Capítulo 28- Falsa alarma

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José Manuel se vio cubierto de sangre en la parte baja de su torso, su mano sobre la de Leticia, ella fue la herida, no había nada que hacer, él disparo había sido inminente, enseguida murió, en sus brazos, frente a Isabel y a la vista de la policía y Mayte, ya nada podían hacer.

Tal como Leticia murió, murió en ellos él miedo a morir, a no poder ver a su hijo crecer o siquiera nacer, miedo a estar separados, uno lejos del otro, miedo a no poder seguirse amando para él resto de sus vidas como se lo prometieron frente a Cristo y que hasta ahora habían cumplido muy bien.

Isabel por su estado le dieron un calmante que la durmió para no disparar su presión y empeorar toda su situación de salud, Mayte estaba con Fernanda y Hector en la habitación de su hermana, en silencio, mientras que José Manuel declaraba detalle por detalle de los hechos, librándose de cargos por él hecho de ser en defensa propia, ya que Mayte ya habia dicho lo que ella vio y que la llevó a buscar ayuda.

Volvió con ella, ya bañado y cambiado, pues la otra ropa tenia sangre. Todos los demás fueron a descansar, esa noche fue tranquila, no les importaron las reglas, José Manuel se acomodó a su lado en la cama de hospital, era pequeña e incomoda pero eso no fue suficiente para los enamorados con tal de dormir abrazados.

Al día siguiente Isabel fue dada de alta, José la trataba con sumo cuidado, como su tesoro más preciado que era para él. Fueron a casa, su casa, allí estaban sus hermanas, hermanos y madre, dándole. una cálida bienvenida a su hogar.

DÍAS DESPUÉS

Él vientre de Isabel había brotado del todo, lucia una hermosa panza que la hacia ver mucho más linda de lo normal, resplandeciente.

En verdad, creí que te perdía mi amor -expresó Isabel.

Pero no me perdiste -recordando el acontecimiento en la clínica- ni me perderas jamás -le abre la puerta del auto y la ayuda a subir.

Ella sube y antes de cerrar lo atrae y besa suavemente los labios- te amo José Manuel Alvarez

Y yo te amo a ti Maria Isabel Lascurain -posó de nuevo su boca en la de ella, besándola, después de unos segundos se separa suavemente- yo también temí perderte... Todo lo que pasó fue mi culpa, sino hubiera querido darte celos desde un principio nada de esto hubiese pasado.

¿todo esto fue por darme celos? -boquiabierta

Debía hacerte reaccionar de alguna manera lo todo lo que estaba a punto de perder amor -señalándose- me ibas a desaprovechar.

Le fue imposible no sonreír a Isabel- Eres increíble -niega un poco- y ya vamos, Lisa debe estar impaciente.

Tienes razón, la princesa es desesperada -le dio otro beso pequeño, cerró la puerta del auto y fue al lado del conductor, subiendo, se acomodó en él lugar para enseguida tomar camino.

Después de un rato llegaron por la pequeña, Isabel no bajó, solo lo hizo José Manuel, cargando y abrazando a su pequeña apenas la vio, Nora saludó a Isa desde la puerta, ella le devolvió él saludo, su esposo subió en la parte trasera a la pequeña.

¡ISAAAAAAA! -dijo Lisa con suma emoción

Hola mi amor -se gira un poco, lo suficiente para abrazarla y besarla- pero mira nada más, esta enorme y hermosa princesa

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