Malec ¿otra vez?

By scar02

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Alec ama a Magnus y Magnus ama a Alec, eso todos lo saben. También saben que su relación tuvo algunos altibaj... More

Prólogo: Deseo
Dorado
Bebés
Cuidados
Tiempo
Juntos
Turnos
Partenidad
Inquisidor
Tratos
Mami
Papi
Clace y Sizzy
Prioridades
Heline
Confusión
Decisión
Pesadillas
Cumpleaños
Prohibido
Verdad 1/2
Verdad 2/2
Mentiroso
Sí y no
Paloma
Clarividencia
Apoyo
Novio
Reunión
Me gustas
Lorina
Cachetada
Engaño
Llamas
Despedidas
Paz
Trivialidades
Lágrimas
Otra vez
Escucha
Impuntual
Brindemos
Perú 1/3
Perú 2/3
Perú 3/3
Celos
Malec
Cambios
Seguro
Perdido
Lightwood Bane
Fiesta
Matrimonio
Epílogo: Recuerdos
~Extra~

Inestable

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By scar02

Especial para el pobre chico con el corazón roto: Lucas.

UNA SEMANA DESPUÉS

~Los Ángeles (Instituto)~

Aline ==

–¡Octavian, ven aquí enseguida! –grito desde abajo, pero parece que el adolescente ha decidido no responder.

–¡Octavian Blackthorn, baja ahora mismo!

–Aline ¿qué pasa? –mi esposa camina hacia mí con la pequeña Anthea de meses en brazos.

–Octavian volvió a llevarse las cacerolas. No puedo cocinar si no tengo nada en dónde hacerlo.

–Tranquila, amor, vamos a su cuarto y las pedimos.

–Espero que no las haya agujereado o tendremos que comprar comida rápida, y en este momento no quiero darle eso a Lucas.

Helen suspira con pesadez al recordar el deplorable estado en que nuestro hijo se encuentra. Su llegada fue sorpresiva, yo estaba terminando de recoger la mesa cuando escuché una ráfaga de aire en la cocina, pensé que se trataba de Octavian o Livia y me quedé sorprendida al ver un portal abierto, pero mi sorpresa fue mayor al ver a mi hijo cruzarlo. Le intenté preguntar sus razones, pero Lucas sólo caminó de forma rápida y en silencio hasta su cuarto, una vez dentro, bloqueó la puerta y no dejó pasar a nadie hasta el tercer día. Nos explicó no sólo el motivo de su regreso, sino también la razón por la que en esos tres días no hizo otra cosa que llorar y odiarse a sí mismo: Alec lo había engañado.

–Hoy regresa Mark –comenta Helen en el camino–. Me dijo, y pensaba que sería divertido, si salimos todos a la playa.

–No lo sé, no creo que Lucas tenga ganas de salir.

–Lucas debe superar a Alec y no le ayudará quedarse en su cuarto como un vampiro.

–¿Tú lo harías? –me detengo y la miro a los ojos– Si yo no sólo terminara contigo, sino que también descubres que te engañé, ¿lo superarías?

–Es diferente, yo te amo.

–Lucas amó Alec, quizás aún lo hace.

–Nunca dije que no...

–No –las interrumpo con firmeza–. Lo que dijiste es que el dolor de nuestro hijo no te importa.

Sin dejarla hablar me dirijo al cuarto de Octavian. Ahora que tiene diecisiete años es un joven con muchas preguntas: por qué las abejas buscan néctar, a dónde van los demonios cuando mueren, cómo pueden digerir su comida las serpientes.
Para mi mala suerte, es necesario experimentar si quieres resolver muchas de estas preguntas y para experimentar es necesario un sujeto.

–¿Octavian?

No toco la puerta o las arañas podrían alterarse y salir por debajo de la puerta.
Ya ha pasado.

–¿Sí?

–Te llevaste las cacerolas y las necesito.

–Espera.

Escucho pasos y una que otra cosa caer. La puerta se abre y Octavian aparece de pie sosteniendo una cacerola. Su cabello está despeinado hacia atrás mostrando sus ojos azules verdosos decorados con unos lentes. Lentes que no necesita, pero según él se ve más científico con ellos.

–Lo siento, pero ya usé las otras.

–Octavian –suspiro con pesadez y acepto la única cacerola sobreviviente–. ¿Cuántas veces te he dicho que puedes tomar cualquier cosa de la casa menos lo que necesito?

–Creo que unas... ¿doce?

–Quince –lo corrijo–. Y ahora será mejor que cualquier cosa que estés haciendo lo termines pronto, porque la comida no tardará mucho.

–De acuerdo. Espero que los escorpiones estén de buen humor –Octavian cierra la puerta con cuidado y yo me dirijo a la cocina.

En mi camino espero encontrarme con Helen, pero parece que ella decidió abandonar las escaleras en algún momento. Livia llega con su cabello recién teñido de rosa que palidece por el sol.

–¿Cómo te fue? –pregunto y la chica de veinticinco años me mira con una sonrisa.

–Bastante bien en realidad. ¿Ya está la comida?

–En un momento. Por cierto, me gusta tu cambio.

–Gracias –con timidez acaricia su cabello a juego con el barniz de sus uñas.

Sigo mi camino a la cocina y una vez ahí coloco una cacerola en la estufa ya encendida. Ruego al ángel que Lucas coma más que un bocado.

Helen \/

–Dru, ¿puedes dejar ese libro?

–Bien –cierra el libro y regresa su atención al plato.

–¿Hoy regresa Mark? –pregunta Livia.

–Sí. Hoy regresa en la noche y me mencionó que sería divertido si salimos a la playa.

–¿Todos? –Jules arruga la frente.

–Claro que todos –repito firmemente–. No porque Anthea sea una bebé no puede disfrutar de un día en la playa.

–Es cierto, amor –apoya Emma–. A nuestra hija le vendría bien un poco de sol.

–Bueno, supongo que si vamos todos estará bien.

–Claro que estará bien –toco la nariz de la pequeña Blackthorn.

Anthea heredó el cabello rubio de Emma, pero como la mayoría de los Blackthorn, sus ojos son de un color azul verdoso.

–¿Y cómo está Lucas? –pregunta Octavian.

Esa es la pregunta que no quería escuchar y Livia parece pensar lo mismo, ya que aprovecha el estar sentada cerca de nuestro hermano para patearlo por debajo de la mesa.

–¿Qué? –Octavian mira mal a Livia– Es simple curiosidad.

–Aline subió con él para convencerlo de comer un poco –sé que Octavian no dejará de insistir–. Sigue muy deprimido.

–Bueno, supongo que no es su culpa. Después de todo, Alec fue su primer novio y le ha de doler mucho lo que hizo –comenta Emma con pena.

–Es interesante como una persona puede llegar a depender tanto emocionalmente de otra, que cuando esa otra persona se va, te dejas caer como una casa sin columnas. Sería genial estudiarlo –señala Octavian.

–Tú no convertirás a mi hijo en uno de tus experimentos, que ni se te ocurra.

–¿Podría al menos observarlo?

–No. Y si descubro cámaras en su cuarto liberaré a la pitón.

Octavian me saca la lengua y murmura "compré las cámaras para nada." Bufo y continúo perdida en mis pensamientos, el resto parece entender que la comida volverá a pasar en silencio.
Lo que dijo Aline hace un rato realmente me molestó. Claro que me preocupo por Lucas, pero siento que lo mejor es que salga, que esté con su familia para poder recuperarse. Quedarse en su cuarto no le servirá de nada, pero como siempre ha sido, yo soy la mala del cuento.

–¡Helen! –Octavian grita emocionado, no sé en qué momento me quedé sola en la mesa– ¡Mark ya está aquí!

.

–¿Estás seguro? –pregunto a mi hermano mientras paseo nerviosa y alterada de un lugar a otro en el cuarto.

–Claro. La amo, Helen, y quiero pasar mi vida con ella.

–Pero si lo haces nunca podré volver a verte.

–Y eso me rompe el corazón, hermana —él se levanta del sofá–. Pero lo hablamos y tomé la decisión.

–¿Ella te convenció? –pregunto un poco molesta ante la idea.

–Helen, ella insistió en que termináramos. Dijo que mi familia era más importante.

–Deberías escucharla.

–Helen...

–Cuando dijiste que saldrías con una mundana no pensé que fuere tan malo. Cuando dijiste que te irías con ella de vacaciones no pensé que estuviera mal, pero ¿casarte? Eso sí es una locura.

–No, no lo es. Es quizá la mejor decisión que he tomado.

Quiero decirle otra cosa, pero al verlo, con sus ojos brillantes y esa sonrisa tonta, todo rastro de molestia se va de mi cuerpo.

–Si es tu decisión, está bien.

Mark se acerca a mí y me abraza tan fuerte que me quejo, pero le permito ser un poco rudo.

–Gracias, hermana –susurra en mi oído.

–Siempre te apoyaré.

Mark me suelta y yo aprovecho para sobarme los pechos que fueron aplastados cruelmente. Mi hermano menor ríe por eso y señala emocionado la puerta.

–¡Vamos a la playa!

Lucas ][

–Día hermoso –admito.

Miro el horizonte con el agua cristalina, la arena blanca y el sol en lo alto.

–¿Vamos al mar? –propone mi madre Aline.

–No gracias, me quedaré aquí.

–¿Seguro? –pregunta mamá Helen.

–Seguro.

Ambas asienten y caminan junto a mis tíos al agua. Yo me siento sobre una toalla que dejamos en la arena y miro el cuadro que se ha formado. Mis madres se mojan una a la otra con la participación ocasional de Livia, cuyo cabello rosado se ve más pálido a la luz del sol. Octavian parece estar nadando, pero en realidad recolecta muestras de algo en el fondo del agua (podría jurar que lo escuche detrás de mi puerta hace unas noches). Mark y su novia/prometida mundana llamada Carmen, están juntos tomados de la mano. Ella es de piel morena con ojos grises y pelo negro, no sé mucho de ella, salvo que creció con las hadas. Mi tío Jules se mantiene en la orilla del mar con su pequeña hija en brazos, mientras Emma les toma fotos con su celular, ella siempre quiere grabar cada momento porque dice que son únicos e irrepetibles.
Todos se ven felices.
Y yo sigo pensando en Alec, en cómo me desechó de esa manera, en cómo no le importé lo suficiente para decirme las cosas a la cara.

–¿Puedo sentarme? –Mark señala un lugar a mi lado.

No me di cuanta cuando se acercó.

–Claro.

Mi tío se sienta y estira sus piernas. Por el sol su piel se ve más pálida y resplandece gracias a su herencia hada.

–Escuché lo que pasó con Alec.

–¿Mamá te lo dijo?

Mis madres siguen jugando en el agua.

–Está preocupada, igual que todos.

–A ti no te importaba hace dos horas.

–No lo sabía hace dos horas. Tú madre dijo que sólo quieres hablar con ella y Aline, no has dejado que tus otros tíos se involucren

–Si no los dejé a ellos ¿por qué a ti sí?

–Porque no quiero decirte que lo olvides, nunca lo olvidarás, pero si eres un Penhallow lograrás vivir con ello.

–¿Estás diciendo que sólo tengo que superarlo? –lo miro por primera vez.

Es tan parecido a mamá Helen, de cabello rubio, piel pálida y con las orejas puntiagudas, pero sus ojos siguen marcados con la distintiva de la Cacería Salvaje, uno de cada color. El dorado y azul verdoso de los Blackthorn que únicamente mamá Aline y yo no compartimos.

–Lo harás –mi tío coloca una mano en mi hombro–. Eres un chico fuerte, Lucas, sólo debes ver hacia adelante.

–¿Alguna idea de cómo empezar? –pregunto con interés.

Esta es la primera vez que alguien no me dice el típico "todo estará bien" y es algo refrescante en realidad. Algo que necesitaba escuchar.

–Sé que sonará muy de mujer, pero expresa tus sentimientos. Si quieres gritar, hazlo, si quieres llamar a Alec o Magnus y ofenderlos, hazlo, pero exprésate Lucas, eso siempre ayuda.

–No soy bueno con las palabras.

–Escribe entonces. Pero ahora te pediré que te levantes y lleves tus flacuchas piernas al agua. Después de todo, es mi despedida.

Y por primera vez en toda la semana sonrío. Tiene razón, no puedo agriar este momento que es muy importante para Mark y toda mi familia. Me levanto y le extiendo una mano para que haga lo mismo y juntos caminamos al mar. Mis madres me miran con sorpresa, pero no dicen nada cuando empiezan a mojarme y yo les regreso el gesto juguetón. Mark tiene razón, no sólo debo sino que puedo superarlo, y para empezar le enviaré un regalo a Alec.
Pero antes, disfrutaré este hermoso día en la playa.

....

No planeaba publicar, pero mi hermana decidió obligarme a terminar el siguiente capítulo. Parece que sintió pena por Lucas y quería saber qué había pasado con él.

¿Alguien más sintió pena por Lucas?

💜

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