Malec ¿otra vez?

By scar02

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Alec ama a Magnus y Magnus ama a Alec, eso todos lo saben. También saben que su relación tuvo algunos altibaj... More

Prólogo: Deseo
Dorado
Bebés
Cuidados
Tiempo
Juntos
Turnos
Partenidad
Inquisidor
Tratos
Mami
Papi
Clace y Sizzy
Prioridades
Heline
Confusión
Decisión
Pesadillas
Cumpleaños
Prohibido
Verdad 1/2
Verdad 2/2
Mentiroso
Sí y no
Paloma
Clarividencia
Apoyo
Novio
Reunión
Me gustas
Lorina
Cachetada
Llamas
Despedidas
Paz
Trivialidades
Lágrimas
Otra vez
Inestable
Escucha
Impuntual
Brindemos
Perú 1/3
Perú 2/3
Perú 3/3
Celos
Malec
Cambios
Seguro
Perdido
Lightwood Bane
Fiesta
Matrimonio
Epílogo: Recuerdos
~Extra~

Engaño

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By scar02

UNA SEMANA DESPUÉS

~Idris (casa solariega Lightwood)~

Robert ,,

–¡Chicos, la comida está lista! –no obtengo respuesta– ¿Chicos?

De nuevo no hay respuesta. Camino a las escaleras y subo hasta la puerta de Alec.

–Alec ¿estás ahí? –pregunto un tanto inseguro.

Un golpe se escucha dentro y me preocupo.

–¿Todo bien?

–S-sí, sí –responde mi hijo–. Ya voy, papá, un segundo.

–Muy bien, iré por Magnus.

–¡Magnus me dijo que ya iba! –se apresura a decir Alec– Es que... se está depilando.

–¿Y cómo te dijo?

–¡Está conectado en línea!

–Alec, aquí no hay internet. ¿Qué esta pasando?

–Yo...

–¿Está Magnus contigo? –pregunto sorprendido.

–N-no. No, él...

–¿Qué hacen los dos allí dentro?

–¡Ni un secreto puedes guardar! –se escucha la voz de Magnus.

Me alejo de la puerta antes que se abra. Magnus sale y puedo ver sus ojos cristalinos.

–Magnus, ¿qué pasa? –pregunto preocupado.

Magnus alza la vista y me ve cuando dos lagrimas salen. Me ofrece una carta arrugada y yo la tomo suavemente para leerla:

"Para: Magnus Bane Loss.
Lamentamos informarte que la bruja Daren Gil ha muerto. Sabemos que durante su tiempo juntos como pupilo y maestra crearon un vínculo especial y nos gustaría verte en el funeral mañana temprano. Catarina Loss ya fue informada y será la encargada de llevarte a penas llegues. Lamentamos tu dolor.
Atte: Consejo del Laberinto Espiral."

Veo a Magnus limpiar sus lagrimas con el brazo.

–¿Y no querías decirme?

–No quería que me vieras llorar –responde en un sollozo–. Fui con Alec porque sabía que mi hermano me entendería.

–Está bien llorar, no porque seas grande significa que no puedas hacerlo, ¿correcto?

Magnus asiente y me extiende los brazos, con una sonrisa me acerco para abrazarlo. A pesar de tener quince, aún posee el cuerpo de un niño delgado y frágil. Alec me mira incomodo y le sonrió para tranquilizarlo.

–¿Sabes qué? Olvida el estofado. Hoy veremos películas y comeremos palomitas ¿te parece?

Magnus asiente con una sonrisa triste, pero ya es algo.

–Muy bien, bajaré para hacer las palomitas. Tú elige la película y la vemos en mi cuarto.

–Gracias, Robert.

Le sonrío y lo aliento a ir a su cuarto para que escoja la película. Cómo en Idris no funcionan los celulares ni la televisión, Magnus se entretiene con una colección aceptable de discos.

–Alec, ve al cuarto y prepara la cama –comienzo a caminar a las escaleras cuando recuerdo algo importante–. Oh, y si Jaix está ahí, bájalo con cuidado.

Jaix ya tiene casi trece años, pocas veces sale de mi cuarto, está algo viejo y tiene una enfermedad en la columna por su herencia de salchicha, algo llamado EDIV. Comenzó como pequeñas quejas que pronto se convirtieron en aullidos y un día no se movió, quedó paralizado por casi tres días hasta que le dieron un medicamento especial. Sufre mucho y he pensado seriamente en dormirlo, pero no puedo imaginar mi vida aquí sin él.

.

–¿Les gustó la película? –pregunta Magnus esperanzado.

Lo poco que entendí fue: chica con poderes, chica no sabe controlarlos y huye, chica ataca hermana y hermana se convierte en hielo, la nieve tiene vida.

–¿Por qué las rocas hablan? –pregunta Alec.

–No son rocas, son trols.

–Los trols no son así –le recuerdo–. Son más grandes y no les crecen hongos.

–Esto es una película mundana –señala Magnus–. No hay nefilim o subterráneos en Hollywood.

–Hasta donde tú sabes.

–¿Los hay? –pregunta Magnus sorprendido.

–Creo que es hora de dormir –me levanto y apago el dvd y televisión–. Mañana irás a... al funeral.

–Oh, sí –Magnus se levanta rápidamente–. Debo irme, buenas noche –tan rápido se despide, sale directo a su cuarto.

–Parece que sí le afecto la muerte de su maestra.

–No sabes cuanto –me da la razón Alec.

Jace ^^

–Gracias, Robert, te los regreso el lunes –me despido cuando los otros dos ya han pasado por el portal.

–No hay problema, y salúdame a Catarina.

–Claro –respondo sin importancia y cruzo el portal.

Una vez aterrizo del otro lado veo a Pam, quien me extiende su mano y no para estrecharla. Su piel es pálida con un ligero brillo perlado, tiene cabello castaño y ojos con pupilas de estrellas. Sería muy linda si no fuera tan...

–¿Cuánto te debo? –pregunto sacando mi cartera.

–Un portal a Idris abierto por poco más de media hora, son cuatrocientos dólares –responde directa y claramente impaciente.

–De acuerdo. Doscientos... trescientos... y cien, toma.

Le ofrezco el montón de dinero y ella prácticamente me lo arranca de la mano, después se gira y sale chocando sus botas contra la madera. >Agria, la palabra era agria.<
Siento un cuerpo contra mi pierna y veo a Miss Cuack.

–Miss Cuack, Clary –pido y la gata maúlla antes de comenzar a caminar.

Desde que Robert la trajo se ha quedado aquí, no pareció molestarle los mimos de mis hijos o de Isabelle, ellos la llaman Miss C (algo que a Magnus le molesta bastante). Además de ser muy linda es increíblemente inteligente, puedes preguntarle dónde está alguien y si sabe te guía directo a él y si no, no te hace dar vueltas como cierto gato persa lo hacía. Miss Cuack me guía a la cocina donde veo a mi esposa calentando algo.

–¿Qué haces amor?

Clary salta y gira sorprendida.

–Mmm, la comida, haré un poco de arroz y pollo.

–No te hubieras esmerado.

Clary me golpea el hombro.

–Pronto estará listo, ¿llamas a los demás?

–Claro –le doy un beso antes de irme.

Salgo al pasillo y subo las escaleras. A medio camino, logro escuchar un golpe seco y el quejido de una voz que nunca confundirá.

–Alec ¿estás bien?

–¡Esto te mereces por tirar mi barniz! –grita Magnus y escucho otro golpe.

Cuando llego al final de las escaleras veo a Magnus tomar bruscamente a mi parabatai de su playera mientras lo estrella contra la pared.

–Eh, Magnus, tranquilo –lo sujeto de los hombros y obligo a soltar a Alec–. ¿Pero qué te pasa?

–¡Alec entró a mi cuarto sin permiso y tiró todo mi barniz a la basura! –acusa colérico.

–¡Es dónde pertenece! –responde Alec igual de enojado.

–¿Qué pasa aquí? –pregunta Simon.

–¡Sólo estás celoso porque a mí me queda bien!

–¿Estás enfermo? ¡No eres una niña para usar esas cosas!

Magnus parece querer lanzársele encima, pero lo sujeto a tiempo y Simon hace lo mismo con Alec.

–¡Ya basta! –grito autoritario y ambos se detienen– Alec, no debiste hacer eso y Magnus, tú no puedes golpearlo.

–¡Pues ya lo hice!

–¡La próxima vez será tu purpurina! –amenaza mi parabatai.

Magnus forcejea para alcanzarlo, pero yo lo sujeto firmemente.

–Muy bien, ya me harté. Simon, llévate a Alec a su cuarto –ordeno mientras arrastro a Magnus al suyo–. Están castigados.

Amatis ><

–Magnus –toco la puerta suavemente–. Magnus, soy Amatis, te traje un poco de leche y galletas.

Magnus abre la puerta. Ya no lo veo como a una posible cita, sólo un amigo con el cual hacer peinados. Ni Alec ni Magnus han salido de sus cuartos desde que papá los castigó, parecen muy molestos para todo, incluso para comer.

–Amatis, muchas gracias –Magnus toma el paquete de oreo y la leche tibia–. ¿Quieres pasar?

Asiento y entro a su cuarto donde observo a Miss C dormida en su cama.

–Pensé que Alec había tirado tus barnices –miro su buró donde su colección de botellas está completa.

–Sí, pero no las rompió –responde sin importancia–. ¿Te quieres quedar y pintarnos las uñas?

–En realidad mañana me levanto temprano para entrenar así que... –me encojo de hombres y dirijo a la puerta– Disfruta tu cena.

–Muchas gracias, Amatis. Buenas noches.

Le dedico una sonrisa y cierro la puerta.
Qué raro, Magnus tiene botellas muy finas, tanto que una vez rompí una sin querer por colocarla de forma brusca en la mesa. ¿Y no se rompieron cuando Alec las tiró de su buró al piso? Quizá se dio cuenta que eran muy frágiles y las hechizó. ¿Quién sabe?

Alec ••

–Alec, ya puedes salir.

Con cuidado, me abro paso entre los abrigos para salir del clóset de Magnus.

–¿Por qué la invitaste a quedarse? –pregunto molesto.

–Conozco a Amatis. Sabía que no se quedaría, tranquilo.

–Notó lo de los barnices –señalo su mueble–. Te dije que debimos romper unas botellas.

–Alec ¿sabes cuánto tardé en conseguir esos colores? Ya te dije que todo está bien, además, mira –agita las galletas delante de mí–. Tenemos la cena.

–Bueno, algo más de cena –señalo nuestro picnic detrás de la cama.

Magnus sonríe y deja el vaso y paquete de galletas en nuestro mantel improvisado lleno de comida que trajo Magnus. Sólo esta semana han estado tres veces cerca de atraparnos.
La primera estábamos en mi cuarto y no escuchamos a mi padre llamarnos, pero Magnus improvisó una carta y se hizo llorar, me impresionó lo fácil que pudo hacerlo. La segunda vez Magnus me tomó de improvisto para besarme contra la pared y Jace nos escuchó. Tuve que pedirle muchas disculpas por lo que dije e incluso dejé que me pintara las uñas de los pies. Y ahora, la tercera con Amatis.

–¿Una uva? –pregunta Magnus.

–Claro –me coloco frente a él y abro la boca.

Magnus la lanza al aire y yo la atrapo con los dientes, Magnus sonríe y se acerca para morder la mitad antes de juntar nuestras bocas. Cuando nos separamos lo veo y sonrío, esto es tan natural con él.

–¿Probamos con las galletas?

Asiento y me coloco en posición. El tono de mi celular suena.

–¿Quién es? –pregunta Magnus.

–Déjame ver –desbloqueo el celular y abro el mensaje.

"Cariño ¡Te extraño! Lamento no poder haberte visto, mi madre Helen tiene muchos hermanos, lo que significa muchos cumpleaños. Pero no te preocupes, hablé con Malcolm y me dijo que mañana creará un portal para ir a verte. ¡Estoy muy emocionado por recuperar el tiempo perdido! Te amo. Lucas."

–Es Lucas –guardo el celular–. Él viene mañana.

Magnus se aleja y toma una galleta.

–Entonces hay que aprovechar el tiempo –sin esperarlo, unta la crema en mis labios y antes de procesarlo ya está lamiéndolos.

Cuando estoy con Magnus siento que no quiero estar con nadie más... pero Lucas es tan honesto y amoroso conmigo que no puedo lastimarlo. Le pedí a Magnus tiempo para pensarlo, pero cada vez que estamos solos nos besamos o sólo nos vemos con ternura y de un momento a otro terminamos así, haciendo todo lo posible para que no nos descubrieran, en especial Lucas.
Todo esto no cuenta como engaño ¿verdad?

.......

Quiero agradecer a las siguientes personas por sus votos:

joanaalopez77 . Daina99 . @AndreaVazquez275 . @tanehy . @Kobato-shiro . @Medalit95 . @CovaDC_LVL . @Julesaline . andreamafara . Gore_Perea . @Rutilturrez

¡Muchas gracias! Este capítulo es para ustedes.

💜

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