Una nerd con doble identidad.

By Kixrr_

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Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllev... More

0| UNCDI
UNCDI: Personajes.
1 |... iré de nerd.
2| No soy nadie.
3| La "heroína" del cuento.
4| Se me nota todo.
5| Lo harás sola.
6| Por favor, detente.
8| No debe de ser nada bueno.
9| ¿Insulina?
10| No le diré a nadie.
11| Tenemos que apoyar a nuestro equipo.
12| Nunca lo había probado.
13| Necesito hablar contigo.
14| Me gusta lo diferente.
15| Necesito calentarme.
16| Vamos a hacer algo.
17| Gracias, me ha gustado el rato.
18| Ella esta...
19| Quiero jugar futbol.
20| Me va a escuchar.
21| Una despedida diferente.
22| ¿Rosebeth?
23| Sus labios no me gustan.
24| Maneras de hacer el amor.
25| Tatuado en mi corazón.
26| Roarrr
27| Felicidades, cariño.
28| Hazlo por mí, detente.
29| Te quiero.
30| El discurso.
31| Cerrando el ciclo.
32| Tres contra el mundo.
Epílogo.
Escenas extras.
Escenas extras 2 | Boda.

7| Me enredo y caigo.

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By Kixrr_

Cada vez está más cerca halloween. No soy muy devota de celebrarlo, siempre he tenido creencias en un Dios de la vida y no de la muerte, aunque hace mucho no visite la iglesia.

Ya hoy es viernes, último día de clases en la semana. La semana que viene, el miércoles y jueves, tendré un examen para saber mi aptitud y aprendizaje académico. Todo esto, para utilizarse en la Universidad que vaya.

Camino por los pasillos del colegio ya que tengo una hora libre gracias a que la maestra está ausente. El colegio es bastante grande y moderno, por los pasillos que camino las paredes son con unos grandes ventanales porque esto (pasillo o corredor) divide un bloque del colegio con otro. Miro el patio y a las personas caminando, el color verde se ve hermoso desde aquí. Para la parte de atrás del colegio hay un tipo bosque. Algo tenebroso, pero que llama la atención. Quisiera ser de esos que intentan brincar la verja para adentrase. Ninguno ha podido

Escucho el timbre sonar indicando que ya es hora de la siguiente clase. Antes de partir a mi destino entro al baño que queda cerca del salón. Al entrar veo a Kelly y su grupo de amigas, lo único que esta vez tiene una nueva integrante y para completar es mi prima. Mis ojos se agrandar y me quedo estática por un instante. Siento que en cualquier momento me desmayaré y, no porque mi prima esté aquí sino porque no vaya a ser que me reconozca.

—Vaya, vaya. Pero mira a quién tenemos aquí. — dice Kelly caminando hacia mí. Toca mi cabello que va suelto y sonríe con malicia.

Trago fuerte, para disimular y todas ríen. Quisiera escupirles la cara, por idiotas a todas.

—¿Qué tanto miras mosquita? — pregunta una de las chicas con burla en su rostro.

—¿Espera que se pase algo de nuestra belleza? — ríe la estúpida — Awn, que tierna... ¡Eso jamás sucederá, linda!

Mi prima que ha estado observado la escena callada, hace una mueca de desagrado.

—¿Todas aquí son así? — pregunta con la misma mueca — Es la tercera que me encuentro así.

Habla con asco cosa que me dan más gana de golpearla. ¿De qué vale ser "atractiva", si te dedicas a maltratar a los demás? Eso te hace mucho peor que ser "fea".

—No, linda. Creo que no me has visto bien. Mírame, no todas somos como esta.

Mi prima gira los ojos, al parecer no se acostumbra a estar debajo de alguien y lo sé porque Kelly no dejará que esté por encima de ella. Todas salen como si dejaran escarcha por donde pasan, se creen Donatella Versace y no lo son. Al menos me quedo tranquila porque mi prima no se percató de nada.

Termino por lavar mi rostro, como acostumbro, ya que tener mi piel grasosa, no me gusta. El jabón al menos dice que hidrata la piel.

Una chica entra al cuarto de servicio y se asusta al ver mi silueta. La observo por el reflejo del espejo dándome cuenta que es la chica que alguna vez cuando entré al baño Kelly y sus amigas le hacían bullying.

Me giro para observarle mejor y confirmar si realmente es aquella chica.

—Eres la chica de la otra vez, ¿verdad? — pregunto de manera tranquila, mi intención no es asustarla.

Ella tiembla por un momento, cosa que me preocupa. No dice nada, solo se queda ahí parada bajando su cabeza como si ella fuera peor que todas las personas existentes. No comprendo como hoy día las personas humillan, ofenden y le hace mil cosas más a su prójimo. ¿A qué punto llegan con eso? ¿Qué ostia ganan?

—Quiero preguntarte si estás bien. — digo, pero es en vano. Ella sale corriendo del baño y yo en un intento de seguirla me enredo en mis piernas y me caigo. Mi frente impacta el suelo al igual que mis rodillas y codos. ¿Puede ir peor? Siento un dolor bastante fuerte. Veo arañitas en mi vista gracias al golpe. Me giro quedando con la espalda apoyada en el suelo esperando a que el dolor de cabeza, debido al golpe, pase.

Al sentir alivio en la cabeza porque realmente eso es lo que importa, a la mierda mis rodillas, me levanto y me vuelvo a echar agua en la cara, solo para bajar la presión. Me vuelvo a mirar una vez más en el reflejo del espejo me doy cuenta del golpetazo que tengo.

—Excelente. — me digo a mi misma — Puede ser peor... — mis espejuelos que yacen en el suelo los recojo y salgo de ahí con sumo cuidado teniendo en cuenta no caerme nuevamente.

(.)

—Hogar, dulce hogar. — abro la puerta y dejo la mochila en una esquina del recibidor.

Después de vaciar la nevera, literalmente, me tomé unos analgésicos para evitar el dolor de cabeza que en corto plazo me dará. Subo las escaleras con pereza deseando vivir sola para arrancarme la ropa y caminar desnuda. Me doy un baño ligero, poniéndome ropa cómoda. Busco en mi cajón algo preciado para mí, algo que tiene mucho valor y que dejó marcas en mí.

Bajo las escaleras encerrándome en el cuarto que ahora es de hacer alguna actividad física.

«Retroceso:

Estoy en las clases de ballet y por ende muy contenta. Ya sé cómo bailar ballet, claro porque lo he practicado varias veces en casa, pero casi nunca salgo de ahí. Suelo hacer todas mis cosas sola ya que papá y mamá así lo quieren. Ellos me protegen de todas las cosas malas que hacen afuera de casa. Tener doce años y no salir mucho de casa es malo, lo primero es que nunca he ido a la escuela normal, pero eso no es el caso.

—¡Hey tú! — me dice una de las chicas que está a mi lado sentada estirando — ¿Cómo te llamas?

—Me llamo Rosebeth y, ¿tu?

—Me llamo Marissa. ¿Eres nueva, no?

—Sí.

—¿Estabas con en otra academia?

—No. — la miro a los ojos — Mi maestra me daba clases en casa.

—Oh, ya entiendo. — sonríe — Ven, vamos a calentar. Aquí veras que las chicas les gusta humillar porque se creen que son mejor que otras. Brithany es una de ella, con su grupito, así que te aconsejo que no bailes con el nene que ella adora, se llama Liam porque si lo haces... ahí quedaste.

Seguimos calentando hasta que llegan todas las alumnas. Me presenté frente a todos, si todos porque habían chicos solo que estábamos divididos en dos grupos, las niñas en uno y los niños en otro. Bailé para mostrar cuanto sabía bailar, al menos la maestra me felicitó. Al momento que la maestra nos puso a hacer los pasos para un baile del Lago de los Cisnes, alguien me empujó haciendo que cayera al suelo. Solo me levante sin darle importancia al acto que habían hecho.

—Okey chicas y chicos, este baile lo practicaremos en parejas así que todos busquen a una. — se dirige a mí — Rose, como eres nueva y sabes bastante quiero que te juntes con Liam. — ahora se dirige al grupo — Ya saben los primeros pasos así que no quiero fallas.

El chico se acerca a mí. Agarra con ambas manos mi pequeña cintura y sus ojos quedan clavados en los míos. No digo nada ya que no hay necesidad de hacerlo. Se escucha la música de fondo y continuamos.

—¡Vamos! Uno, dos, tres. Uno, dos, tres. ¡Otra vez! Y, uno, dos, tres. Uno, dos, tres. Uno, dos y tres. Vuelta.

La voz de la maestra la escucho cada vez más lejos porque solo miro a los ojos del chico, un marrón al igual que su cabello. Para mi es perfecto, su tez blanca y su cuerpo flaco.

En un viaje al más allá en mis pensamientos, alguien pone el pies y eso hace que tropiece. Cuando siento que voy a tocar el suelo, algo no me lo permite.

Abro mis ojos para ver las manos del chico en mi cuerpo suspendiendo el golpe.

—¿Estás bien? — dice por primera vez él.

Asiento muchas veces nerviosa por lo que acaba de suceder.

—Vamos a ver. ¿Estás bien, Rosebeth? — dice la maestra.

—Sí.

—Okey. Volvamos a empezar.

Todos los presentes abuchean, pero vuelven a hacerlo sin objetar nada más.

Cuando el baile terminó fui al baño para cambiarme de ropa, estaba sudada y ya había caído la noche. Una noche muy fría, Seattle lo es. Una chica de igual estatura que yo se me acerca.

—¿Tu eres la nueva, verdad? — asiento — ¿Sabes qué es lo que le pasan a las nuevas que se creen mejor que yo?

—¿Tú eres...? — le digo ignorando la última pregunta.

—Jaja — ríe falsamente — Brithany.

De uno de los bolsillos de su pantalón saca una tijera y rompe el traje que llevo puesto al igual que la ropa que yace en el bulto. Me dejó sin nada de ropa.

—¡Detente! — le dije pero fue nulo para ella.

En un intento de detenerla la agarro por su cabello dorado. Le hago fuerza para alejarla, esta es una demonia que lo que se cree es la reina de la Academia Ella fue más rápida y en un abrir y cerrar de ojos, me espetó la tijera en mi abdomen. Al ver la sangre descender por el suelo se tapa su boca.

—Perdón, yo no quería... — deja caer la tijera y consiguiente a eso, sale corriendo del baño.

Con ambas manos en mi abdomen, me arrodillo. El dolor es fuerte, muy fuerte. Siento como el aire no llega a mis pulmones.

—¡Ayuda! — exclamo en un susurro.

Todo es borroso para mí, al igual que las Vans negras que se acercan. Veo el rostro de Liam cerca a mí, toma mi cabeza y susurra:

—Tranquila, ya te pondrás bien.

Eso es lo último que veo y escucho, todo lo demás es negro. »

Tengo que superar esa parte de mi vida de una manera u otra. Es increíble que desde pequeña me sucedan estas cosas.

Me pongo las zapatillas de ballet color rosa pálido y enciendo la radio que está en un estante del cuarto donde hay muchos espejos.

La música retumba y cierro la puerta.

Empiezo con algunos estiramientos para que los músculos de mi cuerpo calienten y así no tenga algún espasmo.

Dejo que mi cuerpo haga distintos tipos de cosas. De aquí para allá, de allá para acá, un salto aquí, en puntas y para allá nuevamente. Pensando si ese Liam que estaba en aquel momento es el mismo de ahora. Si es así, ¿por qué ha cambiado? ¿Por qué no es como aquel Liam que me ayudó sin ningún problema?

Escucho como tocan el timbre así que me suelto el cabello y me pongo los espejuelos que yacen al lado de una botella de agua, uno nunca sabe quien pueda ser. Antes de abrir, bebo del agua que estaba en la mesa del recibidor. No importa de quien sea.

Abro la puerta encontrándome con Jake. Mis ojos deben de parecer dos lunas llenas, de los grandes que están.

Entra a casa como su fuera suya.

—Traje algo de comida y... golosinas. — mira mi rostro y luego mis pies — ¿Practicas ballet?

Me ruborizo por un instante. ¿Por qué demonios me hace esto? Simplemente asiento para confirmar lo que me preguntó.

—Adelante. — dejo que se adentre y lo llevo hasta la cocina. Al menos no debo de ser igual de maleducada que los chicos del colegio — No era necesario que trajeras comida. ¿Por qué lo haces?

Me escanea un momento para ver mi facciones y mi semblante.

—Porque eres mi amiga. — mira mi golpe y su rostro muestra preocupación — ¿Qué te sucedió?

—Nada de qué preocuparse.

—Soy tu amigo, puedes confiar en mí.

¿Por qué insiste en que es mi amigo? Un amigo te defiende sin importar qué. Está dispuesto para ti siempre. Además, hoy día no se puede confiar en nadie y mucho menos si va a ese maldito colegio al que voy.

Desvío la mirada. Busco un plato y un tenedor.

—Toma, sírvete tu comida. Voy a bañarme, vuelvo enseguida.

Dejo al chico solo, evitando hablar de mi golpetazo y vuelvo a darme un baño rápido, es cuestión de sacarme el sudor.

Pongo algo de ropa deportiva de estar en casa y listo. No tengo porque arreglarme tanto.

—¿Quieres hacer algo en particular? — le pregunto a Jake quien está en el sofá de mi sala.

—¿Tienes algún juego de mesa?

Juegos de mesa, juegos de mesa. ¡Oh si!

—Tengo Monopolio, Clue. También tengo Twister ¿alguno en particular?

Él parece pensar.

—Primero juguemos Monopolio y después nos ejercitamos un poco jugando Twister.

Llevamos cuarenta minutos jugando Twister. Me siento un poco de presión en la cabeza, pero no es nada para preocuparse. Ninguno de los chicos ha llegado y tampoco me han enviado algún mensaje para decirme que no vienen. Últimamente ni los veo a menos que no sea para comentarme algo importante como por ejemplo ir a modelar, algo que ya no hago, hasta nuevo aviso.

Mientras tanto observo bien a Jake. A pesar de todo él es bien distinto a lo que es su amigo. ¿Cómo este chico llego a ser amigo de aquel? La vida tiene curiosidades que créeme que no quiero saber.

Disponemos de tiempo y por eso continuamos jugando por un rato más hasta que nos cansamos de ello.

(.)

Giro mi cuerpo para tomar comodidad ya que el cuello me molesta. Siento como algo hace cosquilla en mi rostro por lo que doy un manotazo a la nada.

—Despierta ya, querida. — la voz masculina es lo que escucho.

—¿Mmhm?

—A tu cuarto, vamos.

Siento como los espejuelos se incrustan en mi tabique, es molesto el dolor e incomodad. ¿En qué momento me quede dormida?

Decido abrir mis ojos para ir a mi habitación. El cuerpo de José esta cerca a mí y su rostro lo está aún más.

—¡Hasta que al fin despiertas!

Miro mí alrededor y la luz es tenue ya que desde el interruptor está calibrada para que esté a ese nivel.

—¿Qué hora es? — pregunto escuchando mi voz más gruesa debido a que acabo de despertar.

—Falta poco para las doce de la madrugada.

¿Qué? Acabo de dormir cuatro horas. ¿En qué momento pasó tan rápido? Solo quería descansar los ojos.

—¿Ya habéis comido?

—Sí, te deje algo en la nevera. — asiento — Rose, mañana tenemos que hablar seriamente.

—¿Podría saber de qué? — pregunto curiosa.

—No seas desesperada, mañana te enterarás. Ahora, ve a dormir, chiquilla.

—Está bien, papá José. — le contesto sonriendo ignorando el sentimiento de curiosidad. Quiero saber de qué me hablará mañana.

Entro a mi cuarto y veo la puerta corrediza abierta, las cortinas se mueven al compás del viento. Yo no recuerdo haber abierto la puerta, bueno a menos que sea sonámbula y lo haya hecho dormida. De un jalón la cierro y seguido a eso, me recuesto en la cama sin cambiarme. Solo quiero dormir y eso haré...

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