Una nerd con doble identidad.

By Kixrr_

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Solamente quería tirar mi birrete al aire cómo cualquier persona normal lo haría. Nunca pensé que eso conllev... More

0| UNCDI
UNCDI: Personajes.
2| No soy nadie.
3| La "heroína" del cuento.
4| Se me nota todo.
5| Lo harás sola.
6| Por favor, detente.
7| Me enredo y caigo.
8| No debe de ser nada bueno.
9| ¿Insulina?
10| No le diré a nadie.
11| Tenemos que apoyar a nuestro equipo.
12| Nunca lo había probado.
13| Necesito hablar contigo.
14| Me gusta lo diferente.
15| Necesito calentarme.
16| Vamos a hacer algo.
17| Gracias, me ha gustado el rato.
18| Ella esta...
19| Quiero jugar futbol.
20| Me va a escuchar.
21| Una despedida diferente.
22| ¿Rosebeth?
23| Sus labios no me gustan.
24| Maneras de hacer el amor.
25| Tatuado en mi corazón.
26| Roarrr
27| Felicidades, cariño.
28| Hazlo por mí, detente.
29| Te quiero.
30| El discurso.
31| Cerrando el ciclo.
32| Tres contra el mundo.
Epílogo.
Escenas extras.
Escenas extras 2 | Boda.

1 |... iré de nerd.

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By Kixrr_

Estamos a finales de Julio y el calor se hace sentir en Miami, cosa que me encanta. Todavía es la hora que sigo con unas vacaciones y eso me encanta porque estoy compartiendo con dos personas importantes en mi vida. El bronceado es demasiado, tanto así que mi Bikini está marcado en mi cuerpo y las gafas de sol están intentando hacerlo de igual manera. La idea de irme a un colegio, no la he olvidado, es por eso que desde aquí me dispuse a verificar sobre los lugares donde podemos vivir mis queridos amigos y yo. Me he dedicado a buscar ofertas inmobiliarias que se acomoden a nuestra comodidad. Si quiero cambiar y hacer algo diferente, tengo que empezar por encontrar un hogar nuevo. He conseguido para vivir unos condominios súper privados que se componen de apartamentos y no casas, siento que estas últimas son demasiado grande para nosotros tres y sobrará demasiado espacio. Cuando chequeé los apartamentos el más que me llamo la atención tenía cuatro habitaciones, tres baños, una cocina bastante amplia, según la foto. Un lobby pequeño, una sala siendo esto parte de los dos pisos que lo componía. Estaba excitada con la idea de irme a New York a estudiar en el colegio, era algún tipo de cosa que quería hacer en mi vida ya que jamás había asistido a uno. Era como una de las cosas que estaba en mi lista de cosas por cumplir antes de los 19.

Tomamos un descanso de la playa tranquilamente en uno de los hoteles de mi padre acá en Miami. Sophia está a mi lado y José al lado suyo.

—Ese apartamento está bien — hablo a los dos seres que hay a mi lado — Mañana vamos a Seattle y empaquetamos todo. Lo mejor es que el apartamento viene amueblado y no tendremos que pensar en comprar muebles. Si realmente es como lo pintan en las fotos, nos quedaremos ahí.

Ambos me miran perplejos dándome un sentimiento de desilusión. Uno de ellos bufa y hace que les pregunte lo siguiente.

—¿No están de acuerdo?

—Claro que sí, Mikayla, solo que es muy apresurado — habla José.

—No me llames por mi segundo nombre, y no es nada de rápido. Tenemos que acomodarnos y ver todo lo relacionado con el colegio.

—Es cierto, José. Debe de ir pensando en cómo irá y preparar todo. — Sophia habla — Vamos a analizar un momento cómo es que irás. — su dedo índice lo sitúa en su barbilla haciendo como si estuviera pensando. — Ir con tu verdadera identidad no es recomendable, así que vamos todos a contribuir. ¡A pensar se ha dicho!

Nos miramos la cara por un momento todos. Cada uno en silencio piensa en la mejor opción.

—Puedes ir de chica rock, tengo un look que te quedaría bien. — habla José rompiendo el silencio que había.

Ir de chica rock no me convence en lo más mínimo. Para ir con ese look debo de tener que maquillarme todo el tiempo y no me gusta hacerlo, prefiero lo natural.

—No, de eso no.

—¿Qué tal de hippie? — dice Sophia.

—¿Hippie? ¿Estás loca? No pienso andar con ropa de colores llamativos y con cigarro en ambas orejas.

—¿Y de Frikki, Rose? — pregunta José.

—No.

—De vagabunda puede ser. — dice Sophia

Abro mis ojos debido a la mala contribución de ella. ¿Vagabunda? ¿En serio? Quisiera saber qué tiene por mente ella.

—¿Qué? — sale instintivamente — No.
—De vampira — dice José. Giro mis ojos en forma de cansancio. ¡No ayudan!

—No. — contesto por enésima vez.

—¿Y de loba? — pregunta Sophia. ¿En serio? ¿Loba? Iré a ir con un disfraz lleno de pelos a la escuela. Me rio mentalmente al imaginarme tal cosa.

Frunzo el seño a la misma vez que niego.

—De la mujer gato.

—¡No! — entrecierro los ojos y en mi cabeza se prende un foco. Siento como si hubiera descubierto América al llegarme tal idea — ¡Ya sé!

Ellos me miran expectantes esperando que diga mi gran idea. Al menos es mejor que todas las anteriores mencionadas.

—¡HABLA! — dicen al unísono. Tiro una risilla nerviosa para proceder a argumentar lo que pienso.

—Ni de Hippie, ni de Frikki. Menos de Loba, Vampira, Vagabunda o mujer gato... iré de una chica Nerd. — sonrío con suficiencia al ver las caras de sorpresa de ellos dos.

(.)

El apartamento de New York es exactamente como estaba en las foto, súper grande a pesar de ser un apartamento. Son veinte pisos y vamos a vivir en el último, es como si fuera un hotel en donde pidiéramos el ático. Cada piso de estos, tiene dos apartamentos por lo que supongo que tendré vecinos.

—¿Les gusta? — les pregunto a mis dos acompañantes que están bastantes sorprendidos. — Cuando dije que el apartamento era magnifico, no mentía.

— Lo sabemos, nos ha encantado. — dice José observando todo a su alrededor.

—Yo pensaba que iba a ser menos... extravagante. — habla Sophia sentándose en el mueble que hay en la sala. Se ve más que cómodo.

Me giro y voy a donde la señora que es la agente inmobiliaria con una enorme sonrisa. Le confirmo que me quedo con el apartamento y comienzo a llenar el papeleo.

El apartamento tiene un precio bastante bueno y razonable. Yo lo encuentro hasta barato ya que a pesar de que viene amueblado, también tiene una hermosa vista de todo Nueva York. Todos los gastos los hago yo ya que yo fui la de la idea y aunque a ninguno de los dos les gusta la idea de vivir de gratis, a mi no me interesa.

—Llamaré a Edmond para se ponga en contacto con los camiones de mudanza. Mañana mismo nos mudamos completo.

Es media madrugada y todavía me encuentro acomodando algunas cosas que hemos traído en mi coche. Los chicos están dormidos, pero yo no puedo pegar el ojo ya que tengo mucha adrenalina acumulada y también nerviosismo.

Tomo el celular para llamar a mi madre. En Seattle es más tarde que aquí en Nueva York. Al tercer tono mi madre contesta.

Hola. — su voz adormilada me indica que la acabo de despertar.

—Mamá, siento despertarte, pero te llamo para decirte que ya estoy alojada en mi nuevo hogar.

Que bueno mi niña. ¿Te gusta el sitio?

—Claro, es espectacular. Quisiera que vinieran tu y papá a visitarme.

La línea se queda en silencio por un momento.

—¿Estás ahí mamá?

Sí, estaba tomando una pastilla para el dolor de cabeza. Bueno, hablamos después. Cuídate, te amo.

Me cuelga sin ni siquiera esperar a que dijera adiós. Me siento en el sofá con la esperanza de encontrar una razón por la cual haya actuado así.

La lluvia primera de Agosto dicen que es de bendiciones y que si puedes, te mojes en ella. Quisiera poder hacerlo, pero ahora mismo me bregan en el cabello. Es hora de hacer cambios grandes en mi físico.

—¿Rose estás segura de este cambio? — pegunta Sophia frente a mí, mientras que José está parado atrás mío tomando mi cabello. Me teñiré el cabello.

—Claro. Quiero ser una chica normal por un tiempo. — contesto lo más segura posible. No quiero que nadie me cuestione.

—No estoy de acuerdo con que te quites tu color natural, pero tus deseos son órdenes, querida. — habla ella mirándome a los ojos.

—Es verdad Rose, el color rojizo de tu cabello es hermoso. ¿Segura que quieres hacer esto? — ésta vez habla José.

—Hazlo y no me pregunten más.

José comienza a aplicar descolorante en mi cabello para que el color marrón cobrizo quede perfecto. Quiero que quede lo más natural posible y por eso he intentado de que las puntas queden más clara que la raíz. José comienza a secar mi cabello y luego pasa la plancha para matar todas las ondas en mi cabellera.

—Mírate.

Miro mi reflejo en el espejo para sorprenderme al verme tan distinta, mi piel se ve más pálida debido al color oscuro del cabello. El color ha quedado tal y justo como lo quería. Tiene destellos más claro en las puntas mientras que la raíz va más oscura.

— ¿Te parece bien el color? — pregunta mi estilista y amigo José.

—Éste está más que perfecto. — contesto con una enorme sonrisa — ¡Me encanta!

Sophia entra a la estancia comiendo algo de dulces. Me giro para mirarla, cuando deja de masticar.

— ¿Rose? ¿Eres tú? — pregunta con algo de gracia y con su boca llena — Te sienta perfecto el color.

—Gracias José. — doy dos saltos en el mismo lugar mientras que grito de emoción. Me siento bien Kawai.

—Un placer para mí, amiga. — contesta el mismo con una enorme sonrisa.

Sophia termina de comer sus dulces y al parecer se ha acordado de algo importante.

—Para ser una nerd necesitas lentes — José desde su lado asiente apoyando lo que dice — o gafas de espejuelos, no sé cómo los llames. Si no quieres los espejuelos, podemos ponerte lentillas de colores, creo que unas color marrón te quedarán bien o negras.

— ¿Lentillas de colores? ¿No me hará daño a vista? — ella niega y yo me encojo de hombros. — No me pondré eso a menos que no sea para algo estrictamente importante, además me gusta mi color de ojos. Creo que con mis cejas sin depilar es más que suficiente.

—Necesitas ponerte algo para parecer más nerd. — dice José — Si vas sin nada, créeme que más rápido encontrarán el parecido.

—Dicho y hecho, mañana paso por el centro comercial a comprarte los espejuelos. — dice Sophia.

—Bien. Me iré a bañar.

Salgo de la sala sin escuchar respuesta alguna. Subo lo más rápido que puedo y me adentro a mi cuarto que es el último de la segunda planta. Un baño de relajamiento total es lo que me hacía falta.

Estoy tan aburrida que cojo algo de dinero, las llaves del apartamento, mi celular y unas gafas de sol ya que éste está en su última potencia. Esta tarde estuve viendo Bob Esponja, pero resulta que ya no es como hace años atrás, me aburre más rápido. Bajo el ascensor solo con la musiquita de fondo que a veces ponen. Decido caminar hasta donde me lleven mis hermosas y cortas piernas, no tengo un destino fijo, sino que llego hasta un parque en donde hay demasiados niños. Sólo me fijo en uno que su madre lo empuja para que coja fuerza y pueda columpiarse como quiere. Ella sonríe y él niño lo hace para atrás, me encanta tanto esta escena que si tuviera una cámara le tomaría una foto.

Decido irme del parque ya que la pequeñita familia se ha ido y no tengo nada más que ver, aparte de niños corriendo. Visualizo una heladería a no más de una calle, cosa que me hace ir de inmediato. Amo el helado y no lo puedo negar. Tropiezo con una chica de cabello rojo bastante alta y con una cara de querer matar a cualquiera. Me mira mal y luego habla.

—Ten más cuidado por donde andas. ¿A caso no ves que hay más gente caminando por la calle? — dice chica cuyo nombre no sé y tampoco quiero saber.

Bueno quizás tiene razón, iba muy envuelta pensando en un mantecado de chocolate que no me he dado cuenta de que ella venía. Yo fui quien tuve la culpa, pero no debo de admitirlo.

—Tú también debiste de tener cuidado. El pavimento no es solo tuyo tampoco.

— ¿Perdón? — habla desentendida.

—Perdonada. — le contesto y comienzo a caminar. Escucho como suelta un gemido de furia y mis ganas de querer reír salen a brote.

(...)

Me levanto instintivamente al escuchar como la primera melodía de la alarma suena. He dormido de a ratos debido a que la ansiedad de ir al colegio me está matando. Cada vez que pensaba en cómo debía de hacer mi entrada triunfal, en mi estomago se instalaba un nudo de nervios

Termino por poner mis zapatos escolares color negro para bajar y desayunar algo liviano porque no vaya a ser que los nervios me den con ganas de vomitar.

— ¡SOPHIA! —grito con una sartén haciendo el más ruido posible para despertarla. Ha dormido en el sofá y supongo que ha tenido que llegar muy tarde.

Se sienta de inmediato, abre los ojos con lucha y luego los achina.

— ¿Qué haces? — pregunta de mala gana tallándolos.

—Creo que despertarte querida.

Me mira de pies a cabeza y ríe al ver mi vestimenta.

— ¡Eso! Primer día de colegio. Te ves bien bonita con ese atuendo de nerd. — habla con una sonrisa adormilada —Recuerda el nombre con el que te registraste. Por cierto, ¿cuál fue?

Pienso un momento para recordar el nombre que puse hace algunos días en la inscripción online. Por cierto, ese método fue muy bueno la tecnología ha evolucionado demasiado y con eso el colegio que voy. Me gusta que esté en todo lo último.

—Azul Clintfort, creo. ¿Por?

Ella rueda los ojos.

—Porque ese es el nombre que dirás cuando vayas por tu horario. A menos que quieras que todos sepan quién eres.

—Lo sé. — digo rodando los ojos ahora yo — ¿Dónde está mi mochila con los libros?

Pregunto observando la hora en mi celular, estoy a ley de treinta minutos para entrar al colegio. Edmond es quien me lleva, salimos de casa adentrándonos en la carretera en donde el tráfico no es mucho. Me sorprende el que no haya, ya que siempre he tenido la imagen de que a estas horas uno debe de venir preparado mentalmente para pasar horas en el tráfico y más en el de Nueva York.

Llego al colegio con algunos minutos de sobra. Algunas personas me observan detalladamente, mientras que yo entro con la cabeza gacha. A lo lejos puedo escuchar cosas como: "Que asco", "Alguien nuevo, ya era hora". Hay muchas personas en el pasillo principal, algunos recostados en las paredes y casilleros, la mayoría de los estudiantes están amontonados en grupos. Dentro de esos grupos hay uno que solamente es de chicos que supongo que son de un equipo de algún deporte y otro de chicas que también supongo que son porristas por su corta falda que no deja para nada a la imaginación de un chico.

Decido pasar por ese enjambre de cocodrilos rápido e ir a la dirección de una vez, que está deshabitada y eso es un gran alivio para mí.

—Buen día. — digo en tan pronto entro y veo a una señora en un gran escritorio de cristal.

La oficina o dirección, es muy grande y lujosa por demás. Desde los grande ventanales que hay puedes llegar a ver el patio y las canchas de los deportes, en especial la de futbol americano.

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle? — me contesta la señora muy cortésmente.

—He llenado la matricula por internet y según me indicaba, tenía que recoger mi horario aquí.

—Sí, pero se supone que hayas venido el viernes a recogerlo por si tienes que hacer algún cambio. Puede que te hayan puesto clases que ya tienes aprobadas.

—Tenía conocimiento de eso y por esa razón no vine el viernes. Lo había verificado y en lo que vi en internet, ninguna clase la he tocado.

—¿Cómo te llamas? — pregunta de manera seria.

—Azul Clintfort. — contesto con una sonrisa dejándole saber que no soy igual a ella. Quizás, solo quizás, le apeste su trabajo.

Ella busca en su gran computadora Apple y mientras hace alguna gestión, me dedico a mirar por la ventana que queda al patio. Varias personas caminan para allá, algunas van solas y otras van con un grupo como anteriormente iban en el pasillo.

—Ten tu horario, sé muy puntual en todas las clases y no te saltes ninguna. Suerte en este ciclo escolar.

—Gracias.

Camino en silencio intentando encontrar el salón en el cual me ha tocado. Al llegar entro a él en silencio, pero no hay nadie aquí. Solo dos o tres personas por lo que hay varias sillas vacías.

—Buenos días, jóvenes. — habla el profesor entrando con carpetas en sus manos. Mirando a todos los estudiantes sentados en sus respectivos asientos.

Cuando se acomoda comienza a pasar lista. ¿Quién presente y quién ausente? Mientras hace la acción me mira de lejos, sus ojos emiten emoción al verme. Dime, ¿por qué un maestro se emociona de tener una estudiante nueva?

—Tenemos una chica nueva. — dice y todos buscan a la "chica nueva" con la mirada. Tímidamente levanto mi mano para hacerles saber que soy yo la nueva. Estoy un poco nerviosa, lo admito – Ven y preséntese señorita.

¿KHÉ? ¿Esto es necesario? Suspiro mentalmente mientras me levanto alisando mi falda color azul oscuro. Todos me miran expectantes pendiente a mis movimientos. Me aclaro la garganta para bajar el nudo que se acomoda en ella. Dios, que nerviosismo. Soy una modelo y sé que puedo hacer esto bien.

Tú puedes.

—Buenos días. — miro a todos quienes me observan como si me hubiera salido otro ojo — Me llamo Azul Clintfort.

Miro al maestro dándole a entender que ya no quiero decir más, que he terminado con mi estúpida presentación.

—¿Eso es todo? Dinos de dónde vienes y cuántos años tienes. — me mira un momento y luego continúa ojeando y acomodando unos papeles.

—Tengo diecisiete años y vengo de Seattle. Espero poder entablar amistad con todos mis compañeros. — todo el salón estalla en carcajadas. ¿Cómo? ¿Qué hice mal?

—¿Puedes decir de qué escuela vienes?

Mis nervios aumentan de manera que siento que moriré. ¿De qué maldita escuela vengo?

—Y-yo... — tartamudeo nerviosa.

La puerta de entrada se abre bruscamente siendo azotada en la pared. Suelto un brinco del susto y rápidamente cierro mis ojos. Estoy haciendo el ridículo.

—Buenos días señorito Liam. — saluda el profesor — ¿Cuál es el motivo de su tardanza? Si es así, mejor no hubiera entrado.

Al abrir mis ojos veo aquellos ojos marrones que me miran con curiosidad. Rápidamente él le contesta al profesor sin despegar el ojo de mí.

—Me desperté tarde y había mucho tráfico. — dice el maravilloso chico de mi lado haciendo una mueca de disgusto.

Mis mejillas arden un poco haciendo que baje mi rostro. Aprovecho la oportunidad como puedo y tomo asiento en mi silla silenciosamente.

—Te dejaré pasar y que no se vuelva a repetir Rowe. Siéntate junto a Azul Clintfort, la nueva. — le indica y él lo hace.

Se sienta a mi lado, así llegando a mi fosa nasal su aroma. En ningún momento me mira, pero no le doy importancia. Tampoco es como si yo fuera irresistible ahora mismo.

Salir y entrar a salones es lo que describe mi día. El almuerzo fue tranquilo y lo mejor de todo es que nadie se pego a mí a molestarme. Solo quiero llegar a casa y recuperar las horas perdidas de ayer sin poder dormir. Estar relajada es lo que necesito ahora mismo.

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