Detrás del arcoíris ||L.S.

By CallThemLarry

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¡¡YA DISPONIBLE EN FÍSICO!! EN AMAZON [ EDITORIAL NARANJA ] ❝¿Qué pasa cuando un homofóbico se enamora de un... More

||Dedicación.
||Prólogo.
||Capítulo 1.
||Capítulo 2.
||Capítulo 3.
||Capítulo 4.
||Capítulo 5.
||Capítulo 7.
||Capítulo 8.
||Capítulo 9.
||Capítulo 10.
||Capítulo 11.
||Capítulo 12.
||Capítulo 13.
||Capítulo 14.
||Capítulo 15.
||Capítulo 16.
||Capítulo 17.
||Capítulo 18.
||Capítulo 19.
||Capítulo 20.
||Capítulo 21.
||Capítulo 22.
||Capítulo 23.
||Capítulo 24.
||Capítulo 25.
||Capítulo 26.
||Capítulo 27.
||Capítulo 28.
||Capítulo 29.
||Capítulo 30.
||Capítulo 31.
||Capítulo 32.
||Capítulo 33.
||Capítulo 34.
||Capítulo 35.
||Capítulo 36.
||Capítulo 37.
||Capítulo 38.
||Capítulo 39.
||Capítulo 40.
||Capítulo 41.
||Capítulo 42.
||Capítulo 43.
||Capítulo 44.
||Capítulo 45.
||Capítulo 46.
||Capítulo 47.
||Capítulo 48.
||Capítulo 49.
||Capítulo 50.
||Capítulo 51.
||Capítulo 52.
||Capítulo 53.
||Capítulo 54.
||Capítulo 55.
||Capítulo 56.
||Capítulo 57.
||Capítulo 58.
||Capítulo 59.
||Capítulo 60.
||Capítulo 61.
||Capítulo 62. (Final)
||Epílogo.
Detrás del arcoíris en FÍSICO
||DETRÁS DEL ARCOÍRIS DISPONIBLE EN AMAZON

||Capítulo 6.

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By CallThemLarry

Doncaster, Reino Unido.

Habían pasado tres meses desde aquel día, desde el día de la marcha y desde la última vez que Harry había visto a Louis Tomlinson.

La noticia de que un chico había ganado el juicio contra Troy Tomlinson respecto a la petición de una marcha del orgullo a la diversidad sexual en Doncaster se había esparcido rápidamente por Internet, y muchas personas habían conocido a Harry y a su fundación gracias al gran discurso que había dado en el tribunal. Una de esas personas era Josh Devine.

Harry se encontraba empacando sus cosas, la maleta estaba sobre la cama y tomaba unas cuantas camisas de su cajón para doblarlas y posteriormente empacarlas. Le había llegado una notificación desde Mullingar, Irlanda de una comunidad gay que quería ponerse en contacto con él. El lugar al que debía ir no estaba muy alejado de Doncaster, pero le sorprendía de que las noticias hubieran llegado hasta aquel lugar.

La comunidad gay de Mullingar quería establecer algún tipo de alianza con él puesto que su fundación se estaba volviendo exageradamente famosa y querían ayudarle a los gastos si a cambio dejaba que la comunidad de Mullingar hiciera algo similar. Una marcha, una fundación como la de él. Harry no había dudado en aceptar de inmediato y ahora se encontraba haciendo maletas para visitar a Josh Devine, el encargado de todo el movimiento que estaba a punto de comenzar.

Obviamente no iba a decir que no, mientras más gente ayudara a las personas a no ser desamparadas, mucho mejor. Y Harry se sentía un poco orgulloso de sí mismo de haber podido lograr su meta, la de que más personas se dieran

—Harry, ¿estás seguro de esto? —le preguntó Anne quien iba entrando a la habitación mientras miraba a Harry terminando sus maletas— No quiero que te pase nada en una ciudad desconocida, ¿no irás con alguno de tus amigos? ¿no invitarás a Nick o a Jeff? —preguntó preocupada.

—Tranquila, no me pasará nada —la tranquilizó mientras seguía empacando—, todo está planeado. Un taxi me recogerá en el aeropuerto y me dejará en el centro de Mullingar, el edificio es fácil de reconocer. Ya tengo el hotel de hospedaje no te preocupes, revisé los hoteles de la zona por Internet hace un par de días Anne.

—¿No quieres que te acompañe? Puedo dejar la casa encargada con la señor-

—No Anne, tranquila—la interrumpió y volteó a verla mientras le sonreía de manera tranquila—. Todo saldrá bien, te llamaré una vez que llegue.

A su madre no le quedó otra opción más que aceptar, su hijo estaba emocionado porque su campaña y fundación se estaba expandiendo como el fuego en la madera. Estaba seguro de que habría a más gente que salvar una vez que las cosas se estabilizaran lo suficiente.

Podría divulgar un mensaje de igualdad si es que podía atraer la atención de las cámaras y del mundo periodístico, podría darse a conocer y así los adolescentes que se declararan homosexuales tendrían a donde ir si no eran aceptados. El número de suicidios a causa de la discriminación disminuiría increíblemente.

Pero claro, eso era pensar a un lugar lejano, primero tendría que empezar por lo básico, y hacer aquella marcha había sido el primer paso.

—Sólo cuídate ¿quieres? —le pidió Anne—, no me sorprendería en lo absoluto que la gente ya tuviera cierto rencor sobre ti, y ya sabes a quién me refiero.

Claro, cuando se estaba apoyando a la población homosexual y a la comunidad gay, cualquier persona estaba contra ti. ¿Por qué? porque pensaban que un gay, una lesbiana, un bisexual, un transexual o cualquier persona con diversidad sexual y también aquella persona que lo apoyaba, que creía que aquello era aceptable y correcto debía de ser erradicada.

Una completa estupidez.

—Lo... lo tomaré en cuenta —respondió en una media sonrisa.

||

Mullingar, Irlanda.

Posiblemente habían pasado un poco más de cinco horas desde que Harry emprendió el viaje cuando el avión comenzó con su descenso y las azafatas avisaron que estaban llegando a su destino, pidiendo a los pasajeros que se colocaran sus cinturones.

Harry no fue la excepción, comenzó a despertarse y sintió un repentino mareo y unas ganas interminables de vomitar, efecto de la primera vez que viajaba en un avión. Se tragó su malestar y se colocó su cinturón cuando se lo indicaron.

Poco después el avión aterrizó, la gente se levantó y posteriormente salió por la puerta, Harry intentó hacer lo mismo pero estaba todavía adormecido y había demasiada gente, así que prefirió no moverse hasta que estuviera casi vacío.

Se sentó de nuevo y corrió la cortina de la ventanilla para ver el exterior, estaba completamente oscuro, era de noche. El siguiente día en la mañana tendría que ir a la reunión con un joven llamado Josh Devine, el encargado de la comunidad gay.

La vista desde el aeropuerto no era nada fuera del otro mundo, gente corría de aquí para allá y aviones de metal aterrizaban en la autopista. Pero se sentía muy distinto a cuando estaba en Doncaster. Iría al hotel y se hospedaría, mañana por la mañana hablaría con Josh... Estaba realmente nervioso pero muy feliz.

Finalmente vio que el último en bajar era él así que rápidamente se levantó, tomó su maleta de un compartimiento que se encontraba encima de él y bajó del avión con una sonrisa pintada en su rostro.

||

Mientras tanto en un lugar no muy lejano de allí, Niall Horan se encontraba vagando por las calles iluminadas, totalmente sucio y destrozado. Con lágrimas secas en las mejillas y el cabello rubio revuelto.

Había pasado cuatro días completos desde que había dejado su casa y su vida a un lado para irse a la calle, había regresado a la casa de Zayn después de lo que había sucedido, pero no había encontrado a nadie. Ni siquiera los padres de su novio le habían abierto las puertas cuando había tocado y gritado desesperado por saber sobre Zayn, si seguía vivo, si estaba muerto... Nadie lo había ayudado cuando se había desplomado llorando sobre el suelo, y los vecinos lo habían ignorado.

Y no había regresado a casa, no quería ver a sus padres. Aquellos que se habían atrevido a arrebatarle al amor de su vida como si fuera cualquier cosa. Estaba demasiado herido como para volver.

Sin Zayn la vida para él no tenía sentido, cada segundo que pasaba era como si éste estuviera muriendo en vida. La imagen de su novio tirado en el suelo siendo golpeado por su padre lo torturaba y lo perseguía en sueños, despertaba a mitad de la noche siempre, viendo el rostro de Zayn lleno de sangre y soñaba su voz diciéndole ''Por favor, vete''.

Desde que se había ido le habían sucedido tantas cosas, había tenido que robar varias veces para poder comer, había sido golpeado y humillado por todas aquellas personas que se cruzaban en su camino, recibía miradas de asco y desaprobación de la gente que lo miraba e incluso había sido abusado sexualmente una vez por dos hombres. Estaba tan frágil y tan roto como una hoja de papel vieja y amarillenta.

Se aprovechaban de lo escuálido, débil y herido que estaba. De que ya no le quedaban fuerzas suficientes como para luchar contra la marea, se estaba dejando llevar y arrastrar, ahogar...

Si aquella era la libertad, no la quería.

Él sólo quería a Zayn de vuelta. Quería verlo de nuevo, quería escucharlo de nuevo, quería besarlo de nuevo, necesitaba sentirlo, necesitaba sentirse rodeado por sus brazos y que éste le dijera que todo estaría bien si permanecía a su lado. Necesitaba sentir sus brazos, necesitaba sentir el calor que emanaba de su cuerpo.

Sin Zayn que lo defendiera y le dijera que lo quería cada día, su vida no tenía sentido. Quería reencontrarse de nuevo con él y decirle que también lo amaba y que lo extrañaba.

||

Harry caminaba por las extrañas calles de Mullingar completamente confundido y algo desesperado, había rodado por los alrededores del aeropuerto en busca de un taxi o de una parada de autobús y jamás había encontrado una. O quizá no conocía el aspecto de los taxis y se había confundido. Harry era muy despistado.

Con algunas instrucciones de desconocidos que se habían cruzado en su camino se encontraba (milagrosamente) a unos cuantos minutos del centro de la ciudad para poder llegar al hotel y hospedarse. Realmente no había tenido que caminar demasiado, pero sí estaba algo cansado.

Se detuvo y cuando estuvo de cruzar la calle, escuchó un pitido y un coche pasó rozando a su lado, mientras sonaba el claxon advirtiéndole que se hiciera para atrás. Sobresaltado dio un saltó y arrastró con rapidez su maleta hasta la seguridad de la banqueta.

No podía cruzar la calle porque era una avenida, estaba repleta de coches que pasaban rápidamente en ambos sentidos, así que tendría que caminar más y subirse al puente para llegar al otro lado. O podría intentar cruzar y terminaría aplastado.

Su maleta pesaba un poco así que empleaba fuerza para jalarla por la banqueta irregular, a veces se atoraba en algunas grietas y otras se detenía a causa de que una llanta se había quedado atrapada en un agujero del suelo.

—Vamos, joder... —susurró algo cansado de tanto destrabar su maleta.

Por fin llegó su alivio al ver que no habían escalones para subir el puente peatonal, si no una rampa. No tendría que cargarla y sudar hasta llegar a arriba, genial. Ya se había estropeado el peinado y la ropa, y realmente no eran cosas importantes.

Subió y zigzagueó para poder subir, el puente estaba pobremente iluminado pero aún así veía bien. Comenzó a caminar y lo vio todo con más claridad, allá a lo lejos casi al otro lado del puente se podía ver una figura entre las sombras.

No se le hizo nada raro, hasta que se acercó y pudo ver que ésta persona era un chico con ropas sucias y cabello rubio. Inclusive hasta estuvo a punto de saludarlo cuando el chico con un rápido movimiento se encontró del otro lado del barandal.

Comenzó a caminar rápidamente hacia él, aterrado.

Iba a saltar al vacío, específicamente a la avenida.

Se iba a aventar... se iba a matar... Harry abrió mucho los ojos asustado, soltó su maleta y echó a correr tras el chico. No. No lo podía permitir. Ya había visto demasiados suicidios y no podía permitirse uno más. No después de lo que le había pasado a Gemma, a su hermana.

No después de tanto.

||

Niall sintió el aire que provocaban los coches al ir tan rápido de un lado a otro, cerró los ojos ansiando su muerte, quiso ver toda la vida en la oscuridad de sus ojos como en las películas, y sin embargo sólo pudo ver el rostro de Zayn detrás de sus párpados.

Claro, Zayn había sido su vida.

Había sido porque en ese momento estaba a punto de acabar con ella, sabía que el suicidio jamás podría ser una opción pero no veía otra salida porque no había otra. Le haría compañía a Zayn y esta vez nadie los separaría, ni siquiera sus padres, ni siquiera Dios. Se despegó por completo de la barandilla y se lanzó al vacío.

Esperó el impacto con los ojos cerrados, esperó que sus pies tocaran la tierra y morir... Pero en cambio sintió el agarre de algo que lo detenía fuertemente por las muñecas impidiendo que cayera. Lastimándolo con el brusco movimiento.

Subió la vista confundido y con los ojos llenos de lágrimas. Pudo observar entre su visión borrosa a una figura acuclillada en la orilla de la barandilla con una mano sosteniendo su cuerpo y la otra sujetándose en la barandilla, impidiendo que ambos cayeran.

—¿Qué hace? —le reprochó el pequeño rubio en un chillido, retorciéndose mientras intentaba zafarse—, ¡suélteme!

—No te soltaré —le susurró éste entre dientes debido al esfuerzo que hacía para mantenerlo sujetado—, no lo haré. No estoy dispuesto a perderte.

—¿Qué dice? —le preguntó gritando, temblaba y su voz flaqueaba— ¡Ni siquiera sabe quién soy, no puede perderme!

—Me arrepentiré después si no te salvo ahora —le dijo Harry, con la mirada enternecida. El sólo ver que un niño tan pequeño quería quitarse la vida lo llenaba de remordimiento, ¿qué clase de personas lo habrían orillado a hacer aquello?—. Creo que eres una persona muy fuerte al estar dispuesto a suicidarte y aguantar el dolor que eso conlleva, pero te pido por favor que seas fuerte un poco más para estar dispuesto a vivir, por favor, te lo ruego. Vive, vive una vez más ¿sí?

Niall flaqueó, recordó a su madre, a su propio padre queriéndolo muerto... Hizo fuerza para que el chico lo soltara y éste hizo un gesto de dolor cuando Niall se retorció de su agarre. Si seguía así iban a caer los dos pero Harry se aferró con una fuerza extraordinaria a la barandilla y al chico. No estaba dispuesto a perder a una persona más.

—Si me conociera no estaría pidiéndome que viviera, la mayoría de ustedes me quiere ver muerto, así como mi padre, así como mi familia, así como mis amigos... ¡Como todos! ¡Déjeme morir! —chilló Niall, tenía los sentimientos a flor de piel.

—Te aseguro que yo no soy parte de la mayoría, déjame salvarte —le rogó este chico con voz ronca, mientras hacía gestos por el gran esfuerzo que estaba haciendo por mantener el peso de Niall— Si te han echo algo y eso te a orillado a hacer esto, no dejaré que te hagan más daño. Prometo que nada te pasará estando conmigo.

Y a pesar de que ese chico era un completo desconocido, a pesar de que no lograba verle bien el rostro ni sabía su nombre o quién era... Niall cedió. Soltó un par de sollozos y se dejó vencer por las palabras de ese chico, creyendo en su promesa que carecía de sentido para él. No forcejeó más pero tampoco intentó subir de nuevo.

El chico dejó de forcejear y Harry pudo subir su cuerpo con más facilidad, sudaba debido al esfuerzo pero la intención de salvar a aquel pequeño era más importante que su cansancio. Contó hasta tres y jaló del chico hasta que pudo tomarlo de la cintura y Niall pudo sostenerse del suelo para ayudarse a sí mismo a subir.

Pronto ambos se encontraron a salvo encima de la barandilla y Harry se pasó del otro lado del puente, ayudó al joven a hacerlo también y estuvieron a salvo. Harry se le quedó viendo mientras respiraba agitadamente tratando de recuperar el aliento. Eso había sido bastante arriesgado. Niall lo veía con una mezcla entre tristeza y vergüenza.

Niall vio sus ojos, eran de un color verde muy bonito. Demostraban calma y amabilidad, demostraban el color cálido que esperabas ver después de un día gris. El verde era su color favorito y ese chico tenía los ojos de ese color.

Harry habló para aligerar la situación.

—Bien, ahora estamos a salvo —comentó Harry y le sonrió mostrándole los hoyuelos a ese chico.

Bastó escuchar su voz para que Niall se derrumbara otra vez, ahora estaba preso del pánico y del miedo por lo que acababa de suceder, así que sin pensarlo se aventó contra los brazos de ese desconocido y lloró en su pecho.

Harry a penas se inmutó unos segundos, sin embargo lo rodeó con sus largos brazos abrazándolo con cariño y consolándolo.

—Tranquilo, a partir de ahora todo estará bien —dijo en voz baja.

||

Harry y el adolescente entraron en la habitación del hotel, el joven Styles encendió las luces y el cuarto se iluminó dando paso a una cama matrimonial, una pantalla y un cuarto de baño al fondo, algunas pinturas adornaban las paredes, todo bastante bonito y elegante.

Niall y él habían caminado silencios por las calles hasta llegar al hotel que había encontrado Harry por Internet en el que se hospedaría. Había tomado de la mano delicadamente a Niall todo el camino y éste había llorado en silencio mientras caminaban. A Harry le había importado una mierda las miradas de asco que le dedicaban al adolescente por estar sucio, había tomado su delicada mano con orgullo.

Y ahora estaban ahí, en la habitación de hotel. Y Niall se sentía extrañado de que ese chico fuera tan amable con él cuando ni siquiera lo conocía.

—Pasa, ponte cómodo. Yo iré por mi maleta —le ofreció el rizado mientras dejaba a Niall en la habitación y salía en dirección al pasillo por su equipaje.

Harry salió y Niall se quedó pasmado al ver aquello, ver tantos lujos después de largos días de duro suelo era como un sueño. Directamente y como un niño pequeño se aventó a la cama y se acostó entre sus sábanas, hace mucho tiempo que no dormía en una.

Tomó una almohada y la puso debajo de su cabeza, estaba tan cómoda. Comenzó a reír tontamente como un bebé, aquello era la gloria. Se recostó y miró al techo, realmente parecía que había pasado una eternidad desde que se había acostado tan cómodamente. Volvió a reír y su risita llegó hasta los oídos de Harry que iba entrando a la habitación.

—¿Te diviertes? —le preguntó el oji-verde divertido, que lo observaba desde la puerta con algo de curiosidad, Harry sonrió al ver que este adolescente parecía ser algo feliz después de lo que había pasado.

Las mejillas del joven se tornaron de un color carmesí intenso y Harry soltó una suave risa, se introdujo en la habitación y cerró la puerta tras de sí. Puso la maleta encima de la cama matrimonial y sacó alguna ropa, un pantalón, una camisa y ropa interior. Se la puso con cuidado al chico en las manos.

—Puedes darte una ducha si quieres antes de cambiarte —le aconsejó mientras lo veía con esa mirada, con esos ojos que inspiraban calma—, después mandaré a traer algo de comer. No te preocupes, no soy secuestrador, ni violador y mucho menos traficante, así que siéntete cómodo. Si necesitas algo me avisas, ¿te parece?

A pesar de que Niall era muy desconfiado algo en los ojos verdosos de aquel chico y de su sonrisa sincera le indicaba que era un tipo de fiar. Harry tenía ese algo que hacía a los demás flaquear, tenía ese algo que hacía que los demás confiaran ciegamente en él y lo mejor de todo era que él jamás defraudaba a alguien.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Harry con curiosidad— ¿Puedes decírmelo?

Niall se quedó callado y observó el suelo, realmente no quería recordar su nombre, decirlo en voz alta sería admitir todo lo que le había sucedido hasta ese día, y realmente todavía no estaba preparado...

—Puedes decírmelo después si lo deseas, no te obligaré a nada pequeño —le dijo inmediatamente Harry al ver que el adolescente veía el suelo con un tremendo gesto de dolor—. Anda, ve a ducharte si lo deseas, después hablaremos.

Niall alzó la vista para mirarlo, ¿realmente él era alguien real? Él era la mejor definición de ser humano que podría haber encontrado. Si alguien le preguntara el significado de ''humano'' a Niall, él diría el nombre de aquel chico, aunque hasta ese momento no lo sabía.

—E-enseguida vengo —susurró tartamudeando y se dirigió corriendo al baño.

||

Ambos chicos se encontraban comiendo todo tipo de platillos encima de la cama, sin importar que las sábanas se mancharan, podrían pedir un cambio después. Harry había ordenado bastante comida, y postres. Pasteles, helado, dulces...

La televisión estaba encendida en un programa de comedia y de repente Harry soltaba estruendosas carcajadas roncas (bastante cómicas) que provocaban una risita tímida en Niall. El helado era el último platillo, era el postre más importante, cuando se acabó Harry decidió que había sido suficiente comida.

Necesitaba hablar con él de algo serio, debía saber qué había generado que él hubiera estado al borde del suicidio. Quería saber quién era, por qué estaba ahí y qué lo había orillado a tomar una decisión tan extrema. No le había importado el ayudar a ese chico, pero ahora quería saber de él. Y esperaba que no fuera un tema incómodo para hablar.

—¿Qué tal te sientes? —le preguntó, intentando entablar una conversación más o menos normal, ambos estaban sentados en la cama con las piernas cruzadas.

Niall tenía la ropa de Harry y ésta le quedaba grande, pero jamás se había sentido tan cómodo y, no feliz, pero sí era un sentimiento con el que podía lidiar. Su corazón no dolía tanto como antes, pero el dolor estaba ahí.

—Pues... bien. Hace mucho que no me bañaba —dijo con su voz tierna y linda—, la ropa me queda algo grande, pero todo está muy bien. Gracias por todo, de verdad gracias...

Niall comenzó a ponerse nervioso y mejor se puso a jugar con su ropa mientras bajaba la mirada, sabía que había llegado el tiempo de dar explicaciones y eso era algo duro para él.

—Bien, y no hay nada que agradecer —dijo Harry con una sonrisa al escucharlo, retirando la charola de la cama y poniéndola en la mesita de noche—. Pero creo que es tiempo de una explicación de todo lo que ha pasado en el puente.

El pequeño se puso pálido y comenzó a tartamudear, no había esperado esa pregunta.

—Y-yo...

—Creo que eso a sido demasiado directo —se disculpó con torpeza y le regaló una sonrisa de disculpas—. No me parece bien que me tengas que explicar todo eso ahora, es más, sigo siendo un desconocido, que tonto soy —se pegó en la frente con su palma—, no me he presentado.

Se incorporó un poco y volteó hacia él, extendiéndole la mano con cortesía y con esa sonrisa amable que lo caracterizaba.

—Soy Harry Styles, y tengo veintidós años —se presentó—. Soy defensor y parte de la comunidad gay, de hecho vine precisamente aquí para un asunto de la comunidad gay de esta ciudad, espero que eso no te incomode —le dijo encogiéndose levemente de hombros medio disculpándose—. Supongo que debí de habértelo dicho desde el principio.

Niall se quedó pasmado y por lo tanto no le dio la mano, Harry creyó que era porque a ese chico no le agradaba, no quiso obligarlo a nada así que retiró la mano y se quedó esperando su respuesta. Esperaba que no lo odiara como algunas personas, porque de verdad le caía bien ese adolescente, y quería conocerlo. Quería ser su amigo y cuidarlo, porque eso fue lo primero que sintió cuando lo vio, un fuerte impulso de cuidarlo.

—¿Eres... eres gay? —le preguntó el chico con cierto miedo, no miedo de Harry, miedo de sí mismo.

—Pues... supongo que sí —dijo sonriendo tímidamente.

La sonrisa de Harry despertó algo en Niall y las lágrimas empezaron a aflorar de nuevo en sus ojos, parecía tan feliz de ser homosexual, ¿cómo era que no se avergonzaba de decirlo o de serlo? ¿Cómo no se apenaba de admitirlo en voz alta como él? ¿Tanta valentía tenía Harry como para admitir que le gustaban los chicos?

—¿Y... tus padres siempre te apoyaron? —preguntó con vacilación.

—Uno sí y otro no —contestó con sinceridad. A Harry no le gustaba hablar de eso y ahí estaba, hablando con un adolescente sobre la separación de su familia—. Mi madre me ha apoyado hasta ahora y mi padre prefirió dejarnos antes que tener un hijo gay —sonrió con tristeza—, supongo que eso fue lo mejor que pudo haber echo, desde el principio debes de saber quién te quiere como eres y quién te rechaza para saber a quién darle importancia.

—Mis... mis padres no me aceptaron... Tuve que huir de casa —susurró admitiéndolo por primera vez.

Harry se sorprendió de lo joven que lucía entonces, era sólo un bebé. Un bebé que había decidido escapar de casa por no ser apoyado. Probablemente no tenía más de dieciocho años, ¿quién podría discriminar a un niño así? ¿quién podría ser tan insensible como para obligarlo a huir a un mundo tan miserable?

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó en voz baja, completamente sensible debido a la situación del adolescente.

Niall alzó la vista y miró directamente a los ojos a Harry. Se lo podría decir a él, sólo a él...

—Niall... Niall James Horan.

Le tomó la diminuta mano y la apretó consolándolo, ambos se veían y Harry se dio cuenta entonces de lo triste que lucían sus ojos a pesar de tener un color tan vivo y hermoso.

—¿Sabes Niall? Hoy en día hace falta valor para ser gay.

Niall asintió y supuso que quizá podría hablar con Harry respecto a eso, podría hablar con él y lo comprendería porque él había pasado por una situación similar.

—Mis padres... —comenzó a hablar primero un poco bajo hasta que se armó de valor y habló en voz alta— sobre todo mi madre... decía que la iglesia no aceptaba a los homosexuales. Mi mamá Maura era muy devota de la religión y decía que los gays y las lesbianas sólo eran abominaciones tachadas por Dios. Decía que uno decidía ser eso, que lo hacía por lujuria y por llevarle la contra a Dios. Ella me dijo que... dios no me amaba. Y yo... yo amo a Dios, no quiero que me odie.

—Niall, la iglesia no tiene la culpa de nada, son sus seguidores —dijo rápidamente, era increíble como una madre condenara así a su hijo—. Hay personas que toman como pretexto las religiones para tener algo en contra.

—Pero mi mamá decía que uno elige si seguir el camino de Dios o desviarse...

—Muchas personas dicen que la homosexualidad es una decisión —explicó—, si así fuera, entonces todos habrían decidido ser heterosexuales puesto nadie elegiría una vida llena de señalamientos, intolerancia y discriminación, que es lo que más recibimos.

—Mi mamá... mi mamá siempre se llevaba la contraria —Niall estaba obteniendo confianza de Harry y eso le animaba a hablar—, Maura siempre ayudaba a los discapacitados y les daba comida y ropa a los indigentes, pero creía que yo no era una persona, porque, porque... Porque "así lo decía la biblia"... Y tenía razón, no soy una persona, no merecía su amor, ni el amor de nadie, por eso me lo quitó.

—Hay cristianos y católicos que dicen cosas horribles, terriblemente homofobicas, pero se excusan diciendo que ''no es homofobia, está en la Biblia" —negó levemente con la cabeza completamente decepcionado de que la madre de Niall lo hubiera orillado a odiarse a sí mismo—. De verdad lamento de todo corazón que hayas tenido que pasar por eso, pero tienes que entender que Dios no tiene la culpa de nada, pequeño Ni. Una persona sabia un día me dijo: ''Es como si tengo una persona enana de esclava y le digo a todo mundo 'No pasa nada, lo he leído en Harry Potter'''. Obviamente todo lo que dice la Biblia no es cierto o al menos, no en parte. Algunas cosas son metáforas, otras reflexiones... Dios nos dio la capacidad de amar y nos dio un corazón para hacerlo ¿crees que nos lo prohibiría o nos privaría de vivir si eso que dicen tus padres fuera cierto?

Harry y Niall se quedaron callados, el pequeño de cabellos rubios aún tenía sus dudas y sus miedos respecto a lo que era. Seguía preguntándose si aquello estaba bien. Antes con Zayn sentía que todo estaba bien, que eso estaba correcto puesto que el amor que se tenían los impulsaba a aceptarse.

Pero ahora que no estaba... se sentía perdido. Sentía que su madre tenía razón y que no merecía nada, ni siquiera la amabilidad de Harry.

—¿Sabes Harry? Me gustaría ser igual a los demás —confesó con voz melancólica—, me gustaría volver a ser normal porque así no habría perdido todo lo que amo...

—Niall, el problema no está en ser diferente, el problema es ser tratado diferente. Siéntete orgulloso de quién eres y no tengas vergüenza de aceptarlo. Esa es la clave para ser feliz en un mundo como este. No importa lo que has perdido hasta ahora, piensa en lo que ganarás después.

Harry lo abrazó y sintió un poco de lástima por él, había tenido que afrontar su realidad muy joven, y así como le había sucedido a él, habían muchos casos parecidos al suyo, de eso estaba seguro. ¿Por qué la gente tenía que juzgar a los demás por lo que eran y no por quiénes eran?

—Hay muchas cosas Harry, muchas cosas que no puedo contarte sin que se me haga un nudo en la garganta... —susurró él contra su pecho apunto de soltarse a llorar.

—No tienes por qué hacerlo ahora, estoy dispuesto a apoyarte de ahora en adelante. Y no tendrás que vivir en la calle porque vendrás a Doncaster conmigo, no te dejaré solo aquí y no acepto un no por respuesta.

—¿E-enserio? — balbuceó Niall, completamente sorprendido por la petición de Harry— No tengo di-dinero para pagart-

—En ese lugar hay muchos chicos como tú que se han perdido y se buscan a sí mismos, te encantará —lo interrumpió inmediatamente—. Todos te ayudarán a superar lo que sea que hayas pasado y no estarás solo, me tendrás a mí. Y no, no te cobraré nada, tómalo como un regalo a una nueva vida.

—¿Por qué... por qué haces esto? —preguntó sin poder comprender el por qué de la amabilidad del chico— ¿Por qué ahora? ¿Por qué yo?

—Porque... Simplemente quiero ayudarte —dijo Harry con simpleza, tomándole una mejilla con cariño—. No quiero que más gente muera a manos de personas que creen que la homosexualidad es una enfermedad. Ojalá pudiera salvar más vidas de las que se pierden debido a eso.

Como Gemma, su hermana. Le hubiera gustado salvarla de la misma manera en la que había salvado a Niall, pero había llegado demasiado tarde. Niall... Niall aún estaba a tiempo, y no lo dejaría ir, a él no. No estaba dispuesto a perderlo.

—Lamento haber llegado tan tarde —se disculpó tristemente.

Niall entonces lloró, lloró y moqueó como un niño entre los brazos del chico alto porque no pensó en que aún existieran personas como Harry. Harry lo acunó en sus brazos tal y como lo hubiera hecho Zayn, con el mismo amor, con el mismo instinto de protección. Lloró y se lamentó porque si hubieran más personas como él, Zayn no hubiera muerto a manos de su padre.

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