~Katniss~
El edificio cae creando un gran estruendo.
Todos corremos a la Cornucopia.
Cuando llego cojo un arco, un carcaj de flechas y una mochila.
-¡Katniss tenemos que irnos, rápido! -me grita Peeta.
Salgo corriendo hacia él y cuando estoy a su altura, corremos los dos.
Salimos del claro de las plataformas y nos adentramos en la zona de los edificios.
Seguimos corriendo zigzagueando entre las grandes estructuras.
-¡Eh! -dice Joana-, vamos a entrar a alguna casa para resguardarnos.
-Vale, ahí supongo que podemos -dice Gale señalando un edificio-. Peeta, ayúdame.
Peeta se acerca a Gale y entre los dos rompen la puerta de madera de un edificio.
Detrás de nosotros se oyen tres pequeñas explosiones seguidas. Me giro y veo a lo lejos un edificio derrumbándose. Se me pone la piel de gallina.
-¡Va!, ¡Va! -grita Gale haciéndonos una señal con la mano para que entremos en el edificio.
Es alto. Tiene como unas cuatro plantas. Los cristales están rotos y de las ventanas salen ramas y hojas.
Cuando ya estamos todos dentro, me dejo caer en el suelo para reponer fuerzas. Hacía mucho tiempo que no corría tan deprisa.
Cuando me tumbo me doy cuenta de algo que no había advertido antes: voy vestida con mi traje de Sinsajo.
-Sacad todo lo que tengáis en las mochilas -ordena Gale-, a ver que podemos hacer.
Estamos Peeta, Annie, Gale, Joana y yo.
Cojo mi mochila y se la lanzo a Gale, que de inmediato me mira y yo aparto la mirada.
Cierro los ojos para deshacerme de las lágrimas que tengo.
***
Ahora ya no estoy en los Juegos. Estoy en mi casa tranquilamente.
Peeta, que no podía dormir, se ha bajado al comedor y estoy sola en la cama.
«Pum» -suena como un golpe.
Abro los ojos y miro al rededor de mi habitación. No hay nada.
«Pum» -otra vez.
Me incorporo y miro la ventana.
¡El presidente Snow está dando golpes al cristal!
-El Juego no ha terminado, nunca terminó -dice dando otro golpe.
«Pum»
-¡Aaaaah! -me despierto de mi sueño sobresaltada-, ¡ah!.
Todos se acercan a mí y me dicen que no pasa nada y que me tranquilice.
-No te preocupes Katniss, todo va a salir bien. Relájate.
«Pum»
-¡Ah! -grito; y Peeta me abraza.
-Tranquila, sólo son explosiones -me dice Annie.
-¿Y quieres que esté más tranquila?
-Supongo que serán vainas explosivas -dice Gale.
Peeta me dice que tengo que comer algo. Lo hago.
Como dos barritas energéticas de las que habían en las mochilas.
Joana aparece por detrás de mí y me coge por el hombro.
-No te preocu...
Suena un fuerte estruendo debajo de nosotros y la casa se parte por la mitad.
El suelo de la Arena se parte en dos trozos que se separan como una placa tectónica.
Peeta y Annie están a un lado, el que se separa, y los demás estamos en el otro lado.
-¡Vamos Saltad! -grito.
-¡Venga!
Peeta salta sin problemas y yo le abrazo. Annie salta después y salimos de la casa que se está derrumbando.
El suelo se parte en más trozos.
Se crea una grieta entre mis piernas y se separan una de la otra. Caigo y me agarro a un trozo del suelo.
-¡Aaaah! -grito-, ¡Peetaaaaa!
Peeta aparece y me coge con su fuerte brazo. Me sube y salimos corriendo de la casa.
Una vez fuera vemos a lo lejos a alguien correr hacia nosotros.
-¡No os quedéis ahí! ¡Corred! -nos dice Beetee, que es el que viene corriendo.
Detrás de él aparece un tigre mutado que le persigue.
-¡Coreeed! -nos repite.
-Vamos ir yendo -ordeno.
-Pero Katniss... -dice Peeta.
-Hacedme caso, enseguida os alcanzo.
Los demás empiezan a correr y yo saco una flecha del carcaj, agarro mi arco y poso la flecha en él.
La hago volar y le da en todo el lomo al muto.
Beetee viene hacia mí y cuando está a mi altura, corremos los dos para alcanzar a los demás.
-Si intentan matarnos... -dice-, lo están consiguiendo. No puedo más.
Está muy cansado, se le ve en la cara.
-Beetee tenemos que irnos.
Dos tigres giran la esquina por dónde Beetee ha aparecido y corren dando grandes saltos hacia nosotros.
Me quito el carcaj de la espalda y busco una flecha explosiva.
La cojo y cuando la voy a posar en la cuerda del arco, de los nervios se me cae al suelo.
-¡Katniss! -grita Beete-, ¡vamos!.
Recojo la flecha, aunque ya no hay tiempo. La poso sobre el arco y la disparo en medio de los dos tigres.
Al tocar el suelo explota y los mutos salen volando.
Me coloco como puedo el carcaj de nuevo en la espalda mientras los dos corremos.
-¡¡¡Katniss cuidado, quieta!!! -me grita Beetee, pero es demasiado tarde.
Piso, y un trozo de suelo de medio metro cuadrado dónde he pisado se hunde unos centímetros.
Mierda, he chafado una vaina.
De las ventanas de los edificios que tenemos a los lados empieza a salir agua a presión.
Empezamos a correr, y el agua empieza a perseguirnos como agua de mar, creando olas que se aproximan a nosotros.
Una ola toca toca mis botas y sin darme cuenta chafo fuerte -porque voy corriendo- y salpico agua que va a parar a mi mano.
Un fuerte dolor se apodera de mí. Los dedos empiezan a arderme.
Me los chupo pero el dolor no cesa.
Alcanzamos a los demás y seguimos corriendo. Giramos una esquina y vemos a dos personas. Una de ellas está disparando con una pistola a un... ¿agente de la paz?
Cuando lo mata se dirigen a nosotros.
¡Oh Dios mío! Son Cressida y Pollux.
Al parecer se alegran de vernos.
Cressida se acerca a mí rápidamente. Al principio me pongo tensa porque creo que me va a disparar. Pero enseguida me abraza y me pregunta qué tal estoy.
No había pensado en ello. ¿Cómo estoy?
-Procurando sobrevivir -supongo.
Pollux se acerca y me hace un saludo con la cabeza. Yo se lo devuelvo.
-¿Hay agentes de la paz? -pregunta Peeta.
-No -responde Cressida-, hemos matado a dos y al acercarnos les hemos quitado el casco y eran una masa carnosa viscosa.
-Mutos -susurro.
-Exacto.
-Tenemos que escondernos en algún sitio bajo tierra -dice Cressida.
Pollux asiente y señala una pequeña casa. Empieza a correr hacia ella y nos hace un gesto para que vallamos.
Dentro hay unos escalones que conducen a un sótano cerrado que parece bastante seguro.
Cressida le hace unos gestos con las manos a Pollux, y este le hace otros.
-Pollux dice que sabía que aquí habría un sótano por el modelo del edificio exterior. Es experto en sitios subterráneos.
Sí, recuerdo que Pollux se guiaba bien por los pasadizos subterráneos del Capitolio. Allí es donde trabajaba.
Me pregunto dónde estarán Plutarch Heavesbee y Haymitch.