La canción se llama "Y tú te vas" de Chayanne.
~Alacante (Gard)~
Helen \/
–La ley es clara, joven Blackthorn. Si deseas casarte con una mundana serás despojado de tus runas y exiliado para siempre de nuestras filas –explica por milésima vez el Cónsul Rosales.
–Lo sé, Cónsul, y lo acepto.
Ver a mi hermano Mark parado en medio del consejo es algo que nunca imaginé, y menos verlo pedir ser transformado en mundano.
–Joven Blackthorn, le ruego que piense muy bien esta decisión –pide Jem–. Es muy serio decidir no ver nunca más a tu familia.
–Lo he pensado día y noche, Inquisidor. Amo a Carmen y quiero pasar mi vida con ella.
–Muy bien, ya que al parecer no hay forma de quitarte esta idea de la cabeza –el Cónsul Rosales se levanta de su puesto listo para anunciar su decisión–. Mark Anthony Blackthorn, hoy exactamente a las doce en punto serás despojado de tus runas para unirte a tu amada mundana. No podrás volver a tener ningún contacto con tu familia nefilim o con el submundo. ¿Entendido?
–Entendido. Regresaré a Los Ángeles por un par de cosas y me despediré de mi familia.
–Espero que esta decisión venga de corazón.
–Lo es. Gracias, consejo.
Todos los presentes inclinan la cabeza como despedida y mi hermano se acerca a mí.
–No puedo creer que nunca volveré a verte –trato de no sonar triste.
–Yo tampoco, hermana. Pero entiendes que es porque yo lo quiero ¿verdad?
–Claro que sí, tonto. Si no no te dejaría hacerlo.
–Vamos a casa. Quiero despedirme como se debe.
Sonrío y camino rumbo a una sala donde Malcolm y mi hijo nos están esperando. No sé porqué Lucas quiso acompañarnos, pero Mark y yo lo agradecimos. Al llegar abro la puerta y veo a Malcolm jugar con chispas violetas que salen de sus dedos.
–¿Y Lucas?
–El pequeño saltamontes fue a Nueva York para hablar con su ex amado. ¿Se dice así? ¿O sería ex novio? No lo sé –responde Malcolm sin dejar de crear chispas en el aire.
–¡¿Fue con Alec?! ¡¿Cómo llegó allá?!
–Sólo lo pidió –el brujo pone las manos en alto–. Es muy amable cuando se lo propone. Me pidió que te dijera que no te preocuparas y que regresaría pronto, aunque no sé cuánto tiempo sea pronto.
–Crea un portal a Nueva York ahora mismo –exijo con voz tensa.
–Bien. Es obvio que la amabilidad no es de familia –Malcolm camina a una pared y comienza a trazar runas.
–Tranquila, Helen, Lucas no hará algo estúpido.
–No me preocupa eso, me preocupa que Alec haga algo estúpido.
~Nueva York (Instituto)~
Magnus **
—¿Y esa qué es? –señalo un cuchillo.
–Es una katana. Una espada curveada de un solo filo –responde Alec.
–¿La usas?
–Por ahora me interesa más el arco –se encoge de hombros–. Es un arma más ágil.
–Igual que tú –le guiño un ojo y Alec se sonroja.
Me encanta verlo así, apenado por cualquier cosilla que diga, me gusta tanto que me acerco para besarlo, pero en ese momento y porque alguien me odia, la puerta de la sala de entrenamientos se abre estrepitosamente.
–¡Y no me importa lo que digas! –grita Marine furiosa apenas entra.
Su padre la sigue de cerca.
–¡Claro que te importa lo que digo! –responde igual de furioso– ¡Soy tu padre y es razón suficiente para que te importe!
–¡Pues adivina qué, no es así! ¡Es mi vida y hago lo que quiero con ella!
–¡Estás loca si crees que te dejaré hacer eso!
Marine está a punto de responder cuando se da cuenta de nuestra presencia.
–Pensé que no había nadie. Perdón, nos iremos...
–No, nosotros ya nos íbamos –Alec me toma de la mano y arrastra fuera de la sala.
Apenas ponemos un pie fuera se escuchan los gritos de tío Simon.
–¡Tú no te irás de aquí!
–¡¿Y qué piensas hacer para impedírmelo?! ¡¿Atarme a una silla?!
–¿Qué crees que pasó? –pregunto preocupado.
–Seguramente Marine ha tomado una decisión –Alec me aleja de la casa de los gritos.
No le gusta escuchar discusiones ajenas.
–¿Realmente crees que se vaya? Es decir, a penas la conoce.
–No lo sé. Pero es obvio que a tío Simon no le gusta.
Hace unos días, Marine nos dijo que mantuvo contacto frecuente con Lou. Lo conoció de alguna forma y le agradó. El miércoles se vieron para almorzar y yo aproveché para estar con mi mamá. Al regresar, la joven Lewis no lo hizo sola, con ella venía una vampira que es conocida de Lou y la encontraron en su parada en Pandemónium. La vampira se llama Lizzy e invitó a Marine a pasar tiempo con ella en su castillo en Rumania. Tal parecer que Marine aceptó.
–Chicos, ¿han visto a Marine y Simon? –pregunta tía Clary preocupada.
–En la sala de entrenamientos –señala Alec detrás de nosotros.
–Gracias –ella corre rumbo a la sala, pero antes de siquiera tocar la puerta esta se abre y Marine sale disparada rumbo a las escaleras.
–¡Marine, detente por favor! –tía Clary detiene a tío Simon del brazo.
Marine corre con lagrimas en los ojos y cubre su mejilla.
–Simon, ¿qué paso? –exige saber Clary.
–Discutimos y... creo que le pegué...
–¡¿Crees?! –chilla Clary.
–Ella dijo...
–¡¿Tratas de justificar esto?! ¡¿Estás loco?!
–¡¿Y qué querías que hiciera?! –grita tío Simón rojo del coraje– ¡Me dijo que no era su padre, que era el culpable de la muerte de Isabelle y que preferiría que estuviera muerto!
Dicho esto, tío Simon se aleja con pasos rápidos. Después de unos segundos, tía Clary sacude la cabeza y camina hacia las escaleras.
–Vaya drama ¿eh? –dice una voz sobre nuestras cabezas.
Arriba me encuentro con el mitad mono de Jonathan.
–¿Espiando, Herondale? –me cruzo de brazos.
–Vigilando suena mejor –Jonathan se suelta y cae al piso ágilmente.
–¿Y qué vigilas exactamente?
–Nada en especifico, pero uno nunca sabe. Por cierto, Alec, tu ex está aquí –informa como si nada.
–¿Lucas? –pregunta incrédulo.
–Sí. Lo dejé en el comedor. Venía para decirte, pero encontré el espectáculo y decidí mirar.
Alec baja corriendo al encuentro con Lucas. Quiero seguirlo, pero Jonathan se interpone.
–¿A dónde vas? –pregunta el rubio.
–Con mi novio.
–Lucas me pidió que sólo fuera Alec.
–¿Desde cuándo tú y él son amiguitos?
–No lo somos, pero lo respeto. Además ¿crees que Alec te engañaría con él? Por favor, cómo puedes pensar eso.
Dicho eso, el rubio me pasa de largo y entra a la sala de entrenamientos.
Sé que Alec no me engañaría... bueno, engañó a Lucas conmigo, pero eso no significa nada ¿cierto?
Marine __
–Hija, abre la puerta.
–¡No pienso hacerlo! –grito furiosa y sigo lanzando ropa a una maleta.
–Por favor. Lamento tanto haberte puesto una mano encima, te juro que sólo quiero hablar... Por favor –ruega y siento mi corazón estrecharse por eso.
Suspiro y dejo un par de botas en mi cama antes de abrir la puerta.
–Me iré. Envié un mensaje a Lou pidiéndole que hable con Catarina para que me lleve con Lizzy –informo sin dejarlo siquiera respirar, aunque sé que no lo hace–. Y tú no vas a detenerme.
–No pensaba hacerlo. Quiero que hablemos ¿sí?
Asiento y lo dejo pasar. Al ver mi maleta suspira derrotado y se sienta a un lado.
–Escucha, no me gustaría que te fueras. A penas conoces a esa vampira y estarías muy lejos de casa.
–Papá, tengo que irme y Lizzy me ofrece eso.
–¿Por qué quieres irte? ¿Es por qué no quieres estar con el monstruo que mató a tu madre?
–No, no digas eso –me siento a su lado–. Lamento mucho lo que dije. Estaba furiosa y aún lo estoy, pero no pienses que es por ti...
–¿Entonces por qué? ¿Por qué tanta prisa en irte?
–Encontré esto –me levanto y saco de un cajón en mi tocador una carta tachada, pero legible con la letra de mi padre.
Se la entrego y la mira sorprendido.
–Sé que piensas irte con Raphael para unirte a su clan. No quiero que estés donde no te gusta sólo por mí...
–Oh, mi vida, no diga eso –deja la carta a un lado–. Es cierto que planeo irme con Raphael, pero me gusta estar aquí con mi familia, contigo. No eres un impedimento, eres mi razón de vivir.
–Pero ahí dice que cuando sea mayor te irás, ¿para qué quedarte?
–Para estar contigo en lo que necesites. No quiero que sientas que eres como una cuerda que me mantiene atado, eres más bien como un ancla que me mantiene donde quiero estar.
–Pero de todas formas te irás. Me dejarás.
–Es que... Ver morir a tu madre fue lo peor que he tenido que presenciar, y no creo poder soportar lo mismo otra vez.
–Cuando yo muera.
–Tú –asiente con un nudo en la garganta–. Tus hijos, sus hijos. No soy tan fuerte –baja la cabeza como si estuviera avergonzado.
–Eres mucho más fuerte, papá –lo abrazo y no puedo evitar llorar por haber pensado que no me quería y no era más que un impedimento en su camino–. Lamento todo lo que te dije.
–Y yo lamento haberte pegado. Nunca me lo perdonaré –mi padre corresponde el abrazo y así permanecemos unos segundos.
Quizá Lou ya venga en camino, pero sé que entenderá y Lizzy también, parece el tipo de chica comprensiva. Ahora más que nunca quiero estar con mi padre el tiempo que tengamos juntos.
Alec ••
Al llegar a la puerta del comedor no necesito pensarlo antes de abrirla y ver a Lucas mirar perdido el horizonte.
Cuando se fue me sentí muy mal. Lamenté tanto y aun lamento haberlo lastimado cuando sé que fui importante para él y él para mí. Me acerco con cuidado a la masa y al estar a unos pasos llamo su atención.
–Alec, perdón por venir sin avisar.
–No hay problema.
–Escuché unos gritos, ¿qué pasa?
–Problemas entre tío Simón y Marine. Pero no es por eso que estás aquí ¿verdad?
–No. Vine porque tengo que hablar contigo –Lucas se levanta y me preparo para cualquier cosa, desde una serie de gritos hasta una patada en cualquier parte, pongo mis manos juntas sobre mis genitales–. Alec sé... que lo nuestro no terminó de la mejor manera y no pienso culparme. Durante una semana lo hice. Intenté recordar cosas que hubiera hecho para merecer que me traicionaras, pero no encontré nada. Siempre estuve ahí, siempre preocupándome, siempre estabas tu primero que yo mismo. Y ahora me doy cuenta que quizá quererte tanto fue un error...
–Lucas...
–No, déjame terminar –alza una mano y yo cierro la boca–. Después de deprimirme y hablar con mis madres y mi tío Mark, me di cuenta que el único culpable de que esto, –nos señala rápidamente– haya terminado, es y serás siempre tú.
Claro que siempre supe que el que echó todo a perder fui yo, pero escucharlo de Lucas es algo que no imaginé. Él me culpa y tiene todo el derecho de hacerlo.
–¿Y qué puedo hacer? –pregunto en un susurro.
–¿Tú? Lo que puedes hacer por mí es escuchar esto –Lucas mete su mano en el bolsillo del pantalón y saca un CD que viene en un sobre blanco–. Escuché esa canción hace unos días y me pareció perfecta para ti.
–Lo haré.
–Adiós, Alec –Lucas extiende su mano y yo la estrecho–. Espero que si el destino vuelve a juntarnos podamos ser amigos.
–También yo.
Lucas sacude nuestras manos y me suelta para dejar el comedor. Veo el CD e imagino una canción de lo más lúgubre y dolorosa, supongo que lo mínimo que puedo hacer por Lucas es escucharla. Subo a mi cuarto y al llegar cierro con seguro, me acerco a mi escritorio donde tengo un radio que reproduce discos y presiono play para dejar oír la canción que Lucas ha decidido dedicarme.
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Este capítulo es un regalo por Navidad 🎁 Espero se lo pasen muy bonito con su familia y amigos.
Pero porque los quiero mucho, mencionaré tres personitas que se han ganado un lugar en mi corazón.
¡Feliz Navidad!
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