Después de salir corriendo del recinto y luego de que Kamille arrancara el auto, me llevó a un edificio. A un motel para ser específicos, cosa que no entendía. Según ella haríamos algo que me ayudaría a sentirme mejor, entonces ¿qué hacíamos en un motel? Realmente no entendía el sentido de su plan. Y cuando traté de preguntarle la razón de esto simplemente se dedicó a darme una sonrisa malévola.
Y eso no fue todo. Para agregar a la lista de cosas que no entendía, Kamille hizo una llamada. ¿A quién? ¿Por qué? Eso es lo que quería saber. Por lo que logré escuchar de la conversación, la chica me iba a llevar a otro lado y con un hombre. Eso me puso muy nerviosa. ¿Podía confiar realmente en Kamille? No lo sé.
- ¿Me puedes decir a donde me llevas? -pregunté mirando su perfil.
-No. -respondió. -Es una sorpresa.
- ¿Una que me hará sentí mejor? -pregunté con ironía. -Empiezo a cuestionarme sobre tu significado de "mejor".
-Tranquila, Cassandra. -dijo riendo.
-Esto no es gracioso, Kamille. Puede que me estés secuestrando y yo con toda la inocencia del mundo te estoy siguiendo. Y no me gusta sentirme así.
-No te voy a secuestrar. Creí que había quedado claro que estamos del mismo lado. -dijo mirándome por unos segundos. -Te recuerdo que casi me matas... con un cuchillo.
-No dudaría en hacerlo de nuevo. -comenté. - ¿Me dirás a donde nos dirigimos?
-Ya casi llegamos. Mejor mira por la ventana. -dijo divertida.
-Me gusta saber que mis preguntas y mi amenaza son graciosas para ti. -dije sarcástica.
Con una risa de su parte y un resoplido del mío, me volteé hacía la ventana y miré a través de ella. La calle estaba oscura a pesar de que las farolas estaban encendidas. La velocidad del auto me daba poco tiempo de detallar o reconocer el lugar en el que me encontraba. A penas podía ver los jardines de las casas y algunas personas caminando por la acera. Poco a poco el carro se fue bajando de velocidad, hasta detenerse enfrente de una casa oscura. Mi corazón también se detuvo al reconocer la casa. ¿Era posible lo que mis ojos estaban viendo? Al parecer sí.
Kamille fue la primera en bajar. Yo no me atrevía ni siquiera de abrir la puerta del auto. Los nervios se habían apoderado mi alma, ser, y cuerpo en menos de 5 segundos.
- ¿No piensas bajar? -preguntó Kamille un poco divertida.
Asentí y como pude bajé del auto. Mis piernas temblaban por los nervios, mis manos sudaban y mi respiración era irregular. No me había sentido así desde que había pasado todo lo del Libro de Profecías. Ya en la puerta, Kamille me dio una sonrisa alentadora la cual le devolví de la forma más normal. Podía jurar que mi sonrisa parecía más una mueca que otra cosa.
- ¿Lista? -preguntó.
Negué con la cabeza. -No lo estoy. -susurré.
Sonrió de lado. -Tranquila, todo estará bien.
Asentí con un suspiro y toqué la puerta. Con cada paso que daban adentro mi pulso incrementaba al igual que mis nervios. ¿Qué dirían al verme? ¿Estarían felices?
La puerta se abrió interrumpiendo mis preguntas mentales. Pero en cambio, mi corazón dio un vuelco al ver la persona que estaba enfrente de mí. Su cabello marrón claro y sus ojos me recorrieron de arriba abajo tratando de saber quién era. Al cabo de unos segundos, nos dio una sonrisa dejando ver sus dientes perfectos.
-Hola, ¿qué necesitan? -preguntó.
Yo no podía responder. Las palabras de Peter se repetían en mi cabeza como disco rayado. ¿Entonces es verdad? ¿Luke me había...? Un nudo se instaló en mi garganta.
-Vinimos a visitar a unos amigos. -respondió Kamille. - ¿Podemos pasar?
La chica de unos 20 años se hizo a un lado y nos dejó pasar a la casa. El lugar seguía siendo el mismo, solo que algunas cosas ya no estaban. La mesa de cristal de la sala no estaba y varios de los retratos que había no estaban. Me senté en el sofá, esperando que alguien hiciera algo. Era incómodo estar aquí, más cuando la chica no era tanto de mi agrado.
- ¡Edward! ¡Baja! -gritó la desconocida desde las escaleras.
Segundos después, el susodicho bajó con el ceño fruncido. - ¿Qué quieres...? ¿Cassandra?
Me levanté del sofá y me volteé. Sus ojos se abrieron al reconocerme y de inmediato corrió a abrazarme. Solté una risa al sentir sus brazos alrededor de mí y con fuerza le regresé el abrazo, enterrando mi rostro en su pecho. Inhalé con fuerza y el aroma tan característico de Ed inundó mi nariz haciendo que mis ojos se cristalizaran.
-En serio estas aquí. -susurró en mi oído. -En serio lo estas.
Reí entre mis lágrimas. -Yo tampoco lo creo, Ed.
Se separó de mí y me miró a los ojos. -Te he extrañado. Demasiado.
-Solo hace unas semanas nos vimos. -dije.
-Eso fue como hace un mes, Cass. -respondió riendo.
Nos quedamos un momento en silencio, yo esperando que lo mencionara y él (seguramente) esperando que yo preguntara por él. Y quería hacerlo, pero la chica que estaba detrás de mí me impedía hacerlo. ¿Quién era ella y que hacía aquí?
-Sube. -dijo en un murmuro. -Sé que estas muriendo por preguntar.
Sonreí. -Gracias, Ed.
Sin esperar su respuesta, salí corriendo escaleras arriba hasta la habitación del chico. Estaba entreabierta, así que entré en silencio. Y ahí estaba. Parado enfrente del espejo, sin camisa, observando su abdomen. Mis ojos se abrieron un poco al ver que tenía una venda alrededor de su torso. Di unos pasos hacia adelante, él sin percatarse que había entrado a la habitación. Me detuve detrás de él, mi cuerpo se reflejó en el espejo.
-Ingrid, ¿podrías llamar a Karina? Creo que la herida ya está... -se calló al levantar la mirada.
Rápidamente se giró y me miró con intensidad y sorpresa. Reí un poco al verlo tallar sus ojos aún sin creérselo. Dio un paso hacia a mí y me miro con detenimiento.
-No eres una ilusión ni un sueño. -susurró. -Eres tú.
-La misma. -sonreí.
-Y la única. -completó.
Sin pensárselo dos veces, me tomó de la cintura y se deshizo de los centímetros que nos separaban dejando que sus labios cubrieron los míos en un beso necesitado. Lo seguí, colocando mis manos en su nuca y acercándolo lo más posible a mí. Parecía que fuera un sueño, que lo que estaba pasado en este momento era parte de una mala jugada de mi cabeza. Pero no, todo era real; Luke, el beso, sus brazos rodeándome...
En un principio me sentía fatal. Sentía que me había perdido en una grieta entre mi vida y la mentira que estaba viviendo y que por nada del mundo podría regresar a lo que antes era mío. Ahora, las esperanzas que había perdido resurgieron con el beso de Luke. Era como si él fuera el fuego que prendía mi llama interior.
Entre besos, el chico me levantó del suelo haciendo que por reflejo me aferrara a él por la cintura. Nos recostó en la cama, poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza sin dejar de besarme y yo, aún aferrada a él, dejé que mis manos recorrieran su cuerpo. Sus manos se aferraron a la mata de cabello castaño que tenía y de un jalón se deshizo de ella. Se separó de mí y me observó con una sonrisa.
-Me gusta más rubio. -comentó.
Solté una carcajada y lo volví a besar. Esta vez, sus manos fueron a mi blusa y rápidamente se deshizo de ella. Sin dejarlo de besar, bajé mis manos hasta el elástico de sus pantalones y lentamente los bajé, y con su ayuda me deshice de ellos también. Sus manos lentamente subieron por mi abdomen dando pequeños masajes y caricias. Y cuando estaban por llegar a mi pecho un grito hizo que nos separáramos de golpe.
Me levanté con mis codos y vi a la chica desconocida en el umbral de la puerta. Luke, como yo, la miraba con cierto enojo.
-Ingrid...
-Lo lamento, lo lamento. -dijo la chica sin mirarnos. -Karina vino por lo de la venda, así que vine a verte...
- ¿Esta abajo? -preguntó Luke sin remedio.
-Si. -respondió. -Creo que debes bajar. Y ponerte algo... y ponerle seguro a la habitación.
-De acuerdo. Dile que bajaremos en un momento. -dijo Luke.
La chica asintió y se fue del pasillo, no sin antes gritar un "Hay gente abajo". Luke se levantó y cerró la puerta, esta vez con seguro.
- ¿Piensas ir? -pregunté.
Negó. -No ahora.
Reí. - ¿Entonces?
Se acercó a mí y sin rodeos me quitó el pantalón que llevaba. -Tengo una visita más importante y un asunto que terminar.
Alcé una ceja. - ¿En serio? ¿Cuál?
Se deshizo del espacio que nos separaba y me besó. -Mi novia.
Sonreí entre el beso al escuchar sus palabras.
Su novia...
(***)
N/a:
Se los prometí, y aquí está el capítulo. Espero que le guste.
Este capítulo está dedicado a mi chama favorita... a la mejor... a la que siempre me apoya... Mi perrita schnauzer, que siempre esta ahí para mi... 😂😂
Mentira.
Este capítulo esta dedicado a todos ustedes fantasmas que me leen y que les da miedo comentar. 😒😂 Espero ver los más.
No olvides comentar & votar. Nos vemos.
-DENII