron a un bonito lugar, ubicado en una zona alta de la ciudad, se bajó al estar estacionado, fue al lado de ella y enseguidae abrió la puerta, siendo todo un caballero la ayudó a bajar y de nuevo se lo demostró al sentarse, pues le separó la silla. Ya estaban ambos, tomando algo mientras esperaban sus comidas.

-¿como te sientes?- cuestionó el español.

-Mejor que antes, supongo que es un avance- tenia a la perrita en sus piernas dormida y hecha bolita.

-Por supuesto que lo es, sobre todo si te ves muy bien como hoy- hablando lo que pensaba en ese momento.

-oh...- sonrió algo tímida -muchas gracias- de nuevo sentía ese cosquilleo en su estómago -¿todo bien con Elisa?- el asiente pues estaba dándole un sorbo a su bebida -¿como va en la escuela?- ahora bebe ella.

-Muy bien, es una niña muy inteligente, y por cierto... Ella la escogió- dijo señalando al can.

-¿de verdad? Ay pues tengo que agradecerle, espero volver a verla- por las condiciones en que estaba su matrimonio.

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