POV CHRISTIAN
Estamos en el auto rumbo al Hospital, Ana no ha pronunciado palabra en todo el camino, solo sonrió cuando saludo a Sawyer, a mí ni siquiera me mira, sé que me lo merezco, pero su rechazo me duele, siento que hoy hice un pequeño avance cuando me acerque a ella, la bese y no me rechazo, la sentí mía de nuevo aunque fue un momento muy corto me transporto al cielo, lo que solo ella puedo lograr.
Mi cuerpo vibro cuando sentí su barriguita en mis manos, me sentí pleno, es un sentimiento tan diferente y tan especial, saber que algo mío crece dentro de ella, algo fruto de nuestro amor. Mi bebe y mi nena son lo mejor que tengo, daría todo lo que fuera por ellas, sé que el camino para recuperarlas va a ser largo, Ana no me lo pondrá fácil, conozco su carácter y sé que me va a costar, pero estoy dispuesto a insistir hasta lograr mi objetivo recuperar a la familia que somos.
Todo el camino la observo, es tan bonita y embarazada de mi hija la hace el ser más adorable, su olor me envuelve y me transporta al pasado que compartimos.
- Podrías dejar de mirarme. Es incómodo. – Me dice mientras mira por la ventanilla del auto.
- Jamás. – Le respondo acercándome un poco a ella- Es la vista más hermosa que he tenido jamás, tú con mi hija dentro de ti, es como una obra de arte digna de contemplar- Estiro y coloco mi mano encima de la suya que esta sobre la silla.
- No te acostumbres a tenernos cerca- Retira inmediatamente la mano y la coloca sobre su vientre- solo acepte venir contigo porque necesito ir al médico y conseguir un taxi en esta ciudad a esta hora es imposible. Tómalo como un servicio de transporte.
- No me importaría convertirme en tu chofer personal. Si con eso consigo estar cerca de ti.
- No te preocupes. Si necesito a alguien que me lleve puedo pedirle el favor a Sawyer- Mira hacia al frente y le sonríe por el espejo retrovisor, él le responde y me da un poco de celos que sea tan cordial con él, cuando conmigo es tan seca. – Además no queremos que el mundo de las fusiones y adquisiciones se viera afectado por tu ausencia para convertirte en mi chofer ¿A propósito no deberías volver a Seattle? Tu imperio debe estar necesitándote. – reconozco un pequeña sonrisa de satisfacción por sus palabras.
- No Nena, en este momento estoy involucrando todo mi tiempo en la mayor adquisición de mi vida, y necesito estar en esta ciudad por tiempo indefinido. Y si, puedes pedirle el favor a Sawyer pero te recuerdo preciosa que él trabaja para mí, y aunque estaría encantado de cederte a mi guardaespaldas, prefiero personalmente cuidar de mis mujercitas y eso pienso hacer. – Le respondo ofendido.
- No, necesitamos que nadie nos cuide, hemos estado solas las dos por bastante tiempo y hasta ahora hemos estado bien, me parece demasiado tarde tu preocupación.
Yo no puedo evitar pasar mis manos por el cabello, ella logra enloquecerme, me repito mentalmente, paciencia, paciencia.
Llegamos al Hospital, yo me bajo del auto rápidamente doy la vuelta para abrirle la puerta, le ofrezco mi mano para ayudarla a salir, pero ella toma la manija de la puerta para apoyarse.
- Por Dios Nena. Déjate ayudar
Pongo mi mano sobre sus brazos y la ayudo a salir, a regaña dientes. Le pido a Sawyer que traiga una silla de ruedas, ella me mira y frunce el ceño.
- No es necesario. Yo puedo caminar. Y ya puedes irte – Me dice con desdén mientras a Sawyer le da las gracias.
- No me voy. Siéntate en la silla, por favor.- No debes caminar, Mi Amor apenas puedes sostenerte en pie. Deja de Pelear conmigo ¿quieres? Ahora lo importante es que te examinen para ver cómo están las dos.- Intento por las buenas, no puedo evitar mirarla con adoración.
- Está bien. Pero con una condición.- Me dice mientras se apoya en mí.
- La que quieras.- sonrió triunfante.
- No me llames Amor, no confundas las cosas.
- Anastasia. – Ella me mira y sé que esta lista para pelear, al igual que yo, pero ahora lo único que deseo es que se recupere, le daré todo lo que quiera. - Esta bien pero antes aclaro que aunque no te llame así, no significa que no lo seas.
Finalmente, Anastasia está en el consultorio, ya la están examinando, no me permitieron la entrada, por insistencia de ella, me pidió nuevamente que me fuera, pero está loca si cree que algo me va a mover de este sitio.
Veo entrar y salir enfermeras al consultorio, finalmente sale Ana en la silla de ruedas con una enfermera y el Medico. Me paro de la silla y voy tras ellos, Ana tiene los ojos rojos, evidentemente ha llorado.
- ¿Como esta? ¿A dónde la llevan?
El Dr. Me mira y mirando a Ana me contesta.
- La paciente va a quedar hospitalizada, necesitamos tenerla en observación por lo menos esta noche, ya que necesitamos realizarle una serie de exámenes.
- ¿Qué tiene?– Los miro desesperado.
- Aun necesitamos hacer unos análisis para dar un diagnóstico definitivo. Por ahora la vamos a trasladar a la habitación.
Me acerco a la silla, me agacho para quedar a su altura, ella que ha esquivado mi mirada todo el tiempo me mira directamente a los ojos, y puedo ver miedo en ellos.
- Tienes mi bolso, necesito el celular.
- Si A... - Quiero decirle amor pero justo en ese momento me acuerdo de nuestro pacto no quiero que me pida de nuevo que me vaya, le entrego el bolso.- Nena lo que necesites yo puedo traerte.
Ella no me responde nada y la enfermera reanuda su camino llevando a Ana por el pasillo del hospital, subimos por el ascensor y llegamos al área de maternidad, yo voy detrás de ellos sin decir una palabra.
Cuando la ingresan a una habitación me doy cuenta que ella debe compartirla con otra paciente, quiero que Ana este muy cómoda, me dirijo al stand de enfermería y pido hablar con el jefe de Piso en una hora ya he organizado que la trasladen al área B del Piso que es privada, la habitación es grande y para ella sola, inclusive logre que instalaran un catre adicional para quedarme con ella en la noche.
Además page para tener una enfermera exclusiva para su atención y logre que llamaran al mejor Gineco-obstetra de la clínica, el cual por unos cuanto miles de dólares me dijo que estaría encantado de atender a mi mujer.
Entro en la habitación al poco tiempo de que la cambiaran, mi nena esta acostada en su cama, conectada al suero y cambiaron su ropa por una pijama de hospital, su barriguita esta descubierta y tiene una serie de cintas sobre ella la que la conecta a un aparato.
- Hola.- La saludo mientras voy entrando en la habitación, su rostro muestra su cansancio y preocupación.
- Hola. Pensé que te habías ido.- Me dice con voz apagada.
Me acerco lentamente, me recuesto sobre la baranda de la cama y agachándome toco con mi mano su rostro.
- Nena. No me voy a ir, ustedes me necesitan y yo las necesito- Intenta replicar a mis palabras y logro silenciarla colocando un dedo sobre su boca- No digas nada, sé que me merezco tu rechazo, que no creas en mí, entiendo que necesito ganarme tu confianza, pero esta noche necesito estar a tu lado.
- Buenas Noches.
Escucho una voz masculina detrás de mí, al volver me encuentro con un hombre de unos treinta años con ropa informal, llevando un morral en su manos.
- Aquí estas Ani, me diste el número de habitación mal. – el hombre se acerca a nosotros, cuando llega a mi lado me extiende la mano.- Mucho Gusto Soy Henry.
Le extiendo mi mano, pero no entiendo quien rayos es este tipo.
- Christian Grey.
- Hola Henry – Lo saluda Ana y le dirige una mirada abrazadora.
- Hola Princesa ¿Cómo estás? – El simplemente se abre paso y se ubica en el lugar donde yo estaba antes, alejándome de ella, le da un beso en la mejilla.- Todo va a salir bien, tú y Phoebe van a estar perfectamente.
- Gracias, lamento haberte hecho venir, pero Carla no está en la ciudad y Emily, ya sabes ella...
Ellos siguen hablando y me ignoran totalmente, me siento fuera de lugar, ¿quién es este tipo?
- No te preocupes ya sabes que puedes contar conmigo, aquí esta lo que me pediste corazón. No encontré tu bolso lila, traje en este morral porque en tu closet no estaba.
- Este está bien. Gracias. Con quien dejaste a Gregy.
- Con la Sra. Williams, estaba encantada.
Me rehusó a permanecer como un imbécil aquí parado, le pidió a él que le trajera sus cosas ¡Por qué no me lo pidió a mí, yo soy el papa!
- Disculpa pero Ana debe descansar. Gracias por traerle sus cosas. Esta noche me encargo yo, amigo. – Le respondo tomando el morral y colocándolo sobre la silla.
El me mira a mí y luego a Ana.
- No Christian. Henry me va a acompañar esta noche. Y si tienes razón debo descansar. Gracias por traerme. Buenas Noches.
Me despacha como quien le pide a su sirviente que se retire.
- No me voy a ir de aquí. – No puedo evitar hablar alto, ¡A mí me echa de su lado! Y le pide a este imbécil que se quede con ella. ¡No lo puedo creer!- Yo soy el papa y tengo derecho de estar a tu lado.
Ella solo me mira, pasa saliva y sé que lo que viene no es nada bueno.
- ¡Me estás hablando de derechos! Llevas tan solo unas horas desde que reconociste que tienes una hija. Que crees que puedes llegar y mandar en mi vida a tu antojo, ese derecho lo perdiste cuando me echaste de tu vida. Yo también tengo el derecho a estar tranquila y Henry me proporciona eso que tú no me das.
Sus palabras me hieren en lo más profundo, me rompen por dentro por que se cada una de ellas en verdad, pero.. Como puedo dejarla con este IMBECIL que además de ser un MALDITO encanto también parece salido de un anuncio de ropa interior de Calvin Klein.
- Ana Mi Amor. – Intento razonar con ella.
- Ya te lo dije Grey. No quiero que me llames así. Y de verdad quiero descansar te pido que te vayas. No quiero seguir peleando contigo.
- Yo tampoco quiero que lo hagas, pero necesito estar contigo, no me quiero separar de ambas. Te lo pido.
Ella lo piensa por un momento, se que mi nena no sería capaz de negarme la oportunidad de estar cerca de mi hija.
- Mira Christian solo nos queda esperar a ver que nos dicen. Ven mañana, hoy ya le pedí el favor a Henry. Entiéndeme necesito tranquilidad.
Me acerco a ella de nuevo, y sintiéndome valiente la beso en la mejilla y coloco mi mano en su barriguita.
- Las Amo. Descansa. Aquí estaré a primera hora.
Me despido y salgo con el corazón destrozado por no poder estar con mi familia en este momento.
HOLA...
Gracias por todos sus mensajes, eso me anima a llegar a casa a escribir a pesar del cansancio del día, esperemos les guste el capitulo aunque no lo crean en Word son 6 hojas.
Nos vemos de Nuevo el Lunes.
Escríbanme muchos mensajes me encanta leer cada uno de ellos.
maymaquina