Stiles POV
Me desperté a la mañana siguiente y la chica con la que me había acostado se había marchado ya. Supongo que leyó la nota que le dejé. Puedo parecer un cretino, pero siempre les dejo claro que solamente me interesa un rollo de una noche, nunca repito. Ellas al aceptar saben a lo que se someten. Me vestí y me fui a desayunar. Hoy era sábado, por lo que no tenía prisa por ir a la universidad.
Mientras desayunaba, me resultó imposible no pensar en la vecina con el bebé. No había oído llorar a Liam el resto de la noche, lo cual era bueno. Aún así, pensé que lo más adecuado sería ir a su casa y ayudarla. Al fin y al cabo, hoy es el último día con Liam, antes de que se lo lleven los servicios sociales.
Salí de casa y fui al tercero B. Lydia me abrió la puerta y pude ver que tenía a Liam en brazos.
—Qué sorpresa—. Exclamó ella. Supongo que no se esperaba que volviese a aparecer.
—He venido a ayudar. Pasaré todo el día contigo—.No sé quien se sorprendió más, si ella o yo. Si tenía pensado ayudar a Lydia, pero no todo el día. Ahora tendría que hacerlo.
— ¿Hoy no viene ninguna de tus amiguitas? —Preguntó, haciéndose a un lado para que yo entrase en su casa.
—No, ya si eso mañana. O pasado, no corre prisa—. Me giré a ver a Lydia y vi que tenía los ojos en blanco. —En fin... ¿Cómo ha dormido Liam?
—Bien, no se ha despertado en toda la noche desde que le dormiste. Gracias por ello—.Mientras Lydia me agradecía, yo me senté en el sofá. Ella hizo lo mismo. — ¿Cuál es el plan de hoy?
—Cuidar a Liam hasta que los servicios sociales vengan a por él por la tarde—.Observé a Lydia, que no dejaba de mirar a Liam con una expresión triste. — ¿Ocurre algo?
—No, nada. Es solo que aunque solo le hayamos cuidado un día le voy a echar de menos...
—Yo también lo haré. Pero podemos preguntar por él. ¿Le has dado de comer?
—Iba a hacerlo ahora. ¿Lo hago yo o prefieres hacerlo tú?
—Hazlo tú, ayer se te dio muy bien.
Lydia se levantó y fue a por el biberón, que por lo visto acababa de preparar. Volvió a sentarse en el sofá y empezó a dárselo a Liam, que no protestó en ningún momento. Aunque no quisiese reconocerlo, la escena me resultaba tierna. Lydia parecía una madre inexperta cuidando de su bebé. Bueno, al menos si alguna vez es madre, habrá adquirido experiencia. Como iba a pasar todo el día con ella, decidí entablar conversación. Por cortesía y educación, más que nada.
— ¿Qué estudias en la universidad? —Ella se giró a mirarme, mientras seguía dándole el biberón a Liam.
—Biología, me gustaría ser bióloga algún día. ¿Tú?
—Estudio para ser policía. Mi padre lo es y quiero seguir su ejemplo—. Ella asintió, aunque parecía sorprendida. — ¿Te sorprende?
—Más bien sí. Los policías son personas muy implicadas con el resto de personas, y tú no lo pareces.
—No me conoces—. Solté de golpe.
—La verdad es que no. No sé cuál es el verdadero Stiles. El vecino capullo que se acuesta con distintas chicas cada día o el que quiere ser policía y se le dan bien los bebés.
—Digamos que soy ambos. Aunque uno no lo soy por gusto. Es todo lo que tienes que saber.
—Vale, tío borde. —Liam acabó el biberón y eructó, por lo que Lydia empezó a mecerle para que se durmiese.
—Lo siento... No estoy en mis mejores días últimamente. Y entre esto y el bebé...
—Por Liam no te preocupes, ya que hoy se le van a llevar. —Ella acercó su cara a Liam y le dio un beso en la frente. Parecía que le había cogido cariño. Lo peor es que yo también lo había hecho, ese bebé no merecía vivir mal.
—No sé si hacemos lo correcto... —susurré para mí mismo.
Lydia no dijo nada, continuó callada hasta que durmió a Liam. Al hacerlo, se dirigió hacia mí.
—Stiles, puedes irte. Me ayudaste mucho ayer y te lo agradezco. Pero ahora las cosas van a cambiar, y tan solo seremos vecinos de enfrente que se odian. No tendrás que preocuparte por decirle que no a alguna chica, podrás decirle a todas que sí. Liam ya no es responsabilidad tuya.
—Te equivocas—dije levantándome y poniéndome enfrente de ella. Tenía que agachar un poco la cabeza para poder mirarle a la cara. —Liam sí es responsabilidad mía. Y voy a cuidar de él. Así que sí, me quedaré contigo, preciosa. Cuéntame algo. Algo sobre ti—. Lydia rió falsamente. —Hablo en serio.
—Mi vida no es tan interesante como la tuya, ¿sabes? Se basa en centrarse en los estudios exclusivamente.
— ¿No tienes amigos? ¿O novio?
—Sí, tengo una amiga. Se llama Kira, nos hicimos amigas el último año de la secundaria. Y no, no tengo novio. No quiero tenerlo.
— ¿Alguna vez lo has tenido? —Pregunté curioso. Por mucho que ella hubiese dicho que su vida no era interesante, me intrigaba bastante.
—Sí, lo he hecho. ¿Sabes por qué te odio tanto? Porque me recuerdas a él. Creído, arrogante, estúpido...
—Vaya, gracias—Respondí sarcásticamente. Ella sonrió irónica.
—Por eso no quiero saber nada de ti.
— ¿Tienes miedo de poder enamorarte de mí? —Pregunté, tragando saliva.
—No lo tengo, porque eso nunca podría pasar. Ni siquiera en un universo paralelo. —Yo sonreí levemente, era una chica rara, pero tenía claro lo que quería. —Además, es bastante irónico que alguien que no se ha enamorado nunca me pregunte por el amor, ¿no?
—Lo es, tienes razón. Pero soy así, preciosa. Impredecible—. Lydia rodó los ojos. Esperaba un día largo.
...
Había pasado el día en casa de Lydia, aunque no habíamos hablado mucho, la verdad. Nos habíamos dedicado a cuidar a Liam y a ignorarnos todo lo posible. Faltaba solamente media hora para que los servicios sociales viniesen a por Liam, y ambos estábamos nerviosos. Lydia se movía de lado a lado del salón, mientras yo estaba sentado en el sofá, moviendo la pierna. De repente Lydia paró de moverse.
—No.
— ¿No qué? —.Yo no entendía que quería decir ella con no, pero desde luego tenía que saberlo.
—No voy a dar a Liam a los servicios sociales. Me niego—. Yo la miré atónito, completamente sorprendido.
— ¿Qué pretendes hacer? ¿Vas a quedarte tú a Liam?
—Pues sí, de hecho. Voy a cuidar de él. Tendré que ir menos a la universidad e incluso dejarla, pero lo haré. Así que puedes irte, no hace falta que se lo des a los servicios sociales. Cúbreme frente a ellos, si llaman a tu casa di que se han equivocado.
—Está bien, lo haré. Bueno... pues adiós.
Yo salí de casa de Lydia, justo en el momento en que aparecían los hombres para llevarse a Liam. Me preguntaron por un bebé y yo negué varias veces, les dije que en esta planta nadie tenía un bebé. Ellos parecían desconcertados, pero me creyeron y decidieron irse, preguntarían en el portal de al lado. Cuando se fueron iba a entrar en mi casa, pero no lo hice. En cambio me di la vuelta y llamé al tercero B. Tenía que hacer lo que llevaba pasándome por la cabeza todo el día.
— ¿Qué haces aquí? ¿Han pasado ya los servicios sociales?
—Sí y ya se han ido, no te preocupes. Pero venía a decirte otra cosa...
— ¿Qué es? —Preguntó cogiendo a Liam. El bebé me miraba con los ojos completamente abiertos.
—Quiero hacerme cargo de Liam. Y no, no es porque crea que tú no eres capaz, sino porque de verdad quiero. Sus padres le abandonaron, ¿y qué? ¿Qué no tiene padre? Yo seré su padre. Le cuidaré como tal. Y me da igual que me digas que no, lo haré igualmente, preciosa—. Lydia me miraba con una sonrisa, con una sonrisa sincera.
—Creo que acabo de descubrir al verdadero Stiles. Anda pasa, tenemos muchas cosas que hablar.
Yo entré sonriente. Algo me decía que estaba haciendo lo correcto.